Cómo estudiar para un examen: todo lo que debes saber para usar las mejores técnicas para cualquier asignatura o tipo de examen
La época de exámenes es estresante para todos los estudiantes de cualquier nivel educativo. El principal problema que se les plantea es cómo estudiar para un examen.
Estas son las principales técnicas de estudio para estudiar rápido y bien para un examen: si las sigues será todo mucho mejor y más fácil
Cada tipo de examen y cada materia tienen sus propias características, pero hay algo que todos los exámenes tienen en común: requieren tiempo y esfuerzo. Por ese motivo, es esencial empezar a estudiar mucho antes de la fecha de examen y, por supuesto, planificar las sesiones de estudio para sacarles el máximo partido. Lo más importante para saber cuántas horas son necesarias para aprobar cada asignatura es tener en cuenta la dificultad que te supone. Cuánto más difícil te resulte, más tiempo deberás dedicarle. Si quieres aprovechar las horas que inviertas estudiando, debes fomentar unos hábitos de estudio que te resulten efectivos y, sobre todo, útiles:
- Emplear unas cuantas horas cada día para estudiar es la clave. Para algunas personas, establecer un horario de estudio puede serles más práctico, ya que sienten que así tienen mejores resultados. Es conveniente destinar las horas en las que tienes mejor concentración a preparar las materias más complejas y el resto a las más sencillas. Si aun empezando a estudiar con mucho tiempo de antelación, no retienes los conceptos lo suficientemente rápido, quizás necesites asimilarlos de una forma más progresiva. Lo ideal es ser constante y fijarte unos objetivos para cada día.
- Es fundamental que no dejes las relaciones sociales a un lado. Puedes organizar sesiones de estudio en grupo para explicaros unos a otros temas o conceptos que no acabas de entender. Puedes quedar en persona o conversar por Skype o Hangouts.
- Por último, es igualmente importante invertir tiempo en ti mismo. No tienes que olvidar mantener un estilo de vida saludable. Dormir lo suficiente, hacer pausas, hidratarte y hacer un poco de ejercicio cada día te ayuda a liberar endorfinas y, en consecuencia, a reducir el estrés y la ansiedad que provoca la época de exámenes. Asimismo, puedes dejar un día de descanso para relajarte en casa, aprovechar para hacer un maratón de tu serie favorita o pasar el día fuera (en la playa, la montaña, en el campo, etc. ).
Si tu problema no es motivarte para estudiar, sino cómo saber estudiar para un examen y te surgen interrogantes (“¿Cómo puedo estudiar para un examen?” o “¿Cómo debo estudiar para un examen?”), sigue los consejos que explicamos a continuación.
La técnica del subrayado es una de las más básicas y fundamentales. Aunque pueda parecer fácil, entraña más dificultad de lo que crees. Un buen subrayado empieza por dos lecturas, una general y otra en la que prestes atención a las ideas principales y a las secundarias. Cuando pases a la acción, utiliza distintos colores para los títulos, palabras clave y los dos tipos de ideas. El tipo de palabras que subrayes es vital, así que intenta subrayar sintagmas y sustantivos en su gran mayoría para que no se acumule demasiada información. Al final, revisa el texto de nuevo por si algo no se entiende o se te ha pasado alguna palabra clave.
Junto con el subrayado, la técnica del resumen es otra de las más complicadas. Algunas indicaciones que debes seguir cuando elabores un resumen son: céntrate en las palabras clave y las ideas principales, no utilices la primera persona ni el pasado porque no estás dando tu opinión, narrando ni describiendo; evita las oraciones subordinadas y copiar citas o partes literales del texto; no incluyas enumeraciones (recurre a los hiperónimos), no empieces las oraciones con preposiciones y no dudes en darle coherencia y cohesión a tu texto con conectores.
Diferentes métodos de organización y simplificación del temario
La información que encuentras en los libros de texto puede resultar caótica y confusa. Necesitas organizar la información para darle sentido. Existen diversos sistemas para proporcionar esa coherencia necesaria para asimilar los conceptos y recordarlos como los mapas conceptuales, los esquemas, los diagramas y las infografías. Te basarás en los datos que has recopilado en la técnica del subrayado para elaborarlos. Todos se basan en el mismo principio y es que partirán de un concepto clave o idea central. A partir de ahí, se desarrollarán las ideas principales y luego las secundarias.
La diferencia radica en la manera de organizar la información de cada sistema. Los mapas conceptuales o diagramas suelen representar la idea central con una figura como un círculo o un cuadro grande y luego se relacionan con el resto de las ideas mediante líneas o flechas. El número de relaciones debe oscilar entre 15 y 25. Cada idea o concepto debe ser breve, generalmente constará de una o dos palabras. El método de organización puede ser el de la lista jerárquica: en la parte superior aparece la idea clave y después se van sucediendo las ideas más generales o importantes primero y después las más específicas o accesorias.
Otro método habitual es el de araña en el que aparece la idea o el concepto más importante en el centro y el resto de las ideas aparecen a los lados. Sobre cada línea escribirás las palabras de enlace, que suelen ser verbos que definan la relación entre dos términos. Cuando termines de elaborarlo, revisa bien que cada elemento tenga un espacio específico y que sea adecuado y que las palabras de enlace sean precisas. Los mapas conceptuales también pueden seguir un sistema de colores, cada elemento aparecerá resaltado de un color.
Ejemplo de mapa conceptual
Los esquemas suelen representarse de la misma forma, pero son más sintéticos. Pueden aparecer en un sistema de columnas o de cajas relacionadas. Suelen simplificar la información extraída de los resúmenes y del subrayado. Su tipo de organización dependerá del número y tipo de títulos, subtítulos y epígrafes presentes en el temario. Se recomienda indicar las ideas principales a la izquierda y las secundarias a la derecha. La infografía combina imágenes, figuras e incluso ilustraciones. No solo incluyen texto, sino también gráficos, tablas o mapas. Cada persona tiene su propio modo de plasmar la información, así que hay un número infinito de infografías posibles. Su forma se adecua a la naturaleza del texto que quieres recordar. Se agrupan en tres tipos: las estáticas, las dinámicas (en formato de video o gif) y las interactivas.
