Viaje de fin de diciembre 2
...Llegamos a Marsella en vísperas de año nuevo y ya que nuestra intención era salir de fiesta preferimos rentar un cuarto en un hostal que buscar algún huésped, ya en Marsella nos encontramos con Franco y Vale que no recuerdo con exactitud la razón por la que no fueron viajando con nosotros desde un inicio, ya juntos en el hotel nos juntamos alrededor de las siete de la noche y nos fuimos a dar la vuelta por la ciudad, era de esperarse que gran parte de los locales estuvieran cerrados pero para nuestra fortuna había un pequeño comercio a una cuadra del hostal en donde nos pudimos surtir para prepararnos nuestra cena de año nuevo.
Curiosamente de lo único que me acuerdo de la cena es de una especie de pastel de papa, todo lo que compramos era ya precocinado y solo para meterse al horno de microondas o a un sartén, no queríamos tomarnos mucho tiempo cocinando pues no lo teníamos, en lo personal, fue la primera cena navideña que no había pasado con mi familia, no se puede evitar hacer comparaciones o recordar a los seres queridos, afortunadamente yo cené con mi familia de otra sangre.
Ya más noche nos arreglamos y nos fuimos al puerto o bahía no sé cómo considerarlo, (donde está una estructura que refleja) porque era donde iban a poner los fuegos artificiales e iba a estar toda la gente, efectivamente pusieron fuegos artificiales pero nuestra sorpresa fue que solo fueron dos o tres explosiones y ya, nos sentimos defraudados, pero no dejamos que eso nos desanimara. En una de las calles aledañas a ese puerto hay muchos bares y antros/boliches/discotecas juntos, por lo que fue nuestra siguiente parada, no sé con certeza en cuántos nos rechazaron y como entramos a los que entramos, tenían una política muy nacionalista en algunos que por oírnos escuchar español o si les hablabas en inglés inmediatamente habías sentenciado tu estadía afuera, pero tarde o temprano entramos a uno y regresamos al hostal ya pasadas las tres de la mañana.
Marsella es una ciudad que a pesar de ser muy pequeña tiene varios lugares turísticos que visitar, y como había comentado en la publicación anterior rentábamos las bicicletas para movernos con mayor rapidez y aprovechar el tiempo al máximo.
Visitamos lugares como la Basílica de Notre-Dame de la Garde, el nuevo museo de civilizaciones de Europa y del mediterráneo, la catedral, la Abadía de San Victor, y algunas otras cosas.
En lo particular mi sitio favorito fue la zona del nuevo museo de civilizaciones, ya que se encuentran varios lugares de interés a una distancia relativamente corta, de frente se encuentra la catedral de Marsella y su puente de cerca de setenta metros conecta con el fuerte Saint-Jean, este museo es muy difícil de no reconocer, pareciera como si una masa cuadrada cubierta de coral hubiera salido a la superficie en plena bahía, cuenta con exhibiciones del mundo Mediterráneo y otras exhibiciones temporales, en la parte superior cuenta con un pequeño restaurante donde el juego de sobras provocado por la fachada ayudan a crear excelentes fotografías.
La catedral de Marsella también tiene un estilo peculiar por lo que es difícil de confundir, se encuentra en un punto donde se puede ver desde casi cualquier punto de la ciudad, también se le conoce como la basílica de santa Maria la mayor o La Mayor simplemente, y al igual que en la historia de muchas basílicas su majestuosidad se debe a la suma de elementos a lo largo de los años, esta catedral en sí, se levantó sobre cimientos de una iglesia paleocristiana.
El fuerte de Saint-Jean o San Juan, había sido recientemente remodelado, es uno de los vestigios del poderío naval de Francia, lo interesante de su construcción es que el edificio está rodeado de un pozo que es inundable, pudiendo aislar por completo la fortaleza en caso de cualquier infortunio o guerra.
La Basílica de Notre-Dame es otro de los puntos para visitar de manera obligada en la visita por Marsella, no solo por su importancia religiosa, cultural y arquitectónica de la ciudad sino también por sus sorprendentes vistas, la basílica se levanta sobre una ya existente fortaleza en la cima de una montaña, en épocas medievales se le conoció como la guardiana de la ciudad.
Uno de los puntos de interés que no tuve la oportunidad de visitar es la unidad habitacional de Le Corbusier, fue el arquitecto y teórico exponente de la arquitectura moderna y todo un influyente de su época, hasta la fecha muchas de sus doctrinas aún se siguen por varios arquitectos y áreas afines, la unidad habitacional fue la primera obra de post guerra donde por las circunstancias del momento se tenía que buscar ayudar a la mayor cantidad de personas con el menor costo posible para el estado y que los habitantes vivieran de manera digna, crear una arquitectura más funcional que estética o pomposa como lo fueron las corrientes antecesoras como el Barroco, Gótico o Clásico.
Habíamos perdido la noción del tiempo y no nos habíamos percatado de la hora en la que salía nuestro autobús a Montpellier, agarramos nuestro equipaje, nos montamos a las bicicletas y pedaleamos con toda velocidad a la estación, Dafne fue la más guerrera en esa ocasión, iba cargando su maleta de rueditas de tamaño considerable en la canasta de la bicicleta y temíamos que en cualquier momento el peso le ganara y se fuera de lado, afortunadamente nada de eso pasó y llegamos justo a tiempo a la estación para continuar con nuestro viaje por Francia.
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