15 pueblos poco conocidos del norte de Italia que necesitas añadir a tu lista
Una de las cosas que más me gusta de Italia, es que incluso los pueblos más pequeños y remotos tienen algo que ofrecer a los turistas. Puede se una iglesia, con maravillosos frescos; una colina, que ofrece unas increíbles vistas de la zona; o un restaurante, que tiene a todos los críticos encandilados. Hay muchas joyas escondidas a lo largo de todo el país, ¡esperando a ser descubiertas por viajeros entusiastas como tú!
Hoy, voy a hablar sobre quince lugares del norte de Italia que merecen más reconocimiento del que tienen. Puede que hayáis oído hablar sobre alguno de ellos; a lo mejor de otros no. Lo que sí que es seguro, es que merece la pena visitar todos y cada uno de ellos.
Pueblos para amantes de la cultura
Bérgamo
Bérgamo es uno de los lugares más bonitos en los que he estado. Dividido entre la Città Alta en la cima, y la Città Bassa en la ladera de la colina, es una ciudad donde lo viejo va unido a lo nuevo. Coge un funicular para ver la parte alta de la ciudad y visitar la catedral, con sus impresionantes columnas; la espectacular basílica de Santa María la Mayor, con sus inmaculados frescos y maravillosa fachada; la torre Campanone, con las fantásticas vistas que ofrece de la ciudad; y su asombroso museo de historia natural.
Cuando hayas pasado por todas las calles adoquinadas, da un paseo a la parte baja de la ciudad por las murallas venecianas, parando de vez en cuando para admirar las increíbles vistas. Cuando llegues abajo, visita la Torre dei Caduti, una torre conmemorativa construida para recordar a todos aquellos que perdieron la vida luchando en la Primera Guerra Mundial; la estatua de Giuseppe Garibaldi que se encuentra cerca; el teatro Gaetano Donizetti, una maravillosa ópera; y la plaza de la República, una zona verde con una gran perspectiva de los edificios que la rodean.
Brescia
Si lleváis aquí un tiempo, es posible que hayáis leído mi artículo sobre la ciudad industrial de Brescia. Se encuentra entre Verona y Milán, y aunque sigue siendo un secreto escondido, estoy segura de que poco a poco se irá convirtiendo en un popular destino para ir a pasar el día. Empieza visitando las dos catedrales, el Duomo Nuovo (nueva catedral) y el Duomo Vecchio (vieja catedral), y después pásate por las exhibiciones del museo de Santa Giulia. Sube por la colina hasta el castillo para disfrutar de las vistas de toda la ciudad, y cuando vuelvas a la estación, pásate por la iglesia de Santa María de los Milagros.
Mantua
Mantua, o, como se le conoce popularmente, Mantova; es un de esos lugares que me cuesta creer que no tengan más reconocimiento. Con lugares para agradar a los amantes de la naturaleza, el arte y la historia por igual, es una ciudad que dejará a todo el mundo encandilado. Lugares clave para visitar: el Palacio del Té, con sus habitaciones llenas de frescos y jardines pintorescos; el Palacio Ducal, con su espectacular Cámara de los Esposos; la catedral de Mantua; donde podrás encontrar aún más paredes y techos llenos de frescos; y el el museo arqueológico nacional de Mantua, donde encontrarás a los Amantes de Valdaro, dos esqueletos de más de dos mil años que se encontraron abrazados.
¿Tienes hambre? Prueba el tortelli di zucca, una pasta rellena de calabaza, ¡es el plato más famoso de Mantua! Si te apetece un poco de aventura, prueba un poco de carne de asno.
Padua
¡Mantua es a Mantova, lo que Padua es a Padova! Con su brillante arquitectura y su antigua universidad, esta maravillosa ciudad es uno de esos lugares que tienes que tachar de tu lista. Si hay algo que sí que no te puedes perder, es la capilla medieval de Los Scrovegni, con sus increíbles frescos del famoso artista Giotto. Solo pueden entrar un reducido número de personas a la vez, impusieron esta norma para ayudar a preservar las obras de arte; pero merece la pena esperar si hay cola cuando llegues.
