Un viaje por Mill Road (primera parte)
Cada vez es más fácil explorar nuestro mundo. Las aerolíneas vuelan a cada vez más destinos, ciudades que solían ser tesoros escondidos y que ahora están desarrollando sus industrias turísticas y la demanda de trabajos relacionados con los viajes es mayor que nunca. No obstante, cuando hay tantos lugares nuevos para visitar, es fácil olvidarse o desprestigiar lo que tenemos cerca. Como alguien obsesionada con la idea de tachar nombres de países de mi lista de cosas que hacer antes de morir, definitivamente he caído en esta trampa, pero hace poco comencé a leer un libro que me ha puesto en mi sitio.
Se llama 'Viaje Alrededor de mi Cuarto' (traducido del francés), escrito por Xavier de Maistre. Esta novela está escrita desde el punto de vista de una persona inválida, que no puede moverse de su cama y se entretiene viajando, como ya habrás deducido, por su habitación. No creo que nunca pueda quedarme satisfecha con unos límites tan restrictivos, pero este libro me ha hecho pensar que quizás debería parar de soñar con lugares lejanos por una vez y centrarme en las proximidades que me rodean.
Con todo esto presente, decidí salir a explorar algún lugar que esté cerca de mi casa. Mill Road es la calle de compras más animada y multicultural de Cambridge, con boutiques regentadas por hombres y mujeres de todo tipo de nacionalidades. Me conozco algunos de estos comercios como la palma de mi mano; no había pisado otros hasta ayer. Aquí, por tanto, está la primera parte de mi viaje por lo antiguo y lo moderno.
Primera parte
Zonas verdes
Comencé mi viaje por Mill Road en Parker’s Piece, una gran plaza de césped que marca el extremo más central de la calle. Hace sol, así que hay mucha gente por ahí: algunos disfrutando de unos picnics en el prado, mientras que otros pasean por los caminos en sus bicicletas. Me sorprende bastante ver un nuevo monumento de piedra, que han levantado en una de las esquinas. '1848: The Laws of the Foot Ball Club’, leo. Parece ser una lista de todas las normas que estudiantes de la Universidad de Cambridge establecieron en su día para este deporte. La verdad es que este tema no me emociona demasiado, así que rápidamente pasé a lo siguiente.
Me dirijo más allá de la estación de bomberos (la renovaron hace unos años, para el horror de algunos lugareños) y llego hasta las aceras de la misma Mill Road. Tengo Parkside Pools a mi derecha, la piscina más famosa de la ciudad, completa con trampolines y aforadores; a mi izquierda está Petersfield, un pequeño parque algo pintoresco que cuenta con caminos delimitados por árboles.
Apoyando los derechos humanos y de los animales
Amnesty International Bookshop y Arjuna Wholefoods son las dos primeras tiendas con las que me encuentro. Es coincidencia que estén una al lado de la otra, pero me gusta comenzar el tour por Mill Road con un par de tiendas activistas. La primera es la típica librería de segunda mano: aquí se pueden encontrar obras de todo tipo de géneros a un precio reducido. La segunda es el sueño de todo vegetariano o vegano, con productos apetitosos (y la mayoría son cruelty free) distribuidos por las paredes. Me sorprende especialmente su sección de refrigerados, que contiene todo tipo de leches de plantas y quesos. Si alguna vez logro desengancharme de los nuggets de pollo, ¡ya sé dónde haré la compra!
Comida y ruedas
El segundo grupo de establecimientos está relacionado en su mayoría con la comida: Lagona, un restaurante libanés; Noodles Plus, , un sitio genial de comida china; el Mill Road International Supermarket (un supermercado de comida internacional) y Tom’s Cakes, una pastelería fantástica. Echo de menos entrar a la última y disfrutar de un pedazo de su tarta 'Victoria sponge': solía ser siempre mi propuesta para los cumpleaños. ¡Qué desgracia! Acabo de comer y no puedo comer ni una galleta.
