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Los siete secretos de Bolonia


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Los siete secretos de Bolonia

Traducido por flag-co Juliana Ortega Caro — hace 4 años

Texto original de flag-it Chiara Menghetti

Bolonia, la ciudad donde viví tres años de mi vida, es definitivamente una de mis ciudades favoritas en el mundo. Es vivaz, colorida, llena de historias, divertida, a veces caótica y excesiva. Nunca falta la forma de divertirse, independientemente de la forma de diversión que se busque: cada persona puede encontrar en Bolonia su zona ideal, la que ofrece pasatiempos más adecuados para personas solas o la que es frecuentada por personas con intereses similares.

Además, salir a caminar por las calles de Bolonia significa siempre encontrarse con amigos o, al menos, amigos potenciales: a cualquier hora del día y de la noche sus calles están llenas de personas y aparentemente de fiesta.

Para mí Bolonia es una explosión de energía y alegría, y siempre que vuelvo siento nuevamente esta sensación.

Sin embargo, no sólo fue su atmósfera y su clima de fiesta los que me hicieron literalmente enamorar de Bolonia: en mi opinión también es una ciudad hermosa objetivamente hablando. Me gustan sus pequeñas casas con fachadas de tonos rojos y naranjas, así como los edificios más lujosos del sur, sus plazas (desde la caótica Plaza Verdi a la altamente frecuentada plaza San Francisco y y la inmensa Plaza Mayor), sus torres (desde las dos torres que se elevan al fondo de la via Rizzoli, a las cuales les he dedicado un post hasta las torres escondidas en los barrios del centro), y sus maravillas secretas como la plaza Santo Stefano y el complejo de las Siete Iglesias (al cual también he dedicado otro post específico).

De hecho, quiero hablar precisamente de secretos en este post.

En efecto, en algunas zonas o puntos específicos de Bolonia se palpa todavía algo de misterio. Normalmente son objetos con un aspecto particular o fenómenos bizarros que existen desde hace varios siglos y que han llevado a que se difundan leyendas y cuentos sobre ellos. Además, precisamente por la rareza y la originalidad de estos objetos y fenómenos, se han convertido en atracciones turísticas que buscan los viajeros que se detienen en Bolonia.

No por nada, cada vez que alguna persona iba a visitarme, después de hacer el tour convencional por la plaza Mayor, las Torres, Plaza Santo Stefano, el Barrio hebreo, etc., quedaba sorprendida con cada uno de los siete secretos de Bolonia.

El primer secreto: la pequeña Venecia

El primero de los secretos, que en realidad, hoy en día, es cualquier cosa excepto un secreto, es la llamada "pequeña Venecia". Ahora bien, aunque casi nadie lo sabe, Bolonia también posee canales que serpentean entre las viviendas, y la pequeña Venecia es la prueba de esto.

El punto más conocido, que desencadena el lado artístico de cualquier turista, es la pequeña ventana de la via Piella. En el número 16 de esta calle, al lado de la hostería Biassanot, se encuentra una pequeña apertura en un muro naranja. Para quien no lo sabe esto puede pasar desapercibido, pero si se empuja ligeramente la pequeña portezuela que cierra la ventana, se encuentra el canal Moline. Es una vista realmente pintoresca porque, además del agua verdosa del canal, se observan casitas de colores con pequeños balcones decorados con flores y objetos particulares.

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Del otro lado de la calle hay un balcón que permite apreciar más o menos la misma vista. Además, en la misma zona, hay numerosos lugares desde los cuales asomarse (por ejemplo, en via Oberdan y en via Malcontenti).

Sin embargo, lo que hace que la ventana de via Piella sea especial es precisamente el hecho de que es un poco secreta y que el canal sólo sea visto por quien sabe que está, a través de una pequeña ventana anónima.

Ahora esto es un secreto dentro del secreto: hay otro lugar desde el cual asomarse que, en mi opinión, es comparable, sino incluso mejor, que el de la via Piella. Este se encuentra en la parte trasera de un pequeño bar, el Café Opera e Tulipani de via Alessandrini. De hecho, en la pequeña terraza en la que se puede tomar un aperitivo o desayunar un trozo de torta, se puede oír el fluir del agua del canal que contempla las fachadas de color de las viviendas y los balcones variopintos de inquilinos probablemente muy originales.