¿Quieres aprovechar el día al máximo? Visita Prato della Valle, la plaza más grande de toda Italia, llena de estatuas de importantes personajes históricos; la catedral, con su baptisterio lleno de frescos; la Universidad de Padua y si edificio principal, el Palacio Bo, donde encontrarás el teatro anatómico más antiguo del mundo; y los tranquilos jardines botánicos.
Treviso
Hace cinco años, hice un intercambio con unos amigos italianos que vivían en el pequeño pueblo de Ponzano, y durante ese tiempo, visité la ciudad de Treviso. Las cosas que hay que ver por aquí son la catedral, cuyas columnas de su parte oeste se parecen más a las de un templo griego que a las de un lugar de culto; la Piazza dei Signori, una plaza del siglo trece; y Ca' dei Carraresi, un museo de bellas artes que da al río Caguan. Por la tarde, alquilamos unas bicis y dimos una vuelta por el campo que rodea la ciudad, parando de vez en cuando para descansar en las verdes praderas.
Pueblos para los entusiastas de la naturaleza
Como
Podía haber puesto a Como fácilmente en la sección anterior, pero ya que su principal atracción es el lago, he decidido ponerlo con el resto de maravillas naturales. Si empiezas el recorrido desde la estación de tren, intenta visitar la magnífica catedral de Como, aunque sea solo para echarle un vistazo rápido a su espectacular fachada oeste, y si ese día hay, el mercado del pueblo. Después, alquila una bicicleta y disfruta de un paseo pintoresco por la orilla del agua. Hay muchos sitios donde puedes dejar la bici, y te puedes descargar la aplicación pata alquilarla usando el WiFi gratis que hay en la plaza de San Fedele. Mira a ver cuantas esculturas de animales de CrackingArt puedes encontrar durante el recorrido.
Después, coge el funicular hasta la cima de la colina, donde está la pequeña aldea de Brunate. Tendrás unas vistas increíbles de la ciudad y del lago, y podrás visitar la preciosa Chiesa di Sant'Andrea Apostolo.
Cortina d’Ampezzo
Después de lagos y montañas, la siguiente parada es Cortina d’Ampezzo, un pequeño pueblo en los Dolomitas. Es el sitio perfecto si quieres hacer alguna actividad al aire libre (esquí, senderismo, etc. ), o si quieres ver algunos recintos de deportes de invierno de nivel mundial (la pista de esquí Olympia delle Tofane, y el estadio Olímpico de hielo entre otros. ). También es un destino fantástico para los amantes de la cultura, con sitios como el museo de arte moderno Mario Rimoldi, la basilica Minore dei Santi Filippo e Giacomo y el Corso Italia, la principal calle de tiendas del pueblo.
Iseo
Iseo es un lugar que ofrece muchas cosas aparte de su atractivo natural. Obviamente, no puedes perderte el lago Iseo, una maravillosa zona acuática donde puedes pasear o montar en barco, sobretodo al atardecer. Pero, el pueblo también está lleno de fantásticas iglesias, tiendas y restaurantes, muchos de los cuales ofrecen unas vistas maravillosas del paisaje. Aunque tendrás que sumergirte un poco en el interior del pueblo para encontrar el mejor restaurante de todos, La Tana dell’Orso, que está escondido en un callejón cerca de la Piazza Garibaldi.
Si te sobra algo de tiempo, te recomiendo que cojas un ferri a Monte Isola, un pueblo ubicado en una isla en el medio del lago. Para descubrir un poco más sobre este lugar, ¡échale un vistazo al artículo que escribí la primera vez que fui!
Salò
Si todavía no te has cansado de los lagos, Salò, un pueblo a las orillas del famoso lago de Garda, es otro encantador sitio que visitar. Fui con mi familia de acogida italiana a ver un partido de fútbol en el estadio, pero nos dio tiempo a hacer un poco de turismo antes de irnos. Las atracciones principales del pueblo son: la iglesia de Santa Maria Annunziata, los jardines botánicos y la Piazza della Vittoria, donde, cuando fuimos, se estaba celebrando el carnaval. Pero, si no tienes mucho tiempo, un paseo rápido por sus pintorescas y coloridas calles o a por la orilla del lago, puede ser muy agradable.
