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Una pequeña ciudad italiana: Giovinazzo

Traducido por flag- Erasmusu Content — hace 6 años

Texto original de flag-us E M

0 Etiquetas: flag-it Experiencias Erasmus Bari, Bari, Italia


En la publicación anterior os hablé del puerto de Bari, que está al sudeste de la costa italiana.

Hoy os hablaré de Giovinazzo, una ciudad de Italia que se encuentra en la provincia de Bari. Si buscas una típica ciudad costera italiana que sea pequeña, entonces no busques más. Como ya os dije en mi anterior publicación, Giovinazzo está a tan solo 15 o 20 minutos de Bari y se puede llegar tanto en coche como en tren.

Cómo llegar

Si venís desde cualquier otra parte del mundo o desde alguna ciudad que quede más retirada pero que esté en Italia, lo mejor que podéis hacer es cogeros un avión. Por lo general, hay vuelos de Ryan Air que son más rápidos y más baratos que un tren. Por ejemplo, yo me cogí un vuelo de Roma a Bari, me salió por 12 € y duró menos de una hora. Por otra parte, si te coges el tren tardarás unas cuatro horas en llegar y os aseguro que no encontraréis un billete por ese precio (si lo encontráis, avisadme). Podéis coger un vuelo que llegue hasta el aeropuerto de Pari-Palese y desde ahí coger el tren hasta Giovinazzo. Pero tened en cuenta que el transporte público de las ciudades pequeñas no suele ser tan eficiente como el de las grandes ciudades, así que si no tenéis ningún amigo con coche que viva por ahí, os aconsejo que mejor alquiléis un coche.

Una ciudad histórica

Aunque sea una ciudad pequeña, la historia de Giovinazzo se remonta dos mil años atrás, cuando los romanos estaban al mando. Esta ciudad fue un lugar muy importante estratégicamente hablando por su puerto pesquero. Si salís a pasear por el puerto de la antigua ciudad de Giovinazzo, descubriréis el verdadero significado de la palabra relajación al disfrutar del choque de las olas con las rocas y con las murallas medievales y de la luz de los botes pesqueros de madera amarrados al puerto.

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Por los tejados de los edificios que hay más bajos a la orilla del agua hay miles de gatos holgazaneando y durmiendo al sol. Como este diciembre está siendo tan frío, seguramente se pongan en los tejados oscuros para coger un poquito de calor, ya que esos tejados llevan todo el día calentándose al sol. Ya están los famosos "Gatos de Roma", pero también están "Los gatos de Giovinazzo".

Aunque tan solo estuve en Giovinazzo un par de horas, me hubiera gustado quedarme más tiempo paseando por las calles de esa antigua ciudad. Esas estrechas y sinuosas calles de piedra tenían algo de especial, sobre todo cuando entre calle y calle se deja entrever el océano por encima de los tejados.

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Lo que estaba claro era que en Giovinazzo se respiraba ese magnífico aire romántico de una ciudad costera y sin tener que aguantar precios que estén por las nubes.

Qué hacer en una ciudad tan pequeña

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El centro de la ciudad, también conocido como Piazza Vittorio Emanuele II, tiene el tamaño perfecto para salir a andar, a apreciar la arquitectura de los edificios y a sentarse en los bancos que rodean la fuente. Muchas personas van allí a socializar y a coger un poquito de color al sol.

Aquí os dejo una foto donde podéis ver la fuente y los edificios desde más cerca para que podáis apreciar cada detalle:

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En diciembre, la decoración tan mona que colocan hace que la plaza se ilumine por completo de noche.

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En esta foto salimos mi amigo y yo en la Piazza Vittorio Emanuele II de noche en la época de Navidad.

Cuando me vine aquí a pasar el día con mis amigos, lo primero en lo que pensé fue en irme a una cafetería local y tomarme un café, quizás un cappuccino, con unos croissants. El croissant estaba perfecto, crujiente por fuera y esponjoso por dentro. El cappuccino estaba buenísimo, como era de esperar (hecho por italianos). Si te tomas el café allí dentro, te lo ponen en una taza pequeña, pero al menos el sitio es acogedor. Después de desayunar, fuimos al centro (lo que veis en las fotos de arriba) y nos sentamos en unos bancos a disfrutar del sol, sobre todo por que por la mañana hacía un poquillo de frío. Aunque estuviéramos en pleno diciembre, a mediodía hacía tan buen tiempo que hasta pudimos quitarnos las chaquetas.

Seguimos andando por el casco antiguo de la ciudad, que está repleto de antiguos edificios de piedra. Hay muchas callejuelas sinuosas, pero eso no quita que también haya calles más anchas y más espaciosas. Me encanta esa maravillosa diversidad que caracteriza tanto a la ciudad de Giovinazzo. Yo creo el hecho de tener calles amplias, además de las estrechas, le da un toque innovador a la ciudad y a la vez hace que no sea tan claustrofóbica, no como Venecia. No me gusta nada Venecia por lo estrechas que son sus calles y lo altos que son sus muros y sus edificios. Además, como estábamos rodeados de agua, me sentí como si estuviera atrapada. Y no me hagáis hablar de los turistas ni de las palomas. Pero por suerte, Giovinazzo no se parece en nada a Venecia.

Como iba diciendo, seguimos paseando por el casco antiguo de Giovinazzo, era precioso porque podías entrever el marentre las calles conforme ibas avanzando. Fuimos a una parte de la ciudad por la que puedes pasear con vistas al vasto océano. Puedo recordar cómo una sensación de felicidad y relajación me recorrió todo el cuerpo en ese preciso instante, pero también recuerdo que pensé que ojala tuviera dinero para quedarme uno o dos días en algún hostal, hotel o AirBnB que diera a este caminito con vistas al mar. ¡Puede que algún día vuelva y lo haga!

