Diario de Trieste: día 2

¡Hola a todos! Hoy he pasado mi segundo día en la maravillosa ciudad costera de Trieste (podéis leer cómo fue el primer día aquí), y ahora puedo decir con seguridad que es uno de los mejores sitios del país en los que he estado. Mi amiga y yo nos hemos pasado la mayor parte del tiempo a las afueras del centro, por lo que, como teníamos que ir más lejos, no hemos hecho tantas cosas como ayer. Sin embargo, este es uno de esos casos en los que la calidad vale más que la cantidad, ya que lo que hemos visto hoy es inolvidable. Dicho esto, os paso con mi yo del pasado. ¡DIsfrutad la lectura!

Diario de Trieste: día 2

11:45

¡Saludos desde uno de los autobuses urbanos de Trieste! Mi amiga y yo hemos empezado el día un poco más tarde, ya que la caminata de ayer ha hecho que nuestros dedos vayan solos al botón de posponer alarma. Cuando por fin hemos conseguido levantarnos, nos hemos tomado algo rápido de comer (nuestro anfitrión de Airbnb ha sido muy amable y nos ha dado a probar galletas caseras) y hemos ido al estanco más cercano. Por si no lo sabéis, los billetes de autobús se suelen comprar aquí en vez de cuando te montas.

Hemos ido a la parada y nos ha sorprendido que el autobús llegara justo a su hora, estoy tan acostumbrada a que los italianos lleguen tarde que ni se me había ocurrido que podría no ser así. Bueno, pues ahora estamos de camino a Risiera di San Sabba, os contaré algo más cuando hayamos estado allí.

Diario de Trieste: día 2

13:25

Estoy sin palabras, y no en el buen sentido. La Risiera di San Sabba es una antigua fábrica de arroz que los nazis convirtieron en un campo de prisioneros durante la Segunda Guerra Mundial. Ahora el edificio es un museo y un monumento nacional para conmemorar las vidas que se perdieron entre sus muros. La mayoría de la estructura sigue en pie: de hecho, todo menos las cámaras de ejecución y las chimeneas que las explotaron para ocultar la evidencia al acabar la guerra. El lugar en el que se encontraban está marcado en el suelo y con una imponente escultura de metal.

Hemos empezado visitando la zona del museo, en el que había un montón de información sobre el campo y sobre algunos de los prisioneros. Impacta mucho saber cómo trataban a esa gente, y es muy doloroso leer las últimas cartas de quienes no salieron de allí con vida. Quizá lo más desgarrador de la exposición sea el tarro de cristal lleno con las cenizas de prisioneros de Auschwitz. Estaba lleno hasta arriba, era un recordatorio visual terrible del sufrimiento por el que habían pasado tantos hombres, mujeres y niños inocentes.

Después hemos ido a la sección conmemorativa, en la que las paredes estaban cargadas de placas de piedra en honor a varios prisioneros: mujeres y hombre homosexuales entre otros. En un pequeño edificio justo al lado había una exposición sobre el antisemitismo, que fue un gran problema en Trieste, pues forzaban a muchos niños judíos a dejar el colegio y despedían a los adultos del trabajo. Lo que más nos ha indignado ha sido la exposición que explicaba cómo alentaban el racismo en las escuelas y entre la gente en general. Un artículo del periódico, por ejemplo, le decía a sus lectores lo importante que era recordar que los italianos eran una raza superior y que la perfección del pueblo ario no debía contaminarse por la impureza de los judíos. Nos hemos ido de allí enfadadas por lo injustas que son esas declaraciones tan crueles y discriminatorias.

Por último hemos visitado algunas de las habitaciones principales del campo. En una había pequeñas celdas, en cada una de ellas se encerraban unos seis prisioneros a pesar de que apenas había espacio para uno. Otra habitación se dice que es donde mandaban a los prisioneros antes de ejecutarlos, por algo se llamaba la celda de la muerte.

