Viaje de fin de diciembre 3

En una de las noches en Toulouse, salimos de fiesta, nos reunimos todos nosotros con nuestros respectivos hosts afuera de un club nocturno donde ponían música latina, pero a música latina no me refiero la canción de “bailando” de Enrique Iglesias o la de “La gozadera” de Gente de Zona, sino al tipo de canciones que escucharías en la Habana, o en una fiesta en Cali, música con sabor y para echar una buena danzada, nos dedicamos a bailar toda la noche. Algo que me gustó de salir a bailar en Europa fue que como muchos europeos no saben bailar o no tienen muy buen ritmo, te conviertes en objeto de estudio, las chicas se acercan para que le enseñes a bailar o simplemente para bailar contigo, no malinterpreten estas líneas, no trato de ser arrogante ni nada de eso, es solo un inofensivo comentario.

En la ciudad hay tanto por ver, iglesias, museos, el río, el capitolio, la catedral, el jardín botánico, la Capilla de las Carmelitas, el zoológico, conventos y otras tantas cosas más, no sé cómo está categorizada con respecto a otras ciudades francesas, pero me atrevería a decir que es de las principales ya sea por población y por desarrollo, además cuenta con algunas de las mejores universidades de Francia por lo que hay muchos estudiantes y el promedio de edad es muy joven.

Voy a escribir de algunos de los lugares que recuerdo e intentaré ser un poco específico con algunos detalles para que sea información de utilidad.

Catedral Saint-Etienne

La catedral de Toulouse tiene el nombre en español de San Esteban, se construyó por los años 1075 en donde se ubicaba una iglesia paleo-cristiana, en 1609 sufrió un gran incendio y muchos elementos quedaron inutilizables, la peculiaridad de este lugar es la fusión de elementos de arquitectura de distintos periodos y que aún conserva los vitrales originales.

En la foto: la fachada principal de la Catedral, se pueden apreciar los distintos materiales y formas que la han integrado y van dándole forma durante los años, arcos ojivales traídos de la arquitectura musulmana, rosetones del periodo gótico, baptisterio barroco, bóveda de cañón y rigidez del románico, etcétera. Un Frankenstein arquitectónico.

Basílica Saint-Sernin

Es una basílica dedicada a un obispo y es la etapa primordial del peregrinaje de Santiago de Compostela. Saturnino, fue el primer obispo y mártir de Toulouse, fue asesinado al ser arrastrado por un toro frente a lo que hoy es la Plaza Esquirol, no me pregunten como pasa de ser Saturnino a Sernin, esta edificación es de los más emblemáticos de la ciudad y la segunda iglesia más antigua de toda Francia, la primera es la abadía de Cluny.

Una de sus principales características es el campanario octogonal, de casi unos cinco niveles, anteriormente contaba con una aguja que soportaba una esfera coronada por una cruz, no sé qué haya sucedido previo a mi visita que ese elemento ya no existía.

También puedes pasear por su interior y algunos jardines anexos, me parece que cuenta con un pequeño museo y algunos bonitos lugares para observar.

En la foto: El campanario octogonal de la basílica.

Capitolio de Toulouse

Este enorme edificio es fácilmente reconocido por la grande plaza que lo alberga, en el suelo se aprecian los distintos signos zodiacales, en los alrededores de la plaza se pueden encontrar una gran variedad de cafés, restaurantes y bares, es prácticamente el corazón de la ciudad.

En la foto: Yo parado sobre mi signo (acuario) o al menos ése creo que era.

El edificio del capitolio cuenta con una sala que está abierta de manera gratuita al público casi todos los días, la Sala de los Ilustres, que en su interior se pueden apreciar diversas obras de arte, ya sea en cuadros o a lo largo de las bóvedas, digamos que es una especie de museo que de preferencia deberías de visitar con un guía o información estudiada del país y la ciudad, sino como yo, no podrás apreciarlo del todo. 

En la foto: Una de las pinturas en el techo de la Sala de los Ilustres.

