Creo que no lo he dicho antes, pero como podéis ver en mi perfil, este año soy una estudiante Erasmus en Bratislava. Llevo aquí desde septiembre, lo que significa pasar nueve meses lejos de casa.
No sé si sabéis esto, pero la comida en España es increíble. Además, yo soy del norte, donde la calidad de la carne, el pescado y el marisco es buenísima. No os podéis imaginar cuánto lo echo de menos.
No digo que la comida aquí sea mala, de hecho platos como halusky, pirohy y la típica sopa de ajo están bastante bien, pero no es lo mismo. Para cualquier español es muy difícil seguir una dieta sin nuestros alimentos más básicos. Es cierto que podemos hacer una tortilla cuando queramos pero, ¿cómo vamos a conseguir unos camarones en el Danubio?
A lo que me refiero es que, el otro día, mientras caminaba por el centro de la ciudad con un colega, vi juntas en un letrero las palabras 'Barcelona' y 'Tapas' y desde entonces no he podido dejar de pensar en ellas.
Así que ese día, cuando regresé a mi residencia, fui corriendo a la habitación de mi (también norteña) amiga y le dije: 'Tenemos que ir'. Y ella, mi fiel compañera de batalla, aceptó sin dudarlo.
Fuimos ayer a cenar. Las mesas blancas con adornos azules, las velas y el buen menú español hicieron del lugar un rincón muy acogedor.
Una vez allí, sentadas y listas para comer, estaba todo listo para una buena cena. Tras unos duros momentos para decidir qué comer (tantos meses fuera hacían más difícil tomar una decisión), nos inclinamos por patatas bravas, chipirones, croquetas y pulpo a la gallega.
Siendo sincera, las patatas bravas y las croquetas estaban muy, muy buenas. Los chipirones eran ricos, sobretodo teniendo en cuenta que Bratislava está bastante lejos del mar. Y con respecto al pulpo a la gallega, he de decir que el listón estaba bastante alto, ya que mi amiga no es simplemente del norte, sino gallega... Así que como era de esperar, no estuvo a la altura.
Finalmente, decidimos probar algo dulce y pedimos un coulant de chocolate, que siempre es una buena decisión... ¡Y estaba riquísimo!
La opinión general es buena, así que si queréis degustar comida española cuando estéis en Bratislava o bien, si como nosotras sois españoles que echáis de menos vuestro hogar (y la comida), ¡deberíais ir a probarlo!
Mi único consejo es que, si sois amantes del pescado, debéis saber que estamos bastante lejos del mar, así que quizá sea mejor escoger una carne... Y si no sois de España, sin duda tenéis que probar las croquetas, la tortilla y el jamón serrano, ¡están deliciosos!