Capuccino en Milán
Introducción
¡Hola! Supongo que sabréis que, hoy en día, todo el mundo bebe café. Es una bebida que se compra mucho en puestos en las calles, en tiendecitas o en cualquier sitio en el que vendan un buen café, supongo. La gente coge sus tazas de café y se va a cualquier sitio mientras le va dando sorbos. Eso no es bueno, quiero decir, no tiene que ser bueno andar todo el día bebiendo café, porque al final te acostumbras y necesitas más cafeína para conseguir el mismo efecto.
De todas formas, yo no soy una persona muy dada al café aunque, obviamente, me tomo uno de vez en cuando. Creo que deberías beberte uno alguna vez, porque se supone que tiene beneficios o porque simplemente te apetece tomarte uno, sobre todo si sabes dónde conseguir un café de los buenos. Hay cafés buenos y cafés normales, solo tienes que decidir cuál te apetece tomarte.
Información sobre el capuccino
Bueno, os quiero hablar del capuccino, porque es un café espectacular que he probado hace poco y me encantó. Desde entonces me lo pido de vez en cuando, y eso que hace un tiempo no sabía ni de su existencia.
Mi hermana fue quien me lo descubrió. Es mayor que yo y, obviamente, lo conocía antes que yo, y os voy a contar cómo lo probó por primera vez. Estaba en un intercambio en Cambridge con una chica que la llevó a un restaurante italiano en el que, a parte de pizza, obviamente, pidieron tiramisú y capuccino de postre. Hasta ese momento, mi hermana nunca había probado ni el tiramisú, que le encantó, ni el capuccino, que, la verdad, no sé si le gustó, aunque sí que lo mencionó. Supongo que no fue ella quien se pidió el capuccino, sino su amiga.
Bueno, ya sabía de la existencia del capuccino, aunque no sabía que era algo italiano y que ¡podría beberme uno mientras iba de turismo por Milán! Allí hacen un capuccino de muerte, sabéis que a los italianos les encanta el café y que tienen un montón de tradiciones al respecto, como que el capuccino siempre se toma por la mañana y nunca después de una comida.
Bueno, íbamos a estar una semana en Milán con la universidad, y mis compañeros y yo fuimos a una cafetería en la que nos pedimos unos capuccinos. Como yo nunca lo había probado, me decidí a pedirme uno también. Nunca me había vuelto loca el café que hacen mi madre, mi tía y los demás, porque es demasiado amargo y demasiado intenso para mi, supongo. Además, solo era una niña y nunca me dejaron probarlo más que dándole unos pequeños sorbos a sus tazas, nada más. Como estaba en Milán, me dio curiosidad. Al probarlo me encantó y me dije a mí misma "¿Por qué no lo he probado antes? ". Desde ese momento bebo capuccinos de vez en cuando, por ejemplo, cuando fui a Georgia, donde tenían unos sobres pequeños con capuccino de McCoffee y Jacobs Monarch, entre otras marcas. Estaban bastante buenos y recomiendo comprarlos si tienes ganas de beberte una buena taza de capuccino. Bueno, también tienes botes de capuccino en polvo, así puedes decidir cuánta cantidad quieres echarle a tu taza, aunque supongo que esos sobres pequeños son mejores. Una de las razones por las que los prefiero es que puedes llevarlos contigo y tomártelo donde quieras, son bastante prácticos.
Bebiendo capuccino en Milán
Al año pasado fuimos a Milán y fue mi primera vez en la ciudad. Estaba muy ilusionada porque sabía que era una ciudad enorme y preciosa y me moría de ganas de llegar e ir de turismo. Por desgracia, íbamos a Milán para hacer un trabajo y teníamos un montón de cosas que hacer. Aunque, obviamente, teníamos nuestro tiempo libre para salir del edificio y explorar un poco la ciudad y la cultura italiana, no era tan fácil. Quiero decir, cuando eres un simple turista que visita una ciudad extranjera con los amigos, puedes salir y hacer lo que quieras, ver lo que te apetezca tomándote tu tiempo y sin prisas. Sin embargo, como fuimos a hacer una semana de trabajos, te tienes que ceñir a un plan establecido y no puedes salirte de la línea porque, al fin y al cabo, era un trabajo para clase. Teníamos que hacer unas actividades solidarias y escribir sobre ello, así que no nos quedaba mucho tiempo para hacer turismo y perdernos por la ciudad. Tendríamos que haber usado todo el tiempo libre que teníamos para explorar la ciudad y disfrutar del ambiente italiano. Me encanta todo lo italiano, quiero decir, me encantan los espaguetis, la pizza y todo eso, así que tenía muchas ganas de probarlo todo en Milán o, como mínimo, algo de pizza. Eso sí, no me esperaba probar café, menos aún capuccino y, bueno, supongo que no tenía ni idea de lo que era el capuccino.