Ejemplo de infografía
El quinto y último tipo de sistema de visualización es el mapa mental. En el mapa mental se sintetiza una materia de una forma creativa usando colores e imágenes para aumentar la retención. Representa la forma en que se conectan las ideas al igual que las redes neuronales. Parte de una idea central, añadirás ramificaciones que representen las secciones o apartados del tema y las siguientes ramificaciones corresponderán a los subapartados. Puedes colorear cada apartado de un color (puede ser más oscuro) y seguir esa gama de color para los subapartados (el mismo color, pero de una tonalidad más clara).
Haz dibujos que representen cada apartado o concepto secundario para visualizarlo mejor mentalmente. Una vez terminado, repásalo todo de forma que toda la información esté enlazada correctamente y puedas hacerte una idea de todo lo importante y memorizarlo en forma de “historia” para poder aprenderlo y retenerlo. Esta es una actividad que implica al estudiante en todos sus sentidos y precisa de toda su atención, activará su creatividad y fomentará su capacidad de aprendizaje.
Ejemplo de mapa mental
Si te preguntas cómo hacer para estudiar para un examen, puedes optar por dos tipos de vertientes en cuanto a técnicas de estudio se refiere: las “clásicas” (resúmenes, esquemas, etc. ) o utilizando las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC). ¿Y por qué no combinarlas? Puedes crear resúmenes, mapas conceptuales y esquemas con aplicaciones online como Mindomo, Cmaptools o Mindmeister. Además, permiten crear test de autoevaluación. Si quieres elaborar presentaciones, exposiciones o infografías, puedes visitar Genially o Canva. Puedes encontrar muchos vídeos académicos en YouTube y consultar gratuitamente otros materiales académicos como trabajos, tesis y manuales en Google Académico.
Cómo estudiar según el tipo de examen que tengas que hacer
No todos los estudiantes tienen una media de excelente, sino que hay otros que, por una razón u otra, tienen medias de suficiente o notable bajo. Estos últimos suelen tener en común que o bien tienen dificultades para seguir el ritmo del resto de la clase o bien se autoconvencen de que es así y de que nunca serán capaces de hacerlo. Se autosabotean. Si perteneces a este primer grupo y te interesa saber cómo estudiar mejor para un examen, sigue los siguientes pasos:
- Prelectura: leer toda la materia para identificar las ideas generales y las palabras clave.
- Lectura comprensiva: lectura más detenida. Diferencia ideas principales y secundarias. Asegúrate de entender todas las palabras y todo el contenido de cada párrafo. Consulta las palabras o conceptos que no entiendas. Todo debe quedar claro.
- Subrayado, resumen y esquema: te sirven para cerciorarte de que has asimilado todos los conceptos. Mucha gente opta por saltarse este paso porque creen que la tarea de redacción no les funciona y prefieren trabajar con esquemas o mapas conceptuales. Tendrás que encontrar el método que te funcione mejor.
- Memorización: es conveniente utilizar las técnicas mnemotécnicas que hemos mencionado antes. Es esencial ser paciente y no rendirse. Puede ser útil realizar una explicación en voz alta a otra persona para comprobar que has retenido la información. A algunas personas expresarse con gestos con las manos les ayuda a retener mejor. Por supuesto, la información que memorices debe ser la correcta. Por ejemplo, en historia de nada te sirve aprender hechos si no conoces las fechas, lo que ocurrió o confundes términos.
Si dispones de poco tiempo, en esta fase puedes invertir más tiempo en memorizar las ideas principales o lo que creas que sea más probable que salga en el examen de acuerdo con lo que haya dicho el profesor, por ejemplo.
- Autoevaluación: este paso está directamente relacionado con el anterior. Si has detectado que tienes errores o lagunas, solvéntalos lo antes y posible para luego realizar un simulacro de examen siempre teniendo en cuenta el tipo de examen. Aquí también tendrás en cuenta cuánto tiempo te lleva concluir el examen, puesto que tienes que ajustarte al límite de tiempo que te corresponde según tu nivel educativo. Puedes llevar a cabo test y exámenes de autoevaluación con GoConqr que dispone de página web y aplicación.
- Repasa los materiales: cuando ya hayas fijado la información en tu memoria, lee toda la información subrayado y la recordarás mentalmente. En el último repaso, solamente lee sin intentar recordar. Si has estudiado correctamente, solo con echar un vistazo, recordarás prácticamente todo el contenido del tema.
Si ves que los resultados obtenidos en la autoevaluación no son buenos, procede a detectar qué problemas tienes. Es posible que se deba a errores que cometes al estudiar, como estudiar en lugares poco adecuados, dedicar demasiadas horas de estudio a una asignatura o repitas la misma información una y otra vez “aburriendo” a tu cerebro. Buscando la comodidad, empiezas a estudiar en lugares que no corresponden con esa actividad como la cama o el sofá. En detrimento de la concentración, te distraes y pierdes el interés por el estudio.
Cómo estudiar para un examen de geografía: un sinfín de definiciones, teorías, mapas físicos y políticos, gráficos, etc. Si quieres abordarlo todo, primero puedes crear definiciones con tus palabras, aprender el relieve de España o los países de Europa puede ser divertido si piensas en futuros viajes que quieras hacer, también puedes recurrir a juegos y mapas interactivos o conseguir mapas en blanco y añadir los puntos geográficos más importantes.
Estudiar una lengua no debe suponer un suplicio. Si quieres aprender cómo estudiar francés para un examen, intenta averiguar qué utilidad que tiene para ti estudiar un idioma para despertar curiosidad e interés por la cultura y la manera de pensar de otros países. Lee libros; ve series o películas subtitulados en tu lengua si eres principiante y después ve eliminándolos; aprovecha otros recursos audiovisuales como la televisión, los podcasts, YouTube, etc. para preparar las pruebas de expresión oral y la escrita y las de comprensión oral y escrita. En francés, es esencial conocer la conjugación y la lista de participios pasados, ya que hay muchas excepciones a las normas y una larga lista de verbos irregulares.
