No caigas en la desmotivación si te invade la soledad
Irte de Erasmus es algo maravilloso: en tu vida entran nuevos amigos con los que maduras, descubres nuevas costumbres y culturas, te adaptas a nuevos lugares, dejas unas gotas de tu alma en un país que hasta entonces era completamente desconocido... y al regresar te sientes revitalizado.
No obstante, para mucha gente, los primeros días (e incluso el primer mes) en otro lugar puede convertirse en todo un dilema. Te sientes solo, no tienes amigos con los que relacionarte, echas mucho de menos a tu familia... ¿a que has experimentado alguno de estos sentimientos? Pero en mi opinión he de decir que no te desmotives al tener estas sensaciones. Forma parte del proceso de adaptación y al cabo de unas semanas no te arrepentirás de no haberte rendido.
Unos inicios sin motivación, con muchas dudas
Para qué voy a mentir, soy bastante vergonzoso y no me resulta fácil relacionarme con otras personas. Cuando aterricé en Roma, aunque hablo bastante bien el italiano sentí que me faltaba fluidez para enterarme de los temas de conversación, por lo que no me sentía conectado con la clase. Y lo peor de todo es que los primeros intercambios de palabras son clave a la hora de formar grupos de amigos. Por este motivo, el primer mes de erasmus se me hizo muy cuesta arriba. Además, me costaba sudor y lágrimas seguir las asignaturas de ingeniería (que si en español ya son difíciles, imagínate en italiano...)
En definitiva, no tenía motivación, tenía ganas de volver a Sevilla con mis amigos y mi novio, y este infierno se terminaría por fin... Sin embargo, si algo me define es que soy muy tozuda. Y no me arrepiento en absoluto de haber aguantado.
Buscando razones por las que me fui allí
Mientras navegaba por Skyscanner para comprarme los billetes, recordé por qué estaba de erasmus en Italia. Me apasiona la aeronáutica, conocer gente de otros lares, descubrir nuevas culturas, sentir la plenitud de viajar...
Por ello, cerré los ojos, medité y me esforcé al máximo para entablar relación con mis compañeros, hasta les conté por qué me costaba tanto comunicarme con ellos y comprendieron por qué había estado tan callada. A partir de ese momento, mi vida mejoró sustancialmente, ¡incluso estoy de prácticas en una empresa y me gustaría quedarme un par de años! Fue la mejor decisión de mi vida.
¿Para qué te va a servir este sermón?
No actúo al azar. Cuando decidí aguantar, aunque me torturaba la soledad, decenas de pensamientos me hicieron tomármelo con calma. Mi mayor virtud es la perseverancia a la hora de luchar por mis sueños. Después de tantas reflexiones, sabía que ansiaba conocer gente, hacer amistades y experimentar vivencias memorables.
En mi cabeza albergo personajes que han cambiado el mundo, que han cumplido sus metas insistiendo, superando los obstáculos y los retos que se encontraban en el camino hacia el éxito. Aunque mis objetivos son más humildes, me inspiro con sus conocimientos y junto a esta página, sus frases y mensajes me animan a continuar. Es mi forma de motivarme.
Además, soy muy aficionado a los discursos de TED, ya que grandes mentes como Ken Robinson y Warren Buffet cuentan sus experiencias y te ayudan a perseverar en una sociedad cada vez más competitiva. Empresarios, pensadores y educadores pasan por esas charlas ayudando a reflexionar y transmitiendo su sabiduría de la que puedes extraer cientos de ideas.
A lo mejor parece friki, pero es mi modo de no desistir. Si las dudas no te permiten avanzar, mi consejo es que indagues en tu interior para encontrar lo que te motiva y no renunciar a tus aspiraciones.
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