10 platos que tienes que probar durante tu estancia en los Países Bajos

Cuando piensas en la cocina holandesa, ¿qué es lo primero que se te viene a la cabeza? ¿Quizás queso? ¿Patatas fritas muy calientes? Bueno, aunque no tendrías muchas dificultades para encontrar estas exquisiteces en los Países Bajos, en verdad este país tiene una gama mucho más amplia de platos que ofrecer a los turistas curiosos. Ya vayas a la extravagante Ámsterdam o a la pintoresca Zaandam, aquí tienes diez platos que tienes que probar sin ninguna duda.

Appeltaart (tarta de manzana)

Puede que esta primera recomendación te confunda un poco: al fin y al cabo, la tarta de manzana es uno de los postres más insípidos. De todas formas, en este país (en especial, en la fantástica cafetería Winkel 43, en Ámsterdam) este postre está a otro nivel. No solo es que tenga trozos de fruta en vez de un puré, sino que además se condimenta toda la tarta con canela y cada porción está adornada con una buena ración de nata montada. Si me preguntan a mí, ¡es un postre totalmente delicioso! ¡No te sorprendas si de repente te entran ganas de más!

Kroket (croquetas)

Las croquetas son otra gran opción con la que deleitarse, ya sea entre horas o mientras estás fuera y demasiado ocupado para sentarte. Simples, aunque deliciosos, estos rollos de carne picada recubiertos de pan rallado y fritos a la perfección son unos de los aperitivos más famosos de esta región y se pueden comprar en cualquier local de comida rápida. ¿Eres vegetariano o vegano? Disfruta de este plato tan exquisito con una patata como acompañamiento y asegúrate de sazonarlo con todos tus condimentos favoritos.

Drop (regaliz)

Países Bajos gana a todos los demás países en lo relativo a la cantidad de regaliz que se consume per cápita. Vayas a donde vayas verás tiendas que lo venden y, si te gusta, seguramente te sientas tentado a comprarlo. De todas formas, ten cuidado: al contrario del regaliz que se produce en Estados Unidos o en Reino Unido, la versión holandesa es muy salada y suele dejar una sensación de ardor en la boca. Pruébalas si te atreves, pero espera lo inesperado.

Goudse kaas (queso gouda)

Uno de los quesos que tienes que probar mientras estés aquí, es el gouda. Famoso en todo el mundo, este delicioso alimento tiene un sabor dulce y ligeramente picante y se puede comer tanto en bocadillo como solo. Si quieres tener una clase de historia mientras te das el gusto de probarlo, asegúrate de visitar el Cheese Museum, en Ámsterdam. Haz click aquí para leer más acerca de este sitio, junto con otros nueve museos increíbles en la capital del país.

Hagelslag (virutas de chocolate)

¿Aun conservas las papilas gustativas de tu infancia? ¡Sírvete unas virutas de chocolates (o «hagelslag») en una tostada! Se pueden conseguir en casi cualquier supermercado y son superpopulares entre los holandeses, así como una gran delicia para los turistas. Simplemente asegúrate de que dejas algo de tiempo para que se derritan un poco antes de devorarlas, a no ser que te guste que te caiga por encima una granizada de chocolate (traducción literal para «hagelslag»).

Haring (arenque)

Ya te guste el marisco o la comida rápida, no puedes ir a los Países Bajos y no probar el arenque crudo. Se suele servir con pepinillos o con cebolla. Este plato de pescado tiene un sabor peculiar pero, si los holandeses han aprendido a amarlo, ¡tú también puedes! ¿Quieres comer este delicioso plato como la gente de la zona? Echa la cabeza hacia atrás y, sosteniendo el extremo de la cola, ¡cómetelo! ¿No te quieres manchar las manos? Pídele al vendedor que te corte el pescado en trozos.

Rijsttafel indonesio

Te estarás preguntando qué hace una delicia indonesia en un artículo acerca de la cocina holandesa. Bueno, amigos, hasta mediados del siglo XX, el primero de estos países era en realidad una colonia del último. Esto dio lugar a la llegada de platos nuevos. El rijstaffel (en español, «mesa de arroz») es, y siempre ha sido, el más popular de todos ellos. Es muy apropiado para aquellos a los que les guste probar un poco de todo. Es básicamente una comida con docenas de pequeñas bandejas indonesias que cinco o seis comensales se repartirán entre ellos. Si te hospedas con huéspedes holandeses, muéstrales tu agradecimiento llevándoles a comer rijstaffel: ¡fijo que te vuelven a invitar!

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Pannenkoeken (crepes)

¿Has salido a desayunar o a almorzar? ¡Date el gusto de probar las crepes holandesas! Son grandes y finas, como las francesas, y sus sabores son de todo tipo (dulces y saladas). Este plato te llena lo suficiente como para aguantar hasta la hora de comer. Sigue la tradición y pide las tuyas con azúcar glas espolvoreado o con una capa gruesa de sirope «stroop» (sirope holandés) pegajoso. ¿Quieres condimentos salados? ¡Ya sabes que el gouda es la mejor opción!

Patat (patatas fritas)

Al igual que la tarta de manzana, puede que las patatas fritas no parezcan la opción más arriesgada y, de hecho, por sí solas no lo son. De todas formas, lo especial de la versión holandesa no son las patatas en sí, sino las salsas que las acompañan. Fritessaus (en español, «salsa de patatas») es la más conocida, se parece a la mayonesa, aunque un poco más dulce. También son famosas la joppiesaus (hecha con curry en polvo y cebolla), la salsa picante, la salsa de cacahuete y una mezcla de kétchup y mayonesa.

Stroopwaffels (gofres con sirope)

Por último, pero no por ello menos, están los stroopwaffels: galletas de barquillo pegadas con una fina capa de sirope de caramelo. Estos aperitivos están delicios y, si no fuera por la sed que dan, ¡seguro que te comerías paquete tras paquete en cuestión de segundos! Se pueden comprar en cualquier supermercado (así como en HEMA, el querido centro comercial holandés). Están muy bien para tenerlos en tu mochila en caso de emergencia o para regalárselos a tus seres queridos al volver a casa.

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¡A comer!

Así que aquí está: ¡diez platos que tienes que probar mientras estés en los Países Bajos! Si ya has estado y tienes más exquisiteces que añadir, no dudes en dejar un comentario debajo. Si no, prepárate para mimar a tus papilas gustativas durante tu futuro viaje. Y recuerda: ¡el regaliz holandés no es para los cobardes!

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