Pizzas caseras

Publicado por flag-es Héctor Vera — hace 7 años

Blog: Comidas y bebidas del mundo
Etiquetas: Recetas Erasmus

Pizzas caseras

Las pizzas son algo que triunfan sea cual sea la parte del mundo en la que estés. Es un plato que conlleva cierta elaboración, pero que al fin y al cabo no es tanto como puede parecer, y el resultado final es realmente bueno y nada tiene que envidiar a las pizzas que podemos pedir a domicilio de cualquier pizzería.

El secreto para hacer la pizza casera es la masa, obviamente. Puede parecer difícil tener que hacerla, pero en realidad es simplemente algo sucio en el sentido de que te pones las manos perdidas de harina mezclada con agua. Pero por lo demás es algo muy divertido y que se puede hacer perfectamente con amigos.

Siempre es habitual que en pisos de gente joven se hagan cenas temáticas entre todos los amigos, por lo que esta receta puede ser muy útil.

Para hacer la masa de la mejor manera posible (y que salgan dos pizzas de masa gruesa o 4 pizzas de masa normal) tan sólo necesitaremos:

  • Medio kilo de harina de trigo
  • 25 gramos de levadura fresca
  • 50 gramos de sal
  • Una pizca de azúcar, no mucho
  • 50 mililitros de aceite de girasol
  • Medio litro de agua aproximadamente (esto depende del tipo de harina y más cosas, si se usa más es normal)
  • Sémola de trigo

Y nada más, eso es todo. Todos lo ingredientes para hacer masa no creo que cuesten más de 3 euros sea la parte del mundo que sea. Al fin y al cabo es pan, el alimento más básico que hay en todo el mundo.

Los utensilios que se necesitan para hacer la masa tampoco son demasiados, la mayor parte del tiempo lo que hay que usar es las manos. Sí se necesita algún tipo de instrumento para batir y un recipiente en el que poder mezclar la harina y hacer la masa. Y no, no se necesita rodillo. Al menos así es como lo hacen en las buenas pizzerías, estirando la masa con las manos. No resulta difícil.

Procedimiento: fermento

En primer lugar lo que vamos a hacer es el fermento de la levadura. De esta forma lo que se consigue es que la levadura actúe correctamente y la masa acabe quedando mucho más esponjosa. Yo he realizado pizzas de varias formas que he ido aprendiendo a lo largo de los años, y sin duda esta es la forma de la que mejor me han quedado.

El fermento consiste desgranar la levadura fresca dentro del recipiente en el que vamos a hacer la masa y luego verter un poco de agua para disolverla. No mucha agua, lo justo para cubrir los trozos de levadura y después remover para disolverla por completo.

Después lo que vamos a hacer es echar la pizca de azúcar. Tampoco mucho, lo justo para potenciar el efecto elevador de la levadura y después echamos parte de la harina. Para medir la cantidad de harina que echar yo uso una cuchara de madera grande, y en este caso es tan solo dos cucharadas grandes de harina y remover la mezcla

Tiene que quedar una mezcla medio líquida-medio espesa, por lo que si se tiene dudas se puede echar más agua sin ningún problema. Es preferible a que quede más bien espeso (para cocinar no hay que tener miedo de pasarse).

Empezar a amasar

Tras esto hay que dejar la mezcla reposar un instante, una media hora o cuarenta minutos si hace algo de frío donde se esté. Yo lo que hago es dejarla reposando dentro del horno, ya que ahí la temperatura es donde mejor se conserva y sube antes el efecto de la levadura, ya que después habrá que dejar la masa reposar otro rato.

Cuando hay pasado este rato veremos como la mezcla habrá crecido considerablemente. Si no crece es que algo ha salido mal, pero en cualquier caso no hace falta echarse atrás, de lo errores se aprenden. Yo mismo en mi primera pizza no me llegó a subir tanto como quería.

Ahora lo que hay que hacer es añadir el resto de la harina, pero poco a poco al principio. Primero añadiremos 3 o cuatro cucharadas grandes y empezaremos a mezclarlo con las manos. Sin miedo. Después de que haya quedado bien mezclada la cantidad de harian que hayamos echado empezaremos a añadir los ingredientes que nos quedan: primero el aceite de girasol, luego el agua (la cual debe estar tibia, ni muy fría ni muy caliente) y finalmente el resto de la harina junto con el resto de la sal.

A partir de aquí es cuando más hay que ensuciarse. Habrá que estar un rato mezclado al máximo la masa hasta que cada vez se vaya pegando menos a los dedos. No hay que alarmarse porque la masa sea un pegote que parezca imposible de cocinar, así está bien. Es normal que aún así siga pegándose a las manos.