Ahora estamos en el autobús de vuelta al centro de la ciudad, pero todo está muy silencioso. Necesitamos tiempo para asimilar las cosas tan horribles que acabamos de ver. Os recomiendo que vayáis a verlo si vais a Trieste, podréis ver todo más claro y os recordará lo mucho que queda por hacer para luchar contra la injusticia en el mundo. Por cierto, disculpad que no tenga fotos del interior del museo, pero no me parecía que fuera lo más adecuado.

Diario de Trieste: día 2

14:30

¡Hola a todos! Estoy de vuelta en una nota mucho más animada. Mi amiga y yo acabamos de terminar de comer en una cafetería encantadora junto a la Piazza dell'Unità. Yo me he pedido una ensalada caprese (mozzarella, tomates, olivas y alcaparras) y ella una lasaña. Estamos pensando en ir a la estación de tren en cuanto paguemos la cuenta, ¡seguid leyendo para saber a dónde vamos!

Diario de Trieste: día 2

18:30

Saludos desde el increíble Castillo de Miramar, una impresionante estructura del siglo XIX a unos diez minutos en tren de Trieste. Hace unos dos horas que hemos atravesado el camino por el bosque y hemos llegado al monumento. Mirad qué laguna tan tranquila nos hemos encontrado de camino, ¡y había tortugas nadando!

Diario de Trieste: día 2

Después de darle una vuelta rápida al exterior del castillo hemos ido a explorar el interior, sintiéndonos las mejores por tener el descuento en la entrada por ser ciudadanas europeas de entre 18 y 25 años. Hemos ido de habitación en habitación maravillándonos con lo espectaculares que eran algunas de ellas. El edificio fue el hogar de un archiduque y después de un emperador, así que no se podía esperar menos. Mis habitaciones favoritas son probablemente la habitación de la esposa del emperador Maximiliano, Charlotte, que tenía un diseño que imitaba un camarote (y muy bien conseguido) y la sala del trono (la foto de abajo), que estaba llena de lámparas de araña y cuadros interesantes.

Diario de Trieste: día 2

Al final del tour nos hemos ido a explorar el jardín de alrededor, donde nos hemos encontrado, entre otras cosas, un muelle con una esfinge de mármol rosa al final, un invernadero y un jardín laberinto increíble. Al archiduque Fernando Maximiliano, que fue quien diseñó el lugar, le gustaba mucho la idea de que estuviera lleno de plantas exóticas, y parece que se salió con la suya. Ahora estamos relajadas en una escalera de piedra, disfrutando de las vistas del reluciente mar azul antes de volver a la estación. Este lugar es como el cielo en la Tierra.

Diario de Trieste: día 2

20:00

¡Chinchin! Mi amiga y yo ahora estamos en Harry's Bar, un pequeño local cerca de la estación central de Trieste en el que estamos tomándonos unos cócteles. Ella se ha pedido un Aperol spritz y yo un Campari spritz. ¡Qué triste pensar que será el último que me tomaré en mucho tiempo! Volveremos mañana para probar alguna de sus bebidas calientes: ¡dicen que el café de aquí es el mejor de la ciudad!

Diario de Trieste: día 2

23:00

Ya estoy en casa, cansada después de otro día movidito. Resulta que las bebidas eran un poco fuertes, así que hemos ido a comer casi al primer restaurante que nos hemos encontrado al salir del bar. Se llamaba Trattoria Città di Londra, pero por suerte lo único inglés que había ahí eran los carteles de Londres en las paredes y una cabina de teléfono roja. Hemos cenado unos platos caseros italianos sorprendentemente deliciosos, yo me he pedido pasta con salsa ragú, y después hemos salido corriendo a coger el autobús de vuelta al apartamento.

Diario de Trieste: día 2

Me voy a la cama ya, así que buenas noches y muchas gracias por leer mi post de hoy.


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