Una chica pakistaní en Gante, Bélgica
Hola, soy Anadil y ahora estoy de Erasmus en una empresa de Gante. Esta es mi historia del Erasmus...
El 22 de julio aterricé en Bélgica y llegué a Gante. Después de haberme pasado la noche llorando de miedo por ir a un lugar nuevo, me subí de mala gana al avión y aterricé en el aeropuerto de Bruselas-Charleroi. El aeropuerto era muy pequeño y básico, pero muy seguro y el ambiente ya era muy diferente al que estaba acostumbrada en Estambul, donde acababa de terminar el máster.
En Estambul, la gente siempre iba con prisas y raramente te sonreiría. Sin embargo, en Bélgica la historia es completamente diferente: la gente es muy acogedora y siempre está sonriendo . Fue un gran alivio, pues mis amigos de Estambul no paraban de advertirme de que los europeos son muy fríos. Me alegraba que eso resultara ser mentira... al menos por ahora.
En cuanto salí de la recogida de equipajes empecé a buscar para comprarme una tarjeta SIM de Orange, pero no había ningún vendedor en el aeropuerto. Para llegar a Gante desde el aeropuerto cogí un billete de autobús de Flibco, que me costó 19 €. Los autobuses salen a su hora así que hay que asegurarse de llegar a la terminal a tiempo. El viaje duró una hora y veinte minutos hasta el conductor nos dejó en la estación de St. Pieters de Gante. Desde allí cogí un taxi hasta la casa donde me quedaba. Consejo: en Europa los taxímetros empiezan a correr con 8 € así que no discutáis con el conductor como hice yo.
Y así empezó mi primer día en Gante, en el que más eché de menos Estambul. Estambul ha conquistado mi corazón: el bullicio de la ciudad por un lado, pero el paisaje, la vegetación y la belleza de la ciudad como ninguna otra. Estambul es mágica, de verdad que lo es. No hay otra palabra para describir la sensación cuando coges un ferri por el Bósforo, el estrecho de Estambul, y las gaviotas vuelan junto a ti, o cuando paseas por la costa (sahil) y escuchas al simitci gritando los precios de los panecillos pogaca con queso y los simit recién hechos que vende. Pero este blog no es sobre Estambul, es sobre cómo me integré en una ciudad como Gante, en la que me sentía como si fuera un centro de rehabilitación con sus paredes grises y blancas, tan poca vegetación, casas pequeñas y tiendas de comida tan automatizadas.
No hace falta que diga que no me gustó Gante el primer día. De hecho, estaba deseando coger un vuelo de vuelta e Estambul al día siguiente. Pero había algo que me decía que esperara a ver...
Debajo os dejo algunas fotos que tomé el primer día cuando paseé durante tres horas por la ciudad deprimida todo el rato:
Galería de fotos
Contenido disponible en otros idiomas
- English: A Pakistani girl in Ghent, Belgium
¡Comparte tu Experiencia Erasmus en Gante!
Si conoces Gante como nativo, viajero o como estudiante de un programa de movilidad... ¡opina sobre Gante! Vota las distintas características y comparte tu experiencia.
Añadir experiencia →
Comentarios (0 comentarios)