Pequeños pueblos con mucho que ofrecer
Asolo
Como el resto de los pueblos de esta categoría, Asolo es uno de esos lugares de los que solo has oído hablar si has estado allí o si conoces alguno de sus habitantes (¡yo pertenezco al último grupo!). Aun así, merece mucho más reconocimiento del que le dan las guías de viaje. De hecho, tiene mucho que ofrecer, desde su castillo, pasando por su pintoresca Piazza Garibaldi, hasta su bonita catedral (Cattedrale di Santa Maria Assunta). Disfruta paseando por maravillosas y serpenteantes calles de este municipio, o aléjate del centro, y admira las extraordinarias colinas de los alrededores.
Erbusco
Si te estás quedando en Brescia o Iseo y quieres encontrar una pequeña aldea que puedas ver en una o dos horas, Erbusco es una opción excelente. Admira su Chiesa di S. Maria Maggiore, una iglesia con magníficos frescos, y la biblioteca de al lado, con su bonita entrada de arco, y por último, da un paseo por los viñedos que la rodean. Después de la visita, pasa por alguna tienda de vinos cercana, para comprar algún producto local, o, si te apetece algo más elegante, haz un tour por una de las bodegas de Franciacorta.
Manarola
Con sus coloridas casas, Manarola es un sitio digno de postal y que debes visitar sí o sí. Es una de las cinco aldeas que forman Cinque Terre, es un placer para la vista, y el destino perfecto para fotógrafos y amantes de la naturaleza. Da un paseo por sus tranquilas calles, parando en el puerto para ver todos los barcos varados en la orilla, y después ve a Nessun Dorma para disfrutar de una comida fantástica y unas vistas maravillosas.
También puedes visitar algunas de las aldeas vecinas. ¡He escrito un artículo entero sobre ellas! Si quieres hacer algo de ejercicio, ¿por qué no pasas del tren y vas andando hasta Riomaggiore por el camino peatonal Via dell’Amore que va por los acantilados?
Rivoli
Si te estas quedando en Turín: ¡tienes que visitar el pequeño municipio de Rivoli! La principal atracción de este lugar, de la que ya hablé en este artículo brevemente, es el castillo, que convirtieron en un museo de arte moderno. Da una vuelta por las exhibiciones y después sal al exterior para disfrutar de unas increíbles vistas panorámicas del entorno. Por último, ya un pequeño paseo por las encantadoras calles adoquinadas de la aldea, haciendo alguna parada en las tiendas y cafeterías que te apetezcan.
Rovato
Si seguís mi blog desde hace un tiempo, sabréis que estuve viviendo y trabajando en este pequeño pueblo durante tres meses. Su atractivo principal es el Monte Orfano, que está formado por cuatro colinas. Puede que no sea nada comparado con los Alpes, que están cerca, pero raro sería que no sudaras ni un poco durante la ruta. También hay mucho que hacer en el pueblo, pero, ¡tendrás que leer mi artículo sobre este lugar para descubrir los tesoros que esconde!
San Fruttuoso
Por último pero no menos importante, el pueblo costero de la costa de Liguria, San Fruttuoso. Tendrás que rascar bajo superficie literalmente para encontrar el sitio más impresionante de este lugar: la estatua sumergida del Cristo del abismo. Los turistas pueden hacer submarinismo para verla. Si prefieres quedarte en tierra, hay una bonita abadía que puedes visitar, y también una playa donde podrás tomar el sol.
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Así que aquí están: ¡quince pueblos del norte de Italia, de los que no habrás oído hablar, pero no te puedes perder! Espero que os lo paséis genial si visitáis alguno de estos extraordinarios lugares, y si tenéis alguna sugerencia que hacer, ¡dejadla en la sección de comentarios!
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