La costa vizcaína
Sin duda, el País Vasco es uno de los desconocidos. Mucho se habla de Sevilla, de la Sagrada Familia, del Acueducto de Segovia y del Teide, pero, ¿Qué pasa con el País Vasco?
Hoy os vengo a hablar sobre la costa de la región vizcaína, ubicada al noreste de la Península Ibérica, y explicaré uno a uno los pueblos costeros que se encuentran aquí, estoy seguro de que os encantarán.
COSTA VIZCAÍNA: DESDE MUSKIZ HASTA ONDARROA
Muskiz
Muskiz o Musques es un pequeño municipio situado en la frontera de Bizkaia con Cantabria, a un cuarto de hora de Castro Urdiales y a media hora de Bilbao. El municipio es muy caracterizado por la gran fábrica de Petronor que tiene al lado, algo que, desgraciadamente, resta mucha belleza. Sin embargo, Muskiz posee una larga playa que lo comparten las localidades de Pobeña y La Arena (Zierbena): La Playa de La Arena.
Es una playa muy grande, de las más largas de Bizkaia, y si alguna vez estáis por Castro Urdiales o algún pueblo costero de la Ría de Bilbao, os recomiendo visitar esta playa y relajaros. Es todo lo que Muskiz tiene para ofrecer a los turistas.
Zierbena
Zierbena es otro pequeño municipio situado por la frontera, al comienzo de la desembocadura de la ría de Bilbao. Desgraciadamente, el pueblo de apenas 1.500 habitantes se encuentra en medio de terminales portuarias y almacenes, es decir, en el gran puerto de Bilbao.
Pero lo que le hace especial es su propio puerto: un puerto circular. El puerto, el cual tiene forma de lupa, está parcialmente cerrado, ya que la salida de los barcos del muelle está tapados por dos puentes, y en la mitad de los dos puentes, se encuentra una piscina natural, como si fuese una islita conectada con la tierra mediante dos puentes. Sé que es algo extraño, lo sé bien. Por eso recomiendo visitarlo.
Además, el barrio del puerto es muy bonito ya que está rodeado de naturaleza y las casas no son muy altas, y aunque las vistas al mar no sean las más bonitas, el paisaje que lo rodea no traiciona.
La parte izquierda de la Ría de Bilbao
Y a pocos minutos de Zierbena se encuentra el Gran Bilbao, el Bilbao tan conocido y valorado mundialmente ya que ha albergado la ceremonia MTV EMA Awards en 2018 y ha sido ciudad europea el mismo año, entre otros premios. Pero en la ría no solo está Bilbao, sino también un puñado de municipios y ciudades más.
Empecemos por el lado izquierdo de Nervión, el nombre del río. El municipio más cercano a Zierbena, y por tanto, nuestra primera parada, es Santurtzi (Santurce). Es una ciudad portuaria e industrial de casi 50.000 habitantes, y tiene mucho que enseñar.
Por ejemplo, podemos encontrar La Virgen del Carmen en el muelle del puerto, el Palacio Oriol (quizás lo más bonito de la ciudad) junto al polideportivo, y el Parque de Santurtzi en frente de la Parroquia y del Ayuntamiento.
Las comunicaciones de autobuses y metro están bien organizadas y planificadas, teniendo acceso a casi todos los municipios de su alrededor, pero no solo en el municipio, sino en todo Gran Bilbao. Además, Santurtzi también dispone de una lanzadera a Mamariga, el cual consiste en dos ferrocarriles subterráneos similares a un funicular. Es muy chulo verlo y sobre todo, montarse en ella. Es totalmente gratuita.
Al lado de Santurtzi se encuentra Portugalete, y es que prácticamente parecen la misma ciudad, ya que están unidos y a menos que seáis residentes, no sabréis distinguir el uno del otro.
Afortunadamente, sí hay una forma de hacerlo: el Puente Colgante. Se sitúa en el municipio de Portugalete y es un puente transbordador a la localidad de Las Arenas, al otro lado del río. Este puente es muy famoso no solo en el Gran Bilbao, sino también en todo el País Vasco. Y es el más antiguo de Europa.
Además, ha sido nombrado como patrimonio de la humanidad. Es un puente bastante alto y grande, pueden transportarse tanto transeúntes como vehículos, y en la parte más alta del puente se encuentra el museo de su historia, con unos ventanales que permiten divisar la ría y el municipio.
Pero Portugalete no solo ofrece el puente colgante, sino también la muralla, sus empinadas cuestas y su centro comercial Ballonti.