Cómo estudiar literatura para un examen: la literatura se basa en la teoría y el análisis crítico de los géneros literarios, lo que incluye la definición y características de cada movimiento literario, así como los autores y obras importantes de cada uno. Para estudiar literatura, puedes aplicar la técnica SQ4R, que explicaremos más adelante.
Se suele pensar que las materias de Derecho deben aprenderse de memoria, pero eso es porque no comprenden cómo estudiar para un examen de Derecho. Las leyes, los artículos, estatutos, etc. tienen que conocerse, pero puedes aprenderte las palabras clave de cada uno y aplicarlo a casos prácticos o leer sobre ellos en manuales. En los apuntes, añadirás comentarios propios y señalarás el contenido más importante.
La asignatura de Filosofía suele provocar dolores de cabeza a los estudiantes porque se limitan a repetir lo que dice su profesor, no intentan comprender. Entonces, ¿cómo estudiar Filosofía para un examen? Realiza un estudio del contexto histórico, social y económico e ideológico de cada autor que te ayuden a entender la filosofía de cada autor como lo prefieras (esquemas, mapas conceptuales, etc. ). Haz una lista de los términos relevantes de cada autor. Si no lo tienes claro, puedes consultar a tu profesor, algún manual o página web o incluso un vídeo de YouTube.
Puedes preparar un examen fijándote en: de qué habla el texto, que conceptos clave incluye el texto (implícita o explícitamente), identificar la estructura, diferenciar la idea principal y las secundarias (apoyos o argumentos de la idea principal), cuál es la conclusión del texto, que razonamiento sigue hasta llegar a ella, si es coherente y si estás de acuerdo.
¿Alguna vez te has preguntado cómo estudiar rápido y fácil para un examen o cómo estudiar para un examen difícil en poco tiempo?
Estamos acostumbrados a estudiar de una manera pasiva, solo leemos y volvemos a leer. No obstante, en cuanto acabamos de leer un tema, se te ha olvidado gran parte de la información. El cerebro reconoce esa información como repetitiva y confusa o una acción que requiere de mucha concentración (estudiar), por lo que intenta evadirse y buscar otra cosa que le resulte más interesante. Aprender o estudiar no debe significar solo recoger información porque no seremos capaces de retenerla.
En cambio, si ves el aprendizaje o estudio como algo más apasionante, te involucras y participas activamente en el proceso, serás capaz de conservar los datos durante mucho más tiempo. Plantéate el sentido de cada materia, su aplicación y utilidad en la vida real, etc. Relaciona la información nueva con algo que ya conocemos, las asociaciones y analogías favorecen el aprendizaje. Puedes pensar en el proceso como un juego, retarte a ti mismo a ver cuánto eres capaz de recordar o retar a otros.
Si aplicas las técnicas de mejora de la memoria que explicaremos a continuación, te será más fácil estudiar más contenido en menos tiempo, lo que puede resultar muy útil en caso de estudiar en el último momento. Las siguientes dos técnicas tienen como finalidad agilizar la comprensión y, con ella, facilita la retención a largo plazo. Por consiguiente, te pueden interesar también si no sabes cómo estudiar para un examen extraordinario.
Técnica Feynmann
Creada por el científico Richard Feynmann, se basa en la ilusión del conocimiento, esto es la falsa creencia de que ya has aprendido algo que has estudiado, pero no eres capaz de explicarlo. Consta de 4 pasos:
- Selecciona el tema que quieres aprender.
- Explica: aprender implica la lectura, entender radica en la escritura y controlar una materia implica enseñar. Desarrollar el tema de manera escrita u oral. Puedes empezar escribiendo sobre la materia como si la explicaras a alguien y luego explicarlo en voz alta a una persona que no tiene ni idea o entiende poco de ese tema con el objetivo de que lo comprenda perfectamente, ya sea una persona real o ficticia. Intentarás que el lenguaje sea simple, incluye metáforas y analogías para que sea más entretenido y te aproximes a tu interlocutor.
- Identifica: si no eres capaz de explicarlo, es que hay algo que no has entendido del todo. Identifica qué es en el material (apuntes, esquemas, etc. ) y repasa esa parte.
- Simplifica tu explicación: puedes dividir el temario en secciones. La explicación será lo más amena posible para que no sea aburrida y puedes añadirle analogías y metáforas.
Técnica SQ4R
Sirve para estudiar materias muy densas como historia y literatura.
- Survey(reconocimiento): lee detenidamente títulos, subtítulos, epígrafes, imágenes, gráficos, etc. Te proporcionará una visión global de todo el tema o sección.
- Question(pregunta): formula todas las preguntas posibles a partir de lo que hayas leído en el primer paso, que posiblemente aparecerán en el examen.
- Read(leer): lee cada párrafo dos veces. La primera una lectura rápida y la segunda detenida. Retén la máxima cantidad de información posible.
- Recite(recitar): tienes que ser capaz de recitar en voz alta las preguntas y responderlas sin mirar la teoría. Si en algún punto te bloqueas y no recuerdas la respuesta, deberás repasarlo.
- Rewrite (reescribir): responde a las preguntas de nuevo, pero esta vez por escrito y de la forma más simple y concisa posible utilizando palabras clave y citando las ideas principales. Recurre a listas, esquemas, dibujos, etc.
- Review (revisar): revisa todos los títulos, preguntas y respuestas sin consultar el material. Resuelve las dudas que tengas consultando manuales, libros de texto, revistas, etc. Más adelante podrás revisarlo de una forma más rápida y sin esfuerzo porque ya lo comprenderás todo.
Cómo estudiar para un examen tipo test, ¿crees que memorizar es el secreto?
Los exámenes de tipo test no funcionan igual que los exámenes de desarrollo. Debe prevalecer la memoria de reconocimiento, es decir, reconocer los pequeños detalles que hacen la diferencia entre varias opciones de respuesta. Eso no significa que no tengas que estudiar, sino que tienes que hacerlo de otra forma. No tienes que memorizar todo el temario, solamente fechas, leyes, nombres propios o palabras técnicas. Atendiendo a este principio, lo más importante es la repetición de las pruebas.
