Le prime ore nella Città Eterna - Informazione utile ed esperienza personale

La primera vez que aterricé en el Leonardo da Vinci, Fiumicino(este es el aeropuerto más grande de la ciudad, el otro es un poco más pequeño y se sitúa en Ciampino) fue el 30 de junio de 2011. Llegué casi a media noche después de un largo viaje, ya que desde Sevilla con la compañía Iberia no suele haber vuelos directos a Roma. Afortunadamente, esa vez no dependí de los medios de transporte público para llegar al centro de la ciudad porque vinieron a buscarme mis futuros compañeros de piso.  Después de un viaje en coche que parecía eterno, de intercambio de palabras sin coherencia alguna (aquello no se podía llamar conversación, ni ellos hablaban castellano ni yo español) y cargada de maletas entré por primera vez en la que sería mi casa por un tiempo, sita muy cerca de Appia Nuova, a la altura de la parada de metro Ponte Lungo. Aquella noche no pegué ojo. En Roma hacía un calor insoportable (y eso que yo en agosto en mi ciudad sufro los 40º grados o más). Además al día siguiente me esperaba un día bastante agitado. Tenía que llegar yo sola al hospital más curioso que había visto nunca, allí debía pasar 3 meses realizando prácticas de enfermería. 

Puse el despertador a las 6:00 para no llegar tarde y cuando fui a salir de mi habitación descubrí que la puerta no abría. La noche anterior hacía cerrado con llave por dentro y por la mañana no podía abrir. Tuve que llamar por telefono a mi desconocido compañero y explicarle (ahora me pregunto como hice para comunicarme con él) lo que me había sucedido. Se asomó por la gran ventana de la cocina y yo desde la ventana de la habitación le tenía que dar las llaves para que me pudiese abrir por fuera. Vamos, que empecé el día de una forma genial: encerrada una habitación que no era mía, con muchísimo sueño y haciendo malabares para no caer desde la ventana de un 5º piso. 

Para llegar a mi destino, aquella mañana decidí ir con el metro hasta la parada de metro Colosseo y que una vez allí preguntaría. Al salir de la parada del metro quedé alucinada con lo que estaba viendo, era el Coliseo, una de las 7 maravillas del mundo, que había observado cientos de veces en fotos y ahora lo veía en vivo. 

Después de intentar entender cómo se llegaba andando a la Isola Tiberina y no lograrlo opté por coger un autobus. Desde el bus vi por primera vez el Monumento a Vittorio Emanuele II, imponente, de un blanco resplandeciente y unas dimensiones bestiales. Pregunté al conductor qué parada me convenía y me hizo bajar allí, en Piazza Venezia, porque me aconsejó que allí cogiese un taxi. NUNCA MAIS!!!!en Roma no se cogen taxis!!! me cobró 5 euros. Y pensaréis: ¡Qué barato! Pues pensadlo dos veces cuando os diga que tardé más tiempo en abrir y cerrar la puerta del taxi que lo que estuve dentro de él.

. *Aviso: no es la primera vez que hablaré de los medios de transporte de Roma, los que han estado sabrán por qué lo digo.

Cuando bajé del taxi pude ver un viejo puente entre ramas y hojas de árboles que se movían sutilmente con la brisa que corría aquella mañana, gente de un lado a otro,  escuchar el sonido del agua del Tíber correr, y un poco más adelante, sentir el olor del café que hacen al lado de la Basilica di San Bartolomeo all'Isola...Un centenar de sensaciones y emociones me hicieron entender que no sería esta la primera vez que visitaría en Roma. 

Ahora tengo que dejar de escribir, continuaré contando la historia de cómo conocí esta maravillosa ciudad, la gente que me acompañó durante la experiencia y un sin fín de lugares, costumbres, curiosidades, historias y leyendas.

AL FINAL DE CADA EXPERIENCIA QUE ESCRIBA QUIERO DEJAR INFORMACIÓN ÚTIL. ALLÁ VAMOS CON LAS PRIMERAS COSAS QUE HAY QUE SABER RECIÉN LLEGADO A ROMA:

1. TRANSPORTE AEROPUERTOS-CIUDAD. Tanto desde Fiumicino como desde Ciampino existe el bus Terravision. Es un trayecto directo de unos 40 minutos y vale aproximadamente  4 euros. El billete lo puedes adquirir desde internet (www.terravision.eu) que sale algo más económico, o directamente en la puerta del autobus. Desde Fiumicino puedes optar también por coger el tren que te lleva hasta la estación de autobuses y trenes principal de Roma, Termini. También puedes bajar una parada antes, en la Stazione Tuscolana, que después de algún tiempo comprendí que me convenía más debido a la cercanía de esta a la Via Appia Nuova. La opción del tren es algo más costosa y se tarda algo más. 

2. METRO. El metro de Roma, bajo mi punto de vista, es bastante pequeño, ya que por el momento solo cuenta con dos líneas: la Linea A (de color naranja en el mapa) y la Linea B (de color azul). Recientemente han abierto una prolongación de la linea B, la Linea B1. El billete único cuesta actualmente 1,50 euros. Si vas a estar por un período largo sale más rentable obtener el billete mensual que cuesta unos 35 euros aproximadamente. Este billete te servirá tanto para el metro como para el bus.

3. BUS. Todos aquellos lugares que no están cubiertos con el metro son fácilmente accesibles con los autobuses disponibles. Hay infinidad de líneas. Si debes ir a algún sitio y no sabes cómo llegar, la Azienda per la mobilità pone a disposición una página web bastante útil, dónde puedes consultar cual es el mejor recorrido para hacer hasta llegar a tu destino, el tiempo de espera en cada parada, noticias, líneas disponibles, etc.         www.atac.roma.it 

ARRIVEDERCI RAGAZZI :)