catedral avila
¿De qué se trata en esta ocasión?
Voy a hablar de otras de las catedrales que me han gustado a lo largo de mis visitas por España, y es en este caso la que vi en mi viaje a Ávila, ciudad que se encuentra pegada a Madrid a menos de una hora de trayecto en coche, siempre que cojamos por la mejor de las rutas posibles.
¿Dónde podemos encontrar este lugar?
Se encuentra en pleno centro, cerca del restaurante conocido como Casa de Postas, no muy lejos de la Avenida de Portugal, y a unos cinco minutos del Convento de Santa Teresa de Jesús. En sí, está en la Plaza de la Catedral, número ocho, con el código postal número 05001. Para el caso en el que no quede del todo clara su localización, lo mejor es dejar un enlace de google maps dejándolo todo bien clarito: https://www.google.es/maps/place/Catedral+de+%C3%81vila/@40.6551634,-4.6972197,15z/data=!4m2!3m1!1s0x0:0x37522fc5e6bcad3a
La Plaza Adolfo Suárez quedará a un lado de la misma, y por el otro lado algunas calle pequeñitas.
¿Cómo llegar de manera simple hasta lo que me estás explicando?
Lo mejor como todo sitio céntrico será ir andando, ya que uno puede acercarse al exterior de la Catedral sobre todo por tres de sus lados, todos ellos en el interior de la ciudad. Desde fuera de las murallas sólo puede observarse la cúpula incrustada en las almenas.
Mi primera aproximación fue quizá la menos llamativa pero que tiene sabor a leyenda. Si entramos en la ciudad por la puerta del Alcázar se observa, como dijimos, una calle que frente a nosotros se interna en la ciudad, la plaza de Adolfo Suárez a la izquierda con su verraco y el
edificio neoclásico del Banco de España, antigua plaza de armas del mismo Alcázar. A la derecha, en cambio, apenas llama la atención una calle estrecha denominada oficialmente de la Cruz Vieja. Apenas hay nada en ella salvo un restaurante cuyo comedor al aire libre tiene acceso reservado y se extiende justo por el lado interior de la muralla. Si recorremos la calle que aparece quebrada en algunos puntos, tras cruzarnos con los turistas que circulan charlando o revisando sus cámaras de fotos, nos encontramos frente al lado sur de la Catedral, antes de bordearla por el otro lado.
Todo este entramado de callejuelas y sitios típicos del centro, nos hará que coger el coche e intentar dejarlo por allí no tenga mucho sentido, por lo que lo mejor será dejarlo en el lugar que veamos a lo lejos del centro y de su zona azul, y por tanto ir viendo los paisajes que se nos muestran al paso hasta llegar a la catedral.
¿Algo de historia me puedes comentar con respecto a ello?
Hay cierta confusión en torno al comienzo de la Catedral abulense. Los únicos documentos que se han conservado referentes a aquel período son crónicas, en algún caso bastante posteriores, y no pruebas documentales. En este sentido la primera prueba de la existencia de la Catedral es una Bula del Papa Inocencio II confirmando diversas propiedades del obispo de Ávila. Así pues, hemos de atenernos a estas crónicas. De ellas parece deducirse que esta Catedral fue levantada sobre los restos de un antiguo templo dedicado a San Salvador y del que salió el obispo Pelayo junto a Ramón de Borgoña para señalar y bendecir la futura muralla que debía rodear la ciudad. Si la misma fue levantada en la década de 1090 parece que la nueva Catedral, al menos en una primera y rápida fase, empezó a construirse entre 1091 y 1107, casi de forma simultánea a la muralla de la cual
terminaría por formar parte como un bastión de naturaleza religiosa y militar en su lado este.
Otras obras en forma de capillas, remate del claustro, el frontón de la fachada oeste, etc., fueron sucediéndose con el tiempo hasta el presente momento, en que una de las torres carece aún de campanario como estaba previsto al levantarse.
¿De qué horarios dispone y qué días podemos encontrarlo abierto?