En base a los exámenes de otros años, podemos determinar qué preguntas se repiten más y, por lo tanto, qué conceptos o información son los más prioritarios. Aquí entran en juego la autoevaluación y corrección de errores. Detecta en qué aspectos flaqueas e intenta corregir los fallos buscando la respuesta en los apuntes o libros de texto. De esa forma, repasas y mejoras la comprensión al mismo tiempo. Si has cometido muchos fallos, seguramente es porque no has afianzado la materia, así que tienes que volver a la fase de memorización profundizando más. Después repite el mismo procedimiento hasta que no cometas ningún o casi ningún error.
Hoja de respuestas de un examen de tipo test
¿Cómo estudiar para un examen tipo test de oposición? Existen muchas páginas web en las que puedes realizar test de prueba y recibir los resultados incluso con retroalimentación como Opositatest. Puedes conocer por qué has acertado o fallado una pregunta. Es imprescindible controlar el tiempo de respuesta de un examen entero o de un bloque de preguntas. En un examen de oposición, no puedes permitirte perder tiempo innecesariamente.
Consejos a la hora de abordar un examen tipo test:
Analiza bien la pregunta y las respuestas posibles hasta que lo comprendas todo. Algunas de las respuestas suelen ser muy similares, por lo que tienes que examinar bien todas las palabras y elegir la respuesta que contenga las palabras adecuadas. Si no tienes claro cuál es la respuesta correcta, descarta aquella o aquellas que sepas con seguridad que no lo son y si dudas entre dos opciones, márcalas, porque puedes acordarte más tarde de cuál es la correcta.
No te quedes estancado en una pregunta. Si dudas entre dos respuestas, pasa a la siguiente y más tarde vuelve. De encontrar una respuesta mucho más larga que las otras, suele ser la verdadera. Si hay una opción que dice “Todas las anteriores son correctas/verdaderas” o también “Ninguna de las anteriores es correcta” suele ser la correcta. Por el contrario, la que dice “Todas las anteriores son incorrectas/falsas” suele ser la incorrecta. Las opciones con adverbios “siempre” o “nunca” suelen ser falsas.
Cómo estudiar para un examen de admisión a la universidad: uno de los más importantes de tu vida
Creemos falsamente que cuanto más tiempo invirtamos estudiando mejor lo hacemos, que somos más productivos. Sin embargo, a la hora de preparar un examen, se tienen en cuenta el tiempo de estudio, la eficiencia de estudio (técnicas de estudio) y la calidad del aprendizaje (información que consigues recordar) en cada sesión de estudio (bloque de tiempo en que estudias un temario). Tu objetivo es aumentar la eficiencia y la calidad del aprendizaje reduciendo el tiempo invertido. Para ello, tienes que eliminar en la medida de lo posibles los factores distractores que te hacen procrastinar. Para unos exámenes tan importantes como los de Selectividad, tenemos que organizar el tiempoa fin de que no olvidemos preparar ningún apartado, ningún temario y ninguna asignatura.
Siendo esto así, organiza la cantidad de temarios en una lista de actividades (divididas por materias), un calendario, donde anotes las fechas de examen y de entrega de trabajos para tenerlo siempre en cuenta, y una agenda donde anotes las actividades que tienes que finalizar cada día. Puedes utilizar un calendario en papel, el de tu móvil/escritorio (Google Calendar Google Calendar, por ejemplo, o una aplicación como Todoist) con la que puedes planificar tus actividades por grupos de actividades relacionadas con un contexto.
Si divides acciones grandes en otras más pequeñas y breves, indicando las horas de inicio y de finalización, conseguirás más fluidez y menos procrastinación, puesto que no te aburrirás con tanta facilidad. Generalmente, las actividades que requieran más energía deberás realizarlas cuando estés más activo.
Por otro lado, muchas técnicas para memorizar se basan la mnemotecnia, o sea, son técnicas para memorizar información nueva fácilmente y durante más tiempo. Una buena opción es la del Palacio de la Memoria o Método Loci. Esta consiste en asociar un concepto con un lugar, una localización fija. Por ejemplo, cuando piensas en tu armario, lo recuerdas en el espacio de tu habitación en el que se encuentra físicamente. Realmente se trata de un “almacén” de tu memoria en que localizas un concepto, corresponde a la memoria espacial.
En primer lugar, tienes que conseguir recordar un espacio conocido (tu casa, tu oficina, etc. ) con sus estancias o espacios grandes haciendo un recorrido mental; luego, divide los espacios grandes en otros más pequeños, es decir, divide cada estancia en diferentes partes. De entre esas partes, elegirás la que más te llame la atención (microespacio). De cada estancia, elegirás entre 3 y 5 microespacios.
El siguiente paso es recordar todos esos microespacios o microubicaciones y repasarlas mentalmente hasta que las memorices. En total, sumarán 10 microespacios que conformarán tu Palacio de la Memoria. Puedes aplicar esta técnica a los estudios escogiendo 10 puntos del temario a recordar visualizándolos mentalmente y relacionándolos con uno de los microespacios que tengas en tu palacio. Sigue el mismo procedimiento que antes: los visualizas mentalmente, intentas recordarlos y los repasas hasta que los memorices por completo.
Algunas personas recurren a la mnemotecnia para aprender conceptos o nombres de memoria. Existen diferentes técnicas o métodos como aprenderlos en base a las iniciales de los nombres. Los nombres de los planetas quedaría MVTMJSUN. Se puede crear una cadena, por ejemplo, para aprender los nombres de las ciudades importantes de una comunidad, por ejemplo, de Andalucía, que podría ser Córdoba-Jaén-Sevilla-Huelva-Cádiz-Málaga. Igualmente, puedes seguir la técnica del relato relacionando unos conceptos con otros como en una historia: Montaña-Mulhacén-3479 m-Sierra Nevada.
