Filetes rusos

Publicado por flag-es Héctor Vera — hace 7 años

Blog: Comidas y bebidas del mundo
Etiquetas: Recetas Erasmus

Filetes Rusos

Pensando en la economía de los bolsillos de un estudiante no resulta complicado imaginarse lo difícil que tiene que ser encontrar algún tipo de carne cuya consumición sea barata, y las proteínas son bastante importantes en una dieta equilibrada. Yo apenas engordé un par de kilos durante mi estancia erasmus, pero mucha gente suele incluso adelgazar debido a que es corriente que prioricemos el empleo del dinero en otro tipo de cosas como fiestas, salidas o viajes diversos, y así la dieta queda en un segundo plano y acabamos mal comiendo.

A parte del pollo (y a veces ni siquiera eso) no hay ninguna carne que sea asequible para las necesidades de un estudiante en el extranjero por lo que he pensado que una buena alternativa de subsistencia serían platos hechos a base de carne picada. Por ejemplo si estás en España, puedes ir al Mercadona más cercano y hay una buena oferta de quinientos gramos o un kilo de carne picada de vacuno, que para una sola persona da para algunos días.

Filetes rusos es como se denomina en España a los Salisbury steak que dieron lugar a las más que conocidas hamburguesas. Es una receta muy socorrida y vale un poco para todo, no es una comida que llene mucho o muy caliente por lo que sirve para el verano y además los ingredientes que la componen se encuentran durante todo el año.

Sirve para hacer picnics, excursiones y acampadas durante el buen tiempo porque si templamos los filetes un poco en el microondas y los metemos en un tupperware o recipiente para llevar, mantienen bastante bien el calor y no se ponen malos. Asimismo son perfectos para el invierno y los meses de frío si tenemos que preparar comida para llevar a la universidad o estamos ocupados con los exámenes y no tenemos tiempo para cocinar todos los días, se puede dejar una bandeja amplia metida en la nevera y aguantan muchísimo con el sabor intacto.

Los filetes rusos no son una simple hamburguesa sin más sino que son esa clase de comida en el que el toque especial que le dé el cocinero es muy importante, por ejemplo los de mi madre tienen un ingrediente especial que hizo que cuando les di a probar a mis compañero, éstos dijesen que tenían un regusto a jägermeister (la bebida alcohólica). La verdad es que es una comida que a mí siempre me ha encantado y es la primera receta que aprendí a hacer de pequeño por su gran facilidad, comodidad y rapidez de elaboración.

Lo primer que hay que tener claro es que lo más importante es que no queden secos, es fundamental, porque estropearía totalmente el resultado final y la sensación al comerlos aunque el sabor fuese el mismo. Los ingredientes, que son necesarios para esta preparación en la que la textura es tan importante como el sabor, son:

  • Medio kilo de carne picada: es importante que sea de ternera o añojo pero en la medida de lo posible hay que evitar que sea mezclada, si no hay otra opción (o es la más barata) de cerdo vale, incluso de pollo pero lo mejor es vacuno sin dudo. 
  • La mitad de un tetrabrik de tomate frito
  • Perejil seco: aunque lo ideal es perejil fresco.
  • Ajo en polvo: al igual que en el caso del perejil lo idóneo sería picar ajo fresco
  • Sal 
  • Un huevo para medio kilo de carne: si se utiliza más cantidad de carne, habrá que equilibrar la mezcla usando a su vez un mayor número de huevos cuya cantidad dependerá de una sencilla regla de tres ( dos huevos por cada kilo) 
  • Pan rallado a ojo: se irá echando más en función de la cantidad que vaya absorbiendo la carne 
  • Hierbabuena fresca picada fina: es el toque “secreto” que mi madre suele incorporar en este plato y que yo he adaptado a mi propia elaboración. Si no disponemos de hierbabuena fresca también se puede usar seca molida (la típica de los botecitos de especias)
  • Aceite de oliva: en este caso si no tenemos, o es demasiado caro, podemos utilizar aceite refinado pero nunca vegetal ni de girasol. Si no tenemos ni aceite de oliva ni refinado es mejor utilizar mantequilla que las variantes de aceite vegetal o de girasol.

Una vez tenemos todos los ingredientes se procede a su preparación. Empezamos poniendo en un recipiente hondo, tipo bol, toda la carne picada que vayamos a utilizar. Después cascamos y batimos el huevo con un tenedor hasta que la clara y la yema queden perfectamente mezcladas y una vez batido lo echamos sobre la carne picada. Entonces procedemos a integrar ambos ingredientes mezclando la carne y el huevo con las manos (como si amasásemos pan). Cuando estén integrados añadimos el tomate frito, primero le echamos unas cuatro cucharadas y después, según vayamos viendo mientras continuamos mezclando (siempre con las manos) añadimos más tomate. A mí personalmente me gustan con mucho tomate frito porque es uno de sus componentes que favorecen que los filetes queden más jugosos.

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Una vez tengamos la carne perfectamente juntada con el tomate y el huevo conformando un compuesto homogéneo, añadimos la sal y una mezcla de las diferentes especias. Picamos el perejil, el ajo y la hierbabuena (que tiene que estar muy muy picada) y antes de añadirlo a la mezcla los unimos todos en un bol independiente con la sal; en caso de que sea secos también los juntamos todos antes previamente.

Los echamos al bol de la mezcla de carne picada, huevo y tomate y lo removemos todo con las manos de tal forma que la carne coja el sabor del aderezo. Por último añadimos el pan rallado. Hay quien los reboza en harina pero para mí es más sano y sabe mejor si se hace todo con el pan rallado. Se puede utilizar también un pan rallado que venga con añadidos de ajoperejil lo que refuerza el sabor de las especias que ya hemos echado, pero es al gusto. Yo suelo utilizar pan rallado normal y además es más fácil de encontrar en los supermercados.

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Una vez hemos acabado toda la combinación de ingredientes y tenemos la amalgama completa, procedemos a coger pequeñas bolitas de la misma, aplastarlas con la mano y envolverlas de nuevo en pan rallado. El grosor y tamaño de los filetes (que tienen una forma parecida a las hamburguesas pero más gordos en el centro) dependerá de la cantidad de mezcla que cojamos y del gusto de cada uno. Yo prefiero que los filetes queden más bien pequeños pero bastante gruesos porque así al freírlos es más fácil controlar el punto de jugosidad. Vamos dejando los filetes hechos en una fuente esperando para tenerlos todos antes de proceder a freírlos.

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Ponemos un dedo y medio de aceite en una sartén preferiblemente honda, esperamos a que se caliente bien y ponemos dentro los filetes rusos con cuidado porque es probable que salte un poco de aceite. En este punto es importante que no se pasan y que se doren bien por lo que estaremos pendientes dándoles de vez la vuelta varias veces con un tenedor. Antes de sacarlos es importante haber preparado previamente una fuente plana o bien un plato grande con dos hojas de papel de cocina o servilletas para que se absorba el aceite sobrante y no queden muy grasosos. Yo suelo freírlos por tandas, no más de tres o cuatro filetes cada vez pero eso depende de lo grande que sea la sartén y del tamaño de los filetes.

Con medio kilo de carne es normal que salgan aproximadamente unos doce filetes y se conservan bien en la nevera unos cuatro o cinco días por lo que es una comida perfecta para la semana.
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