Cerca de Portugalete también se encuentras los pueblos de Ortuella y Valle de Trápaga, aunque no son costeros. Son dos pequeños municipios que no tienen mucho que ofrecer, pero sí tienen algo por el cual ser visitados o, al menos, ser atravesados. Pero de eso ya hablaré en otra entrada.
Siguiendo por la costa, nos topamos con Sestao, municipio industrial principal del Gran Bilbao. A pesar de que su zona industrial es más grande que la ciudad, Sestao también tiene lugares de interés, al igual que Portugalete: el Ayuntamiento, la Plaza de los Tres Concejos y la parroquia, por ejemplo. No obstante, es poco atractiva para mí.
Y entre toda esa zona industrial, llegamos a Barakaldo. Tampoco es de mis lugares favoritos en el Gran Bilbao, pero debo admitir de que tiene uno de los mejores parques de Bizkaia: el Megapark.
Vale, lo entiendo, no es un parque natural, sino un parque comercial, pero me hace sentir como si estuviera en uno natural: maravillado. En el Megapark se pueden observar grandes tiendas como Ikea, Media Markt y el outlet, pero también un centro comercial (Max Center), donde podéis disfrutar de vuestros boutiques favoritos: Stradivarius, Adidas, Zara, H&M… Además, no muy lejos está el BEC (Bilbao Exhibition Center), en el cual se acogió los MTV EMA, entre otros eventos importantes.
En cuanto al resto de la ciudad, podéis visitar el gran Jardín Botánico y el centro.
Y finalmente, llegamos a Bilbao.
Es la gran ciudad. Ubicado en medio de la aglomeración, la villa foral y capital vizcaína es de las más conocidas del norte de la Península, visitado por medio millón de turistas al año.
Su principal atracción es el hipnótico Guggenheim, un museo de arte contemporáneo hecho de acero y con forma de transatlántico. A su alrededor se pueden encontrar muchas otras atracciones turísticas como el perro hecho se flores Puppy, la universidad de Deusto, el Ayuntamiento, el Puente de Zubi-Zuri, las Torres de Izosaki, etc.
Es una ciudad llena de sorpresas y muchos lugares de intereses; museos, teatros, iglesias, parques, centros comerciales... Hecho para cualquier tipo de público. Además, la gastronomía es muy buena, la típica del País Vasco, y a buen precio, además.
Si queréis saber más sobre Bilbao, aquí tenéis el Top 15 de mejores lugares del Gran Cinturón de Bilbao.
La parte derecha de la ría de Bilbao
La parte derecha de la ría es la que más recomiendo, ya que, personalmente, me parece más atractiva. Está llena de playas, montaña, cascos viejos y mucho ocio. Sin duda es una parada que no os podéis perder en vuestro viaje por Bizkaia.
En este lado hay muchos pueblos y ciudades bonitas para ver, como Lejona, Astrabudua, Erandio y Las Arenas con su pequeño pero encantador Playa de Areeta, pero ninguno se puede comparar con Getxo.
Está situado en lo alto de la bahía bilbaína, cerca de Las Arenas y de Sopelana. Tiene 86.000 habitantes y es el lugar más caro para vivir de toda España.
Este municipio es de los más turísticos en cuanto al Gran Bilbao. Sus atracciones principales son, comenzando desde Las Arenas, el Muelle de Txurruka, el puerto deportivo (donde existe un cine y un paseo que lleva al faro), el Acuario, el famoso puerto viejo (por sus fiestas que se celebran en agosto), la sirenita de Algorta, la Playa de Ereaga y, finalmente, el paseo de la Galea en Andra Mari, con un molino de viento como estrella y unos acantilados espectaculares que contemplar.
Para describir el municipio en una sola palabra, sería tal cual como lo haría su mismísimo Ayuntamiento: vividlo. "Vivid Getxo".
Sopelana
Nuestra próxima parada es Sopelana, tiene otra de las mejores playas de la costa vasca. Con un total de dos playas (Barinatxe y Arrietara) y a diez minutos de Algorta, el municipio es conocido por sus acantilados y por sus cursos de paracaidismo, lo cual recomiendo probar. También recomiendo visitar la playa de Arrietara por su dorada arena y grandes olas o subir al mirador y observar el mar. El mejor momento del día para hacerlo es al atardecer, con el sol escondiéndose y el cielo colorido.