Cómo estudiar para un examen final de cualquier asignatura
James Van der Lust, profesor de secundaria explica que para aprender un temario deberás leerlo en su totalidad y, sobre todo, entenderlo. Para ello, propone las siguientes técnicas:
- Técnica Arcanoid: estudiar un tema (bola de información) con un compañero de tal manera que lo comprenda y lo memorice, sin errores. Y, de nuevo, esa persona hará lo mismo contigo. Si uno de los dos se equivoca, pierde (se pierde la bola de información) y el otro gana un punto como en el juego de Arcade.
- Técnica Arcanoid vs. Abuela/o: jugarás al juego de antes con una persona mayor, que podría ser uno de nuestros abuelos o un conocido. Tu objetivo es conseguir que entienda todo lo que le expliques y que te explique con sus palabras lo que ha entendido. Si alguna parte de la información se pierde o comete algún error, has perdido.
- Circuito americano: consiste en colocar una tarjeta con los materiales que tienes que estudiar (información) en lugares a los que recurras mucho durante el día como el frigorífico, en la puerta de tu armario o la de casa. Cada vez que de acerques a esos lugares, tendrás que leer las tarjetas y esto nos obligará a ir memorizando poco a poco la información.
- Directo en Instagram: aprovechando que esta red social está de moda, invitas a tus amigos a un directo en el que expliques el temario. Este reto te obligará a leer y memorizar el temario, ya que no podrás mirar los apuntes mientras explicas la teoría a los demás. Asimismo, te harán preguntas que irás respondiendo poco a poco.
- La “chuleta” DIN A 4: en una hoja de papel, escribirás todo lo que necesitas estudiarte. Puedes ayudarte de símbolos, dibujos, esquemas, etc., pero toda la información debe estar concentrada en una página.
Si necesitas consejos para sobrevivir a la época de exámenes durante tu estancia Erasmus, puedes encontrar algunos en este enlace.
¿Cómo estudiar para un examen de inglés? La forma de estudiar idiomas puede ser especial
Un examen de inglés o de lengua consta de 4 partes o pruebas diferentes: reading, listening, writing y speaking. No te tomes el aprendizaje como una obligación, que sea dinámico. En primer lugar, ten seguridad y confianza en ti mismo. No temas cometer errores, se aprende practicando y equivocándose.
Conocer los diferentes acentos te será útil para la prueba de comprensión oral (listening), agudizarás tu oído y serás capaz de entender a cualquier hablante de inglés, sea del país que sea. Puedes centrarte en un acento que te guste o te interese y aprenderlo poco a poco. Sigue canales de YouTube que hablen de tus aficiones para aprender sobre temas recurrentes en exámenes de lengua como estilos de vida, viajes, deportes, etc. Escucha música en inglés e intenta escribir las letras. Cuando escuches palabras que no conoces, anota la pronunciación fonética exactamente como te suene a ti en tu lengua materna y después busca su traducción.
Imitar sonidos te ayuda a interiorizarlos. Puedes asociar palabras con su traducción y grabarlo. Escucharlo en cualquier momento de forma pasiva. Escuchar cómo suena tu voz en esa lengua, si cometes errores, etc. Son muy convenientes los diccionarios visuales que asocian las palabras con imágenes facilitando su aprendizaje y memorización. Asociar el vocabulario con la imagen, no buscar la traducción directamente. Crea un circuito americano: pega tarjetas con los nombres de los objetos cotidianos y de adjetivos o adverbios relacionados.
Si conoces a algún hablante nativo de inglés, intenta quedar para tomar algo; practicarás la escucha y el habla. Si tienes dudas sobre alguna regla gramatical o expresión, pregúntale. Por otro lado, intenta pensar en inglés. Te ayudará a comprender las estructuras de las oraciones y el uso de cada palabra en su contexto. Preparar el writing es igualmente importante.
Busca ejercicios de redacción y practica todos los días, puede serte útil escribir sobre qué has aprendido ese día. Intenta dedicarle media hora a cada parte del examen, busca exámenes de ejemplo para familiarizarte con su estructura e intenta completarlos para practicar. Mucha gente recurre a aplicaciones como Babbel o Duolingo para ejercitar sus habilidades e incluso algunas permiten enviar redacciones o archivos de audio a hablantes nativos que te indicarán tus fallos y cómo corregirlos.
Si te vas de Erasmus y quieres mejorar tu nivel de inglés, puedes matricularte en una de las academias Linguago.
¿Sabes cómo estudiar para un examen de matemáticas? Nosotros te lo contamos
Si quieres preparar correctamente un examen de matemáticas, no es recomendable limitarse a memorizar solamente las fórmulas. Empezarás por entenderlas: en qué se basan y qué se consigue con cada una, así comprenderás mejor su procedimiento. Puedes crear tarjetas para anotarlas todas y tenerlas a mano a la hora de aplicarlas en los ejercicios específicos.
La práctica hace al maestro, así que tienes que practicar y practicar hasta conseguir los resultados deseados. En matemáticas, es necesario saber dónde cometes errores, ya que el más mínimo fallo en una operación puede acabar en un ejercicio incorrecto, aunque hayas aplicado la fórmula correcta, por ejemplo. Para que te sea más ameno, puedes escuchar música que de motive. Utiliza un cuaderno específico para los ejercicios de matemáticas dividido en los distintos bloques que tengas que aprender. Así, cuando estudies, lo verás de una forma mucho más organizada. El orden seguirá una lógica, es decir, ve de lo más sencillo y básico a lo más complejo. Utiliza la calculadora cuando sea necesario y practica para resolver las operaciones lo más rápido posible el día del examen. En el caso de la geometría, la aplicarás con dibujos hechos por ti mismo.
Las matemáticas están presentes en acciones y objetos cotidianos. Por ejemplo, puedes utilizar objetos del día a día o incluso comida para estudiar las fracciones. Si coges una pizza y la divides en diferentes partes iguales, pon en práctica las operaciones con fracciones. Crea diagramas a partir del proceso que has llevado a cabo para resolver un problema o aplicar alguna teoría. Si quieres mejorar las capacidades de razonamiento y lógica, puedes fomentarlas mediante juegos de ingenio como el ajedrez.