Dispone la misma de una página web con la que podremos ver información relativa a la misma pero también, algún que otro vídeo demostración que nos ejemplifique mejor si cabe lo bello que tiene por dentro que no es poco, y además nos de ese toque culto que siempre haría falta tener con respecto a una catedral si algún día se lo enseñamos a otras personas. Es la que sigue: https://sites.google.com/site/catedraldeavila/
En este otro enlace aparece el horario de culto: https://sites.google.com/site/catedraldeavila/home/la-catedral/informacion
Que si bien habrá gente que no tenga ganas ni de meterse, yo también puedo transcribirlo aquí sin más reparo, diferenciando claramente dos horarios dependiendo de los días en los que trate:
1º- Lunes a sábado: el culto comienza a las 9 de la mañana.
2º- Domingos y festivos: empezando el primer turno de culto a las 11 de la mañana, y el segundo a las 18.15 como misa vespertina para los fieles que no vinieron temprano.
Abierta por tanto estará todos los días, pensando en los fieles que quieren rezar a su Dios.
En cuanto al horario del museo, sí que es mucho más largo y resquebrado y es por ello que os dejo en el enlace toda la información al respecto: https://sites.google.com/site/catedraldeavila/home/museo
¿Me podrías describir físicamente el sitio?
No hay portada ni aspectos especialmente llamativos aparentemente. Esta imagen la capté desde la parte de en frente con zoom en la cámara y allí sí pude observar los dibujos que se pueden ver en la imagen que subo ahora, al menos los correspondientes a la nave lateral sur, un hermoso rosetón. Pero desde abajo sólo se aprecia el exterior del claustro con sus diferentes figuras y algunos que otros ángeles a los que, inicialmente, no presté atención.
La torre se levanta a un lado de esta portada, haciendo esquina con la fachada norte donde, alejada por una verja que cierra su acceso habitualmente clausurado, se encuentra una portada que antes fue la principal, cuando se encontraba en el mismo lado oeste de donde la trasladó Juan Guas. Esta portada, conocida como la de los Apóstoles fue realizada pronto, hacia el siglo XIII, y aunque gótica en su estructura tiene claras reminiscencias escultóricas del románico de forma que, bajo las cinco columnas sostenidas por seis apóstoles a cada lado, se halla el tímpano dividido en tres franjas horizontales: la inferior tratando sobre la vida de Jesucristo, la central con el mismo rodeado de ángeles y la coronación de la Virgen María, en la franja superior.
Me quedé admirándola a distancia, sin poder observar los detalles, reconociendo que es de mayor belleza que la que actualmente sirve de entrada principal. Pese a la dedicación de los artistas, el esfuerzo económico de reyes y prelados, la iglesia no resulta tan espectacular como otras de ciudades castellanas que, en líneas generales, se reconstruyeron posteriormente, como la de Segovia. Sin embargo, no desmerece porque es templo más antiguo, cercano al románico en algunos aspectos, y dentro de la mayor sobriedad de la época, resulta atractivo.
Tras entrar por la fachada principal se llega al reducido patio de los catecúmenos, de escasa relevancia pero que daría acceso a la iglesia por su puerta oeste si ésta no estuviera cerrada. Es necesario girar a la derecha, asomarse al claustro donde en un puesto venden la entrada y te dan la información imprescindible para recorrer el monumento. Apenas andas por una galería de este claustro cuyo paso más allá es imposible por instalación de unas mamparas. Enseguida te introduces por uno de los extremos del claustro en la Catedral propiamente dicha. Esnecesario aclarar que, como en muchos otros templos, la fotografía está expresamente prohibida, pese a lo cual hice las que pude aprovechando cierta permisividad dada por la temprana hora de la tarde en que recorrí el lugar y la casi soledad en que lo hice. No comprendo a ese respecto la variabilidad de criterios que emplea la Iglesia de cada ciudad sobre dar o no dichos permisos, de manera que hay iglesias que se pueden fotografiar con detalle y otras donde no, independientemente del tamaño y su importancia.
Pese a la mala calidad de estas fotografías puedo verlas ahora, recordar algunos trozos de mi recorrido por el interior de la Catedral. Es de una gran amplitud, quizá algo más de lo que uno podría esperar al ver el exterior, ya que no tenía pinta de ser demasiado grande, pero mmmm las apariencias engañan tal y como se suele decir y no le falta razón a quien lo dijo por vez primera.
Su color entre gris y blanco da una personalidad muy característica a este templo respecto a cualquier otro que haya visto en Castilla y León y en España en general. La contrapartida es el
hecho de que se va deteriorando paulatinamente con el tiempo y es necesario reforzarlo, hecho que justificó que el que lo hiciera utilizara asiduamente el granito más duro en lugar de esta piedra en las partes fundamentales del templo.
