mercado
¿De qué se trata en esta ocasión?
Punto en el que de nuevo sigo hablando de mi viaje a Ávila de uno de esos lugares que de nuevo te tocan profundamente y no puedes olvidar fácilmente. Se encuentra en el corazón más profundo del centro de la ciudad, y hablo por supuesto del mercado chico de Ávila.
¿Dónde podemos encontrar este lugar?
Pues en la Plaza del Mercado Chico, por lo que nombre del sitio y nombre de la calle no será difícil de recordar por si le tenemos que preguntar a alguien por el mercado. Si encima le sumamos que se encuentra justo donde está el ayuntamiento de la ciudad, pues ni más ni menos que perfecto para situarlo. Además, la mítica Calle Caballeros se encuentra en una de sus salidas y por otro lado, será la Calle Marqués de Benavites la esté cortando la parte oeste del mismo.
Por si alguien necesita ayuda extra, no hay nada como google maps para solucionarlo todo de manera rápida y eficaz: https://www.google.es/maps/place/Plaza+Mercado+Chico,+05001+%C3%81vila/@40.6564289,-4.7004073,17z/data=!3m1!4b1!4m2!3m1!1s0xd40f31c7196b787:0x9414d925a88af210
¿Cómo llegar de manera simple hasta lo que me estás explicando?
Lo suyo como en toda parte céntrica de Ávila es ir andando, ya que la plaza es un pequeño centro de distribución viaria por cuanto uno se puede dirigir por distintas calles en las cuatro direcciones de la ciudad. Si se va al norte se llega enseguida al barrio de los palacios nobiliarios. Si es hacia el sur se alcanza el palacio Dávila y, poco más abajo, la plaza de la Santa. Pero también puedes dirigirte o llegar desde el este, del entorno de la Catedral, recorriendo la calle de los Reyes Católicos, con sus comercios para turistas, alguna librería de interés entre otros comercios. Finalmente, se puede continuar descendiendo por la calle Vallespín hasta alcanzar un buen trecho más allá la puerta del Puente. La plaza se constituye así en uno de los centros neurálgicos de Ávila. No tiene quizá el atractivo del entorno de la Catedral, de la parte este de la muralla con el antiguo Mercado Grande de San Pedro, los muchos bares y confiterías allí existentes, pero te introduce en un ámbito diferente, con un aire indudablemente de siglos pasados en su arquitectura y ese recuerdo a las iglesias antiguas que supone San Juan.
El coche mejor dejarlo aparcado bien lejos y no cogerlo para venir a esta zona del centro por lo ya mencionado en cuanto que las zonas azules y las zonas muy poco amplias para aparcar te dan más complicaciones que soluciones, que siempre serán mejor evitar.
¿Algo de historia me puedes comentar con respecto a ello?
Casi todos los paseos por el interior de la ciudad terminan llegando o atravesando la plaza del Mercado Chico. Eso decía suceder ya en tiempos muy remotos. Se dice que era el lugar de asentamiento de los vetones. Pues bien, cuando los repobladores empezaron a ocupar diversos lugares de esta ciudad que empezó pronto a amurallarse, el Mercado Chico fue el sitio donde
comprar y vender, junto al Mercado Grande presidido más tarde por la iglesia de San Pedro y el pequeño mercado que se desarrollaba en el barrio de San Vicente. Eratambién el punto donde se encontraban los “serranos” ocaballeros villanos que iban adquiriendo importancia militar gracias a la riqueza agrícola y ganadera que les permitía mantener caballos y armas.
Algunos de ellos tenían casa en la parte baja de la ciudad, la que discurre desde el Mercado Chico hasta el río, creando esa división geográfica y social en la ciudad que aún hoy se percibe con claridad: al este, en la parte más alta, los comercios y casas nobles; al oeste, en la zona más baja, las casas más humildes y los oficios. De ahí que la calle Vallespín, la más importante que discurre desde la puerta del Puente al Mercado Chico, se llamara entonces Rúa de los Zapateros porque era ese oficio el que predominaba en la misma, de igual modo que sucedía con otras calles de la zona. En esa estructura el Mercado Chico jugaba un papel articulador puesto que el naciente Concejo
municipal se encontró durante varios siglos en la iglesia de San Juan, aledaña a la plaza, sede de reunión también durante largo tiempo de uno de los bandos nobiliarios. Al mismo tiempo, la plaza se poblaba de artesanos, pequeños mercaderes y comerciantes que vendían sus productos de forma periódica.