Confía en las nuevas tecnologías, como la página web educativa de Khan Academy, que incluye vídeos explicativos con muchos ejemplos y diferentes códigos de colores para diferenciarlo todo más fácilmente. En Matemáticas Visuales, puedes acceder a la explicación de diferentes teoremas. Por último, cabe destacar que, en un examen de matemáticas, muchos errores se deben a la falta de comprensión de los enunciados planteados. Léelos dos veces de manera analítica. A partir de un problema, puedes crear un pequeño esquema para entenderlo mejor.
Siguiendo con las matemáticas, continuaremos con algunos consejos para los que tengáis dudas sobre cómo estudiar para un examen de álgebra. En álgebra se expresan reglas o principios matemáticos (fórmulas algebraicas). Por lo tanto, a la hora de estudiar tienes que comprender y dominar todas las operaciones matemáticas básicas (suma, resta, multiplicación y división).
Resolver los problemas siguiendo el orden establecido: primero, los paréntesis, después los exponentes y luego las operaciones de multiplicación, división, suma y resta. Todo tiene que estar muy claro y organizado. En último lugar, ten en cuenta las reglas básicas de las ecuaciones algebraicas que se basan en encontrar la variable. Es posible que la variable aparezca más de una vez, por lo que la sustituirás por números y la irás simplificando por medio de operaciones básicas en ambas partes de la ecuación.
¿Cómo estudiar para un examen de física? Es básico tener nociones de matemáticas para entender el “lenguaje” de la física. Asimismo, ten en cuenta que las teorías de la física se basan en ciertas leyes fundamentales. Cuanto más sepas de matemáticas, mejor entenderás la física. Lo ideal para estudiar un examen es simplificar las teorías o los enunciados. Transcribe las teorías con tus palabras y aplícalas a situaciones cotidianas. Si no entiendes un problema, dibujarlo o crear un esquema te hará la vida más fácil. Para memorizar las leyes, las unidades y los tecnicismos, puedes emplear las tarjetas de memoria. Pon en práctica las mismas pautas si quieres saber cómo estudiar química para un examen.
Cómo estudiar economía para un examen: la economía estudia los bienes, los consumidores, los servicios, etc. Estudiar economía es similar a estudiar física, pues se basan en fórmulas, ecuaciones y sus aplicaciones. No las aprendas de memoria; intenta aplicarlas a la vida real para comprenderlas. Y ¿cómo estudiar para un examen de biología? Ya has explicado cómo preparar la parte de las matemáticas. Las estadísticas estudiar por grupos correspondientes a los estudiados en clase. Asignaturas como anatomía funcionan de manera muy visual con imágenes o esquemas para recordar las partes de una célula o de un músculo o las capas de la piel, por ejemplo. Puedes imprimir imágenes o dibujos sin los nombres para ponerles el nombre tras haber estudiado y colorear las diferentes partes de colores diferentes.
Esquema de una nefrona
¿Cómo estudiar para un examen de historia? Cuando memorizar no es fácil para todos
Todos sabemos que la historia puede ser muy tediosa por la cantidad de nombres, fecha y hechos que hay que recordar. Sin embargo, cambiando el enfoque de esta asignatura, podrías descubrir que es incluso divertida. Está extensamente probado que memorizamos mejor de manera visual y ¿qué hay más entretenido para estudiar que los recursos audiovisuales? Pues bien, combina la historia y la diversión viendo una película o documental que hable sobre el hecho que nos interese o que no termines de recordar. Le pondrás cara a las personas que intervinieron y de meterás en su piel, te identificarás con ellos. Verás cómo eran la ropa, las costumbres, etc. Después de verlo, recrea el guion con los hechos de manera ordenada.
También puedes grabar un podcast exponiendo tus apuntes en voz alta y escucharlo hasta saberlo de memoria. Es recomendable crear dos archivos de audio con los hechos siempre en orden cronológico, el primero sin fechas para recordar solo los hechos y el segundo con las fechas concretas. Por otra parte, crea diagramas o esquemas con muchos detalles en papel o utilizando herramientas para creación de diagramas online.
La página web Sutori, inicialmente ideada para presentaciones para exponerlas en clase, incluye también la opción de crear pruebas tipo test (‘quiz’) o archivos de audio. Permite compartir el documento entre varios usuarios para editar y añadir información cuando son trabajos en grupo. La herramienta GoConqr propone un aprendizaje digital desde su página web o su app. Permite crear fichas de memoria con imágenes o conceptos por un lado y con la explicación por el otro para estudiar desde cualquier lugar que también puedes compartir con tus compañeros para estudiar en grupo.
¿Eres extranjero y quieres saber cómo estudiar para un examen de español? Estás de suerte
Muchos estudiantes extranjeros llegan a España con un buen nivel de lengua, pero llegado el día se preguntan: “¿cómo estudiar para un examen de español?”. Por supuesto, se aplican los mismos consejos que para estudiar cualquier lengua. Sin embargo, si quieres superar con éxito los exámenes, puedes recurrir a otras opciones. Ya que te encuentras en un entorno castellanohablante, sácale provecho y haz intercambios con estudiantes de tu edad o similar con los que compartas aficiones. Verás cómo en poco tiempo eres capaz de desenvolverte en español.
Los intercambios de idiomas también son una buena idea: tú enseñas a una persona tu lengua materna y la otra persona te enseña la suya. Ambos salís ganando. Si tienes problemas con la redacción (reglas ortográficas, gramática, sintaxis, etc. ), puedes contratar un profesor particular o matricularte en un curso con un grupo reducido de personas.
Otra opción gratuita para mejorar tu redacción y tu fluidez, pueden ser los podcasts como Coffee Break Spanish (principiantes) y Notes in Spanish (nivel intermedio y avanzado). Lee libros en español con imágenes para reforzar el vocabulario y fuérzate a escribir. Hazte con un cuaderno en el que expreses tus pensamientos y describas qué has hecho ese día, una especie de diario. Escucha música en español, puedes aprovechar cualquier momento del día, ¡incluso mientras te duchas para ir a clase!
