Los mejores métodos para aprender un idioma

Tanto si eres estudiante de Erasmus o si estás viajando por el mundo, ya sabrás lo importante que es aprender un nuevo idioma (o incluso dos o tres). No solo es de ayuda para pedir comida en un restaurante de otro país, sino que también es bueno para abrir la mente, comprenderlo todo mejor y ser más sensible a otras culturas además de la tuya.

Tras pasar la barrera del bi o plurilingüismo, la comunicación mejora, ya sea con fines comerciales o simplemente en interacciones sociales. Al conocer otros idiomas, no solo se aprenden nuevas palabras, sino que mejora capacidad para entender las diferentes formas de pensar y se adquiere una nueva perspectiva del mundo.

Además de los la practicidad de a corto plazo aprender un idioma, los beneficios para la salud a largo plazo también son asombrosos, ya que puede ayudar a mejorar la memoria y a prevenir la demencia. Y, si bien todo esto suena muy bien, ya sabemos que no es fácil llegar a ese nivel.

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Aprender un nuevo idioma y conseguir hablarlo con soltura es un reto, y puede suponer un gran esfuerzo para algunas personas. He descubierto los mejores métodos para aprender un idioma, así que estos consejos también pueden ser útiles para ti.

¿Cuál es el mejor método para aprender un idioma?

En casa y/o en clase

En mi vida he experimentado varios métodos distintos para aprender idiomas. El primer contacto con el aprendizaje de idiomas fue desde casa, donde aprendí francés simplemente hablándolo con mi madre y mi abuela. Más tarde estudié la gramática y la ortografía en la escuela intermedia, la escuela secundaria y la universidad. El último estadio de mi aprendizaje de francés fue la etapa en la que estuve viviendo cinco meses en Francia (viva la vida Erasmus), que fue durante mi último año en la universidad.

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Luego me puse a estudiar español; ya había aprendido lo básico en primaria, y asistí a un par de clases en la universidad. No fue hasta que me gradué cuando me di cuenta de que había tenido mucha suerte al haber tenido la oportunidad de aprender idiomas desde pequeña en el colegio. Durante la vida laboral, puede ser caro asistir a clases particulares o a cursos, además de que tienes que encontrar un hueco en tu horario y comprometerte a asistir a clase y estudiar después del trabajo.

Justo antes de mudarme a España estudié lo básico de la gramática y el vocabulario español con un CD que tenía un programa de aprendizaje del idioma, cuyo método era muy parecido al de Rosetta Stone.

Sin embargo, la mayoría de mi conocimiento y de mi soltura hablando español creció durante los dos años que viví en España y cuando, realmente, pude sumergirme en el idioma.

CD de aprendizaje de idiomas

El programa que utilicé para aprender español se llama Instant Immersion: Español. Sorprendentemente, me ayudó a recordar muchas frases básicas y palabras de vocabulario que aprendí de más pequeña. Como os digo, es muy parecido al método de Rosetta Stone, pero mucho más barato. No sé cuánto cuesta, la verdad, porque se lo pedí prestado a mi tía, pero creo que es barato.

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Lo cierto es que el programa del CD para aprender lo básico del español me ayudó mucho a acumular vocabulario y grabarme en la mente las palabras que iba aprendiendo porque el programa pronuncia cada término en español y los acompaña con de imágenes y tengo mucha memoria visual. Lo malo fue que no pude aprender mucha gramática, porque la manera en la que mejor aprendo gramática es plasmándola en conversaciones y no solo memorizando las conjugaciones en una lista y escribiéndolas una y otra vez.

Algo a tener en cuenta sobre el programa del CD es que debes tener disciplina y realmente dedicarle horas cada día durante todo el tiempo que puedas. Por mi parte, pude organizarme y practicar con empeño todos los días, ya que sabía que pronto viajaría a España y estaba desesperada por aprender lo básico y no quedarme demasiado atrás.

Aprender por necesidad

En este punto entra en juego la segunda etapa de mi aprendizaje de español: llegué a Madrid sabiendo decir cosas como "la tienda", "el perro está debajo de la mesa", "la olla" o "el panda está en la casa". Obviamente, este tipo de frases y palabras serían totalmente inútiles para mí a la hora de buscar un piso donde vivir o para ir por la calle preguntando por direcciones. Por lo tanto, empecé a aplicar lo que había aprendido cuando me encontré en la necesidad de hablarlo desesperadamente.