Convento de los Agustinos

Este convento es un edificio de estilo gótico que alberga el museo de los Agustinos, vaya creatividad, en este museo se pueden apreciar las mejores etapas de la historia del País, hay pinturas y esculturas desde la época paleocristiana a casi finales del siglo XIX, a mí en particular lo que más me gustó fue el claustro del lugar, no soy muy amante a la historia del arte, lo soy a la arquitectura.

En la foto: El claustro del museo de los Agustinos (en uno de los lados hay un ingreso a la planta superior, donde hay una pequeña sala con más obras y una vista superior del claustro, por más que busqué en mis fotos no pude encontrar la foto que tomé de ese lugar).

Uno de los destinos más visitados de la ciudad son las orillas del río Garona, los distintos espacios que se generan, dan lugar a que las personas se sienten a las orillas, tomen una cerveza y conversen con amigos, familia o pareja, por lo que casi siempre ves mucha gente, también hay barcos que lo atraviesan y puedes apreciar la ciudad desde otro ángulo. Ya sea de noche o de día, el río da muchas bonitas vistas, recorrerlo podría llevarte hasta probablemente unas tres horas.

En una de las caminatas cruzamos por un parque en donde nos topamos con otro singular espectáculo, en un kiosco con música a todo volumen, bailaban en parejas personas de todas edades, me atrevería a adivinar que es un ritmo muy tradicional, era una mezcla de rock, swing y música francesa, o quien sabe, solo era swing y yo no lo distinguí bien.

En la foto: lapareja del centro (morado y negro), eran de los que más amplia variedad de pasos tenían.

Mi hermano realizó un año de intercambio en esta bonita ciudad francesa donde lo bonito de la ciudad no es solo su pintoresco color “rosado” de los edificios, la antigüedad e historia que corren por sus calles o el amplio río que la atraviesa, sino también su vida de noche, su juvenil espíritu y manjares culinarios, y Emiliano, nuestro anfitrión, nos llevó a probar uno de estos, un sorprendente Kebab, ustedes me dirán, pero si eso no es Francés o no podría considerarse como algo complejo para preparar, pero hay que explicar un poco más a detalle mi contexto para que me puedan comprender. Los kebabs, son una amplia variedad de lo que en México conocemos como alambre, que prácticamente consiste en carne atravesada por algún otro elemento, tengo entendido que sus orígenes vienen del Medo Oriente y yo en particular los relaciono más con Turquía (quizá porque ahí comí los originales) y posteriormente fueron mutando al llegar a Europa, ya que en las tiendas donde te los venden, la carne en alambre pasa a ser carne en tortilla, digamos que como un taco europeo.

En la foto: el Kebab con las papas a la francesa, ensalada y el té.

En México no había visto que vendieran de éstos en ninguna parte y quizá porque sería como poner un “Crepes & Waffles” en Francia, un Starbucks en Italia o una franquicia de hot dogs en Alemania, simplemente no quedaría, por eso lo más cercano que podía estar de uno eran las descripciones de mi hermano y de mis amigos que habían ido a Europa, por lo que en cuanto llegué a Italia (donde realice un año de intercambio) fue de mis primeras comidas, y es que su peculiaridad es que son económicos, con alrededor de unos 5 euros tu tenías bebida, papas francesas y el kebab con verdura, casi una comida completa. Posteriormente probé algunos otros, pero fueron pocos los que me dejaron perplejo por el sabor, y estos de Toulouse fueron unos de ellos, además la principal peculiaridad es que el clásico refresco que siempre te ofrecían, aquí te lo cambiaban por un té, y creo que eso le da otra forma de disfrutar la comida.

El viaje por Toulouse estaba por finalizar y era tiempo de dirigirnos al siguiente destino, Barcelona, me arrepentí de no haber podido estar más tiempo en la ciudad francesa, pero tiempo es lo que siempre nos faltará, quizá en algún futuro me de otra vuelta por esta pintoresca urbe y fue así como terminamos el viaje, con un semi sandwich frío, cuando nos dirigíamos a la estación de autobuses.

 

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