Viaje a Andalucía

A lo largo del año que pasé en Sevilla, tuve la ocasión de viajar un poquito por Andalucía. Cada fin de semana organizaban excursiones para los Erasmus. Yo solo fui a una salida con uno de los grupos. Los otros viajes los hice en petit comité, con la familia o buenos amigos.

Gibraltar, un rinconcito inglés perdido bajo el Sol andaluz

Fue el primer sitio que visité durante mi Erasmus. Lo hice en el contexto de una excursión de un día organizada por Erasmus club. El territorio está en la punta de Andalucía, justo enfrente de África. De hecho, desde la costa puedes ver las playas africanas. Pese a su situación geográfica, no se habla español en Gibraltar sino inglés porque es territorio británico. Al pasear por la calle te da la impresión de estar en Inglaterra, añadiéndole sol y calor.

Ese día estuvieron conmigo una amiga de la universidad y dos de mis compañeros de piso. Gibraltar se visita bastante rápido, con un día te sobra. De hecho, el territorio es muy pequeño. Por la mañana nos dimos una vuelta por el centro de la ciudad y la calle más comercial. En las tiendas te encuentras muchos souvenirs ingleses y banderitas. A la hora de comer puedes pedir el famoso fish & chips o comer a la inglesa. La moneda local que tienen es la libra esterlina, pero la mayoría de comerciantes y restaurantes aceptan también el euro. Sin embargo, os va a costar más caro, lo mejor es que cambiéis un poco de dinero antes de venir.

Por la tarde, podéis hacer la visita clave de Gibraltar: ver los monos salvajes. Antes de poder acercarte a los simios, tienes que ir a su hábitat natural: la montaña. Hay autobuses que te llevan hasta ellos, el camino está bastante empinado. Tras haber cogido algo de altitud, por fin distinguirás a estos monitos salvajes. Están acostumbrados a la presencia del hombre por lo que te puedes acercarte a ellos sin problema. De todas formas ten cuidado, el guía nos dijo algunas reglas: no alimentar a los monos y no acercarse demasiado. Por más que no sean muy grandes y que estén acostumbrados a los humanos, a veces pueden mostrarse agresivos y podrían volverse violentos.

Mis amigos y yo nos echamos la foto de turno con ellos, siendo aún así prudentes.

Como primera excursión estuvo bastante bien, si visitas Andalucía ve también a Gibraltar, es un trocito de tierra atípico que está muy bien.

Granada, un fin de semana en el seno de la cultura musulmana

Mis tres mejores amigas y yo decidimos pasar tres días en Granada, una ciudad que merece la pena visitar. Fuimos desde Sevilla en blablacar, una solución práctica y económica. Como alojamiento reservamos un Airbnb.

Granada es una ciudad pequeña y muy bonita, tiene muchas calles pavimentadas y estrechas por las que resulta muy agradable pasear, ¡aunque a veces pierdas el aliento! Efectivamente, ¡están muy empinadas!

Se nota mucho que en Granada fue ocupada por los musulmanes tiempo atrás. Se ve en la arquitectura de la ciudad y en los restaurantes y tiendas. Pudimos meternos de lleno en la cultura musulmana al pasearnos por el zoco y comer un delicioso cuscús en un pequeño restaurante árabe que estaba muy bien. El camarero era adorable, nos dio unos dulces gratis para que acompañaran el té. Bueno, lo que tienes que ver sí o sí en el caso de que vayas a Granada es la Alhambra. En la cima de la parte más alta de la ciudad, la Alhambra es un palacio, vestigio de la presencia musulmana en España. Tanto los distintos monumentos que la conforman y los jardines que la rodean son maravillosos. Además, tienes unas vistas preciosas de toda la ciudad. Mucha gente de todas partes vienen a visitar la Alhambra, por lo que no te olvides de reservar la entrada con antelación.

Con tan solo tres días puedes visitar Granada tranquilamente. La verdad es que este viaje ha sido una experiencia muy buena. Nos lo pasamos muy bien. Pasear por Granada relaja mucho, por el hecho de alejarte del centro de la ciudad y coger algo de altura, notas una sensación de tranquilidad impresionante. Un paisaje montañoso precioso se abría ante nosotras, con las fachadas blancas de las casas, a veces azules. Durante el viaje nos encontramos con algunos vendedores ambulantes, una anciana sentada a la puerta de su casa y un pequeño museo de fotografías antiguas perdido en el borde de la montaña.

Conclusión: ¡un buen rato entre amigas!

Ronda y su ruedo, una de las ciudades más bonitas del mundo

Cuando mi familia vino de visita, aprovechamos para alquilar un coche y así poder explorar las ciudades de al lado.

Hicimos una parada en Ronda, una ciudad pequeñita de Andalucía. Aprovechamos para recorrer las calles del casco antiguo y las que rodean el acantilado que ofrece unas vistas preciosas al Puente Nuevo y a los valles de la ladera. Las vistas quitan el aliento, impresionantes. Algunas perspectivas son realmente sorprendentes. Me ha parecido una de las ciudades con los paisajes más bonitos que he visto. Ronda es muy bonita y tranquila.

Otra de las cosas que más me gustaron fue la visita al ruedo. Es enorme, creo que uno de los más grandes. Siempre he sido antitaurina, me parece que el espectáculo es algo arcaico. Pero al estar en España y querer reafirmar mi opinión por experiencia propia, quise ir aún así para ver una corrida. Y al final he podido entender por qué a los españoles les gusta esta tradición. Una corrida es ante todo un espectáculo con el toro, tiene sus reglas y una historia particular. Montan todo un escenario. Lo mejor es que veas una corrida con alguien que entienda un poco del tema para que pueda explicarte lo que está pasando. Claro que es un momento emotivo y triste, como que acaban con un enorme toro en tu cara. También entiendo que ser testigo de un espectáculo así te deja con una sensación de incomodidad. No estoy a favor ni en contra, pero respeto la tradición.

