Roma: entre italianos y españoles
Buenas tardes erasmusitos:
Continuando con la experiencia acerca de Roma, os seguiré comentando que la primera noche que pasé allí pude connotar la gran cercanía que tienen los italianos. Había oído muchas veces eso de que "tú casa es mi casa", pero ese día pude por fin comprobar qeu eso era totalmente cierto en el caso de los italianos.
María me dijo que habían quedado para cenar en casa de un italianoamigo suyo, yo evidentemente no conocía a nadie, pero si María iba yo también. Modo Pack ON. La casa donde vivía estaba algo así como en el otro lado del centro de Roma, así que cogimos el metro y al salir caminamos hasta llegar al lugar. Era una casa de tres habitaciones, y con esto no me refiero a que tenía la cocina, el comedor y tres habitaciones... no. Tenía tres habitaciones en total. Cocina, baño y comedor/habitación/salón. Todo en uno y en nada.
Comenzó a llegar gente, tanto italiana como española, y nos juntamos como diez personas en un espacio más que reducido. El dueño del piso nos hizo la cena a todos: amatriciana. En mi vida había probado yo eso y no soy muy fan del tomate, pero, carajo, aquello estaba de fábula. Además, también se pusieron platos con cositas para picar y ensalada. Cenamos muy bien la verdad. De allí, ya nos dispusimos a volver a casa porque María al día siguiente trabajaba y yo había quedado para visitar el Colosseo con los tres chicos que había conocido a la llegada a Roma.
Mi conclusión tras esa noche es que los italianos, a pesar de ser muy zalameros y muy liantes, son personas muy familiares y cercanas, que hacen piña y casa donde sea, y sinceramente estando lejos de casa eso se agradece un montón.
Volvería a agradecer a ese amor de italiano que nos hizo la cena mil veces el ratito que nos ofreció en su casa.
Al día siguiente, como habíamos dispuesto, me levanté, duché y desayuné. Quedé con María que al acabar ella el trabajo se me uniría en el centro y yo puse pies hacia el Colosseo. Había quedado justo enfrente a eso de las 10 de la mañana, si no recuerdo mal.
Alejandro, Diego y Fer llegaron tarde. Pero no me importó porque no puede una esperar y contemplar el Colosseo todos los días en un día soleado y maravilloso de octubre. El día era caluroso a más no poder. Perfecto, en realidad, para hacer turismo. Comenzamos a hacer cola y vimos que para estudiantes de la Unión Europea el precio era más bajo, 7. 50€ si tienes entre 18 y 25 años, 12 euros la entrada general.
Alejandro se hizo pasar por europeo, a pesar de ser argentino, porque su apellido era italiano, así que coló y se ahorró unos euros. La mañana pintaba increíblemente entretenida. Mis acompañantes eran tan charlatanes y dicharacheros como yo y las bromas no pararon en todo el rato.
Entramos al Colosseo y tengo que reconocer que comencé a sentirme un poco tonta, nada comparado con lo tontísima que me sentiría después jajaja. Aquello era como ver ruinas y edificios muy viejos sin saber qué eran, porque ninguno de los cuatro teníamos ni la más remota idea. Tampoco nos importó. Comentábamos lo que pensaban que eran los lugares, los sitios... Después de darle toda la vuelta al Colosseo decicimos ir hacia el Foro y el Palatino.
No sé qué vimos y qué no vimos, pero para nosotros lo vimos todos jajaja. Diego, el chico de Huelva, bromeaba acerca de que a su madre cuando le preguntara le diría: "mamá lo he visto todo" y entonces su madre le preguntaría: "ah sí, ¿el qué? ", y él le contestaría: "Pues todo es todo mamá jajaja". La ignorancia, que es así de cómica a ratos sea.
Al entrar en el Foro decidimos almorzar algo para reponer fuerzas y continuar caminando por la zona. No sé cuántas horas estuvimos allí, pero estábamos muy perdidos.
Creo que dimos la vuelta en círculo y nos perdimos algo, pero bueno, ante la ignorancia y el no entender los mapas que estábamos usando, ya vimos bastante. Y no, no es que fuésemos unos ineptos, es que de verdad que el mapa estaba muy mal indicado.
Comimos dentro del Foro y el Palatino y los argentinos se echaron la siesta donde supongo que alguien, dados los cientos de años que tiene eso, alguien más se la habría echado jajaja.
A pesar de que no entendíamos nada de dónde estábamos o qué es lo que estábamos viendo tengo que afirmar que me gustó muchísimo. Aquello tenía un encanto y no sé qué, que qué sé yo... me gustó encontrarme en un lugar en el que miles de personas habían pasado mucho tiempo y habían tenido lugar acontecimientos importantes. No sé, con historia supongo. Además, como véis, el día era increíble. 5 de octubre y che que solazo.
Luego os cuento alguna cosilla más de cómo continuó la tarde, hasta aquí por ahora erasmusitos.
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- Italiano: Roma: tra italiani e spagnoli
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Comentarios (1 comentarios)
Anthony Power hace 10 años
Pero entonces, ¿con qué te quedas?