El segundo secreto: el teléfono sin cables

El segundo secreto es sobre todo un juego. Es prácticamente imposible pasar debajo del Voltone del Potestà, en la Plaza Mayor, y no ver a algunas personas intentándolo. El juego funciona así: hagan que dos amigos que no conozcan Bolonia y sus secretos se ubiquen en dos ángulos opuesto de la bóveda girados hacia las columnas. Ahora, háganles decir algo con la voz baja, manteniendo la cara hacia las columnas. Ellos se sorprenderán cuando comprendan que sus voces llegan fuertes y claras, como si estuvieran hablando cara a cara.

Seguramente esto no es magia, sino que depende de alguna ley de la física que influye en la acústica del lugar, pero puedo asegurar que la cara de sus amigos cuando se alejen de las columnas será de sorpresa.

El tercer secreto: las tres flechas

Este secreto, como los dos anteriores, en realidad son muy conocidos: se trata de tres flechas incrustadas en el techo de madera del pórtico de entrada de la Corte Isolani, en el número 26 de la Strada Maggiore.

Nuevamente, es imposible pasar por allí y no ver a un grupo de personas con la nariz hacia arriba intentando buscar estas tres famosas flechas. De hecho, por algún extraño motivo (tal vez este es el octavo secreto: las tres flechas que desaparecen) siempre es difícil encontrar las flechas en el techo de madera, incluso para las personas que saben exactamente dónde están. Suelen confundirse con las estrías de la madera, por lo que, cuando la guía en ciernes de la ciudad de Bolonia se dispone a contar la historia relacionada con este extraño secreto, casi siempre hay un momento inicial incómodo en el que todos se preguntan de qué flechas está hablando.

Sin embargo, en realidad hay tres flechas incrustadas verticalmente cerca a uno de los ángulos del techo, el que se encuentra a la derecha si se mira desde la entrada de la Corte Isolani.

La leyenda cuenta que tres bandidos se encontraban ahí para arreglar cuenta con un boloñés adinerado que efectivamente los había engañado de algún modo. Según la leyenda, en el momento en el que los bandidos empuñaron los arcos para asesinar al hacendado, una joven desnuda se asomó a la ventana distrayéndolos, haciendo que fallaran disparando las flechas hacia el techo.

El cuarto secreto: la erección de Neptuno

El Neptuno, vigoroso y poderoso, ubicada al frente de la entrada de la Sala Borsa y adyacente a la Plaza Mayor, es otro de los símbolos más famosos de Bolonia. Menos conocido (aunque de todas formas bastante conocido) es el extraño hecho de que si se observa desde un ángulo específico su dedo índice se observa exactamente donde estaría su... erección.

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En este caso no es ni siquiera necesario dar vueltas al rededor del Neptuno durante horas para encontrar el punto exacto: de hecho, el lugar, para la felicidad de los turistas y para la diversión de todos, está marcado con una piedra oscura cerca a la entrada de la Sala Borsa, que está casi siempre ocupada por algún fotógrafo con el celular.

El quinto secreto: Cannabis protectio

El quinto secreto es definitivamente menos conocido que los otros cuatro, pero es bastante fácil de notar si se tiene buen ojo y un gran espíritu observador. Se encuentra cerca al Neptuno, en la esquina entre Via Rizzoli y Via Indipendenza. Si levantan la cabeza hacia el techo del pórtico de Via Indipendenza, notarán una inscripción en latín: “Panis vita, canabis protectio, vinum laetitia”. Como se puede deducir fácilmente sin saber latín, la inscripción significa literalmente: "El pan es vida, el cannabis, protección y el vino, alegría". Sin embargo, no se conoce realmente a qué hace referencia cuando habla del cannabis como fuente de protección: algunas personas tienen la hipótesis de que hace referencia a la protección del dolor, los sentimientos y los problemas y otras personas, al contrario, creen que se refiere a la riqueza. De hecho, parece que en el pasado gran parte de la riqueza de Bolonia derivaba precisamente del comercio de cannabis.

El sexto secreto: el jarrón roto en lo alto de la Torre Asinelli

El sexto secreto, como se puede intuir fácilmente, se encuentra adentro de la torre Asinelli, al final de la via Rizzoli donde se encuentra con via Zamboni y la Strada Maggiore. Debo confesar en este punto que la única vez que subí a la Torre Asinelli, después de terminar los exámenes de licenciatura (en Bolonia se dice que si una persona sube a la torre antes de terminar los exámenes, no se gradúa; he hablado de esto con mayor profundidad en el post dedicado a la Torre Asinelli), he olvidado totalmente comprobar si el jarrón roto se encuentra allí realmente.

