VIaje a Turquía 6 - Capadocia 2
Borrando estereotipos.
Desde que conocí a Doğa, he aprendido que muchas personas de alrededor del mundo consideran que Turquía comparte rasgos con los países árabes, le preguntan si se tiene que cubrir su cabello en su país natal, o si tiene que usar diferente tipo de ropa que la que usualmente acostumbra a usar, o inclusive si los colores tan alegres que siempre porta se ven transformados en tonalidades obscuras, opacas y sin vida, pero la parte más graciosa es cuando le preguntan si los turcos suelen usar camellos de manera frecuente especialmente para transportarse. Me hace recordar con frecuencia todas las veces que por ser mexicano me han preguntado si tengo un sombrero, si siempre estamos tomando tequila o si montamos burros frecuentemente; afortunadamente el mundo se está ampliando, la globalización está llegando a lugares recónditos y la facilidad para viajar se expande, llegando a borrar toda esa clase de tontos y divertidos estereotipos.
Regresando un poco a las falsas creencias de Turquía, yo, con ayuda de mi pequeña amiga turca, he ido aprendiendo a desmentirlas poco a poco.
En la foto: la verdad es, y no lo olviden, que es muy raro ver camellos en Turquía, inclusive en los pequeños poblados, quizá en esos lugares se utilicen caballos o burros, pero jamás camellos. esta foto se trata de una simple coincidencia para burlarme de Doğa.
Turquía, en especial la cultura Anatolia es sorprendentemente famosa por toda cantidad de artesanías durante siglos, la región que visitamos es especialmente conocida por las tazas de barro coloreadas con motivos tradicionales, además, la industria de las alfombras también sobresale por su proceso artesanal que da lugar a preciosos productos de un alto elevado.
Adentrandonos a la tradición.
Con el tour rojo, nos llevaron a un taller donde nos explicaron cómo se colorean los hilos, como se realizan las alfombras, y como pueden variar los nudos tradicionales que usan, dan toda la impresión de poder fabricar una alfombra voladora como la de Aladino. Nos dieron té turco, mientras nos explicaban la historia de las alfombras hechas a mano y las características y diferencias de cada una dependiendo de la región, una cosa que me quedó muy grabada fue como hacían cambiar los colores de las alfombras con un simple movimiento de muñeca, la dirección en donde estaban “peinados” los hilos modificaba la visual de las alfombras.
En la foto: se observa en la pared un conjunto de hierbas y raíces que usan extraer el tinte con el que se pintan los hilos que forman la alfombra, por lo que la pintura proviene de la naturaleza, es 100% natural. Hierven las plantas y frutos en conjunto con los hilos, se cuelgan para dejar secar y absorber el color.
En la foto: como se realizan las alfombras hechas a mano, nudo a nudo, ahí es donde se comprende él porque del precio, se requiere de una extenuante labor.
Otro de los talleres de artesanías al que asistimos fue, el taller de arte con barro, donde probé mi experiencia y habilidad en la profesión gracias a ver la película “Ghost, el fantasma del amor”, quien haya visto la película recordará como la escena principal de la película es cuando los dos personajes principales se unen en un momento romántico para darle forma a una figura de barro, prácticamente es lo que se realicé, pero sin una pareja ni Unchained Melody de fondo.
En la foto: Como pintan de manera artesanal una maceta, posteriormente colocan el objeto que hayan pintado en un horno especial y esto hace que la cocción fije la pintura y le dé una belleza particular al objeto.
En la foto: los productos ya terminados, los jarrones de las fotos dos y tres (que tienen un hoyo en el centro) son particulares de aquella región.
La artesanía y experiencia de los artesanos, los ha llevado a hacer objetos que brillan en la oscuridad, espero regresar en algún momento de mi vida para poder comprarme uno de esos platos.
Ciudades subterráneas y ‘Derinkuyu’.
Como lo había mencionado anteriormente, Capadocia fue un importante centro religioso para los cristianos, sin embargo, con el inicio del siglo III después de Cristo la opresión hacia los practicantes de esa religión fue en incremento y les resultaba difícil el vivir en Capadocia, sin embargo, las características de la misma los obligaban a quedarse y optaron por lo que consideraron como la mejor opción. Capadocia era todavía el lugar adecuado e ideal para el proselitismo de los cristianos, en todos los valles profundos la estructura suave de la roca volcánica fue suficiente para tallar refugios para poder esconderse y que les brindara protección.
La sorprendente característica de estos refugios era que contaban con una excelente organización, diseño y características necesarias para poder vivir en su interior, cuartos para dormir, lugares para cocinar, tuenes que conectaban la “ciudad”, espacios separados para almacenar animales, una temperatura ideal, e inclusive elaborados métodos para el almacenaje del agua. Estas ciudades enterradas, me recordaron bastante a las poblaciones de hormigas.
Al final, la región subterránea de Capadocia era como un mundo completamente diferente, unas ciudades de otra se conectaban a través de hasta cientos de kilómetros de túneles.
En la foto: ‘Derinkuyu’, una de estas grandes ciudades.
A pesar de las arduas investigaciones, aún se desconocen muchas de las características de estas ciudades, ¿cómo los pobladores pudieron diseñar estas ciudades subterráneas interconectadas?,¿Cómo se lograban comunicar entre ellas?,¿Cómo era la organización como para lograr hacer convivir a animales y personas manteniendo el orden?
Valle Ihlara y río Melendiz.
Era prácticamente un día soleado y con un cielo azul completamente claro, caminamos por el valle después de tomarnos el tiempo de comida, subimos a lo que parecía una simple montaña con belleza natural y rodeada de un bonito paisaje hasta que nos percatamos de la verdadera importancia histórica que adquiría el lugar.
En la foto: Iglesia del valle Ilhara oculta en la montaña.
De la foto se puede observar que tanto tuvimos que caminar para alcanzar la Altura de la iglesia, o, mejor dicho, cuanto debimos escalar, para alcanzar a apreciar la belleza de esta iglesia tallada en la roca. Me fue demasiado sorprendente observar que tan bien preservadas estaban las pinturas por encontrarse alejadas de la luz directa del sol, la intemperie y la contaminación.
Por otro lado, era triste ver el hecho que comentaba anteriormente, los rasgos faciales de las personas se encontraban rallados al ser descubiertos estos lugares por el pueblo musulmán.
En la foto: fotos de la catedral Selime
Llegando al final del viaje, mi mente estaba llena de historias y conocimiento general de la historia de Turquía, sin embargo, era como si estuviera viajando en diferentes países más que viajar entre diferentes ciudades, Estambul era la ciudad más europea y digamos “normal” del país, pero aún no acababa el viaje y estaba por viajar a un lugar más drástico donde el “desarrollo europeo” aún no había ni si quiera puesto un dedo en el lugar, el país no dejaba de sorprenderme y Doğa no dejaba de comentarnos que aún había mucho por conocer, nos despedíamos de los bellos panoramas de Capadocia y nos encaminábamos a nuestro siguiente destino: ¡Urfa!
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