El Palio de Siena

El Palio de Siena

Siena la ciudad donde nací. Se encuentra en el centro de la Toscana y es conocida por dos razones: sus monumentos medievales y el Palio.

El Palio es la fiesta más famosa de la ciudad que reúne a todos los sieneses en la plaza principal, la Piazza del Campo.

El Palio es una carrera de caballos en la que cada uno pertenece a una contrada y que se celebra dos veces al año: el 2 de julio, en honor a la Madonna di Provenzano, y el 16 de agosto, en honor a la Madonna Assunta. A veces efectúan el llamado "Palio extraordinario" para festejar alguna fecha importante, como sucedió en octubre de 2018 cuando se cumplieron 100 años del final de la Primera Guerra Mundial.

Il Palio de Siena: la historia

El Palio es una tradición que se remonta al Medievo y que aún se mantiene hasta nuestros días, siendo la celebración más importante del año para todos los sieneses. Por otro lado, atrae a miles de turistas que acuden a la Piazza del Campo para participar en esta tradición tan antigua como conocida y emocionante.

Los primeros testimonios de esta fiesta datan de 1663.

Desde entonces, el Palio se lleva celebrando cada año, exceptuando el periodo que transcurrió entre la Primera y la Segunda Guerra Mundial. A pesar de que los sieneses no pudieron festejar el Palio como tal, se las ingeniaban para celebrarlo a su manera. De este modo, nunca abandonaron su tradición más importante.

Curiosamente, se cuenta que en agosto de 1943, en una Piazza del Campo ficticia trazada en la arena, corrieron el Palio haciéndose pasar ellos mismos por caballos con spennachieras de cartón como si fueran las contradas.

Cuando acabó la guerra, la vida de los sieneses regresó a la normalidad y recuperaron la carrera del Palio tal y como era. Fue tal el impacto que produjo en los ciudadanos los años sin el Palio y el afán y apego de estos por su celebración, que el alcalde convino hacer correr un Palio extraordinario. Se llevó a cabo el 20 de agosto de 1945 y ha pasado a la historia como el "Palio de la Paz".

El Palio de Siena: sus contradas

Cada una de las 17 contradas sienesas representa una zona de la ciudad. Las contradas del Palio de Siena son:

• Bruco (Oruga)
• Aquila (Águila)
• Drago (Dragón)
• Istrice (Puercoespín)
• Chiocciola (Caracol)
• Lupa (Loba)
• Civetta (Lechuza)
• Leocorno (Unicornio)
• Giraffa (Jirafa)
• Onda (Ola)
• Nicchio (Concha)
• Oca (Oca)
• Selva (Selva)
• Pantera (Pantera)
• Valdimontone (Valle del Carnero)
• Tartuca (Tortuga)
• Torre (Torre)

Cada una de ellas representa un barrio específico de la parte histórica de Siena. Las contradas se organizan perfectamente: tienen un gobierno propio que las representa públicamente elegido mediante asambleas.

Esta estructura de organización, por muy increíble que parezca, se remonta a 1729.

El origen de las contradas como tal se encuentra en el año mil, cuando surgieron en Siena pequeñas asociaciones que ofrecían servicios a los peregrinos que se dirigían a Roma por la la Vía Francígena

El Palio de Siena: organización de la carrera

Durante la carrera, cada contrada está representada por un caballo y un jinete. Aunque, en verdad, el protagonista absoluto es el caballo, pues puede incluso ganar el Palio "por sí mismo", sin necesidad de llevar en su lomo al jinete. No sería la primera vez.

Los caballos que corren el Palio son asignados en las contradas al azar. Esta adjudicación se hace unos días antes de la carrera, obligando a las contradas a decidir en muy poco tiempo la estrategia que van a adoptar y por ende qué jinete lo cabalgará.

Al final, cada caballo precisa de un jinete que se adapte a sus características. Como el Palio no tiene ningún reglamento y todo está consentido, y a pesar de que los jinetes cobran muy bien, algunos se dejan sobornar por otras contradas.

Para los dirigentes de las contradas, la planificación de la carrera es una de las tareas más importantes. Todos los años se encargan de buscar al mejor jinete y estudian las mejores estrategias teniendo en cuenta lo que podría suceder durante la carrera. Entre otras cosas, que el jinete se deje corromper por el adversario y perjudique a conciencia a la contrada que lo ha contratado.