Tiene tres naves pero el hecho de que sean de igual anchura aunque desigual altura y el buen estudio de sus pilares, produce una gran sensación de amplitud. En el claroscuro que presidía el interior a esa hora, con las luces de las lámparas y las provenientes del exterior incidiendo en su piedra bicolor, me fui fijando en determinados lugares que iré describiendo sin ánimo de ser exhaustivo:
Nada más entrar por el brazo sur del templo observé a la izquierda dos enterramientos bajo algún que otro arco. Por entonces trataba de sacar una foto sin que me llamaran la atención de manera que sólo pude suponer su interés, pese a encontrarse algo retirados de la vista. En efecto, el
de la izquierda corresponde a un obispo de Sigüenza, que murió en el siglo XIV en palabras del guía turístico. A su lado está el que fue famoso Sancho Dávila, capitán en tiempos de los Reyes
Católicos. Así pues, éste es lugar de enterramiento de la familia Dávila, proveniente de uno de los repobladores iniciales, Blasco Jimeno (de las cosas que se entera uno visitando este tipo de monumentos, que de no ser porque con quienes iba querían sí o sí entrar debido supuestamente a todo este entramado histórico del que me complace escribiros, la cosa sería imposible).
Me adentré en la parte central de la iglesia. A la izquierda encontraba el coro y allá, al fondo, el altar de Santa Catalina, una obra plateresca del siglo XVI obra, entre otros, de Vasco de la Zarza. Apenas hice más que asomarme al coro, elegante, espléndido. Frente a él se alza el altar mayor con un retablo majestuoso de hasta 24 tablas pintadas por algún pintor conocido de la época. Es imposible acercarse al mismo dado que, como es costumbre, el altar mayor se protege con un cordón que impide el paso a los visitantes.
Tras observar en el centro el coro y el altar mayor, me trasladé al brazo norte del crucero donde encontré algún que otro sarcófago se los que habñia ya pronunciado antes alguna línea. Fui caminando casi al azar observando cada lugar, sentándome incluso un momento en aquella nave norte de la Catedral escuchando el silencio que se respiraba hasta que una familia entró para recorrer mi mismo camino. Miraba la piedra de la Colilla, el sabor peculiar de sus colores antes de observar la capilla de la Piedad, casi en un rincón.
Después atravesé el Trascoro, una importante obra escultórica con la que se cierra el Coro por detrás. Con una verja delante es difícil acercarse pero se puede apreciar la hermosura de su trazo. Me adentré después en la girola, por detrás del altar mayor. Hay distintas capillas aquí, sería demasiado prolijo citar cada una con todo su contenido, generalmente tumbas bajo formas de arcos (como casi todas las de la Catedral), retablos, cuadros y pequeños altares.
Muy cerca está la capilla de Nuestra Señora de Gracia que mostraba un altar muy bonito con un retablo hecho con exquisito gusto. Su figura se representa exenta y revestida con ornamentos pontificales. Es muy hermosa y atrae inmediatamente la admiración de cualquier persona a la que le guste la escultura. Es obra de Vasco de la Zarza que, como se puede comprobar, participó activamente en la faceta escultórica de la Catedral en la primera mitad del siglo XVI.
¿De qué ambiente dispone el local en sentido número de personas y qué tipo?
Por fin termino de dar la vuelta completa a las tres naves Catedralicias que, a esas alturas, se habían llenado de visitantes. Había estado casi tres cuartos de hora allí sin darme cuenta y aún habría de volver poco después para sentarme otro rato y seguir contemplando el juego de luces. Y es que no es para menos, pues cuando te encuentras sentado un rato observando el panorama, te das cuenta de que son muchas más las personas a las que les atraen este tipo de edificios, que una persona generalmente se piensa pues que serán muy pocos los atraídos a ella, y no es cierto.
El tipo de estas personas si que es más normal, puesto que sobre todo serán extranjeros ya sean de fuera del país o simplemente como era mi caso, de fuera de la ciudad. La media de edad debía rondar los cuarenta o algo así, puesto que los jóvenes no nos solemos sentir atraídos por este tipo de obras, a pesar de que al final uno se queda contento con la visita y feliz por haber entrado.
¿Qué nos ofrece de manera general y sobre todo, qué mejor en particular?
