Las 10 cosas que hay que saber sobre los portugueses
Esta es una entrada inspirada en la versión italiana que hice sobre mi experiencia de tres meses en Milán: "Las 10 cosas que hay que saber sobre los italianos". Creo que podría ser interesante para los estudiantes que quieran ir a Lisboa o a cualquier otra ciudad portuguesa, ya que a mí me hubiera gustado haber leído o haber tenido acceso a algún artículo similar cuando estaba investigando sobre los posibles destinos Erasmus.
Así que aquí os dejo la versión portuguesa, para quien esté valorando la opción de escoger mi país como su posible destino. Sin más dilación, aquí están las 10 cosas que hay que saber sobre los portugueses.
- Los portugueses se esfuerzan por ser los mejores anfitriones:
- Los portugueses son grandes defensores de su gastronomía:
- Los portugueses vibran con el fútbol:
- Los portugueses hablan bien otras lenguas:
- Los portugueses son habladores por naturaleza:
- Los portugueses dan dos besos normalmente:
- Los portugueses no se caracterizan por su puntualidad:
- Los portugueses valoran la familia:
- Los portugueses hacen su pausa para el café:
- Los portugueses son patriotas:
Los portugueses tienen el hábito de recibir bien a sus invitados. En especial en el caso de las madres y las abuelas. Ir a casa de una familia portuguesa para comer o cenar significa asistir a una comida con un menú completo y elaborado, donde, además, se cuida la decoración y el orden del espacio. Gustar a las visitas es el principal objetivo y garantizar que la experiencia de los visitantes sea mejor imposible.
La comida será probablemente abundante y sabrosa, y lo más seguro es que prepararla le haya llevado horas. Los anfitriones serán extremadamente simpáticos e incluso preguntarán varias veces si está todo bien o si necesitas algo más y preguntas por el estilo. En esos casos se agradece que los invitados hagan algún comentario elogiando el esfuerzo de los anfitriones, así como llevar algún detallito a quienes reciben a los invitados. Por ejemplo, se pueden llevar flores, es una buena idea para convertir la comida en un evento más formal y puede ser un detalle muy bonito que guste mucho a las señoras de la casa. Para una comida o una cena más sencilla, no hay nada como llevar una garrada de vino o un postre casero.
Los portugueses, a pesar de que la globalización vaya tomando terreno, jamás olvidarán sus propias raíces gastronómicas. En las cocinas de las familias portuguesas sigue siendo típico preparar la receta tradicional de bacalao, que siempre se cocina de varias formas pero siempre fresco y dejado a remojo para desalarlo de forma casera.
Plato típico de "Bacalhau à Brás"
La base de la gastronomía portuguesa es mediterránea, o sea, saludable, equilibrada y sobre todo enfocada en la buena elección de los productos. La cocina también varía según las regiones y es un error hablar de cocina portuguesa de forma general. Algunos productos comunes son el queso, la charcutería y el pescado fresco. Aún así, por ejemplo, en las zonas más cercanas al litoral es más común el pescado y el marisco, mientras que en las zonas de montaña, sobre todo al norte del país donde se hace frontera con España, es tradicional la alheira, un tipo de embutido.
Las recetas dulces y de postres son también un secreto bien guardado, especialmente los tradicionales. En todo el país se encuentran recetas estupendas que vale la pena probar, como, por ejemplo, los "Huevos al estilo Moles de Aveiro" o el puding de "Abade de Priscos" en el centro. Hay mucho más a parte del icónico pastel de nata, que por supuesto también es una excelente opción y que sirve para llevar como souvenir.
El fútbol es el deporte nacional de los portugueses, así como para los neozelandeses lo es el rugby. Los partidos de fútbol de la liga portuguesa son muy competitivos, siempre están muy reñidos entre los tres principales equipos del país: el FC Porto, el SL Benfica y el Sporting de Lisboa. Los domingos, las familias o grupos de amigos acuden a los estadios para asistir al partido y, quien se queda en casa, suele quedar con amigos para ver el partido en el comedor de la casa.
Cuando juega la selección nacional, el apoyo nacional es unánime y hace poco, cuando la selección portuguesa ganó la Eurocopa, todas las ciudades lo celebraron y miles de portugueses fueron al aeropuerto para esperar al equipo y felicitarles. Es un deporte que junta a las personas y se considera uno de los mayores espectáculos.
Celebración de los hinchas del Benfica en la Plaza Marqués de Pombal
En Lisboa, cuando el Benfica gana la liga nacional —que suele ser a finales de mayo— cierran la Plaza del Marqués de Pombal para dejar que se junten miles de adeptos que quieren celebrar la victoria y ver al equipo pasar con su autobús hasta la llegada del centro de la capital. Forman juntos un mar rojo, que sorprende por el fanatismo más que por su belleza.