También hay una playa de piedra al lado del Camping de Sopela, y los miradores de los acantilados que la rodean son espectaculares.
Plentzia y Gorliz
Plentzia y Gorliz son dos municipios que están muy cerca de entre sí. Sus playas están juntas, y la gente suele ir mucho en verano, para tomar el sol, bañarse, surfear o incluso para practicar snorkell.
También tienen buenos sitios para pasear, desde las dunas de la playa de Gorliz hasta las antiguas calles de Plentzia pasando por el puerto, el cual está lleno de botecitos del segundo municipio.
En el lado izquierdo de Plentzia está la ría, llena de barcos y con un gran puente blanco encima que termina en Txipiu, un barrio del mismo municipio. Cerca de la ría también se encuentra la playa de Muriola, escondida entre los acantilados peinados por el viento y aislado de la civilización.
Cerca de Gorliz, por otro lado, está el Fortín de Azkorriaga, una fortaleza construida en un entorno virgen y mágico, y un poco más lejos, podréis divisar el Faro.
Armintza
Armintza es el más desconocido.
Está a 5 kilómetros de Gorliz y a 16 de Bakio, y su mayor característica es el puerto. Probablemente más grande que toda la localidad, su puerto pintoresco destaca por tener una forma curvada, parecido a la letra “L”. El puerto, desgraciadamente, es de acceso muy peligroso para los barcos por la abundancia de rocas en la zona.
Pero las rocas también le dan un encanto al puerto, ya que en marea baja, uno se puede bajar del puerto y pasear por las rocas y explorarlas. En la parte externa del puerto existe una plataforma de piedra en el que turistas y pueblerinos toman el sol en verano, bajo el gran y hermoso puerto.
Cerca del muelle se encuentran varios bares y restaurantes donde cocinan, principalmente, pescado y marisco. Y a su lado derecho, hay un mirador por donde ver el mar, las montañas y, por supuesto, el gran puerto.
Finalmente, a las afueras de la localidad hay una playa de piedra y sin corriente alguna. Es ideal para echarse un chapuzón.
Bakio
Bakio es otro municipio veraniego muy conocido por los extranjeros, pero también por los que viven por la zona. Ubicado entre Armintza y Bermeo, Bakio es un municipio enfocado en su kilométrica playa que atrae a turistas a surfistas durante todo el año. La mayoría de los edificios construidos son de estilo Benidormense, con hoteles, restaurantes y chiringuitos por sus alrededores.
Además, cerca de la playa se encuentra San Juan de Gaztelugatxe, un islote que fue grabado en Juego de Tronos. El islote está conectado con la tierra por un puente rodeado de playas de piedra, y sus más de doscientas escaleras llevan al visitante hasta una ermita en la cima del islote. Las vistas desde la ermita son impresionantes, a veces parece que superan la realidad.
Cerca de Gaztelugatxe hay un restaurante llamado Eneperi, pero si os apetece reservar una mesa aquí para poder tener las mejores vistas a la isla y al mar Cantábrico, te aconsejo hacerlo ya, ya que suele estar muy solicitado.
Bermeo
Y por fin llegamos a Urdaibai, probablemente la reserva natural más encantadora y preciosa de Bizkaia. Para presentarlo, vamos a comenzar por el noroeste: Bermeo.
Este pueblo pescador está ubicado al noroeste y en el cuerno izquierdo de la Reserva Natural de Urdaibai. Es muy conocido por sus pescadores y por su fábrica de conservas, además de sus fiestas locales esparcidos por todo el verano: desde Arrain Azoka (“Mercado del Pescado”) hasta las Fiestas de Andra Mari pasando por las famosísimas Madalenas (aunque sean mucho más conocidas en Elantxobe, villa del cual hablaré más tarde).
En Bermeo hay muchas cosas que ver, como por ejemplo la escondida y aislada pero única playa de Aritzatxu, el Ballenero de Aita Guria (“Nuestro Padre”) situado en el puerto, la escultura de “Ola” colocado en uno de los muelles, la parte vieja y, no podía faltar: el puerto deportivo, rodeado de coloridas casas y bares que lo ambientan.
Pero Bermeo tiene algo más para enseñar aparte de su villa: el Cabo de Matxitxako. Está al norte de la zona urbanizada, a un cuarto de hora en coche, y en él se pueden observar dos faro: la antigua, la cual está en desuso y la que más cerca está de la orilla, y la nueva, construida más arriba, en una zona más alta. Además, a pocos metros del cabo existe una zona perfecta para practicar el submarinismo.
