Iceberg cultural
La Ópera de Oslo está justo al lado de la estación, junto al agua. La estructura se construyó para que recordara a un iceberg y el resultado es un edifico precioso y con mucho espacio. Un islote construido a un par de metros del edificio principal recuerda a trozos de hielo brotando del agua.
La particularidad de esta Ópera es que se puede subir y, así, llegar hasta el tejado, desde donde se puede disfrutar de una panorámica de la ciudad. De hecho, el edificio principal, de cristal, está rodeado de suaves pendientes (cuidado porque en invierno resbala) y, por tanto, se puede llegar fácilmente al tejado.
El interior del edificio no tiene desperdicio desde un punto de vista arquitectónico. En el centro, hay una cuesta en forma de espiral que sube hasta el techo del edificio, totalmente recubierto de finas láminas de madera que le dan un efecto óptico hipnótico. Por otro lado, no es algo muy común, pero si os apetece, os aconsejo que os deis una vuelta por los baños. Seguro que son los baños más bonitos que hayáis visto nunca.
La entrada de la Ópera y el acceso al tejado son gratuitos. Sin embargo, si os tomáis una copa dentro, os puede salir muy caro...
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