visperas navideñas
Los rezagados.
Eran ya vísperas navideñas, el olor a cascanueces invadía la atmósfera, y la ciudad presentaba un brillo particular, caminar por el mercado navideño afuera del Duomo y pasear por la galería Vittorio emmanuelle para contemplar el resplandor de los arreglos de iluminación en el techo era actividad de la que no te podías cansar, el frío helaba los huesos y tenías que salir con capas de ropa encima. La mayoría de los erasmus que tenían familia europea se regresaban a sus hogares para pasar las festividades, los que teníamos que cruzar los mares no la teniamos tan sencillo, pagar un vuelo que equivalía a casi unos tres meses de renta para estar una semana con la familia no tenía mucho sentido, así que los abandonados comenzamos a organizar las respectivas festividades, entre estas noche buena.
¿En qué día festejan ustedes noche buena? ¿en qué día festejan Navidad? En México es el 24 de diciembre lo que quiere decir que a cena se realiza del 24 para 25, y yo pensaba que eso era en todas partes, pero parece que en Grecia al menos, no es así.
Éramos un gran grupo de mexicanos y habíamos invitado a un grupo de amigas griegas y de otras nacionalidades, una de las griegas, es una amante a la cocina o al menos le gusta mucho, así que en cuanto le conté inmediatamente comenzó a pensar lo que tenía que comprar para preparar su receta.
Yo me fui a casa de otro grupo de mexicanos que también conocí los primeros días: Alejandra, Santiago y Erik, mi tocayo, con ellos me fui de fiesta a The Beach a los pocos días de haber llegado. En su casa, preparamos picadillo, receta fácil, barata y con ingredientes relativamente fáciles de conseguir.
Era 24 de diciembre, nos reunimos cerca de 10 a 12 personas para celebrar Navidad, las griegas se confundieron y se quedaron sin ir, la gran mayoría éramos mexicanos y creo que resultó apabullante o muy intimidante para quien no lo era. Fue una agradable manera de convivir, comer y beber, aquí quiero abrir un paréntesis para tocar un poco el tema de fiestas caseras o pedas como las conocemos en México.
Fiestas caseras en Milán vs fiestas caseras de México.
Para explicar un poco cada una hay que dar a entender la diferencia de contextos, las viviendas en Milán suelen ser pequeños apartamentos donde en muchas ocasiones se adaptaron para convertir los estudios en cuartos ya que las rentas son muy caras y muy cotizadas, en México (a excepción de la ciudad de México) las viviendas son más amplias y en mi ciudad por ejemplo los pequeños apartamentos de 70 metros cuadrados se cambian por casas de dos pisos y en promedio unos 150 metros cuadrados, en ocasiones hasta con patio con asador para organizar las carnes asadas.
Los vecinos en Milán al pasar las diez de las noche empezaban a quejarse o inclusive desde antes, si no atendias a su primer llamado contactaban a tu arrendador o en casos de ruido excesivo o vecinos exagerados, a la policía.
Los vecinos en México si llegan a quejarse pero no me ha pasado nunca que llamen a la policía, creo que es un contrato implícito en el que excluye a cualquiera a llamar a la policía y a no hacer demasiado ruido.
Pero a pesar de todo, las fiestas caseras es de lo que más recuerdo.
En cuestión de personas pues alcohólicos son alcohólicos en todos lados así que de eso no varía tanto, la única cosa es que en Milán yo únicamente asistí a fiesta erasmus, es decir un gran número de extranjeros conglomerados en pequeños espacios, las fiestas "normales" han de ser más tranquilas.
Espero haya ayudado un poco aunque sea lo más mínimo para dar a conocer la naturaleza de ambas culturas o sino mínimo para entretenerlos un rato.
La cena del 25.
Paso el 24, nos regresamos a nuestros respectivos hogares y el día siguiente me fui con las griegas a celebrar su Navidad, que rica cena, no se si Nicole cocina rico o es cuestión de nacionalidad.
Fue una cena mas tranquila y "hogareña" lo cual también estuvo bastante agradable, la temporada fría ya había empezado y tuve que llegar al departamento de mi amiga no cubierto lo suficiente, siendo de una ciudad fría pensaba que aguantaría un poco más el clima, pero el frío era más profundo como del tipo que te cala los huesos, por lo que entenderán que el ser recibido con el calor hogareño fue aún más acogedor. Comimos una sopa de no se que, con pasta, arroz y un pollo a la quien sabe como, en realidad no es que no me sepa los nombres si no que no quiero dar a conocer las recetas secretas de mi amiga, al final, cerramos la noche con una película, mi temporada navideña no fue tan solitaria como pude llegar a pensar.
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