Gracias a Dios que una amiga española me ayudó a traducirlo todo al principio, pero después de encontrarme varias veces con lo mismo (tuve que escribir y comunicarme con un montón de caseros para preguntarles sobre la habitación que alquilaban en su piso), empecé a sentirme cómoda a la hora de saludar, presentarme y formular algunas preguntas y frases.

Después de un mes o dos de que me hubieran ayudado con el proceso de búsqueda de un apartamento, me sentí lo suficientemente cómoda para continuar con la búsqueda de una manera algo más independientemente. Por supuesto seguía cometiendo muchos errores y haciendo el ridículo en algunas cosas, pero al menos la gente me entendía y yo podía entenderlos. El traductor de Google era mi mejor amigo y normalmente mi amiga española lo revisaba todo para asegurarme de que todo lo que había traducido tuviera sentido.

Duolingo

Una vez le cogí el tranquillo a chapurrear el español, decidí que había llegado el momento de mejorar la gramática y aumentar mi nivel de vocabulario. Y ahí fue cuando empecé a aprender con las lecciones gratuitas de español en la web y la aplicación de Duolingo.

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Creo que Duolingo es genial para aprender idiomas porque:

  1. Es gratis.
  2. Va por niveles y puedes aprender sobre distintos tópicos (como deportes, animales, viajes, tiempos verbales, etc. ).
  3. Hace que aprender parezca un "juego" para motivarte a alcanzar tu objetivo diario y no perderte ni un día de práctica. Todos los días te dan puntos para ir desbloqueando niveles especiales (como las "Frases de ligoteo", por ejemplo) y te va mostrando tu porcentaje de conocimientos o la fluidez que tienes en el idioma que estás practicando.
  4. Continuamente te repite las palabras nuevas y te recomienda encarecidamente, si no te obliga, a que vuelvas a los niveles que ya has superado para asegurarte de que todavía tienes el conocimiento activo en tu mente.
  5. A veces te hace hablar, haciéndote leer algunas frases o palabras, lo cual capta el micrófono del ordenador o el móvil, y es una muy buena manera de comprobar y mejorar tu pronunciación.

Pero Duolingo tiene sus fallitos. Está claro que para ser un programa de aprendizaje gratuito está genial. Pero si de verdad quieres hablar bien el idioma, es necesario que salgas de tu zona de confort y lo practiques hablando con personas nativas de ese idioma. Al principio harás mucho el ridículo y te dará vergüenza pero es así como yo interioricé la gramática. Quizá para mí Duolingo no fuera la mejor herramienta para aprender un idioma porque soy un poco inconstante y no tenía la disciplina necesaria para practicar cada día.

Por otra parte, soy una persona que aprende a través la practicidad y la necesidad, por lo que presto más atención a lo que tengo que aprender a decir cuando necesito decirlo. Conclusión: Duolingo puede enseñarte gramática y vocabulario de forma gratuita, pero para llegar a sobrevivir por tu cuenta necesitas preguntarle a la gente y aprender con la práctica de la vida real.

Ponte a ver las películas y series en el idioma que estés aprendiendo

Por último, he seguido aprendiendo español de una forma única: como soy una friki del anime, me encanta ver esas series en japonés, en su idioma original con subtítulos en inglés; pero mientras vivía en España decidí hacer un cambio y las series con los subtítulos en español. Este cambio fue muy relevante y realmente me ayudó a ampliar mucho mi vocabulario. Si no sabía lo que significaba una palabra, hacía una pausa y buscaba su traducción antes de poder seguir viendo el capítulo.

Sí, a veces era aburrido pero la mayoría de las palabras que buscaba se repetían varias veces a lo largo de la serie, por lo que a medida que iba buscando aprendía más y más vocabulario y pausaba cada vez menos los capítulos. Según pasaba el tiempo y leía con más facilidad los subtítulos en español, empecé a prestar más atención al audio en japonés ¡y empecé a captar palabras y frases en japonés escuchándolas y leyendo su traducción en español!

Todo esto me lleva a contaros la segunda parte de este artículo, que es: el mejor sitio donde aprender japonés en Boston (cuya traducción todavía no está disponible en español). Además, si queréis saber más acerca de técnicas y consejos sobre cómo aprender a estudiar, ¡no os podéis perder este artículo!


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