Si tienes un hijo y quieres saber cómo ayudar a un niño a estudiar para un examen
En términos de estudio, los niños deben seguir las mismas consignas que los adolescentes y los adultos (técnicas de estudio, de concentración, relajación, etc. ). Sin embargo, los más importante es fomentar los hábitos de estudio desde un primer momento para que sean autónomos a lo largo de todo su desarrollo académico.
Si tu duda más común es “¿Cómo ayudar a mi hijo a estudiar para un examen?”, ten en cuenta estas indicaciones. Primero, tienes que conseguir que se motive para estudiar y, para ello, tiene que comprender la importancia de fijarse unas metas y objetivos. El compromiso y la curiosidad por el aprendizaje son esenciales. Enséñale que los estudios son la prioridad y que los deberes son lo primero que tiene que hacer cuando llegue a casa. Establece las bases para una correcta educación emocional, que sepa confiar en sí mismo y a hacer frente a las frustraciones.
Una vez comience a estudiar, debe alejarse de las tecnologías, así que limítale el tiempo de uso semanal de la tableta, el móvil o el ordenador. Las técnicas de estudio son idénticas (resúmenes, esquemas, aprender a explicar la lección a otra persona, etc. ), pero tienes que implicarte plenamente: explícale cómo realizar cada una de las partes, hazle preguntas para cerciorarte de que ha asimilado la información, etc. Ciertamente, la mente de un niño no es como la de un adulto. Su método de estudio tiene que ser más dinámico y entretenido.
El aprendizaje se basa en la comprensión, por lo que debe comprender qué es cada cosa y para qué sirve. Has de promover la lectura comprensiva y diaria en cuanto aprenda a leer para que desarrolle una soltura en la expresión oral y escrita. Deben entender el significado global de un texto y, si hay alguna palabra que no entiende, explícasela con sinónimos que le sean familiares. Las competencias matemáticas pueden trabajarse con juegos de lógica como los crucigramas y las lingüísticas con juegos interactivos de vocabulario.
Para ayudarle a memorizar palabras o conceptos, puedes crear canciones o poesías y también trabajar con la memoria visual a través de pizarras o recursos interactivos. Repetir las palabras en voz alta contribuye a su afianzamiento en la memoria. El periodo de tiempo de estudio diario no debe superar la media hora para no saturarle. Y, si no consiguen superar un examen, no le desmotives, anímale a seguir aprendiendo y valora su esfuerzo. Cuando alcance sus metas, recompénsalo con elogios y/o premios.
¿Te cuesta mantener la atención? Te contamos cómo concentrarte para estudiar para un examen
La concentración es hoy en día una habilidad que pocos dominan, ya que estamos recibiendo nueva información continuamente a través de los medios de comunicación y las redes sociales. Por ese motivo, tenemos que aprender a desarrollar nuestra capacidad de concentración. Si no nos concentramos, no prestamos atención y, si no prestamos atención a algo o a alguien, no lo recordaremos. Sin embargo, aunque somos capaces de enfocar nuestra atención a más de una tarea o acción, no podemos concentrarnos en más de una porque la concentración requiere de más energía, de más esfuerzo.
Hay tres tipos de causas que derivan en falta de concentración: las físicas (cansancio), las mentales (falta de técnica o técnica errónea) y las relacionadas con el entorno (distracciones). Las primeras pueden solventarse con ejercicios de relajación o un poco de ejercicio físico; las segundas mediante la técnica adecuada y las últimas mediante el control de los elementos distractores.
Pon en práctica hábitos que te proporcionen energía como el ejercicio físico (con 10 minutos es suficiente) para activar las conexiones neuronales, la meditación y una alimentación sana y equilibrada. No se pueden eliminar las distracciones por completo, pero puedes controlarlas temporalmente. Los elementos distractores disminuyen tu productividad y tu concentración, pues limitan el tiempo que pasas enfocado en tus prioridades. Hay tres grupos: las distracciones tecnológicas, sociales (amigos y familiares que no te permiten concentrarte) o exteriores (ruidos estridentes o muy fuertes).
Las distracciones tecnológicas incluyen las notificaciones de las redes sociales, mensajes y correos electrónicos tanto en el móvil como en el ordenador. Puedes activar el asistente de concentración predeterminado para el escritorio o del navegador como StayFocusd; es una extensión del navegador Google Chrome que bloquea notificaciones y la entrada a ciertas páginas web durante un tiempo determinado. Puedes establecer los intervalos de bloqueo en horas concretas de días concretos. Si es posible, deja el móvil en otra estancia.
En cuanto a los distractores de tipo social, restringe las visitas y las interrupciones informándoles de que durante esas horas no estarás disponible. Para evitar los exteriores, utiliza tapones o estudiar en un espacio más tranquilo y silencioso. Si eres de los que no puede estudiar en silencio, puedes escuchar música clásica o instrumental, es preferible la que no tiene letra.
A continuación, fíjate en el espacio en el que estudiarás. Intenta evitar tu habitación y el salón. Preferentemente debe ser un lugar con buena iluminación, con una silla cómoda, sin tecnología. Una vez elegido el lugar, la mesa o escritorio debe estar despejado, quita todos los elementos y objetos que no necesites. Ten siempre a mano todos los materiales que necesites antes de empezar (apuntes, cuadernos, folios, bolígrafos, etc. ) para evitar levantarte e interrumpir el proceso de estudio.
El siguiente paso es establecer prioridades, sigue el sistema de planificación y organización explicado anteriormente. Realiza las tareas de una en una huyendo de la multitarea. En este sentido, realizar una y otra vez la misma tarea es monótono hace que disminuya tu atención y, por ende, la capacidad de concentración. Cambia de dificultad, pasa de una tarea que exija más atención a una que sea menos exigente.
Atrévete a poner en práctica la Técnica Pomodoro, concebida por Francesco Cirillo. Debe su nombre al reloj de cocina clásico italiano en forma de tomate. Es una técnica complicada, pero si consigues aplicarla a tus estudios conseguirás mayor productividad y eficiencia, además de agilidad mental porque defiende que te centres en una sesión de estudio de 25 minutos máximo y después hagas una pausa de 5 minutos.
