El placer de un café... en Portugal

¿Quieres un café o una bica ? ¿O prefieres un galão, o tal vez una carioca, o quizás una italiana, un pingado o incluso un garoto? Bueno, ¿quieres un café? Se trata de todas las diferentes variedades de como podríais pedir o beber un café en Portugal. Como buena italiana podréis imaginar mi sufrimiento en el extranjero buscando el café correcto. Portugal, como Italia, es un país donde el café es un ritual y está bueno. Creo que puedo afirmar, no solo por mi experiencia personal, que Italia y Portugal son los únicos países en el mundo donde el expreso es bebible, de hecho, bueno.

Estamos acostumbrados a pensar que nuestra cultura del café expreso es única. Muchas veces cuando iba al extranjero me tenía que preparar espiritualmente para asimilar el hecho que no conseguiría beber un café decente hasta que no volviera a Italia. Aunque se encuentren máquinas de expreso por todo el mundo, a menudo el resultado es cuanto menos lamentable, o se paga a un alto precio. En Estados Unidos es normal pagar 4-5 dólares por un expreso, mientras que en los países del norte de Europa... bueno olvidemos el café de aquella parte porque estamos hablando de expreso... En Grecia beben café al estilo turco el cual requiere mucho tiempo y paciencia para bebérselo, en España, aunque lo intentan no consiguen hacerlo de forma decente y en Francia... bueno allí lo intentan. Vueltas y vueltas, pero me parece siempre agua sucia. Pensaba que el problema era mío, que tenía prejuicios, un nacionalismo inconsciente y que cualquier comparación me inclinaba siempre a favor del café hecho en Italia. Esto naturalmente, hasta que llegué a Portugal.

Conociendo que en España no existe la cultura del expreso asociaba Portugal al mismo triste destino. Pero me equivocaba, y mucho. Naturalmente he aprendido en poco tiempo a no atribuir ni el mínimo carácter español a cualquier cosa portuguesa. Los portugueses son muy intransigentes sobre la influencia del único país con el que limitan. Se puede decir que el café en Portugal es una institución cultural como en Italia. No existen bares sin maquina de expreso, se bebe a toda hora, la pausa para el café es una pausa para el café de verdad y no para cualquier otra cosa, está bueno como en Italia y lo mejor de todo es que cuesta la mitad que en Italia.

Sinceramente, debo decir que en mi paladar el mejor café del mundo sigue siendo el italiano: el made in Portugal de hecho me parece que tiene siempre un retrogusto amateur, aunque no tan descaradamente amateur como el que se bebe en Francia, en Europa septentrional o, peor, en América. Por lo demás estamos en Portugal, su mayor excolonia, Brasil, sabemos desde primaria que es el mayor productor mundial de café. Pero cuando aquí bebo un cafézinho tengo siempre la impresión de estar bebiendo una imitación de nuestro café, mas suave en el sabor y también en el efecto ya que normalmente beber dos tazas seguidas a las diez de la noche no me dejan sin dormir durante toda la noche como un expreso italiano bebido a las cinco de la tarde. Luego está el modo todo de ellos de rellenar la taza hasta el borde, convirtiéndolo inevitablemente aguado. Y naturalmente, de la rica espuma te puedes olvidar.

También en Portugal el café es más un rito que una bebida, apreciado por todos es un elemento de exploración temporal de la jornada, así como catalizador de momentos de socialización y de relax. Los sitios para beberlo y disfrutarlo no faltan, así como numerosas son las variedades propuestas. Cierto no existe la variedad de placer típicamente italiana. Por lo que evitar de pedir en Portugal cualquier variedad de manchados o en particular, un capuchino, las cuales evidentemente son contadas, como leyendas metropolitanas, numerosas variedades ya que cada vez sirven una cosa diferente. Existen, sin embargo, café con leche con diferente proporción de café, pero esto no cambia el placer de poder beber en cualquier bar de esquina un verdadero expreso como en Italia.