Matxitxako es el cabo más saliente de toda la costa vasca, y es una de las paradas que no se puede perder por nada del mundo.
Mundaka
Mundaka es otro pueblo que no se puede comparar con ninguno más. Se encuentra al principio de la desembocadura del río Oka, y tiene, por lo tanto, una de las mejores vistas a la Reserva de Urdaibai. Además, su puerto es de los favoritos entre los jóvenes para saltar en verano.
Entre las atracciones turísticas, podemos observar la Ermita de Santa Catalina (en las afueras, donde se celebra el famoso Mundaka Festival), el puerto, la Playa de Laidatxu, el restaurante Portuondo (cuya información la encontraréis aquí), la aislada Playa de Hondartzape (a donde solamente se puede acceder pasando por las vías del tren) y, por supuesto, el casco viejo y las maravillosas calles que completan Mundaka.
Sukarrieta
Sukarrieta está en el centro de Urdaibai, entre la ría y las marismas. Para llegar hasta aquí, tenéis dos opciones: una el tren y la otra en autobús. Pero tenéis que tener mucho cuidado, ya que las paradas de tren y autobús de Sukarrieta se llaman "Busturia Itsasbegi", municipio del cual hablaré próximamente. Sukarrieta es un municipio pequeño pero con un precioso paisaje, ya que en él se encuentran dos playas, un lago y la isla de Txatxarramendi, al cual se puede acceder mediante un puente.
Sukarrieta es un lugar ideal para pasar el día, para descansar y para bañarse, sea de día o sea de noche. Las aguas son muy claras, y el color verde del bosquecito de txatxarramendi se refleja en ellas, dándole un color paradisíaco. También, las mareas bajas son espectaculares, ya que todo lo que antes era playa se convierte en un bancal de arena, y podéis dar largos paseos mientras veis el atardecer con la isla de Ízaro al fondo.
Es un lugar espectacular, yo nunca me canso de visitarlo.
Busturia
Busturia es diferente. Este municipio se clasifica en dos zonas: Axpe y San Kristobal. La villa no tiene el privilegio de contar con una mísera playa, pero sí tiene otros fuertes: las marismas. Son una auténtica reliquia natural, llena de fauna y flora, de vistas espectaculares, paseos relajantes y mucha tranquilidad. Al lado de Axpe podéis ver las ciénagas, árboles muertos en ellas y algunos pequeños barcos atracados.
Mientras tanto, en San Kristobal podéis pasear por las largas explanadas y terminar el trayecto en un mirador de aves y en una playa de hierba. Perfecta para picnics o para tomar el sol sin intención de bañarse en el agua de al ría.
En Busturia (Axpe) también se encuentra la Torre Madariaga, también conocida como Ekoetxea. Aquí, os cruzaréis con audiovisuales, un cuarto entero hecho de fotografías, exposiciones, un pequeño acuario, un mirador, etc. El centro también organiza visitas guiadas por las marismas, la costa y paseos en barco. En su exterior, además, también hay un bar, un laberinto natural y un parque de juegos para los más pequeños.
Murueta
Murueta, aunque por fuera parezca un grupo de cuatro chalets y una iglesia bastante vasto, tiene joyas escondidas por todo su territorio. Una de ellas es la tejera, donde el muelle toma todo el protagonista e invita al visitante disfrutar del paisaje de las marismas de Urdaibai y a sacarse fotos envidiables. Es un lugar muy tranquilo y perfecto para deshacer de vuestra mente por un momento el ruido de los coches y de las grandes ciudades.
Otra de las joyas es el río Oka y el sendero de más de un kilometro por su orilla. El paisaje merece la pena, es la fusión del mar con la tierra, es un grito a la libertad, es un autentico paraíso.
Gernika
Gernika es mi ciudad natal. Tiene aproximadamente 17.000 habitantes y ha “saltado a la fama” desde que Pablo Picasso pintó su bombardeo y destrucción de 1937, durante la Guerra Civil. Debido al bombardeo, Gernika (Gernika-Lumo de nombre completo) no cuenta con casco viejo, ya que lo único que se mantuvo en pie fueron la iglesia y el Ayuntamiento. Sin embargo, sí tiene lugares para visitar.
Todos los sitios de interés se concentran en una misma zona, el cual empieza en la Plaza del Mercado y termina en los colegios públicos. La Plaza del Mercado es uno de los lugares más representativos de la ciudad porque es ahí donde se organiza el conocido mercado gernikarra todos los lunes. Dentro del mercado, familias que viven a las afueras de la ciudad venden sus productos para sacarse un dinerito.