¿De qué horarios dispone y qué días podemos encontrarlo abierto?
Si hubiera algún día de la semana en el que no abriera el mercado justo en frente del Ayuntamiento, sus funciones carecerían de sentido y por tanto es muy lógico el que esté abierto cada día prácticamente durante todo el día entero, hasta que ya por la noche deja de nuevo de tener sentido, si bien antiguamente por la noche con las luces pertinentes, cuentan los mayores que se mantenía abierto y era cuando más ventas se realizaban, gracias al embrujo de la plaza.
¿Me podrías describir físicamente el sitio?
La plaza es rectangular desde el siglo XVIII en que el gobierno ilustrado de la nación con Carlos III impulsó la racionalización del trazado urbano, las calles rectas, las plazas amplias y el levantamiento de edificios municipales y administrativos centralizados. Numerosos bares se alinean debajo de los pórticos como en Salamanca, Segovia, Madrid, de manera que, dejando el paso imprescindible para las personas, las mesas en verano se extienden alrededor y dentro de la plaza. Tan sólo se respeta el edificio municipal y, en este caso, la fachada de la iglesia de San Juan, en la que la alineación de arcos se redujo a un solo cuerpo bajo para no ocultar la fachada.
Desde la plaza su masa no impresiona, si acaso llama la atención la peculiar torre campanario que está desde hace algún que otro siglo, siendo reconstruida sólo cuarenta años más tarde. Es
toda de ladrillo, no muy alta ni destacable pero llama la atención por parecer que vive a espaldas de la vida ciudadana. En efecto, la puerta que da a la plaza está permanentemente clausurada mientras que la única de acceso, la oeste, se alcanza bajando un tramo de escaleras y adentrándose en la calle adyacente. Tuve curiosidad varias veces por visitarla en su interior pero no me fue posible. Frustrados mis intentos al encontrarla siempre cerrada un hombre me llamó para decirme, con amabilidad, que había que estar allí a última hora de la tarde, posiblemente en uno de los actos litúrgicos, para conseguir entrar.
¿De qué ambiente dispone el lugar en sentido número de personas y qué tipo?
No llegué a tomar nada en esta plaza, ya que todos decían de hacerlo en otro lugar, pero sí me he sentado en un banco para consultar el plano en busca de nuevos objetivos. La gente circula perezosamente de un lado a otro, sea mirando los puestos del mercado cuando éste se extendía por su superficie, o tomando una bebida y haciendo una fotografía durante el tiempo en el que me quedé allí enclaustrado en el cómodo asiento.
El número era bastante curioso ya que no paraban de pasar personas y personas de un lado para otro con distintas concepciones del sitio y con ganas varias de hacer vida de ocio, aunque siempre con la mirada indiscreta de lo que les rodeaba que no estaba nada mal, con un encanto particular.
En cuanto al perfil de los viandantes, no era claro, pues al dar como decía anteriormente a esta plaza vengas de donde vengas, pues lo normal era que todo el mundo acabara tocando aquella zona y por eso mismo se perdía el perfil para encontrarse a la multitud. Todos alguna vez irían para allí y por tanto el perfil los tocaría a todos por igual.
¿Qué nos ofrece de manera general y sobre todo, qué mejor en particular?
Llegué en uno de mis rodeos por la ciudad hasta la plaza encontrando una gran cantidad de puestos de alimentos, prendas de vestir y calzar, entre otras cosas. Era viernes creo recordar y me gustó pasear por allí, como me ha sucedido en otras ciudades castellanas, generalmente en fin de semana. La plaza cobra todo el significado que tenía en tiempos medievales aunque ahora los comerciantes no vengan en carro o jumento sino en furgoneta. Pero el intercambio es el mismo. Y es que es justo eso lo que nos ofrece de manera general, un sitio donde se intercambian productos por esta vez dinero y no trueque como también podía llegar a pasar en tiempos más alejados.
