VIaje a Turquía 1 - Estambul
Estambul
Este viaje fue uno de los más diferentes que he realizado, era muy curioso encontrarnos una española, Ana, un mexicano, yo, y nuestra guía turca, Doğa, la amiga que conocí en la fiesta de bienvenida del Erasmus en Milan, todo el viaje fue organizado por la “pequeña niña turca” como la apodaba yo.
Como ella es de Estambul, empezamos todo el viaje por distintos puntos de Turquía en esta ciudad, el plan era hospedarnos por cuatro días en Estambul en la casa de los padres de Doğa los cuales nos recibieron muy calurosamente en el aeropuerto. De camino a nuestro hogar por los siguientes días, el papá de Doğa nos iba dando un tour nocturno en el automóvil de la ciudad, nos señalaba diferentes característicos y un poco de su historia. La ciudad es una ciudad algo grande y va creciendo cada vez más día con día, y probablemente sea el único país que pertenezca a dos continentes al mismo tiempo, Europa y Asia y tan unos puentes los une, en el camino pasamos por uno de estos y la vista fue bastante agradable.
Sus padres tienen la ventaja de vivir en un lugar bastante agradable de la ciudad, cerca el río Bósforo, en la mañana al despertarse te dan la bienvenida estas impresionantes vistas con los barcos pasando y el sol reflejándose en el río.
En la foto: Puente Fatih Sultan Mehmet
Plan de primer día
El primer día lo empleamos en visitar todas las famosas e históricas partes de la ciudad, por lo que empezamos con el Palacio Dolmabahçe, que tiene su importancia no solo por la historia sino porque fue el lugar donde Mustafá Kemal Ataturk murió, si son igual de ignorantes que yo probablemente ni si quiera conozcan una pizca de la historia de Turquía, para mí este viaje fue una revelación drástica de entendimiento. Ataturk es de los personajes más representativos para Turquía por ser el espíritu rebelde que levantó a la ciudad y le trajo democracia al pueblo.
El palacio Dolmabahçe (vaya que es difícil acordarse y escribir el nombre) está a lado del río Bósforo, en el lado europeo, es un palacio muy grande con un inmenso jardín con diversos detalles como unas estatuas de leones que lo resguardaban, o una enorme torre de reloj, es importante considerar que merece de casi todo un día para recorrerlo por completo y conocer su importancia.
Después que el palacio fue construido, esta región se utilizó para el almacenaje de barcos del imperio Otomano, la bahía se cubrió y fue utilizada por miembros de la dinastía del imperio para poder descansar, reunirse a socializar o vivir. Así que básicamente este palacio cumplió el papel de vivienda y como centro burocrático durante el periodo del imperio Otomano y el periodo de la república.
En su interior, el tomar fotos es prohibido, pero como experiencia propia podría decirles, que es un monumento que merece la pena su visita, en su interior encuentras una mezcla de culturas que han pasado entre sus paredes fo centenares de años. La inspiración de la arquitectura europea con el diseño tradicional convive perfectamente en una hermosa armonía.
Por otra parte, al hablar de Estambul, es necesario mencionar a dos de los amigables pobladores de la ciudad, los gatos y las gaviotas, estas dos especies están tan acostumbradas al cuidado y los alimentos de la población que se observan todo el tiempo en toda la ciudad.
En la foto: la vista frontal del palacio con uno de los espejos de agua con su fuente en el interior
En la foto: Un peculiar individuo dándonos la bienvenida.
En la noche de regreso a la casa, caminamos a un costado del río y nos topamos con una de las vistas más típicas de Turquía, la mezquita Ortaköy y el primer Puente del río, el Puente Boğaziçi.
Otra de las tradiciones importantes de Turquía que amé con todo el corazón y al a fecha extraño, es lo que se conoce como “desayuno turco”, y su peculiaridad es la forma en que es preparado, servido y acompañado por un té turco, cabe mencionar que los turcos son una cultura demasiado hospitalaria, me llegaba a sorprender la familiaridad que tienen con la cultura mexicana, y este tradicional ritual es un claro ejemplo de esta hospitalidad. (photos 10-12)
Desayuno turco
También conocido como kahavalti, es toda una experiencia para el paladar y seguramente tu estómago te estará eternamente agradecido, va variando de región en región pero en esencia tiene los siguientes ingredientes: pan, miel, mantequilla, mermeladas, tomates, pepinos, diferentes tipos de queso, aceitunas verdes y Negras, huevos, la curiosidad de todo esto es que en sí no tendría complejidad de prepararlo en algún otro lado del mundo ya que la mayoría de los ingredientes se pueden encontrar en muchos lados, pero el pan es uno de los secretos, el té, la combinación de huevo con chorizo o algo similar y esencialmente que te lo prepare un turco, no sé por qué pero solo así aprecias completamente toda su majestuosidad.
