Mi horario estadounidense

Aunque cada día como alumno de intercambio en Estados Unidos era completamente distinto del anterior, creo que todos tenían la misma estructura (me refiero a días de instituto). Así que, ¿cómo era mi día?

Desayuno

Como uno de mis padres de acogida me llevaba al instituto en coche y tardaba dos minutos en llegar, me levantaba tan solo cuarenta y cinco minutos antes de que sonara el timbre, a las 6:50. Tenía el tiempo suficiente para despertarme y quejarme de lo temprano que era, bostezar, frotarme los ojos, lavarme los dientes, prepararme y tomar el desayuno, que era cada día distinto. Creo que lo que más me gustaba era los burritos de desayuno, pero las tortitas y el pan de plátano también estaban bien.

Mi horario estadounidense

Las clases empezaban a las 7:35 y cada mañana llegaba justo unos segundos antes de que sonara el timbre, me volví un experto en eso. Mi instituto iba por trimestres, no por semestres, y teníamos días 1 y días 2.

De agosto a noviembre, día 1

De agosto a septiembre fui a clase de lectura, pero me costaba mucho seguirla y la dejé, por lo que durante el resto del trimestre tuve una hora libre, lo que significaba que podía quedarme durmiendo e ir a clase a las 9:05. Entre la primera y la segunda hora había una cosa llamada «Tutoría», que eran 30 minutos para revisar los deberes y pedir ayuda al tutor si te hacía falta. Durante todo el curso, a segunda hora tenía Matemáticas Avanzadas. Elegí esa clase porque por el nombre pensé que serían matemáticas más avanzadas, pero resultaron ser bastante fáciles y no lo que esperaba. Más que cálculo, era algo tipo economía y problemas de la vida real, como préstamos estudiantiles, vivienda, presupuesto, etc.

La mitad del día ya había terminado y ahora tenía unos cincuenta minutos para comer. Entre agosto y septiembre estuve yendo a Bulldog Deli, un sitio de sándwiches que había frente al instituto. Estaba bien, el problema era que cada día me gastaba unos seis dólares. Así que empecé a comer en la cantina o incluso mejor, iba a casa y comía algo allí. Algunos días tenía suerte y mis amigos decían de ir a algún local de comida rápida a comer. Un día fuimos a un sitio que estaba bastante lejos y acabamos comiendo tarta cuando deberíamos estar en la tercera clase. El otro alumno de intercambio y yo teníamos la misma clase y nos daba vergüenza aparecer allí veinte minutos tarde. Qué recuerdos.

La tercera clase era una muy divertida llamada «Casablanca». Teníamos que hacer cortos y películas y presentarlos a la clase. El profesor nos daba una serie de instrucciones y luego hacíamos hacer lluvias de ideas para los proyectos. Yo era más «actor» que editor de vídeos. Ojalá mis compañeros me hubieran mandado los vídeos y las tomas falsas, pero nunca lo hicieron. Jo. La única clase de Educación Física que tuve fue Actividades de Equipo y empezó más tarde que el resto, así que solo la di un mes y medio, dos meses como mucho.

Mi horario estadounidense

(Este soy yo grabando un vídeo para la clase Casablanca. Era un zombi).

De agosto a noviembre, día 2

Los días 2, por la mañana tenía Introducción al Arte. Hacíamos cómics y más adelante pintamos algunas cosas. Después tenía una hora libre en la que normalmente me iba a la biblioteca. Luego tenía Historia de Estados Unidos y Gobierno de Estados Unidos. En esa última, cuando me presenté, el profesor dijo: «Ah, la tierra de Berlusconi».... vale.

De noviembre a febrero, día 1

Por la mañana tenía Programación Web, que era bastante aburrido y la clase era muy pequeña. Creo que no éramos más de diez. Iba al instituto con café, aunque el profesor me decía que no bebiera cerca de los ordenadores. Pero necesitaba energía o sin duda me habría dormido encima del teclado. En el segundo y tercer trimestre, tuve clase de Historia de Estados Unidos, que es en la que saqué la nota más baja, un 8. No es que eso me molestara, pero es que no podía seguir el ritmo de la clase y odiaba los trabajos en grupo. A cuarta hora tenía Literatura Latinoamericana. Elegí esa clase porque quería aprender algo diferente, porque había muchos mexicanos en Colorado y bueno, porque era la única disponible a esa hora. Je, je.