No hay duda de que si de manera general puede parecer simplemente un lugar donde algunos rezan y otros miran de arriba hacia abajo en pos de algo que verdaderamente les divierta; lo cierto es que cuando te pones a escuchar al guía turístico todo lo que te cuenta y explica con devoción, la cosa cambia considerablemente y empiezas a cogerle gustillo a eso de las catedrales y en general los edificios religiosos, que dan una intriga para seguir investigando que quizás no den otro tipo de edificios menos representativos de una ciudad.
Particularmente me quedo con esas historias de siglos pasados y es que el guía nos metía muchísimo en el papel de la historia en época anterior a los Reyes Católicos y no podía imaginar que se mantuviera así de bien una obra de tanto tiempo atrás. Sin duda me quedo con esa forma de contar algo cuando te gusta sin dudarlo.
Oye, pero.... ¿qué pasa con los precios?
Entrar en la Catedral cuesta cuatro euros, pudiendo ver el museo y la zona de arte que tienen dentro. Si bien es también cierto que en horario de culto, por supuesto la entrada es gratuita y es lógico, pues no tiene sentido que les vayan a cobrar a los fieles que simplemente ponen su fe allí dentro. Este precio cambiará si te vienes con un grupo suficiente de personas como es lógico, llegando a costar un euro menos hasta los tres en total, a partir de las veinte personas (qué gran rebaja, claro que sí). Cambiando a su vez los horarios en cuanto dependa del día en concreto, ya mostrado en el enlace de la pregunta sobre los mismos anteriormente explicada.
¿Lo recomendarías para otra ocasión?
Quizás claramente no sea ese tipo de lugares en los que repites una vez vuelves a la ciudad, por lo que a pesar de que me haya gustado de manera que sorprende soberanamente para ser la típica persona a la que este tipo de cosas jamás convence y convencerá.
¿Para quiénes está pensado este lugar de la ciudad?
Para los que quieran aprender historia y de una manera distinta a la tradicional adentrarse al mundo del arte, de la cultura y al fin y al cabo de tu ciudad o tu país. Porque parecerá que no, pero lo cierto es que de todo se aprende y por supuesto también de este tipo de cosas que a priori te pueden parecer verdaderamente aburridas o sin interés. Ábrete de mente, y continua aprendiendo de todo porque de todo y todos se puede llegar a aprender. Palabras como bóveda, manjar o girola son palabras que escuché allí y que nunca supe exactamente de qué se trataban. Ahora me siento algo mejor sabiéndolas y la próxima vez que vea gráficamente una de estas palabras en un edificio, sabré reconocerlas y por tanto me sentiré mejor conmigo mismo.
Y tras haberlo visitado.... ¿ahora qué me recomiendas?
Hay numerosos bares y pubs por la zona altamente recomendables, y que seguro por las luces y las personas con las que vayas seguro que te guiarán bien. Para mí, lo mejor es contnuar en línea recta desde la parte oeste de la catedral y una vez estás ahí, continúas como unos seis-siete minutos hasta llegar a esta zona llena de sitios con encanto. Una vez allí, libre serás de ir probando hasta dar con el justo adecuado que te encante.
¿Valoración en punto del uno al diez y razones?
Le doy un 8 por la gran devoción que transmitía el comentarista guía turístico que nos tocó. Y es que si por dentro podía ser como otras catedrales, también ha de tenerse en cuenta que el hecho de estarme una hora allí dentro, hacía que distinta tenía que ser a otras de la zona, y sobre todo por palabras de los que allí se encontraban, distinta totalmente a alguna de Castilla; así que me quedo con aquella catedral como de las más completas y bellas que he visto en mi vida. Solo el que esté escribiendo de ella ya significa que algo me caló y recuerdo.
¿Conclusión?
Pues lo cierto es que el recorrido es amplio, interesante. Quizá no tenga la monumentalidad de otras catedrales castellanas pero es distinta, característica con su piedra de la ciudad en dos
colores que parpadean entre el juego de sombras y luces, con sus repetidos arcos en los que se van metiendo distintos estilos góticos repartidos por muchas de las capillas. Gracias a las fotos que pude robar es posible ahora que lo recuerde, aquellas sensaciones, los detalles, traer a la memoria aquel paseo de una hora por el interior de la Catedral de Ávila, uno de los monumentos emblemáticos de la ciudad, y que sin duda mereció la pena.
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