Los portugueses aprenden desde bien pequeños que su lengua no es muy común. Sobre todo en Europa, ya que ningún otro país tiene el portugués como lengua oficial y es bastante raro que se enseñe como segunda lengua o forme parte de la enseñanza escolar en el extranjero.
En Portugal, especialmente debido a que gran parte de la riqueza del país proviene del turismo, se esfuerzan por aprender otras lenguas para poder comunicarse, vender o "levar a água ao seu moinho", como dicen por estas tierras, que quiere decir algo así como "para poder conseguir lo que uno quiere".
En los colegios es obligatorio a día de hoy aprender al menos dos idiomas y el inglés forma parte de la enseñanza obligatoria. Es también bastante típico que las generaciones más mayores hablen francés en lugar de inglés, ya que entonces esa era la lengua que se enseñaba en las escuelas. Puede ser que algunas personas no dominen una lengua extranjera, pero, aún así, harán un esfuerzo y siempre ofrecerán una sonrisa, utilizando todos los recursos que tengan a su alcance para permitir y facilitar la comunicación con los extranjeros. Confieso que, en el caso excepcional de los españoles, a veces nos molestamos un poco cuando no entienden el portugués o no se esfuerzan por intentarlo.
Claro que cada persona es un mundo. Aún así, los portugueses son, tradicionalmente, personas muy abiertas y habladoras. En caso de necesitarlo, es fácil encontrar a alguien en la calle que sea agradable y ayude con alguna indicación. Tampoco será difícil hacer amistades en la facultad. Por lo menos en la mía solemos ser muy acogedores con los alumnos internacionales e iniciar la conversación, movidos por alguna curiosidad de saber algo más sobre sus respectivos países de origen y culturas.
Este es también un rasgo de los portugueses muy ventajoso para quien quiera aprender portugués. Además, siempre se aprecia el esfuerzo, no se juzga sobre si se habla bien o mal y suelen añadir consejos para mejorar.
A pesar de no ser tan próximos con respecto al contacto físico como quizá sí lo sea un italiano del sur, en el intercambio de cumplidos no hay barreras.
Lo normal es que, cuando dos personas se presentan, se den dos besos, empezando por el lado derecho. Los hombres normalmente se dan la mano o un abrazo en el caso de las relaciones más próximas. En los encuentros más formales, por ejemplo, relacionados con asuntos profesionales, el apretón de manos es el gesto socialmente aceptado.
Los portugueses no pueden presumir por ser precisamente puntuales, pero claro, este es un rasgo que varía según cada persona. Los retrasos de entre 10 y 15 minutos son bastante normales, sobre todo en las reuniones entre amigos para un café, una comida juntos o una cena de aniversario.
Al igual que las personas, el transporte y otros servicios públicos pueden ser también algo imprevisibles y puede que no cumplan con el horario a rajatabla, así que lo mejor es llegar con tiempo para evitar imprevistos.
Como en la mayoría de países del sur, los portugueses valoran mucho la familia y el tiempo de estar juntos. Son comunes las reuniones familiares del mediodía para comer, sobre todo los domingos, aunque, por ejemplo, entre semana también es importante que se sienten a comer todos juntos y a la misma hora. La familia es muy cercana y entre todos se construye una red de apoyo con la que contar siempre que sea necesario.
Para los portugueses no hay nada como una tomarse un tiempo de pausa para el café. De buena mañana, antes de trabajar, después de la comida, a mitad tarde... En fin, a todas horas es un buen momento para tomarse un tiempo y conversar un ratito.
Cafetería "A Brasileira"
Así que el café es una actividad social y sirve como excusa para todo: reencontrarse con amigos que hacen tiempo que no ven, una pequeña reunión de trabajo, entre otros. Generalmente, se toma una "bica" (el nombre que le dan al café expreso corto en Lisboa) y se añade el azúcar a parte. Los precios rondan entre los 0, 50 y los 0, 70 € la unidad, dependiendo del local donde se tome.
Los portugueses están orgullosos de su país, por muy pequeño que sea o desapercibido que pueda pasar. Siempre recomendarán lugares que ver y locales escondidos donde pasar un tiempo estupendo en su tierra. Estarán encantados de compartir su cultura y sus tradiciones.
Ribera "das Naus" y río Tejo
Galería de fotos
Contenido disponible en otros idiomas
- Português: 10 Coisas a saber sobre os Portugueses
- English: 10 Things about the Portuguese people!
- Italiano: 10 cose da sapere sui portoghesi
- Français: 10 choses à savoir sur les portugais
- Polski: 10 rzeczy, które powinieneś wiedzieć o Portugalczykach
¿Quieres tener tu propio blog Erasmus?
Si estás viviendo una experiencia en el extranjero, eres un viajero empedernido o quieres dar a conocer la ciudad donde vives... ¡crea tu propio blog y cuenta tus aventuras!
¡Quiero crear mi blog Erasmus! →
Comentarios (0 comentarios)