Re:fresh music club y restaurante

Era nuestro primer destino del "Eurotrip" que organizamos como viaje fin de exámenes de nuestro primer cuatrimestre erasmus. Yo soy partidaria de que todo lugar tiene algo con encanto que lo hace digno de visitar y no me fío jamás en los comentarios de "no vayas a tal sitio que no tiene nada que ver... " prefiero no hacerles caso y comprobarlo por mí misma, ya que casi siempre se equivocan. Aunque con Eslovaquia estaba algo dubitativa... son muchas las personas que me habían comentado su decepción con Bratislava, y sin embargo en mí, tuvo el efecto contrario. Me sorprendió para bien, eso sí, no creo que aguantase mucho más de 2/3 días...

La primera noche, tras hacer un poco de turismo, decidimos salir a tomar una copa (esa sería nuestra tradición cada una de las noches del eurotrip). Era lunes, por lo que tengo que decir que la ciudad estaba prácticamente vacía, solo algunos hombres alternaban en algunos bares abiertos, por lo que dudamos que algún tipo de pub o club para jóvenes estuviera abierto...

Paseando por el centro (Staré Mesto), a pocos metros de la catedral de San Martin, encontramos un sitio abierto en el que enseguida nos decidimos a entrar porque nos gustaba su ambiente y su decoración, pese a que estaba prácticamente vacío (a esas horas y un lunes no íbamos a encontrar nada mejor).

Entramos y cada uno de nosotros pedimos una cerveza de la carta que supongo sería eslovaca, aunque estuve buscando algunas que lleva apuntadas como las más típicas (Zlaty Bazant o Kelt) pero al no encontrar ninguna de ellas, me decanté por otra que no recuerdo el nombre. Y nos sentamos a mantener una buena conversación tras un largo día de viaje Bruselas-Bratislava.

En la mesa de al lado estaba jugando a un juego de cartas un grupo de jóvenes al que pronto se unió la camarera. Yo me dediqué a investigar un poco el local porque me encantó como tenían decorado el techo con detalles de periódicos, y descubrí en el piso de abajo que tras pasar unos pasadizos que me recordaban a las típicas bodegas españolas se abría paso la sala de baila donde se realizaban fiestas y pequeñas eventos musicales, en ese momento cerrado claro.

La iluminación en tonos azules y los menús dispuestos como en tablas de mercancías despertaban una atmósfera muy agradable y original, y entre unas risas mis amigos y yo comentamos la buena impresión que nos había causado Bratislava, lejos de los comentarios que habíamos escuchado sobre ella.

Pronto regresamos al hostal para descansar para el intenso día de turismo que nos esperaba en unas horas.