El encanto de Elantxobe

Publicado por flag- Julen Diez — hace 4 años

Blog: Pequeños viajes
Etiquetas: flag-es Blog Erasmus EHU, EHU, España

¡Muy buenas! Hoy os quiero hablar de uno de los pueblos que más cariño les tengo, de un pueblo que ha sido parte de mi infancia y es parte de mi raíces. Un pueblo que aunque no sea de dimensiones grandes, tiene un corazón enorme, unos brazos enormes en los que me da una cálida y dulce bienvenida cada vez que vuelvo: Elantxobe.

Elantxobe está a veinte minutos de mi ciudad natal, situado en la provincia vasca de Bizkaia, en la costa. Es un pueblo portuario de muy pocos habitantes (apenas cuatrocientos en invierno, pero en verano la cifra se triplica). Además, es el pueblo de mi abuela y de mis antepasados, y la verdad es que estoy muy orgulloso de mis raíces, porque Elantxobe me parece una joya de la costa vasca.

Está construido en la sombra de uno de los montes más importantes de la zona, junto con San Juan de Atxarre, entre otros: Ogoño. Este monte guarda muchos secretos, secretos que ya iré desvelando a lo largo de la publicación.

Volviendo al tema, el pueblo de Elantxobe está construido en una ladera de Ogoño, por tanto, es un pueblo empinado, en cuesta. Empieza en el cementerio (punto de partida para subirse a la cima del monte), y termina en su gran puerto, puede que un poco más grande que todo el territorio de Elantxobe.

El cementerio también está construido en una pequeña cuesta, por lo tango, las tumbas se pueden ver claramente desde la distancia. Para llegar hasta aquí, tenéis dos opciones, pero cada una de ellas es muy diferente de la otra: la primera es, una vez en Elantxobe, subir la única calle que conduce al cementerio (probablemente la más empinada de toda la población); eso sí, a pie.

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Los coches no están autorizados por todo el municipio excepto en la estación de autobús y en el puerto. Además, no creó que haya coche en el mundo que pueda subir esa calle, y más teniendo en cuenta que la calle está hecha de piedras. Fastidiar el motor no es muy agradable.

La segunda opción es ir en coche, pero por un camino distinto. Es verdad que para llegar hasta Elantxobe hay una sola forma: llegar hasta Ibarrangelua y subir la única cuesta que tiene el centro del municipio, cuesta en el cual se ubican el Ayuntamiento, la Iglesia y muchos bares. Al final de la cuesta, en la estación de autobús de Ibarrangelua, hay dos direcciones: la que lleva tanto a la estación de autobús de Elantxobe como al puerto (aunque ya veréis que no están en el mismo sitio, pero de eso hablaremos más adelante), y la que lleva al cementerio, por un barrio de granjas y chalets.

Desgraciadamente, esta dirección termina siendo un poco agobiante ya que el camino es tan estrecho que solo hay espacio para un coche, un carril. Cuando dos coches se cruzan, hay que arriesgarse. Y también hay que tener cuidado con los transeúntes que suelen caminar por las esquinas para llegar a vuestro mismo destino.

Una vez en el cementerio, hay varias actividades para hacer; sentarse en unas mesas de madera y comer algo; contemplar las vistas al mar a un lado, y las vistas a las montañas en el otro lado; subir el camino con dirección a Olaeta y llegar hasta la cima de Ogoño (el barrio más alto es la de Leunbe, con poco más de dos casas.

Sin embargo, todavía se puede subir más alto, incluso durante todo el año hay eventos de caminatas que recorren todo el monte, desde Elantxobe hasta la Playa de Laga, al otro lado. Para más información sobre la playa, pinchad aquí), etc.

Pero una de las cosas que no os tenéis que perder es visitar el cementerio, aunque si tenéis algún problema locomotor o relacionado con la espalda o con las piernas, puede que ésta no sea la mejor opción.

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Dado que el cementerio está inclinado, no es muy fácil subirla. Los caminitos que recorren las tumbas no están asfaltadas, y las únicas escaleras que hay están situadas más arriba, donde la ladera es mucho más inclinada. Mi abuela hace mucho que no va a visitar a sus antepasados, ya que tiene problemas con el desplazamiento no puede subirlas. Tampoco puede pasear por su pueblo natal, solamente puede bajar al puerto o a la estación de autobús. Es una gran pena, porque ella adora su casa, y verla no poder verla me rompe el alma.

Puede que eso sea lo único "malo" que tiene Elantxobe, pero por lo demás, es perfecta.

Dejando de lado el cementerio, vámonos hacia abajo, hacia el centro del pueblo. Muy cerca del cementerio se encuentra la Iglesia de San Nicolás y la Plaza de Eleizabarri. Todos los domingos, esta plaza se suele llenar de gente y ambiente ya que hay misa, es muy bonito ver como en un día como el domingo, el pueblo suele convertirse en lo que antes era vacío (y con antes, me refiero a la mayoría del tiempo de la semana anterior) se convierte en un abarrote.