En su lugar, entro al supermercado y compro una lata de Tamek Şeftali Nektarı, un refresco turco con sabor a melocotón. De la que salgo, paso por The Bike Shed, una de las tiendas independientes de bicicletas más famosas de Cambridge. ¡Recuerdo comprar mi primera bici de dos ruedas allí!
El Cementerio de Mill Road
Cruzo la calle justo después de Covent Garden y bajo por un camino lleno de hojas hasta llegar al Cementerio de Mill Road. Camino por allí un rato, parándome de vez en cuando a leer las inscripciones que hay en algunas lápidas. Todo está muy tranquilo. Aún sigo cerca de Mill Road, pero el ruido del tráfico se ha ido por completo. Podría quedarme aquí todo el día (me cruzo con un hombre que está sentado, inmerso en un libro, y que ha decidido hacer justo eso), pero me esperan muchas boutiques variopintas, así que continúo.
Carbohidratos y atuendos
De vuelta en Mill Road, paso por delante de varias tiendas (una tapicería y una farmacia) antes de decidir entrar a una. El Ocean Supermarket es una tienda china de ultramarinos llena de exquisiteces tradicionales. Me compro una bolsa de Peta Zetas con sabor a lichi y, antes de darme cuenta, mi boca es un campo de minas. Mientras continúan las explosiones, paso por Al Casbah, un estupendo restaurante argelino donde mi familia y yo hemos comido bien varias veces. Ahora mismo está cerrado, pero echo un vistazo rápido por el cristal a su techo en forma de tienda de campaña y a sus preciosas paredes embaldosadas. Volveré pronto a disfrutar de montañas de cuscús, bañadas en los jugos de suculentas carnes.
De los carbohidratos a los atuendos: Fantasia, una tienda de ropa vintage. Me gusta especialmente su colección de gafas de sol y sus gorros fluorescentes. Si acabo yendo a un festival de música este verano, ya sé dónde comprar mis conjuntos.
La tienda más polémica de Mill Road
Y, después, llego a la tienda más polémica de toda la calle: Sainsbury’s Local. Este supermercado está, obviamente, siempre lleno de gente, pero cuando lo inauguraron, a los que vivían en las calles de al lado no les hacía demasiada gracia. Después de todo, ¿qué peor establecimiento se puede poner en una famosa calle tan cosmopolita que una de las cadenas más populares de Inglaterra? No importa: el ambiente parece haberse calmado y Sainsbury’s Local está aquí para quedarse.
Cerveza, tragos y zapatos vintage
Después, me encuentro con dos cafeterías: Garden Kitchen y Rubiaceae (o Dom’s Coffee, como lo conocen sus clientes más frecuentes). Ambas tienen un ambiente hipster, con sus suelos de madera clara y plantas frondosas. Me interesa especialmente lo último, que, por lo que parece incluso desde fuera, tiene una atmósfera bastante íntima.
Hay algunas personas dentro, pero, cuando entro, todo el mundo se queda en silencio. Me empiezo a preocupar por si he interrumpido algún tipo de reunión privada, pero el dueño me dice que no y me enseña la carta de bebidas. Solo se puede pagar en efectivo, así que le digo que voy a echarme una carrera hasta el cajero y que volveré enseguida. "¡Fotos no!", me grita cuando intento sacar una foto del precioso interior de la tienda. Me voy, avergonzada, para no volver más... (Él fue encantador y te recomiendo visitar este sitio. ¡Es solo que soy rarita!).
Me desvío rápidamente hacia Tenison Road para visitar la tienda benéfica de Salvation Army. Durante años estuvo en Mill Road, pero los dueños se han mudado cerca de su iglesia. Examino la ropa, los zapatos y varios objetos de chucherías, esperando encontrar algo que me hubiese pertenecido. Normalmente hacemos limpieza en mi casa y aquí es donde donamos las cosas. No vi ningún osito de peluche que me resultase familiar; ¡quizás ya hayan encontrado un nuevo hogar!
