A Roma con amor: Mi experiencia Erasmus

Mi nombre es María Julieta Galende, tengo 21 años y soy argentina, estudiante de la Licenciatura en Fonoaudiología en la Universidad Nacional de San Luis. Quiero compartir con ustedes sólo algunos detalles de mi intercambio en Roma, ya que otros no pueden ponerse en palabras y los demás los invito para que lo experimente cada uno de ustedes.

Todo empezó el 27 de Diciembre de 2016, cuando recibo un mail que comenzaba diciendo: Auguri.

Desde el momento en que recibí la noticia de que había sido elegida para viajar a Roma como estudiante Erasmus supe que la aventura había comenzado.

Mi corazón se colmaba de ansias y expectativas, con sólo pensar que tenía en mis manos el boleto que inauguraba los seis meses que llegarían para sorprenderme en cada momento por cada rincón de la Ciudad Eterna.

Viajar sola tan lejos de casa, instalarme en un nuevo país, recibir clases en otro idioma, rendir exámenes, conocer gente nueva…fueron algunos de los desafíos que comenzaron a cruzarse por mi cabeza cuando mi avión aterrizaba ya en Italia.

Fui recibida por la Universidad de Roma “La Sapienza”, en el período de febrero a julio de 2017, en donde asistí a la carrera de Logopedia, equivalente a mi carrera de formación.

Los cursos a los que asistí me dieron la oportunidad de experimentar la vida universitaria romana en primera persona. Fui recibida muy cálidamente por mis compañeras, quienes se encargaron de hacerme sentir parte del grupo rápidamente.

Durante este tiempo tuve la gracia de vivir en una Residencia de Jóvenes Universitarias a cargo de la Congregación de María Inmaculada, un grupo de 50 chicas con quienes tuve la alegría de compartir el día a día de mi estancia.

Amigos mexicanos, argentinos, taiwaneses, españoles, egipcios, georgianos, rumanos, franceses, peruanos, marroquíes, amigos del mundo. Esta experiencia abre puertas para enriquecerse de diversas culturas, algunas muy distintas a la propia, pero en todas algo que incentiva a conocerlas aún más.

Amigos que se convirtieron en hermanos, porque lo que se comparte es tan fuerte que crea lazos que nunca se romperán, por más distancia que nos separe.

Roma no deja de sorprender, con sus calles llenas de historia, rincones con las más antiguas arquitecturas, fuentes de agua por donde se vea, balcones floridos, los mercados, la pizza al taglio, turistas fascinados con lo que se encuentran. Iglesias, Catedrales, Basílicas, cada una única e inigualable, conservando en su interior los tesoros más preciados del catolicismo.

Paseos en bicicleta, escaladas con las mejores vistas de la ciudad, peregrinaciones, desgustar la pasta en un típico restaurant italiano en las calles del Trastevere, cine y teatro. Roma brinda las mejores opciones para divertirse y pasarla bien.

Visitar la tierra de mis bisabuelos fue un regalo también para mi familia, quienes compartían conmigo de la experiencia como si estuviéramos juntos en cada lugar que visitaba.

“Chi è nato a Roma la ama, ma chi non ci è nato e l'ha incontrata, a volte, come nel mio caso, la ama ancor di più”

(Giovanni Canestri)

La oportunidad de vivir un intercambio tiene el costo de extrañar a veces a la familia y los amigos, de resignar algunas cosas, pero esto no es motivo para renunciar a vivir una de las mejores experiencias que un joven puede tener, y de la que nunca se arrepentirá.

Agradezco al Programa Erasmus por abrirnos la puerta al mundo a los jóvenes que tenemos sueños grandes y nos ayudan a concretarlos.

Y a Dios por este inmenso regalo que quedara guardado por siempre en mi corazón.