Viaje de día a Varenna y Bellagio

Hoy quiero escribir sobre el viaje que hice ayer al Lago de Como (sí, otra vez: nunca me canso de este lugar, ¡es precioso! ) y, más precisamente, a los pueblos de Varenna y Bellagio. No era la primera vez que iba al Lago de Como, pero sí la primera vez que fui a esos pueblos, así que estaba emocionada de descubir más del lugar que ya conocía.

Fuimos en tren, salimos de la estación Milano Centrale sobre las 12:30 p. m. Solo tardamos una hora en llegar (y vimos increíbles paisajes de camino a allí a través de las ventanas del tren) y el viaje nos costó sobre 14 €. Creo que no fue muy caro y, además, se pueden ver paisajes distintos de los que se ven en la ciudad. Para mi mereció la pena totalmente, creo que si pasas unos días en Milán tienes que dejar tiempo para visitar los pueblos cerca del Lago de Como. Si no tienes idea de qué lugares visitar, te recomiendo Varenna y Bellagio, ya que son asombrosos. Espero que después de leer este post, queráis ir.

Ayer fue lunes y como no teníamos clase, decicidmos hacer una escapada a un lugar cerca de Milán para no gastar mucho dinero. Nosotros preferimos viajar entre semana para evitar la aglomeración de gente en fin de semana y disfrutar del lugar lo máximo posible. De hecho, nuestra primera parada fue Varenna y allí no había absolutamente nadie por las calles. No estoy exagerando. Casi todas las casas tenían las persianas bajadas, solo vimos una tienda que estaba abierta y estábamos solo nosotros, literalmente, en la calle, como podéis ver en la siguiente foto (la hice en Bellagio pero la situación fue la misma en ambos pueblos). Los únicos habitantes que vimos fueron patos en el lago, lo juro.

Al principio, disfrutamos de eso: teníamos el pueblo para nosotros solos, podíamos hacer las fotos que quisiéramos y la tranquilidad era maravillosa. Todo estaba en silencio, que es algo que nunca ocurre en una ciudad como Milán y esa es una de las razones por las que disfruté tanto este viaje. Era muy relajante no ver a nadie, no escuchar nada y solo disfrutar del paisaje.

Estuvimos en Varenna un poco más de una hora, disfrutando el maravilloso paisaje y la paz que el lago y las montañas desprenden. No haciendo otra cosa que contemplándolo todo. Las vistas eran increíbles y el hecho de que no había nadie y no se oía nada era fascinante. Estaba gratamente sorprendida por la tranquilidad de este lugar y de cómo me sentía al estar aquí. Cuando estás en una gran ciudad todos los días, sienta genial estar un tiempo desconectada sin ningún ruido.

Después de esto, nos montamos en el ferry (puedes conseguir los tickets en una pequeña estación de ferry del pueblo, justo al lado del lugar donde el ferry sale y llega, en la que una persona los vende) para ir al pueblo de Bellagio. Era un pequeño barco que transporta a pasajeros y coches desde un pueblo al otro durante todo el día. El viaje nos costó un poco menos de 10 € y es la forma más fácil, rápida y mejor de ir de un pueblo a otro. El viaje solo dura 15 minutos.

Durante este viaje en ferry, las vistas eran increíbles: estábamos en mitad del lago y lo único que veíamos alrededor nuestro era agua y montañas con un poco de nieve en la cima. Este paisaje me encantó, lo único malo (pero no es muy importante cuando ves esas asombrosas vistas) era que hacía mucho más frío en el barco que en los pueblos.

Cuando llegamos a Bellagio, empezamos a buscar un sitio para comer. En ese momento, el hecho de que no hubiera nadie en los pueblos lo hizo un poco difícil. Terminamos encontrando un restaurante llamado “Princess Bellagio”, en el que todos nos pedimos pizza, otra vez (porque ¿qué más se puede comer en Italia? ). Este restaurante fue donde descubrimos por qué los pueblos estaban desérticos: en esta época del año, las tiendas y los restaurantes solo abren los fines de semana y permanecen cerrados durante la semana. El invierno puede que no sea la mejor eṕoca para los trabajadores en estos pueblos, ya que no hay muchos turistas y no les sale rentable, por eso, tenéis que saber que si vais allí en esta época del año, habrán pocas cosas abiertas. Pero, si eso no os importa, está genial que no haya tanta gente y, al final, nosotros acabamos encontrando un lugar para comer que nos gustó mucho.

Cuando salimos del restaurante, estaba casi atardeciendo (comimos sobre las 15:30). Decidimos ir a la orilla del lago y esperamos al atardecer. Fue una de las puestas de sol más preciosas que vi, el sol se escondía detrás de las montañas y coloreaba el cielo y el lago. Fue increíblemente precioso.

Quería que el sol se pusiera más tarde para que así pudiéramos disfrutar de los pueblos un poco más. Se hizo de noche a las 17:30, así que nos montamos en el ferry de vuelta a Varenna y, después, fuimos a la estacion de tren para regresar a Milán.

Ese día en el lago fue impresionante y relajante. Vimos maravillosos paisajes y disfrutamos de la paz y la tranquilidad que había allí. Ambos pueblos eran encantadores, aunque yo tenía preferencia por Varenna (quizá lo notéis por lo que escribo) y me gustó un poco más que Bellagio.

Pasé muy buen día, así que si tenéis la oportunidad de ir a esa zona de Italia, deberíais ir allí porque es increíble.

(Esta foto de abajo es una de mis vistas preferidas del día. Las casas eran muy bonitas y no aparece nadie en la foto. Sigue siendo mi parte favorita del viaje, además de que vimos cosas increíbles).

Como ya había estado antes en otros pueblos cerca del Lago de Como, sabía más o menos qué esperar: tranquilos pueblos, preciosos paisajes y un bonito y relajante día. Tengo que decir que estaba gratamente sorprendida, sobre todo por el pueblo de Varenna, por lo enamorada que me quedé de él. Ese lugar era tan tranquilo, solitario y relajante que me sentí genial ahí. Se ha convertido, definitivamente, en mi pueblo favorito del lago y creo que volveré en cuanto tenga la oportunidad.

(P. D: Si estáis interesados en ver más fotos de los tres pueblos que visité en el Lago de Como, podéis pinchar aquí y descubir muchas más).

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