Manual de supervivencia para comer bien durante el Erasmus

Seguir comiendo saludable e equilibrado durante un viaje es siempre una ardua tarea. Al fin y al cabo, al cambiar de contexto y entorno, todos nuestros hábitos se ven trastocados, siendo la alimentación uno de los más afectados. 

Aquí te traemos nuestros consejos para seguir comiendo sano durante tu estancia de Erasmus.

Mejor casero que industrial

Ya lo dice Carlos Ríos, todo lo que esté demasiado procesado, acabo siendo malo para nuestra salud. Cualquier alimento o plato que puedas elaborar tú mismo, será mucho más sano que si lo compras industrial. 

Por ejemplo, pastas de sobre que ya vienen con su salsa en polvo, congelados, fritos preparados, patatas congeladas, pizzas ya hechas, y un largo etcétera de alimentos que pese a que tienen un tiempo de preparación corto, tienen un impacto bastante nocivo en nuestra salud.

¿Qué podemos hacer entonces si queremos comer todos estos manjares? Nuestra primera opción, siempre ha de ser hacerlo nosotros mismos. Sin embargo, y especialmente cuando somos jóvenes o estamos demasiado ocupados, eso no siempre es posible.

¿Significa esto que tenemos que pasarnos los días a base de ensaladas y platos sencillos? ¡Para nada! Lo cierto es que actualmente, tenemos muchas opciones para pedir comida para llevar. Por ejemplo, Pans and Company, la bocetaría por excelencia, está disponible en Just Eat. 

Además, si queremos comida más internacional, también disponemos de un montón de opciones más como restaurantes asiáticos, mexicanos, italianos, etc. 

El desayuno y la merienda, dos momentos cruciales

Quizás, el momento del desayuno y de la merienda sean dos de los más importantes. Y es que durante estos dos lapsos de tiempo, existe una tendencia bastante generalizada a decantarse por alimentos altos en grasas saturadas y azúcares. 

Magdalenas, galletas, chocolate… y un sinfín de alimentos altamente calóricos más, se suelen consumir tanto para desayunar como para merendar. 

A la hora de desayunar, deberíamos intentar decantarnos por alternativas más saludables, como por ejemplo, fruta, avena, cereales (sin mucho azúcar), e incluso, alguna tostada con embutido. Por la tarde, lo mejor es sustituir esa deliciosa palmera de chocolate por una pieza de fruta o un yogur. 

Ante todo, ¡disfruta!

Este sin duda es el consejo más importante que te podemos dar para tu Erasmus. Debes disfrutar de la experiencia y no agobiarte por si estás comiendo más o menos bien. 

Procura mantener una dieta más o menos sana de forma habitual, reduciendo el consumo de azúcar al máximo y evitando los ultraprocesados en la mayor medida posible. Sin embargo, una vez a la semana, date un capricho y olvídate de tus propias normas. El estrés nunca es bueno para nada. 

Además, no dudes en probar todo lo que puedas de la gastronomía local. Al fin y al cabo, en cualquier país de Europa te encontrarás con miles de restaurantes caseros que ofrecen platos sanos elaborados con ingredientes de cercanía y gran calidad.

Haz una búsqueda en internet con tus compañeros de Erasmus para encontrar aquellos establecimientos más buenos y proponeos visitar todos estos lugares durante vuestra estancia. Una experiencia así solo se vive una vez en la vida, así que ¡aprovéchalo! 

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