Estrasblog, parte once: ¡solo quedan cuatro semanas!

Salut! ¿Cómo estás?

La semana pasada solo quedaba un mes para regresar al Reino Unido durante las Navidades. Los tres meses que llevo aquí han pasado volando, pero estoy deseando volver a la calle 38 Arnhem Way y ver al grupo de Gilbert.

El lunes por la mañana me levanté, pero no me encontraba demasiado bien y con tanto sueño acumulado como un genio informático con un tanque de cafeína. Por tanto, decidí que quizá lo mejor era no asistir a las clases ni a los seminarios, que ya de por sí en un día normal, me hacen parecer un zombi. A pesar de que no estaba al 100 %, el lunes y el martes fueron unos días muy buenos de trabajo, ¿qué opinas?

Estrasblog, parte once: ¡solo quedan cuatro semanas!

El miércoles me encontraba mucho mejor, pero solo durante unas diez horas. El motivo de mi cambio repentino en la salud, se debió al fútbol de la noche o debería llamarlo "futniquilación". En serio, dos de diez jugadores se fueron cojeando, otros dos parecían mutilados de guerra y yo acabé tras una hora de partido que parecía un moretón con piernas. ¡Qué mal momento!

El jueves tenía la presentación de la Operación Nordwind. Esta presentación formaría parte de mi nota final en el módulo, duraba unos veinte minutos y era delante de toda una clase de treinta estudiantes franceses. Estaba tan nervioso que esa misma tarde vomité al menos cuatro veces. De todas formas, me llegó el turno y no podía hacer nada más que empezar. Por desgracia, creo que los nervios me hicieron sacar un acento mejor, tanto que a veces no estaba seguro de lo que estaba diciendo, pero aparte de eso, creo que fue bastante bien e incluso, al final toda la clase me aplaudió. No te imaginas lo bien que me hizo sentir eso. Ahora pienso en esos veinte minutos con una sonrisa en la boca, ya que creo que tendré pocas ocasiones más en mi vida de hacer lo que hice.

El viernes fui a cenar a un restaurante americano fabuloso antes de ir otra vez al pub L’Artichaut. Fue una noche agradable en buena compañía, salvo por el grupo de vagabundos raros y me refiero a esos que van deambulando por la calle atormentando a inocentes bebedores, metiéndose en peleas con postes de la luz y en general, husmeando todo. Casi tuvimos que pagar por otra mesa y también, para que nos trajesen otros helados, pero por suerte se solucionó y no perdimos ni un céntimo.

Durante el fin de semana, fui otra vez al increíble mercadillo navideño. Estrasburgo es totalmente diferente desde que abrieron el mercadillo, antes la ciudad solía estar muerta con un silencio sepulcral por la noche y ahora está a rebosar, las calles eran espacios libres y vacíos y ahora, no cabe ni un alfiler. Dicho esto, toda esta sobrepoblación espontáneo, no supuso un impedimento para que nuestro grupo disfrutase del vin chaud, pretzels salados y una vistas impresionantes de Estrasburgo desde la parte superior de la catedral. Puedo decir que he disfrutado en los lugares turísticos de Estrasburgo, menos el sábado cuando fuimos a hacer patinaje sobre hielo. Este tipo de deporte que no es solo aterrador, ya que casi rompo una mano por agarrarla tan fuerte (lo siento muchísimo Kate), sino que también es algo antinatural y que creo que nunca seré capaz de practicar. ¡No lo volveré a repetir!

¡Esto es todo por ahora! À plus tard mes copains!


Galería de fotos



Comentarios (0 comentarios)


¿Quieres tener tu propio blog Erasmus?

Si estás viviendo una experiencia en el extranjero, eres un viajero empedernido o quieres dar a conocer la ciudad donde vives... ¡crea tu propio blog y cuenta tus aventuras!

¡Quiero crear mi blog Erasmus! →

¿No tienes cuenta? Regístrate.

Espera un momento, por favor

¡Girando la manivela!