Un día en Ha-Long Bay. Parte tres

Publicado por flag-mx María Alanís — hace 5 años

Blog: Aventuras en Vietnam
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Un día en Ha-Long Bay (la bahía de Ha-Long). Parte tres

¡Hola a todas y todos! Finalmente ha llegado la hora de terminar mi narración y recomendaciones sobre la bahía de Ha-Long, al norte de Vietnam, una de las siete maravillas naturales del mundo. Si leyeron las dos entradas anteriores, ya saben un poco sobre los tours que van de Hanoi a Ha-Long, sobre la fábrica de perlas, la comida a bordo del bote y la cueva de las sorpresas. Si no los leyeron y no tienen idea de qué estoy hablando, no se preocupen, que aquí pueden encontrar la primera parte y la segunda.

¿Están listos y listas para seguir descubriendo las actividades maravillosas que se pueden realizar en esta maravilla del mundo? Pues comencemos.

Paseo en kayak

Después de visitar la cueva de las sorpresas (que acabo de recordar que en vietnamita la llaman Sung Sot, cosa que no les dije en la entrada anterior), nos tomó unos pocos minutos el trayecto en bote hacia nuestro siguiente destino y nuestra siguiente actividad. Aquí, quienes participábamos del tour teníamos dos opciones: o bien realizar un paseo en kayak en el que nosotros mismos y nosotras mismas remaríamos y nos conduciríamos adonde quisiéramos, o bien subir a un bote de bambú con otras diez personas y esperar que un guía local nos guiara por una ruta establecida.

Yo tenía ganas de experimentar algo diferente, algo que implicara más que sentarme en un bote a mirar por dónde nos llevaban, y fue por esto que elegí la opción del kayak. Mi amiga Aleksandra, con quien hice el tour y pasé la mayoría de mis días en Vietnam, no se veía tan convencida de querer remar ella misma algo que no tenía idea de cómo se hacía, pero supongo que por quedarse conmigo decidió acompañarme en el kayak. Nos dijeron que solo podía haber dos personas por kayak, para que lo tomen en cuenta si van a elegir esta opción. No hay kayaks individuales, había una gringa que era fan del kayakismo y quería hacerlo sola, pero el guía le dijo que no era posible porque todos los kayaks eran para dos personas.

Algo que nos hubiera gustado saber antes de bajar del bote, es que teníamos que usar traje de baño, pues era inevitable que entrara agua al kayak y nos mojáramos. Se mojó nuestra ropa por esta falta de conocimiento, así que les advierto a ustedes para que no cometan el mismo despiste que nosotras.

Llegamos al muelle donde se realizaría la actividad, y nos indicaron que quienes haríamos kayak tendríamos que ir a una parte, y quienes darían el paseo en bote debían ir a otra. Como nos advirtieron que no era seguro llevar celulares por el riesgo de que se mojara, dejé el mío en el bote junto con todas mis cosas en mi mochila. Me arrepentí un poco porque no pude tomar ninguna foto del lugar paradisiaco donde anduvimos remando, pero al menos estoy tranquila de que no estuvo en peligro mi teléfono y todo salió muy bien. Ya será decisión de ustedes si quieren intentar llevar sus teléfonos o cámaras y traerlos con mucho mucho cuidado o si los dejan en el barco para mayor tranquilidad.

Como mi amiga y yo éramos unas primerizas, desde el momento de subirnos al kayak fue algo nuevo. Nos dijeron que tenía que subirse en la parte de atrás la más fuerte, así que me subí yo primero, en la parte de adelante, y después se subió Aleksandra, mientras el guía y los empleados del lugar nos detenían el kayak. Una vez que estuvimos instaladas, nos pasaron nuestros remos y nos dieron un empujoncito para alejarnos del muelle. Ahí empezó la parte ruda.

Yo solo sabía del kayakismo lo que había visto en competencias olímpicas, pero nunca lo había hecho ni me había imaginado haciéndolo. Al principio puede que cueste trabajo, sobre todo a la hora de dar las vueltas, que se debe de remar solo del lado contrario al que se quiere girar, pero después una se acostumbra. Tuvimos la suerte de que nuestra compañera estadounidense experta iba cerca de nosotras y nos dijo cómo agarrar el remo y hacia dónde voltearnos para no chocar con una roca. La imitamos al inicio, y luego nos acostumbramos a la manera de remar.

Un día en Ha-Long Bay. Parte tres

Remamos por el interior de una cueva y salimos a una parte que estaba toda rodeada de islas y montañas. Era un lugar más que precioso y de verdad lamento no haber tomado fotos porque no podré enseñarle este lugar mágico a nadie, pero guardo la imagen que capturó mi mente en lo más profundo porque es algo que quisiera recordar siempre.

Contábamos con media hora para usar el kayak (les recomiendo que al menos uno o una en la pareja lleve reloj para que sepan cuándo deben regresar) y se me pasó volando. Es verdad que fue cansado estar remando, y sobre todo en ese clima y esa humedad terribles, pero yo no lo sentí tan pesado porque lo estaba disfrutando muchísimo.