Los productos más típicos suelen ser hortalizas, legumbres y patatas, pero también se venden frutas tropicales como bananas, sandias y piñas, semillas, plantas, flores, calzado y mucha, mucha ropa. Hubo un tiempo donde también se vendían animales de granja como gallinas o conejos.
Delante de la plaza está la calle de Andra Maria, llena de tiendas de ropa, agencias de viaje, tiendas de regalo y bares. Más adelante se encuentra la oficina de turismo y, al otro lado de la carretera, la Plaza de Los Fueros, lugar importante de Gernika ya que en ella se sitúan el Ayuntamiento, el Museo de La Paz y la Biblioteca. Por esa zona también os toparéis con dos auditorios: una debajo de la Iglesia de Andra Mari (Elai Alai Aretoa), y la segunda al lado de las antiguas escuelas públicas y la plaza de Pasileku.
Más arriba están la Casa de Juntas, con el famosísimo Árbol de Gernika plantado (también está el árbol original disecado en el mismo recinto), el Parque de los Pueblos de Europa, el cual conserva dos monumentos y un museo (el del País Vasco), y finalmente el convento de Santa Clara, ubicado en frente de las escuelas nuevas.
Gernika, además de su trágico suceso, también es famoso mundialmente por ser La Villa de Euskal Herria ("País Vasco"), donde se guardaron los antiguos fueros (leyes viejas de los vascos) desde que surgió el señorío de Bizkaia, allá por el siglo XII. Por lo tanto, tanto los reyes vascos como los reyes castellanos tenían obligación de arrodillarse ante el Árbol de Gernika y jurar lealtad a nuestras viejas leyes.
Kortezubi
Kortezubi está a casi 10 minutos en coche de Gernika y aunque sea un municipio de pocos habitantes y, por lo tanto, de pocos edificios, tiene unas de los mejores puntos de interés de Bizkaia: la cueva de Santimamiñe y el Bosque de Oma.
La cueva de Santimamiñe está en "lo alto" de una ladera, y se puede acceder hasta ahí mediante una tranquila y modesta caminata cuesta arriba, con descansillos de por medio. El acceso completo a la cueva está prohibido por el momento, pero de todas formas existe una opción de ver su cámara principal con una visita guiada.
Además, en el valle del monte donde se encuentra la cueva hay una zona de descanso con un restaurante (Lezika), un lago con cascada, columpios, varios dólmenes y el Refugio de Fauna Basondo, donde guardan especies de animales como el bisonte, el lobo o el lince.
En cuanto al Bosque de Oma, éste se sitúa a 2 kilómetros a pie de Lezika, es decir, de la zona de descanso. Aunque puede parecer una caminata larga, jamás lo dejéis escapar, ya que es el lugar más bonito que descubriréis. El bosque es característico por tener las esculturas creadas a partir de árboles pintados que forman figuras visuales, los cuales hacen efecto óptico.
En Kortezubi, además de la cueva y del bosque, también está un restaurante muy conocido en la zona: Marco Pollo. Es una pollería con mucha historia y un amplio parque de juegos para los más pequeños y no tan pequeños.
Arteaga
Arteaga está prácticamente al lado de Kortezubi, a dos minutos en coche, para ser exactos. En este municipio, lo único que vais a poder admirar son la vista panorámica de las marismas, los caminos de madera que serpentean por en medio de plena naturaleza y el gran Castillo de Arteaga, un castillo emblemático que perteneció a Eugenia de Montijo, y actualmente hotel y restaurante.
Además, entre los dos municipios se sitúa el Urdaibai Bird Center, observatorio de las marismas, museo y centro dedicado a la investigación de las aves y sus migraciones.
La entrada cuesta 5 euros y el centro también dispone de audio-guías.
Si os gusta la fauna y la flora, no os la podéis perder.
Ibarrangelua y sus playas
Ibarrangelua es un municipio muy extenso pero con pocos kilómetros cuadrados de zona urbanizada. Es un pueblo que está en cuesta y no tiene mucho que ver a parte de la iglesia, el Ayuntamiento y el frontón. Sin embargo, tiene dos estrellas consigo, dos estrellas que no dejan indiferente a nadie: las playas de Laida y Laga. Son dos playas preciosas y cien por cien recomendadas, sea en invierno o sea en verano.