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Por esto no puedo dar un testimonio directo, pero puedo transmitir la leyenda.

Se dice que en lo alto de la torre Asinelli se encuentra un jarrón de cerámica roto, no se sabe bien por qué ni desde hace cuánto se encuentra allá (en realidad, yo ni siquiera sé si se encuentra allí). De todas formas, se supone que este jarrón roto representa la capacidad de los habitantes de Bolonia de resolver los conflictos de forma civilizada y pacífica.

El séptimo secreto: panum resis

Este es otro secreto que no pude verificar personalmente si es cierto. Se dice que en un escritorio de la sede histórica de la Universidad de Bolonia en el Palazzo Poggi que se encuentra en el número 33 de Via Zamboni, se encuentra tallada la inscripción "panum resis". De hecho, este es un secreto que todos los estudiantes de Bolonia conocen, pero sólo de oído: no conozco a una sola persona que haya ido al Palazzo Poggi a verificar si este secreto es verdadero. Sin embargo, la frase "panum resis" querría decir en latín que el conocimiento es la base de todas las decisiones importantes, por lo que es una buena invitación dirigida a los estudiantes.

Además, aunque ustedes no sean estudiantes necesitados de motivación y seguramente no están buscando este séptimo secreto, les aconsejo visitar el Palazzo Poggi porque por dentro es magnífico con las bóvedas de los techos pintadas con frescos y con esculturas espléndidas en los corredores internos.

Estos son los siete secretos "oficiales", aquellos que todos los boloñeses custodian con orgullo y que cada estudiante descubre desde los primeros días.

Sin embargo, en mi opinión, existen otros en mi opinión, aunque no estoy completamente segura de que puedan llamarse secretos.

El primer secreto/no exactamente secreto: el complejo de las Siete Iglesias

El primer secreto, no exactamente secreto, es el complejo de las Siete Iglesias, del cual he hablado profundamente en un post. Desde afuera, este complejo parece una iglesia románica antigua normal (aún así espléndida), pero en el interior el visitador quedará sorprendido al notar que contiene siete ambientes distintos que se remontan a épocas históricas diversas y, por lo tanto, con estilos arquitectónicos muy variados. Si bien no es exactamente un secreto, la atmósfera que se respira cuando se accede a la primera iglesia y luego se pasa a la segunda es realmente misteriosa.

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El segundo secreto/no exactamente secreto: los pórticos de San Luca

El último secreto que se me ocurre se refiere a los pórticos de San Luca. San Luca es un santuario espectacular, símbolo de Bolonia para los boloñeses y los estudiantes que ya se sienten como en casa apenas ven que se asoma la cúpula azul verdosa a través de las colinas. Para llegar a él es necesario recorrer unas largas escaleras techadas que parten en la Via Saragozza y terminan en la entrada del santuario. Lo particular de este lugar se relaciona con el pórtico mismo, su tamaño y su estructura. No todas las personas saben que este es el pórtico más largo del mundo: 3797 metros y 666 arcos, aunque en realidad depende de desde dónde se inicia a contar.

El número 666, según la Biblia, representa la Bestia del Apocalipsis, Satanás, el Anticristo. Por esto, algunas leyendas boloñesas consideraban que el famoso pórtico de San Luca era una representación del Demonio que, bajo la forma de una serpiente, escala sinuosamente sobre las colinas y que el santuario era la representación de María que le aplasta la cabeza.

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Sin embargo, algunas personas no están de acuerdo con el conteo de los arcos, por lo que la leyenda de la serpiente/demonio y el santuario/María pueden ser simplemente una sugestión.

En todo caso, secreto o no secreto, serpiente o no serpiente, San Luca es un lugar que vale la pena visitar cuando uno se encuentra en Bolonia. Si no se quiere o no se tiene tiempo para recorrer los más de seiscientos arcos se puede llegar en carro. Una vez en el lugar uno quedará estático observando el tamaño del santuario y la vista de Bolonia que se abre debajo de los pórticos.

La ciudad de Bolonia también es reconocida por la calidad de su universidad. De hecho, es una de las mejores universidades de Italia.

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