A menudo se piensa que la celebración de los Palios conciernen únicamente a los días 2 de julio y 16 de agosto, pero no es así. En realidad, el festejo comienza 4 días antes, con la "Tratta", el sorteo de adjudicación de los caballos a las contradas. En él participan el alcalde y los capitanes de las 10 contradas que correrán. Así es, no corren las 17 contradas, sino las 7 que no participaron en el Palio del año anterior y 3 elegidas a suertes.

En cuanto a los dos días del desafío, el día transcurre entre eventos relacionados con la carrera, que cierra la jornada. A las 08:00, hacen la "misa del jinete", en la capilla de la Torre del Mangia, un monumento antiquísimo y particular que se alza sobre la Piazza del Campo. A las 09:00, la "provaccia", la última prueba. No es muy popular, ya que, para no cansar a los caballos, los jinetes no dan todo de sí, y por tanto, la atmósfera no es la misma que en Palio auténtico.

La carrera

Hacia las 14:00, se bendice a los caballos e inicia el histórico desfile que termina en la plaza sobre las 17:00. Una vez que acaba el desfile, alrededor de las 19:00 (el horario depende del mes; el Palio de agosto se hace antes, hasta que cae el sol), se despeja la pista, salen los jinetes montados en sus caballos y se dirigen hacia la "mossa", el punto de partida de la carrera. Entonces, el "mossiere" (el juez de la carrera) recibe una letra de manos de un policía municipal y la lee, donde están dispuestas las posiciones que deben ocupar los caballos en el canape (las dos cuerdas que delimitan la línea de meta). Solo en ese momento, y una vez que esté el resto de caballados en sus posiciones, la "rincorsa" (el jinete que cabalga el último caballo sorteado) podrá adentrarse en el segundo canape a galope y dar inicio a la carrera. El orden las posiciones es un factor determinante en el éxito de la carrera: una buena salida puede condicionar el Palio, por lo que los jinetes suelen intentar obstaculizar a sus rivales desde la mossa, o bien tomarles ventaja. De ahí que muchas veces la salida se alargue demasiado. Cuanto más se alarga, más se estresan los animales y más ingobernables se vuelven.

En algunas ocasiones, cae la noche y el mossiere se ve en la obligación de aplazar el Palio al día siguiente. No es lo habitual, y si los jinetes están en forma, la salida es válida. Tras haber tomado una decisión, el mossiere es sustituido por motivos de seguridad. Solo entonces comienzan las tres vueltas que llevarán a la victoria a un caballo, con o sin jinete. Al final de la carrera, la contrada vencedora se lanza a recoger el premio, el Drappellone.

La atmósfera en la plaza antes y después de la carrera es muy tensa.

Toda la Piazza del Campo se llena de turistas, ansiosos de ver este evento tan antiguo como espectacular, pero, sobre todo, de sieneses para quienes los días del Palio son los más importantes del año. Es una fiesta en la que participan todos, desde niños hasta los más ancianos. Esto se debe a la organización de las contradas, que implican activamente a los niños desde que son pequeños. Estos eventos no se organizan solo en los días cercanos al Palio, sino que se extienden durante todo el año: exposiciones, conferencias, sorteos, fiestas, torneos deportivos...

Diversión en las contradas

Las sedes de las contradas son lugares de reunión donde comen y cenan todos sus miembros y se organizan fiestas.

El verano de Siena gira en torno a lo que proponen las contradas. Las fiestas más importantes son el "Bao Bello" del Bruco (en junio), el "Mangia e bevi" de la Torre (en julio), la "Pania" del Nicchio (en agosto) y el "Braciere" de la Istrice (en septiembre). Se trata de grandes celebraciones que empiezan con cenas caseras y muchísimo vino y que terminan con música a todo volumen en las discotecas al aire libre.

Para poder ser nombrado "contradaiolo" oficialmente, te tienen que bautizar en una de las 17 contradas de Siena. El bautismo está presidido por la máxima autoridad de la contrada, es decir, el Prior, quien te nombra "contradoio de por vida". Mientras recita unas palabras, te rocía con agua.

Yo debo ser un caso único en Siena, no pertenezco a ninguna contrada.

Si es que a mí no me interesa la competición en sí (ni mucho menos la violencia que a veces la envuelve). Aun así, reconozco que es una tradición única y espectacular que vale la pena preservar.

¿Sabías que el Palio de Siena está estrechamente ligado al Ferragosto y sus orígenes? Si quieres saber más, échale un vistazo al artículo sobre el Ferragosto, la fiesta más bonita del verano.