La técnica se compone de cinco etapas:
- Planeamiento: crea una lista de tareas que debes finalizar en un periodo de tiempo determinado, generalmente un día. En primer lugar, elige una y céntrate en ella.
- Anotación: programa el “pomodoro” para un lapso de 25 minutos con un cronómetro o una aplicación para smartphone como TimeWise.
- Registro: estudia intensivamente sin distraerte hasta que suene la alarma. Cada vez que suena se marca una x en el registro de “pomodoros”. Ya has completado el primero.
- Proceso: se descansa 5 minutos sin recibir información. Por ejemplo, puedes salir al aire libre o simplemente cerrar los ojos y relajarte. Inicia de nuevo el proceso hasta completar 4 “pomodoros” y haz una pausa más larga, de 20 o 30 minutos.
- Visualización: cuando ya has terminado con el proceso, analiza el registro y, si es necesario, aplica las medidas necesarias para mejorar tu rendimiento. Si no estás acostumbrado a estudiar durante tanto tiempo seguido, puedes empezar por lapsos de 10 minutos e ir aumentando 5 minutos en cada sesión hasta que te habitues.
Puedes probar diferentes pausas o diferentes periodos de estudio de acuerdo con tus necesidades. Los descansos de mínimo 10 minutos tienen un gran efecto sobre la memoria a largo plazo porque ayudan a afianzar los conceptos.
Para acabar, cabe señalar que la regulación del aprendizaje viene dada por la dopamina, que tiene la función de proporcionarnos deseo y placer por conductas repetidas, lo que regula la motivación. Cuando presentas al cerebro una recompensa inesperada, este reacciona liberando dopamina. Cuando te propones una meta, tanto al dar los primeros pasos para alcanzarla como al conseguir el éxito en su realización, liberas este químico. Establecer objetivos a corto plazo y dividir en pequeñas acciones un objetivo a largo plazo, tus niveles de dopamina aumentan. Siendo esto así, puedes autorecompensarte tras una larga sesión de estudio: “si esta tarde he terminado de estudiar esto, iré al cine por la noche”.
¿Eres de los de estudiar el día de antes? Te damos algunos consejos sobre cómo estudiar para un examen en un día y en poco tiempo
Ya sea por el gran volumen de trabajos, lecturas o actividades extraescolares, en definitiva, la falta de tiempo, la poca motivación o la mala planificación pueden llevarte a aplazar la preparación de un examen. Sin embargo, ves en la agenda que quedan muy pocos días para la fecha o incluso que es el día siguiente. Si alguna vez te has visto en esta tesitura y quieres saber cómo estudiar para un examen el día antes, sigue leyendo.
Para fomentar la memorización de fechas o conceptos, es necesario participar de manera activa en el proceso de asimilación. La lectura en voz alta o escribir a mano pueden resultar muy útiles. Primero, la lectura en voz alta implica tus sentidos de la vista y del oído, dos grandes recursos a la hora de retener información. Segundo, escribir a mano requiere más esfuerzo y atención que escribir con el ordenador, por lo que el cerebro trabaja más activamente en la acción. Al seguir tu propio sistema de escritura, recuerdas mejor las letras y los símbolos, así como la interrelación y la organización de las ideas. Estas técnicas también pueden servirte para saber cómo estudiar para un examen en poco tiempo.
Por otro lado, estimula tus sentidos viendo películas o documentales o recurriendo a materiales educativos como vídeos, infografías, mapas o gráficos. De esta forma, tienes una visión global del tema o de la materia en cuestión, lo que puede contribuir a una comprensión más rápida y una memorización más efectiva. Si eres de los que funcionan mejor con la memorización visual, también puedes recurrir a las tarjetas de memoria en las que pueden unirse varios métodos de memorización como la escritura a mano y la distinción por colores mientras las escribes y de lectura en voz alta mientras repasas el temario. Además, refuerzas tu capacidad de síntesis que requiere de una comprensión total del tema.
Finalmente, otra técnica que activa tu retención de la información es grabarte explicando los temas. Escuchar los mismos sonidos una y otra vez favorece la memorización, ya que puedes enfocar toda tu atención sin tener que ponerle mucho empeño. Así que, ¿por qué no aprender los conceptos igual que una canción?
Vídeos de cómo estudiar para un examen
El primer vídeo que recomendaremos es el de la técnica de estudio de los cuatro cajones técnica de estudio de los cuatro cajones, propuesta por James Van der Lust. Se basa en preparar cuatro pruebas diferentes que sigan el modelo de examen al que te vas a enfrentar (tipo test, preguntas de desarrollo, etc. ). Una vez creas que controlas la materia, introduce cada prueba en un cajón, cuatro cajones en total. Escoge al azar una de las pruebas y complétala para después corregirla siguiendo los apuntes. Sigue el mismo procedimiento hasta que hayas practicado varias veces los cuatro simulacros. Con esta técnica, conseguirás mucho más preparados al examen.
El segundo vídeo habla de unos consejos a seguir si quieres memorizar rápido para un examen en poco tiempo:
- Truco de las 3 preguntas: simplemente pregunta al profesor sin miedo las 3 preguntas clave. Estas podrían ser “¿Qué es lo más importante del tema?”, “¿Este apartado saldrá en el examen?” y “¿Me podrías comentar los puntos clave de este tema?”. Probablemente el profesor te dará la información necesaria para aprobar y, sobre todo, sacar buena nota.
- Espíritu del tiempo: sirve para memorizar un gran volumen de información. Estudia cada apartado en un lugar de la habitación, del despacho, del lugar en el que estés en ese momento. Puede ser muy útil decirlo en voz alta mientras vas andando.
- La técnica del italiano: aprender la materia como si fuera una historia y tuvieras que contarla a alguien.
- Los dibujos de la victoria: haz unos dibujos en los márgenes de tus apuntes o de tu libro que puedas relacionar con esa parte de la materia. De este modo, en el examen te vendrán a la mente los dibujos y seguidamente la información asociada al mismo.
- Compañero de estudio: queda para estudiar con una persona que te motive o con la que puedas mantener una rivalidad sana.
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