Viaje de fin de diciembre 5

Los días siguientes los recuerdo entremezclados, no estoy muy seguro el orden de las cosas específicamente así que solo mencionaré cosas que hicimos, recorrimos por la ciudad por algunos de los sitios turísticos que no habíamos visitado el día anterior, en un punto nos subdividimos ya que algunos querían ir a ver la Sagrada Familia, otros no, en mi caso como iba a visitar con mis padres posteriormente Barcelona, no me agradaba la idea de pagar para entrar a ver dos veces el mismo lugar, así procuraba ir a lugares a donde ellos no irían, sitios quizá más arquitectónicos como la casa Batlló por ejemplo, para esta maravillosa casa, le dedico una publicación en particular en la sección de “lugares”.

También fui de visita al mercado de los encantos, la Torre Agbar, o mejor conocido como “el pene” por su similitud con el órgano reproductor masculino, el pabellón de barcelona y el parque de la ciudadela, además de algunos otros edificios interesantes, la mayoría de las veces recorrí todo a pie por lo que era más el trayecto que lo que realmente me quedaba en un lugar.

Mercado de los encantos

Si eres de los amantes de coleccionar chatarras, cosas medio raras, textiles, accesorios, vinilos, o simplemente curiosidades, este es el mercado al que debes de ir, ahí se venden principalmente artículos de segunda mano y por su tamaño una gran variedad de los mismos. Como todo mercado de pulgas es importante ir al momento de su apertura para poder encontrar los mejores artículos y probablemente después de una que otra negociación obtengas curiosidades a precio regalado.

El mercado es algo difícil de no distinguir por su caracteriztica cubierta reflejante, como si el espacio del mercado estubiera cubierto por una especie de papel aluminio.

Torre Agbar

Este famoso rascacielos de Barcelona obtuvo su nombre de Aguas de Barcelona y se encuentra en un punto intermedio entre el mercado de los encantos y la plaza de las glorias, en lo personal me parece que Jean Nouvel, el arquitecto que la diseñó no tuvo en consideración el contexto y la torre desentona con la esencia de barcelona, lo veo como un edificio ajeno a la ciudad a pesar de “estar inspirado” en los pináculos de la Sagrada Familia.

Actualmente es un edificio de oficinas y solamente se puede contemplar por afuera y en la recepción de la planta baja.

Pabellón de Barcelona

O como su nombre inicial era, el pabellón alemán, es una obra diseñada por el arquitecto Mies van der Rohe para la exposición internacional de 1929, la obra adquirió tanta representación de la arquitectura moderna que tras ser desmantelada fue reconstruida posteriormente.

En su interior alberga uno de los elementos más famosos del arquitecto, la silla barcelona, que fue el resultado de la inspiración de un antiguo aposento romano, actualmente es un icono del diseño.

El pabellón puede ser percibido desde afuera, pero si quieres adentrarte en los detalles tienes que pagar el ingreso de unos tres euros por estudiante o de cinco como entrada general.

Parque de la ciudadela

Este parque es probablemente el más famoso de la ciudad, se construyó sobre lo que anteriormente fue una ciudadela, de ahí obtiene su nombre, y aún conserva algunos elementos de la misma. Sin duda alguna es un buen lugar para tomar un aire fresco y descansar de una extenuante caminata.

Una anécdota particular del viaje fue que en una noche salimos de fiesta a un antro/discoteca/boliche a la orilla de la playa, como eran días aún de vacaciones no había mucha gente en el lugar y el ambiente estaba algo apagado, en la playa había inmigrantes que vendían cerveza a un precio “económico” comparado con el del sitio nocturno y las escondía entre las rocas (nunca pude adivinar el escondite), pero lo interesante no fue eso, sino que fue a la hora que la fiesta comenzaba a acabarse, habíamos acordado de subir a “el bunker”, este gran mirador parece que no es tan conocido por muchos, es el lugar en donde tiempo atrás servía de resguardo a las tropas fascistas y se encontraban los cañones antiaéreos, este tipo de artillería debe estar lo más alto posible para poder disminuir la distancia de las aeronaves enemigas por lo que convierte al lugar en un mirador excepcional. Saliendo de la fiesta nos encaminamos al mirador para alcanzar ver el atardecer, tomamos transporte público hasta la base de la montaña y de ahí nos esforzamos para subirla, el recorrido fue muy agotador ya que tampoco estábamos en las mejores condiciones, al empezar a percatarnos que empezaba a disiparse la oscuridad aceleramos el paso para no perdernos del atardecer, una vez en la parte más alta esperamos y esperamos pero sin respuesta alguna, nunca supimos si no hubo atardecer espectacular o si ocurrió cuando estábamos subiendo, no obstante el esfuerzo valió la pena y la panorámica fue increíble.

(Foto tomada por el compañero de viaje Omar Seguel).

Por último, dejo otra de las delicias del viaje a Barcelona, Martha y Lynn le regalaron a nuestro estómago el obsequio del alimento, Lynn en el restaurante de sus padres, Martha en la casa de los suyos, Lynn alimento como fusión comida coreana y china, Martha una rica paella hogareña, cada uno con sus características muy especiales y llena de algunos divertidos recuerdos.

Así finalizó el viaje, en una ciudad con una amplia gama de cosas por hacer, destinos que visitar y gente diversa por conocer, sin duda escaló al top de mis ciudades por vivir.

Nos despedimos de nuestros gentiles anfitriones, de la bella ciudad y retornamos a Milán tan solo para volver a planear los siguientes viajes.  

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