En cuanto a las particularidades, lo bueno que tiene es eso de estar al lado de un convento, de una iglesia, de algún que otro monumento histórico y por supuesto del Ayuntamiento. Lo espacioso que es hace sumar a todo, si bien no hace mucha diferencia en cuanto a otros mercados de otras ciudades cercanas o españolas hablando de manera general.
Oye, pero.... ¿qué pasa con los precios?
Pues los precios del mercado chico no son malos para estar en una zona tan movida como aquella. De hecho son muy baratos, pues por poner un ejemplo, esos míticos imanes que muchas madres recolectan allá en su paso por las ciudades o que les piden a sus hijos que cojan para ellas; si normalmente te cuestan como 2,50 euros o tres euros, había puestos en los que por menos de dos euros podías encontrarlos; lo cual hacía todo ello más atrayente al público que aún muchas veces con poca idea de comprar o directamente ninguna, acababas llevándote cualquier mínima cosa por pequeña y no importante que pareciera.
¿Lo recomendarías para otra ocasión?
No es que puedas decir de lugares como este que lo recomiendas con firmeza, ya que en sí es un mercado y un ayuntamiento al lado, pero ese arte y aire de siglos anteriores, hacen que te entren ganas de volver a pasear por sus alrededores y es por ello que lo recomendaría para perderte por sus decenas de puestos, llevándote algún recuerdo que otro como algo obligado por si tiras por allí.
¿Para quiénes está pensado este lugar de la ciudad?
Para las personas curiosas, con ganas de ver qué se cuece a lo largo de los puestos que he ido explicando anteriormente. Otra cosa no, pero aburrirte seguro que no lo haces en el Mercado Chico, y sí que si vas acompañado más de un “mira miraaa lo que he encontrado” seguro que te llevas.
Y tras haberlo visitado.... ¿ahora qué me recomiendas?
Pues las zonas de alrededores del ayuntamiento son propicias sobre todo para como me gusta a mí, tomarme un helado de nata sola. Sí que puede sonar simple, pero lo soy y por ello me alegro. Nada de cosas complicadas de hacer o de pedir, simplemente algo que me guste y no quiero complicarlo solo porque sí. Es por ello, que mi plan perfecto sería tomarme el helado de nata que ya he comentado, seguido de un paseo por la zona que seguro se te quedará en la retina grabado.
¿Valoración en punto del uno al diez y razones?
Le doy un 7 por el hecho de estar colocado el mercado en zona estratégica, si bien es cierto que en muchas partes de España y otros países también lo está, por lo que más sería pasarse y menos no se merece al tener una politica de precios muy distinta a los mercados de este tipo que conozco, donde si te pueden llegar a sacar más y más dinero por un determinado objeto, te lo sacarán, por lo que es mejro alegrarse de haber encontrado el Mercado Chico.
¿Conclusión?
Bonita plaza, con un bonito ayuntamiento lleno de tranquilidad y armonía. Podrás pasarte horas sentado viendo cómo la gente mira y mira, compra y compra y sobre todo se mueve de un lado para el otro mientras tú simplemente observas el panorama con esa cosa de estar bien con lo que te rodea. Ávila tiene eso de que las fotos en blanco y negro quedan siempre mejor que el color, porque une lo tradicional con la tranquilidad que le caracteriza, pero con la viveza de que es una ciudad en crecimiento y tiene pinta seguirá siendo así por mucho tiempo. Contento me voy de mi viaje a esta ciudad cercana a Madrid, pero que se encuentra en Castilla y León y por ello seguiré hablando en algún que otro artículo más de la misma sin cesar en monumentos que me gustaron y que gracias a ir con un grupo numeroso que le gusta este tipo de cosas pude disfrutar (si no, turismo nocturno claramente porque me suelo aburrir demasiado pronto de este tipo de visitas culturales).