Al otro lado de la ciudad es donde queda el puerto con todos sus botes pesqueros y sus estructuras medievales. Si te apetece dedicarte a contemplar el panorama, lo mejor que puedes hacer es darte una vuelta por la mañana por el paseo marítimo: verás cómo los pescadores cumplen con su pesca diaria y golpean a los pulpos contra las rocas, a las personas mayores paseando y cotilleando y a los gatos vagueando un poco para variar. A mi me encanta la vida sencilla y así es como viven aquí en Giovinazzo.

Decidimos volver al centro así que volvimos por el parque. No es muy grande que digamos, pero basta para una ciudad de su tamaño. Tampoco es que sea gran cosa, pero me encantó disfrutar de una zona verde y de los bancos que tienen allí. Mientras íbamos andando por el parque, mis amigos italianos se encontraron con unos amigos suyos y se pusieron a hablar. Me los presentaron y hubo un momento incómodo al darnos los besos, hubo choque de culturas.

Como me pasé viviendo en España dos años (y en Francia cinco meses), me acostumbré a darle a la gente dos besos, empezando por la izquierda y acabando por la derecha. Pero lo que no sabía era que en Italia lo hacen al revés, empezaban a dar los besos por la derecha y terminaban en la mejilla izquierda. Así que cuando juntas a dos personas que dan los besos al revés, pues ya os imaginaréis qué es lo que pasa. Al final te quedas a nada de plantarle un beso a la otra persona en la boca (a veces pasa).

Eso fue lo que casi me pasó a mi la primera vez que me presenté a varias personas. Fue muy incómodo, pero por suerte les dio igual y lo entendieron, así que imagino que ya les habría pasado más veces al conocer a otros extranjeros. Puede que a los italianos les sirva para robar algún que otro beso y excusarse diciendo que ha sido un "malentendido por lo diferentes que son las culturas".

Vida nocturna

Si os interesa saber cómo es la vida nocturna en Giovinazzo, yo creo que no es que sea para tirar cohetes, pero tampoco está muerta. Una noche, después de ir de salir de fiesta nos fuimos al centro para ver si encontrábamos algo de comer y, sorprendentemente, había un montón de cafeterías y de bares que aún seguían abiertos y había bastante gente.

Cuando nos fuimos de fiesta no fue por Giovinazzo, fuimos en coche a una ciudad que había cerca, Bisceglie. El sitio al que fuimos se llamaba Glam'House. No era gran cosa, pero nos lo pasamos bien porque la gente con la que fui era muy divertida. No quise pedirme ninguna consumición porque lo más barato que había era una cerveza por 4 € y no me apetecía, menos aún cuando me empecé a encontrar mal. Tenía la garganta irritada y los ojos rojos y con mucosidad, lo que al final acabó siendo conjuntivitis. Esto me fastidió un poco la noche, pero aún así cuando sonaba alguna de mis canciones lo daba todo bailando.

La verdad es que la playlist que eligió el DJ no era mi favorita, puso un montón de canciones latinas, estas sí que me gustan, pero luego puso otras que eran imposible de bailar. El ambiente no estaba mal, las luces tenían un ligero tono azul, rosa y lila (la típica luz de las discotecas y de los bares) y tenía sofás de piel muy cómodos y una barra justo en medio.

Bueno, estoy segura de que no será la única discoteca que haya, pero es la única a la que he ido de la zona. Los bares también están muy bien.

Crepería

Por la noche, decidimos ir a una crepería que me habían recomendado unos amigos. Fue un poco raro ir a comer crêpes franceses en Italia, pero me quejo porque me encantan los crêpes y estos estaban buenísimos. Así que si queréis daros un descanso de tanta pasta y tanta pizza (si fuera por mi, comería todos los días), podéis ir a probar la crepería de Giovinazzo.

Los crêpes de aquí están muy bien hechos y están buenísimos, pero no solo tienen eso. También preparan comida italiana, para que no te sientas culpable de haber ido a una crepería. El restaurante es bastante elegante (pero no demasiado), así que no está mal para ir en una cita, además el precio por lo general está dentro de la media: no es barato pero tampoco es carísimo. La comida puede que te salga por unos 15-20 €. Cuesta un poco encontrar el sitio, se llega callejeando un poco por las calles, pero de no ser por mis amigos italianos que hacían de guías, yo creo que me habría perdido un poco.

Pero bueno, disfruté del paseo porque es muy agradable pasar por esas calles y edificios antiguos de piedra tan tradicionales de Giovinazzo, incluso aunque sea de noche. Otra cosa que podría resaltar de Giovinazzo es que siempre me he sentido segura. Aunque fuera andando sola, ya sea de día o de noche, nunca me he sentido incómoda o nerviosa (aunque por si acaso es mejor que no andar solo de noche, estés donde estés).

Qué hay cerca de la ciudad

Si al final os decantáis por alquilar un coche porque os sale mejor, os recomiendo que saquéis provecho y vayáis a una ciudad que hay cerca llamada Matera Matera, aunque también se puede ir tanto en tren como en autobús desde Bari. Esta antigua ciudad italiana es el "Belén", porque aquí fue donde tuvo lugar el rodaje de la película "La Pasión de Cristo". Podéis leer más acerca de esta ciudad en mi siguiente artículo.


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