En la foto: desayuno turco desde la ventana de la casa de Doga.
En la foto: Una forma en la que te ofrecían la miel.
El Segundo día
El plan del siguiente día fue recorrer la vieja parte de la ciudad, el palacio Topkapi, Hagia Sofia, la mezquita azul y el gran bazar, todo esto ubicado en la región de Sultanahmet a una poca distancia uno de otro, empecemos con el palacio Topkapi.
Este palacio se construyó en el siglo XV, después que el Fatih Sultán Mehmed conquistó Estambul en los finales del imperio Bizantino. El palacio tiene muchas partes para vivir, educar a los hijos de la dinastía, centros de reuniones, las zonas donde habitaban las esposas “harem” y otros elementos que me dejaron sorprendido por la fecha en la que esto ocurrió.
En la foto: los cuartos de invitados donde se tomaban decisiones gubernamentales importantes, el artefacto en el centro era utilizado para generar calor.
En la foto: La mayoría de los cuartos tienen vitrales con motivos florales.
En la foto: los mosaicos y azulejos de cerámica son algo que caracterizó a la arquitectura del imperio Otomano.
Hagia Sophia
Doğa se sorprendió cuando supo que Ana y yo, ya habíamos escuchado de la mezquita, probablemente más que ella misma. como muchos saben, el templo fue una iglesia muy famosa del Imperio Romano, posteriormente el imperio otomano la convirtió en una mezquita y lo curioso resulta que cuando los musulmanes la convirtieron en mezquita, no tuvieron que hacerla alguna modificación a la estructura ya que l iglesia ya apuntaba a la dirección de qibla (dirección de la Meca), donde se orienta para rezar. En la actualidad, está abierta solo como un museo a pesar de que los musulmanes estrictos quieren utilizarla como una mezquita real.
Mesquita Sultanahmet
Ubicada a solo unos pasos de Hagia Sofia, se encuentra la mezquita popularmente conocida como “la Mosquita Azul”, a causa de sus especiales piezas de cerámica azul y ventanas en el interior de la estructura. En la actualidad aún es usada para rezar, por lo que se puede observar desde la entrada las reglas: no zapatos, mantener silencio, y las mujeres deber cubrir su cabello.
Además de todo el ritual, se me hizo muy extraño, o al menos diferente, el ver a las mujeres ser separadas para rezar, se tenían que ubicar en un espacio donde no podían ser observadas por los hombres, por lo que ambos géneros no podían orar juntos.
Gran Bazar
La siguiente y última parada, fue el famoso Gran Bazar, un inmenso lugar que parece como un gran mercado con todo tipo de diferentes y tradicionales tiendas, se dice que existen cerca de unas cinco mil tiendas en su interior y puedes encontrar desde joyería, copas, elementos para la cocina hechos de la famosa cerámica azul Otomana, juguetes, instrumentos musicales hasta toda variedad de especies y “delicias turcas”. La regla más importante del bazar es que siempre se debe regatear, puedes ahorrarte buenas cantidades de dinero si haces esto, ya que todo te lo venden a precios exageradamente caros en especial si te ven la cara de turista.
Lo más sorprendente del lugar es que los vendedores de los distintos locales tienen un oído tan practicado y un conocimiento de muchos idiomas de al rededor del mundo que no te sorprendas si te abordan diciéndote frases muy características de tu idioma. Generalmente Doğa era quien usualmente regateaba con los vendedores en turco, lo divertido fue cuando en una ocasión uno de los vendedores comenzó a hablar con nosotros en español y ella se quedó atónita sin entendernos ninguna palabra. Es muy importante mencionar que la popularidad del bazar expone a que muchos de los productos sean chinos y/o de mala calidad por lo que hay que ir muy atento a los detalles preguntando en varios lugares por el mismo producto.
Al final del día, me encontraba exhausto, mi estómago estaba lleno de mucha comida turca que comimos sin parar todo el día y cerré el día con esta bonita foto de la ciudad durante la noche.
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