Las playas de Laida y Laga: todo lo que necesitas saber
Hoy no me alejaré mucho de casa para compartir con vosotros uno de mis rincones favoritos en el mundo, dos pequeñas pero poderosas gemas que me tienen hechizado desde que era pequeño, dos estrellas con los que he crecido y sigo haciéndolo.
Las playas más bonitas de la Reserva Natural de Urdaibai: Laida y Laga.
Estas dos playas se encuentran en la provincia de Vizcaya, en el País Vasco. Se sitúan en la Reserva de Urdaibai, un área natural y una atracción turística centrada en la desembocadura del río Oka, el cual atraviesa mi ciudad natal: Gernika. Sí, la ciudad de la que Picasso de inspiró para pintar su cuadro, pero ya hablaremos de eso en otra ocasión.
Volviendo al tema, Urdaibai está formada por la ría que guarda un ecosistema muy rico y diverso, lleno de fauna y flora a sus orillas y junto a barcos que navegan por la costa y se mueven de playa en playa. La reserva, en total, cuenta con más de siete playas, entre ellas las de Mundaka, Bermeo y Sukarrieta, pero eso también es un tema aparte. Las playas que más destacan en esta zona son las de Laida y Laga, las dos pertenecientes al municipio de Ibarrangelua.
Son dos playas verdaderamente maravillosas que dan mucho que desear, como por ejemplo anclarse en una de ellas el día entero y despertarse a la mañana siguiente sobre la arena con el amanecer en frente. Son playas que no importa visitarlas en verano o en invierno, en cualquier momento del año es recomendable descubrirlo y pasear sobre sus orillas.
Laida, una playa que perdió su rostro pero resurge de sus cenizas.
Laida es una de las playas que, junto con la de San Antonio o la de Kanala, se esconde en el interior de la desembocadura del Oka. Es una playa camaleónica y muy poco fijada de amplitud ya que su tamaño cambia según la marea. En las horas de marea alta su extensión es de pocos metros, pero cuando las horas son bajas su tamaño suele cuadruplicarse, casi hasta el extremo de conectarse con otras playas que se encuentran al otro lado de la ría.
Hace pocos años, hubo un momento donde cada vez menguaba más y más y el mar lo iba tragando, llevándose consigo su corazón: las dunas. Unas dunas protegidas y maravillosas que gradualmente desaparecieron entre las olas, y yo las vi morir. Fue una gran pena para todos verlo esfumarse, así que el gobierno no se resistió más y tomó medidas para salvar la playa, y gracias a la aportación de arena que realizó, Laida sigue siendo visible en la superficie.
Cómo llegar:
Para llegar a Laida, tenéis varias opciones, las cuales os mostraré en la siguiente lista enumerada:
1. Si vais desde Bakio o Bermeo, debéis ir hasta Gernika y cruzar el gran puente que te llevará al otro lado del río. Una vez cruzado el puente, coged la primera rotonda y dirigíos hacia Lekeitio. Atravesaréis varios municipios como Arratzu y Kortezubi, municipio del cual ya hablaré en otro blog, y cuando traspaséis Arteaga, el tercer municipio, habrá un punto donde os toparéis con dos caminos: uno os subirá hasta la montaña y el otro os bajará a la zona costera.
En ese caso, girad a la izquierda, al camino que os bajará a la costa, y luego de nuevo a la izquierda. Un par de curvas más tarde, atravesaréis el barrio de Kanala, y prácticamente en la siguiente curva llegaréis a vuestro destino.
2. Si vais desde Bilbao, San Sebastián o cualquier otro pueblo, tendréis que pasar por Gernika sí o sí para llegar a Laida, bajo las mismas indicaciones de arriba.
3. Si vais desde Lekeitio u Ondarroa, mi recomendación es bajar hasta Arteaga y seguir el mismo camino, es mucho más rápido que hacer la ruta por la costa, aunque si lo preferís no os lo prohíbo, ya que es una oportunidad estupenda para conocer mejor la costa vasca.
Dónde comer y aparcar:
Para comer está muy fácil, no hay ningún tipo de problema. Si no os queréis desplazar mucho, antes de tocar arena veréis que hay dos bares y un restaurante alrededor de la playa, además de dos zonas de aparcamiento y la disponibilidad de aparcar a los lados de la carretera.
Pero si no os parece una molestia caminar un poco (unos cinco minutos), antes de llegar a la playa podéis aparcar en una pollería muy conocida por la zona: Arketa Erretegia. Está situado al lado de la estación de bus y de un hermoso camping por la que corría cuando era pequeño, y os aseguro que de aquel sitio solamente tengo buenos recuerdos.
Es un buen sitio para comer y con unos precios asequibles. Además, dispone de unas vistas completas al mar, y concretamente a la zona donde se atracan las pequeñas embarcaciones.