Vuelvo a pasear por Mill Road, parando en Culinaris, un supermercado gourmet en la esquina de ambas calles. Cientos de productos con un envase precioso están distribuidos por las estanterías de esta boutique, regentada por húngaros: es el lugar perfecto para encontrar regalos para amantes de la comida. La sección del chocolate es probablemente mi favorita, con sabores que van desde leche normal hasta cilantro.
Un poco más allá (justo antes de llegar a Camcycles, otra tienda de bicicletas), veo Bacchanalia, un vendedor de vinos que ofrece muchas variedades y a precios razonables. La pared exterior está cubierta por un mural del dios romano, Baco; la pared interior está llena de bebidas procedentes de todos los lugares del mundo.
Una iglesia anglicana y un supermercado coreano
Unos pocos restaurantes más tarde (uno magrebí, otro halal), me encuentro enfrente de la Iglesia de St Barnabas. No tiene la estructura más bonita, pero todos aquellos que van a misa en su interior la aman. Justo al lado, veo el St Barnabas Centre, una sala que se puede alquilar y que se solía utilizar para celebrar las fiestas de cumpleaños de mis compañeros de primaria.
Al otro lado de la calle, veo la Seoul Plaza, un supermercado coreano. Es muy agradable escuchar cómo el dueño habla con sus clientes en su lengua madre: sirve como recordatorio de la gran cantidad de grupos étnicos que se concentran en esta calle.
Gwydir Street
Doblo la esquina y aparezco en la más tranquila pero no por ello menos interesante Gwydir Street. Aquí hay varios tesoros escondidos: dos peculiares tiendas de antigüedades ((Cambs Antique Centre y The Hive), la cafetería Hot Numbers y, justo enfrente, David Parr House. Se pueden hacer tours por este edificio, decorado meticulosamente por el artista que lleva su nombre. Me encantaría ir a uno, pero, por desgracia, ¡ya no quedan plazas para el resto del año!
Antes del puente
Vuelvo a la calle principal para completar el último tramo de mi viaje. Paso por una tienda de electricidad y una tienda de tatuajes y pronto me encontré enfrente de Al-Amin, el mejor supermercado de comida internacional de la calle. Si falta algo en la despensa de mi casa, este es el lugar donde vamos a buscarlo. Las frutas y verduras siempre están repletas de sabor (nos comimos unos ricos mangos maduros anoche), sus productos cárnicos siempre están jugosos y tiernos (por no mencionar el halal) y sus especias añaden un sabor genial a cualquier plato. Y eso no es todo: además, los dependientes que trabajan allí son muy agradables. Reconocen a sus clientes y nunca están demasiado ocupados para parar a charlar contigo.
Un poco más abajo está Curry Queen, otro de los restaurantes locales favoritos de mi familia. La comida india siempre es la que más me apetece, así que estoy segura de que me veréis por allí pronto. Los últimos dos sitios que visito son Cho Mee Supermarket (otra tienda de ultramarinos china, que tiene cerámicas tradicionales y comida) y Mill Road Butchers, en los que siempre puedes confiar para comprar unos embutidos deliciosos.
Fin de la primera parte
Llego al puente ferroviario de Mill Road y decido dejarlo por hoy. Las tiendas están empezando a cerrar y prefiero volver otro día y verlas en todo su esplendor. Sin duda volveré de nuevo la semana que viene, ¡así que estad atentos para la segunda parte! Mientras tanto, os reto a los que estéis leyendo esto a salir y explorar tu propia zona. ¡Hay tanto que descubrir y que podría estar delante de tus narices!
Galería de fotos
Contenido disponible en otros idiomas
- English: A journey down Mill Road (part one)
- Italiano: Un viaggio lungo Mill Road (prima parte)
- Polski: Podróż w dół Mill Road (część pierwsza)