Graz

Era un día de octubre y los esners tenían programado uno de los primeros viajes de varios días fuera de Italia, Graz y Budapest,  Graz es una ciudad Austriaca que creo que pocas veces entra en nuestra consideración de lugares que visitar por no ser tan “popular”, la ciudad está ubicada a casi 200 kilómetros de Viena y como otros 300 kilómetros a Budapest, el viaje fue en autobús como todos los organizados por los esners y nos tomó toda la noche el llegar, pero eso sí ya todos íbamos mentalizados y preparados para ese viaje, en muchas ocasiones el viaje era casi tan divertido o hasta más que el destino al que íbamos.

Ustedes disculparan si no me adentro mucho a los detalles o no explico con mucha claridad algunas cosas, como mencioné, fue uno de los primeros viajes y mi memoria a veces me falla. En Graz de las primeras cosas que hicimos fue recorrer el casco histórico, que por fortuna de muchos ha quedado casi intacto tras el pasar de los años, por su lejanía del conflicto y poco protagonismo, en la Segunda Guerra Mundial no sufrió la misma suerte que países como Holanda que prácticamente quedaron arrasado.

Posteriormente de nuestro recorrido por el centro conocimos lugares como Scholossberg, el museo de arte contemporáneo Kunsthaus, la basílica de Mariatrost, el castillo Eggenberg, Hauptplatz, y probablemente uno que otro lugar más que de momento no me vienen a la cabeza.

Si lo que quieres es tener una vista panorámica de la ciudad, éste es el punto, subimos a través de una especie funicular y bajamos caminando, supongo que también te podrías ahorrar unos euros si lo subes caminando, pero de momento eso no importa, en la parte superior hay un reloj y un castillo, creo que de ahí deriva su nombre “Castillo de la colina”, se pueden encontrar restaurantes y bares para acompañar la vista con un bocadillo. La torre del reloj es uno de los símbolos de la ciudad, se puede ingresar a través de unas escaleras y se obtiene la vista más alta de la ciudad.

En la foto: La torre del reloj en Scholossberg.

La ciudad tiene varios sitios secretos, lugares que no podría decir donde quedan y con un elemento fuera de lo común como un hombre de nieve observando a un charco en medio del patio central de un edificio, este curioso personaje ha dado lugar a muchas historias, hay quienes te dirán que el charco al que observa le recuerda a su inminente final, pero también hay quienes dicen que el gélido amigo contempla con una gran tristeza a lo que hace un tiempo fue su amada, sea cual sea la historia que les gustaría creer, no se puede negar la sorpresa que te llevas al ver al hombre de nieve.

En la foto: El melancólico hombre de nieve.

Otro de estos lugares es igualmente un patio interior de un edificio donde se contempla un dragón escupiendo fuego pintado en una puerta, de este símbolo si no tengo ni idea y probablemente alguien que ya haya estado por esta zona pueda ayudarme un poco con esa información.

En la foto: La misteriosa puerta que no supe explicar.

Si a ti te apasiona más el arte contemporáneo, el hígado de la ciudad es para ti, este museo con el nombre oficial de Kunsthaus Graz, también lo denominan como “El alien amigable” ya que su forma tan particular rompe completamente con la tipología de construcciones a su alrededor, y parece un elemento traído del espacio exterior. Es un museo que busca el no consumir mucha energía solar y con la ayuda de los tragaluces orientados y paneles solares en su superficie logran alcanzar este objetivo. Yo en lo personal no soy un gran admirador al arte contemporáneo, que va, ni si quiera soy admirador, el aventar periódicos al azar en una superficie de veinte metros cuadrados no es para mí algo que se deba considerar arte, esto es algo que te vas a encontrar en su interior, aunque también te topabas con otros elementos interesantes.

En la foto: La maqueta del museo de arte contemporáneo, el museo abarca practicamente una cuadra de la ciudad.

Ya en la salida de la ciudad, pasamos a visitar el castillo Eggenberg, un palacio barroco que tiene un museo con una gran colección de arte religioso y además cuenta con bellos jardines a su alrededor, el recorrer con detenimiento la residencia Eggenberg y contemplar su belleza puede llevarte un buen tiempo, lo que hay que tener en cuenta.

En la foto: El camino de acceso hacia el castillo Eggenberg.

Creo que Graz es una ciudad con mucha riqueza cultural, con mucha vida estudiantil y gran calidad de vida, lo que la hace una ciudad idónea para realizar un erasmus o si no simplemente ir de visita, su casco antiguo es uno de los más conservados y el río Mur que atraviesa la ciudad le agrega un toque particular a la ciudad, sin duda, debe considerarse como un destino a ver cuándo se visita Europa, inclusive amigos me comentaron que esta ciudad les agradó más que Viena, yo no podría confirmarlo, no tuve la oportunidad de visitar esa ciudad. 

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