Ese lugar era un verdadero paraíso, pero, me duele tanto decirlo, estaba un poco sucio. Nos topamos con basura en diferentes partes de nuestro trayecto y eso me decepcionó muchísimo. ¿A caso la gente en todo el mundo es igual de inconsciente y estúpida (discúlpenme la palabra, pero es la verdad) para cuidar el planeta? Por favor, no tiren basura y si pueden recojan algo de lo que encuentren ahí. Nuestro planeta se está muriendo, no ayuden ni colaboren a que se muera más rápido.

Fuera de esta decepción, todo lo demás en el paseo estuvo magnífico. Para mí fue una experiencia increíble y repetiría sin dudarlo. Sin embargo, para mi amiga Aleksandra no fue algo tan placentero, pues en el lugar en el que ella estaba había demasiada agua que se iba metiendo poco a poco y terminó su ropa toda mojada, por lo que hubo gran parte del paseo que se sentía incómoda. Es por esto que les recomiendo que ustedes sí vayan en traje de baño, para que no tengan ningún problema si se mojan.

Después de nuestra media hora, regresamos tranquilamente a nuestro punto de partida y los empleados nos ayudaron a salir del kayak. Finalizada esta aventura y experiencia única, regresamos al bote para ir a nuestro siguiente y último destino.

Un día en Ha-Long Bay. Parte tres

Isla de Ti Top

En pocos minutos de bote llegamos al último punto de la  bahía de Ha-Long en el que estaríamos antes de regresar al puerto y después a Hanoi. Se trataba de la isla de Ti Top, que también he visto que se escribe Titov. El guía nos dijo que aquí teníamos también dos opciones a elegir: quedarnos en la playa a nadar, o subir la montaña para tener una de las mejores vistas de la bahía. Tendríamos cuarenta minutos libres para aprovecharlos en lo que decidiéramos.

Un día en Ha-Long Bay. Parte tres

Mi amiga y yo ya estábamos cansadas de caminar en esta humedad tan horrible, así que decidimos quedarnos a descansar y a disfrutar de la playa. La parte de la playa era algo pequeña, pero era suficiente para entrar al mar y disfrutar del mismo. Había mucha gente, pero de todas maneras pudimos encontrar una parte de la playa donde nadar sin que nos estorbara nadie.

El agua estaba muy calientita y daban ganas de quedarse ahí todo el día. La area era finita y no había  piedras que lastiman los pies como en otras playas (hablo de Europa, desde luego). El mar era tan tranquilo en esta parte, sin olas grandes ni  nada de  qué preocuparse. Era el lugar perfecto para quedarse en la orilla simplemente a disfrutar del agua y del sol, sin necesidad de estar brincando olas ni nada más.

Cuando salimos del agua nos dimos cuenta de que había unas como algas o plantitas verdes que se nos habían pegado al cuerpo. Por eso es importante que tengan una toalla lista, para que se puedan quitar las cositas verdes del cuerpo cuando salgan del mar.

Regresamos al bote y emprendimos el regreso al puerto de donde habíamos zarpado. Hay tours que incluyen algo que llaman “sunset party”, que creo que es simplemente tomar alguna bebida en el barco a la hora del atardecer. El nuestro no incluyó eso exactamente, pero sí nos dieron té frío con galletas y después tuvimos bastante tiempo para subir a la terraza a ver por última vez este lugar mágico donde los dragones habían escupido montañas. No era precisamente la hora del atardecer, me imagino que debe ser algo todavía más mágico, pero simplemente poder ver a la luz del día ese paisaje magnífico e indescriptible era una gran fortuna, de esas que la vida nos da durante los viajes.

Volvimos al puerto y de ahí fuimos al autobús que nos llevó de regreso a Hanoi. Nos regresaron a todas y a todos a nuestros hoteles. Regresamos al caótico Hanoi a eso de las nueve de la noche. Aquí terminó la aventura del día, pero la emoción de haber conocido ese lugar maravilloso y entender por qué es una de las siete maravillas naturales del mundo, esa no se termina.

Espero les haya gustado esta entrada y se hayan quedado con ganas de visitar la Bahía de Ha-Long y de realizar alguna o todas las actividades que les comenté. Desde luego que las actividades pueden variar de tour en tour, pero a final de cuentas todas son algo muy especial y el simple hecho de poder conocer esta belleza de lugar es algo que no se puede perder nadie que visite Vietnam. Si tienen cualquier pregunta o inquietud al respecto de la bahía de Ha-Long, o sobre cualquier otro aspectode Vietnam, no duden en contactarme, estaré feliz de poder guiarlos en su viaje o en su preparación.

Un día en Ha-Long Bay. Parte tres

Si quieren saber un poco más de Vietnam, puede que les interese mi entrada sobre Mi viaje a Ninh Binh, un destino espectacular en el norte del país y de mis lugares favoritos de todo el viaje, o mi entrada sobre mi Opinión y recomendaciones generales de Vietnam, que contiene muchas cosas que deben de saber antes de visitar este exótico país del sudeste asiático. En los siguientes días seguiré publicando sobre otros destinos fascinantes que tuve la fortuna de conocer en Vietnam, así que quédense al pendiente.

¡Gracias por su atención y hasta la  próxima!


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