En cualquier caso si la masa sigue pareciendo impracticable no hay que dudar en echarle algo más de agua. Esto es algo que no tiene una medida exacta ya que depende de muchos factores. Hay que ir aprendiendo con la práctica a saber cuanta agua necesita la masa, pero en principio, para estas cantidades, con medio litro puede ser perfectamente suficiente ante la duda.

Cuando ya llevemos un rato amasándola con las manos será el momento de parar. No pasa nada porque las manos estén llenas de masa, simplemente desprendeos de ella. Hay masa más que suficiente, eso seguro.

Llegados a este punto hay que realizar la primera tarea de habilidad en la elaboración de la masa. En primer lugar tendremos que llenarnos las manos ya limpias de harina. Después echaremos cierta cantidad de harina a la masa en el recipiente en el que la estemos haciendo. Lo que habrá que hacer es dar a la masa una forma redonda (esférica), y usaremos la harina que sea necesaria para que la masa no se quede pegajosa por fuera y la podamos manipular sin ningún problema de que se quede pegada.

Últimos pasos

Aquí, una vez que la masa ya haya quedado con la forma que tiene que quedar, la volveremos a dejar reposando unos cuarenta minutos. Es un proceso bastante largo, por lo que es normal aprovechar este tiempo en ir haciendo los ingredientes de los que estará hecha la pizza.

Una vez pasados los cuarenta minutos y nosotros preparado gran parte de los ingredientes que le echaremos luego a la pizza, veremos como nuestra masa ha crecido hasta el punto de casi salirse del bol en el que la estemos haciendo.

Lo que habrá que hacer ahora es sacarla a una superficie lisa que rociaremos antes con harina para poder ir manipulándola. Yo lo que hago para esto es usar sémola de trigo también. De esta forma la masa quedará con esta especie de virutas tan característica que tienen algunas pizzas de pizzería como las del Domino’s Pizza.

La masa ahora la tendremos que dividir, ya que lo normal es tener un horno para hacer pizzas de no más de treinta centímetros de diámetro. Dependerá del recipiente en el que se ponga la pizza, pero lo normal es que la más si se divide en dos partes quede una masa bastante gruesa, y si se divide en cuatro partes quedará una masa más habitual en lo que estamos acostumbrados en las pizzerías. Dependerá del gusto de cada uno.

Una vez hayamos dividido nuestra masa dejaremos los trozos resultantes reposando unos minutos, ya que volverán a crecer. Cuando se vea que hayan crecido ya podremos estirar las pizzas en el recipiente que entrará en el horno.

Como lo normal es que no sepamos estirar la masa haciendo malabares, simplemente vale con estirar la pizza con las manos dándole la forma colocada en el recipiente que entrará en el horno. Al principio puede costar, pero hay que insistir ya que la masa cuesta darle forma al principio.

Una vez que esté estirada conviene darle cierta forma con los dedos a los bordes para que la pizza tenga la forma característica que vemos que tienen las pizzas de pizzería.

Y eso es todo con respecto a la masa, ya solo quedaría ponerle los ingredientes y meterla al horno.

Horneado

Para hornear simplemente hay que poner la pizza al máximo del horno (unos 250ºC aproximadamante) y dejarla horneando entre 12 y 15 minutos.

Recomiendo no dejarla desatendida e ir mirando periódicamente como va, y cuando los bordes se empiecen a ver tostados sacarla del horno.

Ingredientes para echarle

Con respecto a las pizzas hay tantas formas de hacerlas como personas hay en todo el mundo. Hay gente a las que le gustan con piña y hay gente normal; gente que le encantan con carne y gente más clásica que prefiere sólo mozzarella y jamón. En cualquier caso aquí dejo mis recomendaciones en cuanto a sabores:

  • Barbacoa: mi favorita, para ello sólo hay que tener carne de ternera triturada, mozzarella abundante, maíz o champiñones, bacon cortado en tiras y salsa barbacoa (la cual se puede comprar de bote en cualquier supermercado) y salsa de tomate.

  • Carbonara: con tan sólo champiñones y bacon en tiras se puede hacer esta pizza. Eso sí, la base tendrá que ser una mezcla de nata para cocinar y mozzarella. Suele salir muy rica.

  • Salchichas: barato, típico e infantil. Base de mozzarella y salsa de tomate sobre la que se le puede echar las salchichas junto con bacon, ternera o lo que sea.

  • Pepperoni: uno de los mayores clásicos. Tan solo una base de mozzarella y salsa de tomate con rodajas de pepperoni, las cuales también se encuentran en cualquier supermercado y en todo el mundo.

Y lo mejor de todo es que sale baratísimo hacer pizzas caseras. Dependiendo del país en el que estes, comprar todos los ingredientes no puede salir por mucho más de 15 euros, y estamos hablando de 4 pizzas, lo cual te puede costar si las pides por teléfono casi 50 euros.

Sin duda es algo que cualquiera debe plantearse hacer, y más si es entre amigos, porque acaba siendo bastante divertido si se hace entre todos.


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