El Camino de Santiago es una de las mejores experiencias que he vivido en los últimos años, por eso hoy os cuento cómo organizamos y los preparativos (que son muy pocos) por si os animáis a hacerlo.
Lo primero es ver cúando quieres hacerlo, yo lo he hecho varias veces y en diferentes épocas del año. Os cuento, que en invierno es muy bonito hacer el camino porque incluso podeís ver algunas partes nevadas pero para mi fue uno de los más duros y aburridos. Sobretodo por el tema del frío y la lluvia; y digo aburrido, en el sentido de que no encuentras tantos peregrinos como en verano que es una de las cosas que más me gustan del Camino. También lo he hecho en Pascua, que es una época buena si te toca con buen tiempo de la primavera, llueve también pero no hace tanto frío ni está todo tan desolado como en el invierno. Porque durante las etapas se pasa por muchos pueblecitos pequeños y algunos en invierno están totalmente desiertos.
Pero os diré, que de todas las veces que lo he hecho mi favorita (y la que he repetido) ha sido hacerlo en verano. Hay a gente que no le gusta nada hacerlo porque dicen que hay muchas aglomeraciones, que tienes que levantarte muy temprano y correr para conseguir un hueco en los albergues, etc. Pero eso es según la experiencia de cada uno y el gusto, también depende de la ruta que sigas. No es lo mismo hacer el camino francés que suele ser el más transitado o hacer el inglés o el de la Vía de la Plata.
El camino francés en verano si que es verdad que está muy abarrotado. Esto tiene sus pros y sus contras. A favor os diré que vais a conocer a muchísima gente, a intercambiar experiencias con otros peregrinos y que os lo pasaréis genial, porque todas las tardes haréis cosas con gente diferente. Bañaros en los ríos con los peregrinos que coincidais esos días, comer e irse de cañas con ellos, etc. En contra, os diré que hay etapas en las que los albergues están más limitados y os puede pasar que en esa fecha haya muchísima gente y tengáis que iniciar la etapa a las 5 o 6 de la mañana para encontrar hueco en el albergue donde termine vuestra etapa. Esto a mi personalmente no me ha pasado nunca, porque siempre he encontrado huecos sin dificultad ninguna, pero si que conozco a gente que se ha tenido que ir al siguiente pueblo porque en el que querían terminar la etapa no quedaban ya albergues disponibles, y andar 15 o 20 kilómetros en verano con el calor (o con la lluvia) con todo el cansancio no gusta a todo el mundo.
Si os decidís a hacer otra ruta, os cuento las otras que yo he hecho que han sido la Vía de la Plata y el Camino Inglés.
El inglés lo recuerdo como el más duro de las tres rutas que he hecho. Por sus pendientes sobretodo. Y el Vía de la Plata no era tan duro y había etapas muy bonitas por las que caminábamos cerquita del mar. Os animo a que miréis todas las rutas que hay y elijáis la que más os guste.
Respecto a los preparativos para organizar el camino, lo que hicimos fue muy simple:
(El ejemplo que os voy a contar es de cuando organizamos el camino francés para hacerlo en verano)
Para que después te den la compostela lo mímino que tienes que caminar son 100 kilómetros, por lo que empezamos nuestro camino en O Cebreiro.
Nos compramos los billetes hasta allí y ese fue nuestro principal preparativo. Comprar los billetes y reservar el alojamiento para la primera noche. Los demás albergues los íbamos cogiendo sobre la marcha, si llegábamos tempranito había varios albergues dispobinles. Pero si llegábamos las últimas teníamos que dormir donde tocara.
Para preparar la mochila fue sencillo: una camiseta con una muda para cada día y 3 pantalones para una semana. Hay que tener muy encuenta el peso de la ropa porque todo lo que lleves tienes que cargarlo en tu espalda, por eso todas las tonterías de más que metáis en la mochila harán vuestra mochila más pesada. A parte de la ropa, llevábamos las típicas toallas de secado rápido, unas chanclas y las cosas de aseo.
Un consejo, si vuestra mochila no tiene bolsillos en las asas y para coger cualquier cosa os la tenéis que quitar (como la mía) os recomiendo que a parte de la mochila llevéis una riñonera. Es muy cómodo tener siempre a mano las cosas básicas y no tener que quitarte la mochila cada dos por tres si necesitas algo.
¡Buen Camino!