Lecco, ciudad entre lago y montaña

¿Habéis estudiado en el colegio el romance de Los novios (en italiano Promessi Sposi) de Alessandro Manzoni? Pues bien, esta grandiosa obra de la literatura italiana nació concretamente en Lecco, un lugar mágico y lleno de poesía enmarcado entre el lago de Como (o el lago Lario) y de numerosas y hermosas montañas. ¡No es casualidad que sirviese de gran inspiración para el autor! Venid a descubrir esta ciudad fascinante junto a mí.

Lecco es una interesante paradoja de ciudad con unos 50.000 habitantes que crece en una pequeña cuenca engarzada entre las montañas, llegando a incluir otros pueblos más pequeños y que sube entre las pendientes abruptas de las montañas. Se llega cómodamente en una hora con el coche desde Milán por la carretera provincial 72 o cogiendo la carretera nacional 36. Como alternativa, hay un tren directo desde Milano Centrale (destino Tirano) que llega en sólo 40 minutos con una sola parada intermedia en Monza. Si vais en coche, un buen punto para aparcarlo gratuitamente es el centro comercial "Le Meridiane", justo al lado de la casa museo de Alessandro Manzoni.

El centro de Lecco

Las tres plazas

Una parte de la visita está dedicada obviamente al centro histórico de Lecco. Las plazas principales son tres: Piazza Garibaldi, la cual concluye el camino desde la estación al teatro a través de la via Cavour (perfecta para ir de tiendas a hacer shopping); piazza XX settembre, muy pintoresca gracias a los pórticos repletos de plantas, al campanario de San Nicolás y a una muro enorme que emerge sobre los tejados de las casas en estilo liberty; piazza Cermenati, muy grande y a menudo llena de mercadillos, con una bonita fuente en la base de una estatua y la vista de la arbolada orilla del lago.

Callejuelas secretas

Más características aún son las estrechas callecitas secundarias a explorar que aparecen entre casas antiguas; de vez en cuando se encuentran de hecho un pozo de piedra, una panadería típica o una iglesia escondida.

San Nicolò

Es imprescindible absolutamente en esa visita subir por la escalinata que lleva a la Basílica de San Nicolò, el patrón de Lecco. En algunas ocasiones se puede subir también al gigantesco campanario del siglo XIX, llamado de forma coloquial por los "lecchesi" el "matitone" (el lápiz) por su particular forma, y disfrutar así de una vista increíble de la ciudad, el lago y las montañas.

Las orillas del lago

Como última parada, no os podéis pasar sin ir paseando por el borde del lago, adornado de hileras repletas de plataneros, desde el monumento a los caídos hasta la plaza Antonio Stoppani. Degustar un buen helado sentados en un banco mientras se observan los barquitos del puerto deportivo moverse sobre el agua ondeante del lago es seguro una opción perfecta.

Pescarenico

A unos quince minutos a pie del centro de Lecco, alejándose por la via Roma y después por la via Azzone Visconti hasta las orillas del río, se llega a la parte de Pescarenico, un lugar manzoniano muy pintoresco con las casitas que dan al río, al llegar allí también podréis disfrutar de una vista hacia la romántica isla Viscontea.

Paseo en canoa

Si hay un lago, ¿por qué no disfrutarlo plenamente? Se pueden alquilar unas canoas en el Club de remo de Lecco (donde por cierto, hay una bonita piscina sobre el lago) o bien ir hasta el restaurante Orsa Maggiore, donde se pueden alquilar canoas desde la playa que pertenece al restaurante. No es necesario comer allí, a menos que queráis probar algún plato típico; en este caso aseguraos de que no volcáis con la canoa en el lago después de haber comido o sino comed después del paseo.

Si preferís algo más sencillo, está el Taxi Boat que se puede coger desde el paseo de las orillas del lago y hace excursiones interesantes cercanas y otras más largas por el lago.

Excursiones por los alrededores

Monte Barro

Lecco tiene mucho que ofrecer en cuanto a naturaleza. Atravesando el puente Azzone Visconti se llega en seguida a parque del Monte Barro, perfecto para hacer excursiones fáciles y muy panorámicas; en sólo 45 minutos se puede llegar al mirador de Pian Sciresa. De hecho he pensado muchas veces en hacer este sendero en las horas de la comida cuando estudiaba en el Campus de Lecco.

El nuevo paseo de Malgrate

Otro sitio muy bonito y igualmente cercano, una vez cruzado el puente Kennedy, es el moderno paseo de Malgrate que va por la orilla del lago, con diversos elementos arquitectónicos muy interesantes. Siguiendo por el paseo se llega al club náutico de vela de Valmadrera en el que se puede pedir dar una vuelta por el lago en barco de vela.

El monte San Martino

Este es el espolón rocoso que domina Lecco con su vertiginoso pared vertical. A pesar de que es difícil escalarlo, se llega en menos de una hora saliendo desde la parte de Laorca, que también es bonita para visitar por su curiosos cementerio bajo las rocas. Se puede optar por hacer una parada en la romántica capilla blanca en la cima de la montaña rocosa o bien seguir hasta la cruz de San Martino y después a la Punta Medale antes de volver a Laorca para cerrar el círculo; en este caso hacen falta cerca de cuatro horas pero merece la pena.

Monte Due Mani

Este otro monte domina también la ciudad y se llega a él por un camino duro que va desde Ballabio hacia Monterone que se sube con curvas sobre la pared rocosa. ¡No podéis tener vértigo! Para compensar, el sendero es en su mayoría sencillo y no os dará miedo pasar cerca del precipicio.

Resegone

Probablemente la parte más reconocible de los pre-Alpes de Lecco es esta enorme sierra con nueve picos que no son demasiado complicados de escalar, especialmente si se coge el telesilla para los Piani d'Erna. El paisaje ya sea de Lecco que de los valles que dan a Bérgamo del otro lado y para dar toda la vuelta se necesitan pocas horas.

Piani Resinelli y Grignetta

Los Piani Resinelli van desde Ballabio y ofrecen un oasis de frescura y de paz en medio de los bosques de abedules . Hay también un parque de aventuras para quien quiera improvisar un Tarzan durante un par de horas entre los árboles. Para los más temerarios desde allí está la subida a la Grigna, cuya leyenda narra que era una guerrera guapísima y despiadada transformada en montaña por la dureza de su corazón.

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