¿A qué viene hacer un artículo sobre una rotonda?
Pues porque es de esos típicos emblemas dentro de una ciudad, con gran peso en la historia y también en la actualidad, por lo que se podría meter dentro de lo que es edificio emblemático de Arcos de la Frontera, y es que antiguamente era sitio en el cual quedaban los frentes franquistas y comunistas durante años para pelearse a muerte (historia de mi madre que es de allí). El desnivel de la misma venía porque la zona controlada por los comunistas, ante el temor de que el frente franquista avanzara demasiado, creó una cuesta para que todo fuera má sencillo.
A día de hoy, no solo es entrada y salida de la ciudad, sino que vale para situarse con respecto norte, sur, este y oesta y además es punto clave de la salida del trenecito que te da un rodeo por toda la ciudad (de la cual no hay mejor manera de conocer una ciudad que el mismo medio de transporte).
¿Primeras impresiones?
Es pequeña, con cuatro luces en medio para alumbrar los distintos caminos que abre a su paso (cuatro por supuesto), y con una simpleza que asombra y que da viva muestra de la victoria franquista, al ser caracterizado este sector por las líneas rectas, estructuradas, etc. Los carriles que deja alrededor son amplios, con espacio suficiente como para que más de un coche se cruce, y da justo al lado de un parador para que de primeras podamos tener unas vistas fantásticas de lo que es una ciudad con mucho encanto.
¿Recomendación de horas?
Debido a que se han hecho nuevas construcciones alrededor para ampliar la ciudad, la rotonda ha ido ganando en protagonismo a medida que han pasado los años. Porque si de primeras, servía de guía para saber que habías llegado a Arcos de la Frontera, no son pocos ahora los arqueños, que la cruzan cada día para ir a otra parte de la ciudad. En cuanto a la mejor hora para pasar por allí, como se puede observar por las fotos, el tránsito no es muy grande, por lo que si tu idea es subirte al trenecito en mención, lo suyo es por la tarde para que con el sol suficiente, las vistas apetezcan mucho más que un día sombrío.
¿Qué puedo hacer por allí?
Desde pedirte unos dulces típicos de Arcos, hasta tomarte un buen queso en una de las mejores queserías de la provincia, hasta tomarte un respiro andando y explorar la ciudad que seguro te va a sorprender, aunque de primeras no esperes demasiado de ella.