Después, podéis ir desde el restaurante hasta la playa a pie y disfrutar del resto del día en el paisaje tan bien conservado y limpio que tenemos aquí.
Qué ver y hacer:
Además de tomar el sol, pasear por la orilla, bañaros, buscar conchas y pasar un buen rato con la familia, con los amigos, con la pareja o a solas, la playa también os ofrece otras actividades deportivas para hacer, como por ejemplo, piragüismo o dar un paseo en bote.
Para practicar el piragüismo, hay una agencia de excursiones en canoa y kayak justo en la parte trasera del bar principal de la playa. Mi padre y mi hermano lo suelen hacer a menudo y están muy satisfechos tanto con el precio como con el servicio. Es muy recomendable probarlo, y más si solamente disponéis de un día para explorar la zona.
No hay mejor manera de explorar la ría y su biosfera a fondo que en canoa. Puede ser una experiencia inolvidable.
Laga, una playa demasiado grande para un sitio tan humilde.
Laga es una playa situada al exterior de la ría, a unos cuatro kilómetros de Laida y a tres de Elantxobe, cuyo monte, Ogoño, es una parte muy importante de la imagen de la playa y un complemento muy esencial para atraer a turistas y surfistas.
Esta playa salvaje de arena dorada es muy popular entre los jóvenes y entre los surfistas debido a su gran tamaño y a sus olas perfectas para tomarse un baño en pleno verano. Su medio kilómetro de arena tiene mucho que ofrecer, como sus largas dunas, sus actividades deportivas como el parapente o el surf (uno de los más populares), su área de merendero, sus baños públicos, su bar-restaurante y sus tres chiringuitos.
Todo en uno.
Esta playa cuenta también con una escuela de surf muy bien equipada y a buen precio, y sería una pena no hacerle una visitilla.
En la zona Oeste del arenal se encuentran rocas que proceden de restos de conchas y demás animales marinos, y son muchos los que van a este punto a cazar crustáceos, moluscos y cefalópodos como el pulpo.
En la zona Este están las rocas altas, donde mucha gente también recoge chirlas, mejillones y cangrejos; una zona de aguas profundas, donde los más atrevidos saltan y bucean entre las olas; el riachuelo que desemboca en esta misma playa y donde los más pequeños se bañan y se divierten con el agua y, finalmente, el Monte de Ogoño, con una altura de casi 300 metros.
Cómo llegar:
Si vais desde Gernika o cualquier otro pueblo o ciudad, la opción más corta sería subir por el camino que lleva a la montaña en el cruce de Arteaga. Por ese camino, seguid la dirección de Laga y en un cuarto de hora llegaréis a vuestro destino.
Advertencia: en verano tened cuidado con la hora a la que vayáis, ya que suele ir tanta gente que la cola de coches aparcados suele llegar hasta el Laga Surf Camp de Ibarrangelua, a 2,2 kilómetros de la playa. Mi recomendación es ir en autobús, pero si preferís ir en coche, os aconsejo que vayáis tempranillo para poder aparcar cerca de la playa.
Dónde comer y qué ver:
El único restaurante de la zona es Toki Alai, en el cual nunca he comido, así que debido a mi falta de conocimiento sobre el negocio solamente os puedo aconsejar el llevaros la comida de casa, es lo más económico. Además, no os tenéis por qué preocupar sobre los restos de comida o la basura, ya que hay contenedores de reciclaje por toda la playa.
Pero eso sí, si de un momento a otro os entra la sed o antojo de un helado, os recomiendo conocer los tres chiringuitos que hay en la zona de las dunas y el merendero.
¿Y qué podéis ver en esta playa tan completa y libre de defectos? Relajaros, disfrutar de las vistas y, si es posible, quedaros hasta el atardecer con unas patatas y un refresco en la terraza del bar, aunque eso ya es opcional.
Pero no tenéis porqué visitarlo solo en verano; cualquier época del año es perfecto para hacerlo:
¿Por qué en verano?
Por el sol, el buen tiempo para poneros el bañador, la buena temperatura del agua para bañaros, la escasez de viento (y sobre todo el frío) para no quedaros helados mientras tomáis el sol o mientras practicáis el parapente y por la tardía puesta de sol para disfrutar del día al máximo con un buen sabor de boca al final.
¿Por qué en invierno?
Porque en invierno se aprecian mucho mejor las cosas de lo que creemos, y sobre todo las playas. Surfear se puede hacer tanto en verano como en invierno, eso no incumbe, pero en invierno es posible ver la playa desde otra perspectiva.
Con una brisa fresca, con chaqueta, con el cielo nublado, con la marea baja en la mayoría de las veces, con el vacío, sin mucha gente alrededor, con el chocolate caliente y un par de churros en el bar… No sé, pensadlo. Y visitadlo.
Yo os acompañaría para verlas una vez más, nunca me canso de hacerlo.
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