Pues un día, cuando nos levantamos, tuvimos que hacernos el desayuno, así que fuimos a la cocina y vimos qué teníamos para apañarnos. Había algunas cosas típicas para desayunar, aunque mis amigos y yo queríamos probar algo especial, algo italiano, supongo, aunque no sabíamos qué queríamos. Fue entonces cuando nos dimos cuenta de que había algunos croissants que, encima de todo, estaban rellenos de chocolate (cosa que me encanta), así que los cogimos para desayunar, pero queríamos algo más. Los croissants eran muy poca cosa por sí solos, la verdad. Nos pusimos a pensar en qué podríamos hacernos para acompañarlos. Decidimos que nos haríamos algo de beber, y fue entonces cuando mi amigo sugirió tomarnos unos capuccinos con esos croissants. Bueno, ya os he contado que no era una entusiasta del café y que no tenía mucha idea de cómo sabía el capuccino, así que me lo estuve pensando un rato hasta que me decidí a probarlo.
Fue en ese momento cuando descubrí que los italianos se beben los capuccinos por la mañana cuando desayunan, sin nada de comer, y que no se debería beber en otro momento del día, como en la comida o, sobre todo, en la cena. Vamos, se supone que esa es la "regla" que siguen los italianos, así que supongo que se sorprenderían si te vieran bebiendo capuccino más tarde y, sobre todo, junto con algo de comer.
En definitiva, nos tomamos nuestro pequeño desayuno italiano en Milán, con esos croissants rellenos de chocolate y esas tazas de capuccino, y nos encantó. Bueno, al menos, a mí me gustó mi desayuno y, sobre todo, el capuccino, porque era la primera vez que lo probaba y me encantó. Es más, desde ese momento, me acostumbré a beber capuccinos por las mañanas. Se convirtió en una costumbre durante un tiempo, aunque no es bueno beber café todo el tiempo o todas las mañanas, sobre todo si no eres especialmente mayor. Quiero decir, yo todavía soy una adolescente, todavía no soy muy mayor ni tengo trabajo, así que no necesito estar muy activa ni beber café para ello. Supongo que me lo reservaré para otra etapa de mi vida.
Sobre el capuccino
Bueno, el capuccino es una bebida italiana, como ya he dicho antes, concretamente un café que se bebe tradicionalmente por las mañanas y sin nada de comer. Se prepara con un espresso doble, leche caliente y espuma de leche, aunque hay variaciones, la verdad. Algunos usan nata en lugar de leche, y otros le añaden canela o chocolate en polvo.
En los supermercados Tbilisi hay sobres de capuccino, acabo de descubrirlo. Bueno, en realidad, mi hermana me lo dijo, me compró unos para que los probara y la verdad es que eran muy grandes. Llevan un montón de sobres pequeños llenos de café en polvo al que le tienes que añadir agua caliente y remover. Después tienes que abrir un sobre más pequeño con chocolate en polvo para espolvorearlo por la taza. Estaba riquísimo, merece mucho la pena comprarlo, así que si estñais en Tbilisi y queréis tomaros un capuccino, ya sabéis. Cuestan unos 50 tetri y están buenísimos. Son tan grandes que hasta puedes usar un solo sobre para do tazas, aunque la verdad es que depende de la persona y de lo intenso que quiera el café, supongo.
Hoy en día, también tienen máquinas de espresso para hacerte tu café, además de leche caliente con la que hacen espuma, que es la que le da al capuccino su aspecto característico. Luego puedes añadirle algo de canela o de chocolate en polvo. Yo, personalmente, prefiero el chocolate en polvo porque no me entusiasma la canela. Bueno, la verdad es que el chocolate en polvo no le añade nada de sabor al capuccino, pero se lo puedes añadir por lo bonito que queda, o incluso ponerle más para saborearlo de verdad. De todas formas, si no tienes una máquina de espresso y no quieres tomarte la molestia de prepararte un capuccino, siempre puedes comprar los sobres del supermercado, echarle agua caliente y ¡listo! Ya te lo puedes beber. Hay algunos sobres de capuccino diferente al del supermercado del que os he hablado, y supongo que los venden en todos sitios. Hay unos sobres dorados de capuccino en el supermercado Spar y en el Foodmart, los he visto hace poco, así que todavía no los he probado. De todas formas, he probado el resto de sobres, y tengo que decir que están bastante buenos. MacCoffee tiene incluso dos tipos de capuccino: uno con vainilla y otro normal, al que llaman"original.
Sea cual sea el sobre de capuccino que acabes comprando, no hay mucha diferencia entre ellos. Todos deberían saber a capuccino, obviamente, así que tampoco pueden ser tan diferentes. Os recomiendo que compréis cualquiera de los que he hablado, porque están ricos. Además, cuestan entre 30 y 40 tetri, dependiendo del supermercado en el que los compres. De todas formas, si te apetece algo más elegante para sorprender a tus amigos, puedes comprar esos sobres grandes de capuccino con chocolate en polvo.
Bueno, esta ha sido mi experiencia probando el capuccino en Milán y algunos datos sobre la bebida. Espero que os haya parecido interesante y que, si aún no habéis probado el capuccino, le deis una oportunidad y descubráis por qué me gusta. Ah, no os olvidéis de que os lo tenéis que tomar por la mañana. ¡Tradición italiana!
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