Para más información sobre las playas, pinchad aquí. Es una entrada entera enfocado en estas dos maravillosas playas y una pequeña mención al Monte de Ogoño.
Elantxobe
Elantxobe es un pequeño municipio portuario escondido en la sombra del Monte Ogoño, en un rincón con escaso acceso. Para llegar hasta aquí, hay una sola manera: ir hasta Ibarrangelua y desde ahí, subir la cuesta de la iglesia hasta desviarse al camino que os bajará al puerto.
También hay una línea de autobús que llega hasta aquí, pero no al puerto, sino al centro del pueblo, donde hay una parada de autobús que gira. La zona urbanizada está colgada por una ladera, y es larguirucha. Por lo tanto, para bajar desde la estación de autobuses hasta el puerto hay que bajar toda la cuesta, empinada por cierto. Pero os prometo que merece la pena
Elantxobe es un pueblo encantador, es de donde vienen mis raíces. El puerto es lo que más destaca, que puede parecer incluso más grande que el pueblo. Las vistas al mar son impresionantes, y el silencio que se respira aún más.
Si queréis saber más sobre el municipio, pinchad aquí.
Ea
Ea es un pequeño municipio a 7 kilómetros de Elantxobe. Gira en torno al arroyo de Ea, y se concentra en una pequeña ría que ha formado una pequeña playa y a su vez un gran paisaje.
El centro de Ea es precioso. Su casco viejo gira en torno al pequeño riachuelo adornado de puentes de piedra y balcones floridos. Cerca de la desembocadura está la playa y, al otro lado, el pequeño puerto y el chiringuito de "Hamarratz". Después, más adelante y prácticamente en la salida al mar, existe una ermita junto a un mirador del cual se puede ver perfectamente la ría. Es un lugar escondido pero verdaderamente mágico.
Lekeitio
Lekeitio se sitúa entre Ea y Ondarroa, la última parada de la costa vizcaína. Es un municipio de casi 10.000 habitantes pero muy conocido en el País Vasco por su particular (y propio, aunque teóricamente pertenezca al vizcaíno) dialecto del euskera y por sus famosas fiestas "Los Gansos" celebradas en septiembre.
En estas fiestas, varias cuadrillas de amigos o amigas se agarran a un ganso de goma (hace años se utilizaban gansos vivos, y gracias a dios que esa tradición se está desapareciendo y siendo reemplazado por gansos de goma) atada a una cuerda en medio del puerto y se balancean hasta más no poder hasta que, exhaustos, se caigan al agua. La cuadrilla que más tiempo aguante agarrada al cuello del ganso gana.
Pero Lekeitio no solo tiene a esas fiestas para poder ser visitado. El municipio tiene mucho que ver, como por ejemplo su casco viejo con sus calles llenas de magia y color, la Basílica Asunción de Nuestra Señora (ubicada cerca del puerto), varios palacios, la Isla de San Nicolás, al cual se puede acceder a pie en marea baja, el barrio de Magdalena, el faro de Santa Katalina, el puerto y las playas de Isunza y de Karraspio (éste último es muy recomendado).
Lekeitio es verdaderamente precioso, y los atardeceres de aquí suelen ser inolvidables. No os los podéis perder.
Ondarroa
Y por último, tenemos a Ondarroa. Es un pueblo portuario larguirucho a media hora en coche de Lekeitio y a pocos minutos de Mutriku, el pueblo guipuzcoano más cercano de la frontera con Bizkaia (si os interesa saber más sobre este pequeño pueblo, aquí tenéis mucha información).
Ondarroa es muy conocido por sus fiestas emblemáticas de Zapato Azule, en el que la gente se viste de mahón.
En cuanto a la ciudad, caben destacar su puerto, sus dos preciosas playas: una al lado del puerto y la otra a las afueras (Playa de Saturraran), la Parroquia de Santa María y el gran Puente de Mendeurre.
También hay que decir que en Ondarroa hay una gran cantidad de bares, restaurantes (dos de ellas en la playa) y asadores. Pero, sin duda alguna, no nos podemos olvidar de sus fantásticas, vivaces y nostálgicas calles antiguas. Esos son los que hacen que Ondarroa sea maravillosa.
Y hasta aquí el post de la costa vizcaína. Espero que os haya gustado y que alguna vez os animéis a recorrerlo. Desde luego, Bizkaia tiene mucho más que enseñar de lo que os imaginabáis.
¡Nos vemos en el próximo post!
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