En Lisboa si quieres una taza (llena) puedes pedir un café o una bica, acrónimo de "beba isto com açucar" (bébelo con azúcar), que era el slogan con el que el café "A Brasileira", el de la estatua de Pessoa, a principios de los noventa lanzó al mercado el café expreso. En Oporto, por el contrario, el café se puede pedir como "cimbalino" que deriva del nombre de la famosa marca italiana productora de las maquinas de expreso. Pero paso a un verdadero y practico consejo: cuando os encontréis con una estupenda cafetería tradicional portuguesa, con la pequeña ventana y el periódico sobre la mesa cerca de la pequeña ventana que da a la calle y tenéis ganas de beber un café, tal vez con leche, ¿qué pedir? Concluyo mi preámbulo y para no perderos en el mundo de la cafeína portuguesa os explico de seguido, algunos tipos de cafés presentes en el territorio lusitano.

Expresso no hay necesidad de explicación, ¿verdad? Si lo queréis corto, podéis pedir una italiana, pero cuidado no significará más cremoso, cierran solo el grifo del agua antes.

Pasamos al cheio (lleno) y al duplo (doble), el primero tiene mas agua, el segundo contiene dos cafés en una taza.

Descafeinato es el descafeinado, el pingado, es el café cortado. Si queréis un manchado (soñáis con la espuma) es el garoto (no os imagináis también aquí cuantas variantes existen, pero no os quiero confundir).

Con cheirinho es el café con unas gotas de licor (generalmente anís). La carioca es un café que yo creo que nunca haya visto el café, ligerísimo; el abatanado es un “lavado de taza”. Permitirme y perdonarme, pero he aguantado.

Mazagran es el café con cubitos de hielo, nuestro café frio o gratina no existe. El galão debería tener la mitad de leche que café, pero normalmente es servido con más leche. Las últimas tres imágenes representan: la meia de leite, taza de capuchino llena la mitad con café y la otra mitad con leche. Vosotros os preguntareis, ¿pero qué diferencia hay con el anterior? Yo creo que no lo he entendido todavía.

El capuchino a años luz del nuestro (capuchino italiano), es generalmente, servido con canela y no cacao. Aunque en los últimos años se ha difundido el cacao. Habrá sido por el aumento del turismo, creo. Por último, el moka, bastante raro de encontrar en las cafeterías de barrio, es una especie de capuchino con chocolate caliente. Siendo sincera, no lo he encontrado nunca en las cafeterías a las que voy.

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Naturalmente hay diferencias rituales con Italia en el modo de tomarlo. En Portugal es casi necesario el sentarse para beber el café. Los sujetos que entran al bar y beben café de pie son raros. Por lo tanto, las pausas para el café son mas largas y reflexivas. Probablemente quien sabe cuántas poesías no se habrían escrito si Fernando Pessoa hubiese tomado el café siempre de pie. Debido a este hábito, afortunadamente, el precio del café permanece invariable ya se consumido de pie o sentado en una mesa, lo que es indudablemente bueno. Aquí esta por lo menos una tradición culinaria de las que no tengo nostalgia.

Pero el café, aquí como en otros sitios, se bebe también en casa. ¿Y qué hay en la creencia portuguesa? En términos generales, nuestra cafetera moka o una cafetera con filtro. En los últimos años se ha vuelto universal la famosa máquina de George Clooney: infiltrada a mitad de la última década, ahora en todas las casas, también en las mas pordioseras, tienen su modelo de Nespresso y parece que los portugueses no beben ya otro (en realidad no es así porque los supermercados continúan a vender también otros tipos de café). Es evidente también por la fila que tienes que hacer en los puntos de venta para comprar los tubos de cápsulas: me ha pasado de ser invitado a una cena y de llevar, en vez del postre que engorda o el ramo de flores que es de señora mayor, algunos tubos de Volluto o Capriccio. Ridículo, si se me permite. Y el Nespresso ha colonizado a tal punto los salones y las cocinas portuguesas que incluso mis amigos brasileños tienen su maquina en casa.

Entonces, ¿he hecho que os entren ganas de café? Yo me estoy preparando uno ahora, con mi inseparable cafetera napolitana. Lo siento, adoro Portugal, pero yo vengo de la escuela italiana…



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