Mi horario estadounidense

De noviembre a febrero, día 2

Por las mañanas, como el trimestre anterior me había gustado Introducción al Arte, cogí Cerámica I. Hice algunas tazas y otros «objetos artísticos» sin definir. Como muchos de mis amigos en Colorado hablaban español, me apunté a Español. Se suponía que no podía porque los idiomas son clases que duran todo el curso, pero como era alumno de intercambio hicieron una excepción conmigo.

A la profesora le caí bien y como sabía que el español y el italiano se parecen, me dijo que me apuntara a Español nivel II en vez de a nivel I. Me gustaban sus clases, saqué dieces y mis compañeros no podían entender cómo. Cuando tenía que leer, me miraban como si fuera un alien. «¿Seguro que es la primera vez que estudias esto? ¿Cómo es que sacas dieces y lees tan bien tan rápido y yo que llevo dos años dándolo saco siempre un seis? ». Y aquí venía el discursito de «soy italiano, el italiano y el español se parecen mucho».

A tercera hora podría habérmela pedido libre, pero decidí apuntarme a Dibujo y Pintura I porque quería ir a tantas clases como pudiera y pasar más tiempo en el instituto. Nunca habría dicho algo así en Milán, pero en Estados Unidos quería aprovechar el tiempo al máximo, lo que significaba no quedarme en casa.

Al final del día tenía Oratoria. Nunca me ha gustado leer o hablar en clase. De hecho, en el instituto en general soy muy callado. Mi profesora hablaba y entendía italiano porque había estudiado en Italia, así que a veces me hablaba en italiano. Eso estaba bien, pero la parte de discurso de su clase... no tan bien. Aunque me vino bien ir a esa clase y no me arrepiento de haberla cogido.

De febrero a mayo, día 1

Durante el último trimestre, quería proponerme un reto y empezar a estudiar otro idioma. Mi profesor me adoraba, pero eso no tenía nada que ver, de verdad se me daba bien el alemán. Desearía haber tenido tiempo para seguirlo estudiando, porque si ahora me decís que os diga algo, creo que solo me acuerdo de «ich bin Cristian». Después tenía Matemáticas Avanzadas, Historia de Estados Unidos y una hora libre, lo que significaba que podía irme a casa a las 13:35.

De febrero a mayo, día 2

Mi día empezaba, como era habitual, conmigo corriendo al instituto antes de que cerraran la entrada a la sala de arte. Una vez dentro, iba a Introducción a la Guitarra. La verdad es que lo básico ya lo sabía, pero había dejado de tocar bastante antes de ir de intercambio, por lo que quería ir a esa clase para tener la oportunidad de tocar otra vez. Después de la tutoría tenía Español II, y después de comer, una hora libre. En este caso, me iba a casa a comer y me quedaba allí dos horas. De vuelta al instituto, tenía mi última clase: Escritura Creativa. No me gustaba la profesora porque no se explicaba bien y la clase era muy pequeña. Pero de algún modo conseguí sacar un 10 con un libro infantil que escribí para un proyecto. Iba de un pingüino tímido que se volvía un guitarrista famoso.

Y hasta aquí mi horario, compuesto por:

  • quince clases
  • tutoría
  • tenis
  • Interact club (la asociación con la que pude venir de intercambio)

Durante el primer mes y medio, estuve jugando al tenis. Era la primera vez que jugaba. Creo que antes de eso jugué una vez, pero fue con mis hermanos por pasar el rato. No se me daba mal. No era el mejor, pero si hubiera seguido igual se me hubiera dado hasta bien. Tenía que jugar todos los días, cosa que a veces no me hacía mucha gracia. Después iba a casa, me duchaba y me preparaba para cenar. En otoño estuve yendo también a algunos partidos de fútbol americano, especialmente a los Friday Night Lights. De enero a finales de marzo, tenía las tardes llenas de ensayos para la obra en la que actuaba. No me quitaba mucho tiempo, pero lo pasé bien. Tengo muy buenos recuerdos de aquello.

Mi horario estadounidense

Los lunes o los martes, mi padre estadounidense nos llevaba a Dairy Queen a por helado. Los lunes, mi madre estadounidense estaba ocupada en casa y los martes, mi hermano estadounidense tenía clase trompeta, así que en cualquier caso, mi padre tenía que conducir.

Mi horario estadounidense

Allí me dormía antes que en Italia, supongo que porque mi día era más largo, tenía más cosas que hacer y estaba más tiempo en el instituto. De todos modos, desearía poder volver atrás en el tiempo y vivir otra vez un día de instituto en Estados Unidos.

- Cristian


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