Verona

Hoy os voy a hablar de mi primer viaje de este verano con mis mejores amigos: a Italia. Cuando digo primer viaje quiero decir primer viaje después de los exámenes, ya que en el Erasmus viajé un montón. Pasar unos días con mis amigos es casi una tradición (solo casi porque es la tercera vez que lo hacemos, pero con suerte en el futuro habrá más ocasiones). Todo empezó en mi primer año en la universidad. Conocí a Marek en la semana de presentación. No sé cómo, pero nos hicimos amigos y ahora le puedo contar cualquier cosa. ¡Hasta vino dos veces a verme durante el Erasmus! Hace tres años, decidimos ir juntos de vacaciones, pero no sabíamos con quién ni a dónde. Cuando acordamos ir a Ámsterdam seguíamos siendo solo dos. Era difícil encontrar compañeros de viaje. Intentamos convencer a un montón de gente, pero no teníamos coche y dos días antes del viajes seguíamos sin saber con quién íbamos. Al final encontramos a mi amiga Lucy de la universidad y éramos tres. Podíamos ir solo tres, pero luego a Lucy se le ocurrió la genial idea de traer a su novio, Honza. También cambiamos el lugar y en vez de a Ámsterdam, fuimos a Budapest. Fue un viaje increíble.

Con el tiempo, Lucy no siguió con ese chico e hicimos otro amigo, Matej. Es un año menor que yo y empezó a estudiar en la universidad también. Lo conocimos en la semana de presentación que organizamos. En ese momento no sabía que podríamos hacernos tan amigos o incluso viajar juntos. Era perfecto. Los chicos se llevaban bien y Matej nos cayó genial enseguida.

El segundo año de universidad fue genial gracias a estos chicos porque íbamos juntos a todas las fiestas. Celebrábamos los cumpleaños juntos, confiábamos los unos en los otros, íbamos de fiesta juntos y al terminar el semestre, decidimos viajar juntos. El destino era Roma, Italia. Era mi primera vez allí y me gustó muchísimo. Fuimos en avión y estuvimos cuatro días juntos. Me encantó Roma. Lo que más me gustó fue el Coliseo y también fuimos a la playa.

Por desgracia, el tercer año fue mucho más complicado para nosotros. Marek fue a hacer el máster a Utrecht, Lucy se fue de Erasmus a Luxemburgo y cuando volvió yo ya estaba de Erasmus en Francia. Por tanto, no tuvimos mucho tiempo para estar todos juntos. Aunque hacíamos Skype y e íbamos a visitar a los otros, no era igual que antes, que nos veíamos cuando queríamos. Pero aun así planeamos nuestras vacaciones y decidimos ir al lago de Garda, en Italia. Primero, queríamos ir a Venecia o a Florencia, pero cuando vimos que solo teníamos cuatro días, preferimos pasar más tiempo cerca del lago a estar todo el rato metidos en un coche. Ya íbamos a pasar bastante tiempo en coche. Ahora me alegro de esa decisión porque fue maravilloso.

La fecha era fácil de decidir porque en verano Marek solo tenía 10 días libres antes de irse a Indonesia. Por eso fuimos en la primera semana de vacaciones. Lucy ya había estado muchas veces y tenía muchas referencias del lugar. Decidimos ir en coche para poder movernos fácilmente y nos venía bien para el viaje.

Primer día del viaje

Matej me recogió en Praga y fuimos a Pilsen a por Lucy el lunes 4 de julio. Se suponía que íbamos a ir juntos, pero Marek descubrió que era más barato ir a Italia desde los Países Bajos, cogiendo un avión hasta Verona. Por eso de camino solo éramos tres y lo recogimos en el aeropuerto en Verona.

A pesar de mi experiencia negativa con Airbnb, volvimos a usarlo porque era la opción más barata aparte de un camping. Preferíamos el Airbnb porque queríamos cocinar y por supuesto, porque era más cómodo. Al final no tuvimos ningún problema y todos los pisos eran geniales. Cuando llegamos a Pilsen hicimos la compra para ahorrar. Compramos alcohol y cosas para cocinar. Lo bueno es que llevábamos una pequeña nevera en la que transportar la comida. También cambiamos el dinero a euros.

Lucy no estaba de buen humor porque por haber aprobado los exámenes le habían regalado un móvil, pero no iba con su tarjeta SIM. Por tanto, tenía que arreglarlo antes del viaje y fue al servicio de reparaciones. No le dijeron nada nuevo, solo le pidieron una contraseña que no tenía. Encima su móvil antiguo había dejado de funcionar y no teníamos ningún mapa. Por suerte, Matej hizo capturas de pantalla con su móvil de camino y pudimos llegar casi sin problema. No sé qué pasó, pero en Italia el móvil antiguo de Lucy volvió a funcionar y el móvil nuevo aceptó la tarjeta SIM.

Viajar en coche fue agotador para Matej porque conducía él todo el rato, ocho horas. Paramos unas cuantas veces en alguna gasolinera y para mi sorpresa, no me quedé durmiendo. Hasta comimos sano porque compramos ensalada con pollo y nos la comimos en el coche. Llegamos al aeropuerto casi a tiempo y fuimos al Airbnb.

Me llevé una agradable sorpresa. El apartamento parecía muy lujoso y hasta tenía aire acondicionado. Además, recibimos un paquete de bienvenida con una botella de vino, Nutella, mermelada... Por desgracia, no estuvimos mucho tiempo allí porque llegamos a las 22:00. Decidimos explorar la ciudad un poco, así que brindamos con el vino y fuimos al centro en bus. Después descubrimos que nos alojábamos muy cerca del centro y no tuvimos que coger un bus de vuelta. Anduvimos un rato y paramos cerca de la fuente para sentarnos un rato. Al andar me di cuenta de que las calles eran tan tranquilas porque no había nadie. Seguramente Verona es una ciudad solo para turistas. Esa noche era muy tranquila. Al volver a casa, jugamos a nuestro juego de cartas favorito, el whist.

Es mi juego favorito que no incluye alcohol. El procedimiento está basado en el famoso juego del bridge. En cada ronda se elige un color y un palo para que sea el triunfo y se reparten las cartas. Entonces alguien echa una carta y los demás tienen que echar las del mismo palo y si no tienen, tienen que anunciar triunfos. En caso de no tener triunfos, pueden echar la carta que quieran. Si son del mismo palo, gana la carta más alta. En cada mano alguien gana una baza de cuatro cartas.

Lo mejor es que lo importante no es ganar la baza, sino adivinar cuántas bazas ganarás. Al principio de cada mano, tienes que adivinar cuántas bazas vas a ganar. SI aciertas, tienes 5 puntos extra más el número de bazas que hayas dicho. Además, el número que adivines tiene que ser distinto al número de cartas en cada mano porque en cada mano alguien pierde. Además, siempre hay un número distinto de cartas. Empiezas con 11 y luego sigues con 9, 7, 5, 3, 1 y luego con números pares, 2, 4, 6, 8, 10 y 12. Es un juego de lógica. Después fuimos a dormir. Nuestro plan para la mañana siguiente era explorar más Verona y luego ir al sur del lago de Garda.