Córdoba y su mezquita

También hicimos una parada en Córdoba, otra ciudad andaluza en la que coexisten las culturas católica y musulmana. Y allí, gracias a la visita de la Mezquita, pudimos ver realmente la convivencia de las dos religiones. Junto al Puente Romano, la Mezquita es el monumento clave de Córdoba. Es única. Una vez dentro, estás en una catedral y al segundo te encuentras en medio de una mezquita. Sin embargo sigue siendo un solo edificio, pero estos dos estilos se encuentran y funden.

Poco iluminada, techos bajos y redondeados, arcos: el estilo árabe se reconoce fácilmente. De repente das un paso y estás en mitad de una gran catedral iluminada, de techos muy altos y muros blancos. La diferencia entre los dos estilos sorprende pero la unión resultante queda muy elegante.

Málaga, una experiencia única

Fue el viaje que más me gustó. El calor en Sevilla se había vuelto insoportable, no podías salir a la calle durante el día y casi que tampoco por la noche. Hacía demasiado bochorno, entonces una de mis mejores amigas propuso irnos, así, de repente, dos días a Málaga para poder pasar un día entero en el mar.

Había terminado el año escolar (el junio pasado) y no nos quedaba mucho dinero así que tuvimos que viajar a lo pobre. Como Málaga está a unas dos horas y media de Sevilla, decidimos hacer autostop. Fue la primera vez que hacía algo así, mi amiga ya lo había hecho antes y además eramos dos (así que no me estresé). Al final, como eramos dos haciendo autostop no estuvo mal del todo. Nos pusimos con el cartel "Málaga" en un eje y estuvimos esperando a que alguien quisiera llevarnos.

En España no suelen hacer mucho autostop, muchos te dicen con gestos que eso no se hace o que no esta bien (aunque no tiene nada de ilegal). Los policías pasaron varias veces y nunca nos dijeron nada.

Al final nos cogieron rápido, cada vez pasaban menos de 15 minutos. Por el contrario, nadie iba directo a Málaga, nos acercaban un poquito y luego buscábamos un coche nuevo para que nos llevara algo más lejos. Nos montamos en el coche de un señor mayor, súper simpático y amable, luego en el de una pareja de holandeses que venía a pasar las vacaciones en España y por último una pareja española. Todos muy majos. En el momento en el que seáis dos y os hagan un poquito de caso, se viaja muy bien en autostop. Así conoces a gente, puedes hablar con ellos y aprender más sobre el lugar y el país. Fue muy divertido probar esta nueva experiencia con mi amiga.

Llegamos a principio de tarde, aprovechamos para ir directas a la playa. Málaga es una ciudad costera muy agradable. Tiene de todo, parques preciosos, el mar y un centro histórico muy bonito. El tiempo que estuvimos allí no lo aprovechamos para ver los lugares de culto de la ciudad, simplemente queríamos disfrutar de la playa antes de volver al calor de Sevilla.

Por la noche habíamos quedado con nuestro anfitrión a través de la página web de Couchsurfing. Es una página muy muy interesante si quieres ir de viaje a una ciudad que no conoces. No tiene mucho, pones el nombre de la ciudad a la que quieras ir, el número de noches que te gustaría pasar, el número de personas que seáis y ya puedes ponerte a buscar. Una vez hecho esto, puedes ver el perfil de la gente disponible durante la fecha deseada. Si la persona acepta tu petición, puedes alojarte en su casa y ¡gratis! Y sí, así funciona el sitio, alojarte en casa de gente gratis, una buena manera para conocer a gente y conocer bien una ciudad.

Aquella noche, conocimos a nuestro anfitrión: un hombre de 41 años. Pasamos dos noches en su casa, ¡fue el mejor que conocimos! Era adorable y atento. Vino a buscarnos a la playa cuando salió de trabajar, luego nos llevó a su casa y mi amiga y yo teníamos una habitación para nosotras. Nos dijo que si necesitábamos cualquier cosa que solo teníamos que preguntarle.

Mi amiga y yo quisimos comer en la ciudad, así que le preguntamos si quería venir con nosotros para que nos conociéramos un poquito mejor. Aceptó y nos llevó a un buen restaurante. Era fan de la música y estuvimos una noche entera cantando y tocando la guitarra y la batería.

A veces, conoces a gente increíble, única, que te marcan para siempre. Pasáis muy buenos momentos juntos y luego toca despedirse. La vida está hecha de encuentros muy bonitos, los mejores son siempre los más cortos, pero se viven con mayor intensidad.

Madrid, la capital de España

Fue el último viaje que hice como estudiante Erasmus. Estuve tres días con mi compañera de piso. Fuimos durante el orgullo gay. También nos alojamos con el couchsurfing esta vez. Al igual que antes, el anfitrión fue muy simpático con nosotras, tenía un apartamento muy chulo y nos dio un par de buenos consejos para visitar la ciudad. Lo que más vimos durante los tres días fueron los museos, lo que nos ha culturizado un poquito. La sensación de ver en vivo y en directo los cuadros y pinturas que habíamos estudiado en clase fue indescriptible. También visitamos el palacio de cristal, el parque del Retiro y la puerta de Alcalá.

Pese a ser la capital, sigue siendo una ciudad muy agradable (recomiendo la visita) y la puedes recorrer fácilmente en bici. Fue una bonita manera de cerrar el año Erasmus.

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