Entre semana, poca gente suele andar por las calles, ya que son tan empinadas que a la gente de edad le cuesta mucho moverse, y los jóvenes se mueven a unas ciudades más grandes como Gernika o Lekeitio a trabajar o a estudiar. Tal vez el puerto sea el lugar con más movimiento de todo el pueblo.

Eso sí, en verano el pueblo se abarrota de gente, ya que mucha gente veranea aquí, pero hay un día exacta que todos los años marca el de los otros 364: el 22 de julio. ¿Por qué? Ya lo veremos más tarde.

Antes de seguir con la ruta por el centro de Elantxobe, querría mencionar que en la Plaza de Eleizabarria hay un frontón y un mirador al puerto que me recuerdan mucho a mi infancia, ya que cuando era pequeño solía correr por estos rinconcitos. También me acuerdo de una tienda de chucherías muy cerca de la iglesia, pero no sé si seguirá abierta.

Nuestra siguiente parada es la estación de autobús, a medio minuto de la iglesia. Aunque la mayor atracción turística de Elantxobe sea el puerto, la estación se encuentra en medio del pueblo, a una altura bastante alta. Aunque ésta no está inclinada. Tiene la suerte de ser llana.

Pero este lugar va más allá de eso. Tiene una característica muy especial, y tan especial que ha aparecido en vídeos musicales oficiales de grupos vascos (que a pesar de cantar en euskera, han tenido ocasiones en las que han saltado a la fama internacional): la parada de autobús es circular y giratorio.

Sí, tal y como lo oís, es giratorio. Es un hecho que el autobús no puede continuar recto, ya que, primero de todo, hay una montaña en medio y un mar detrás de ella, y segundo, recordemos que las calles están en cuesta, así que estos transportes públicos no tienen espacio suficiente para dar la vuelta. Por eso se construyó la estación giratoria.

Es muy curioso e interesante ver cómo el autobús se coloca en la plataforma y gira con personas dentro. Hay pasajeros que salen del autobús para ver el espectáculo, y no es que sea algo extraño. Yo ya lo he hecho alguna vez.

El vídeo musical en la que aparece la plataforma es pertenece a la canción de "Aske maitte, aske bizi" ("Ama libre, vive libre") cantada por la banda musical Gatibu y la cantante Izaro (toda la información sobre estos músicos vascos y muchos más, en este post).

En el videoclip, dos bateristas tocas unos tambores de colores en el centro de la plataforma, y una escuela de danza (originaria de Gernika) baila entorno a las baterías. Más tarde, los bailarines bajan al puerto junto con los músicos, y todos bailan entre fogatas y el amanecer del cielo. Al final del vídeo, los bailarines arrojan al aire polvos de colores mientras bailan en la plataforma, y en los últimos segundos aparece un autobús que da la vuelta entera en la plataforma.

Es un video muy bonito para ver, está muy bien filmado, editado y, por supuesto, los músicos y los bailarines están perfectos.

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Elantxobe aparece precioso en el vídeo, como siempre.

Pero esto no acaba aquí, ya que la estación tiene un gran mirador por el cual se puede admirar el puerto y el mar cantábrico. También hay un bar-restaurante al lado que tiene las mismas vistas, pero con un café y algún pintxo entre manos.

Una calle más abajo, hay dos plazas: la plaza de Nikola Deuna, a la izquierda, y la plaza de los columpios a la derecha. Hay dos maneras de llegar hasta estas dos plazas. La primera es bajando por la única calle, en el cual se encuentra el Ayuntamiento, y la segunda manera es bajando por el ascensor instalado entre la plaza de los columpios y la estación de autobús.

También hay unas escaleras justo al lado del ascensor. La plaza de los columpios también me recuerda mucho a mi infancia, aunque siempre he pensado que la plaza estaba en una altura mucho más elevada. Porque poco a poco, nos estamos acercando al gran puerto, nuestra parada final.

Si queréis bajar seguido al puerto desde la plaza, hay unas escaleras en zigzag entre los árboles que se ubican en el lado derecho del ascensor. También hay opción de callejear, así conocéis el pueblo entero, al completo. Pero es verdad que tanta cuesta agota, al final. De todas maneras, yo recomiendo seguir callejeando.

Y finalmente, llegamos a nuestro destino. Afortunadamente, hay una mejor manera para llegar aquí, no hay porqué bajar todas las calles para llegar al puerto. En el cruce de Ibarrangelua, ya os había dicho que existía una dirección a Elantxobe. Pues bien, dentro de esa dirección, hay dos variaciones: la que lleva a la estación de autobús y la que lleva al puerto, hasta abajo de todo.

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En cuanto lleguéis, se os cambiará la cara. Es un puerto precioso, un puerto enorme de cuatro largos muelles que se ubican desde las playas rocosas de la costa hasta los acantilados de Ogoño.

Es un puerto hasta arriba de embarcaciones, y en verano se llena de vida. Todos y cada uno de los muelles tienen su propio encanto y su característica que lo diferencian del resto. Empezando por el este, el muelle más largo da forma a una pequeña pero curiosa piscina natural al cual se accede mediante unas anchas escaleras. Y tan anchas que la gente suele tomar el sol en ellas. Es una piscina que según la marea, se vacía o se llena.

Está separada del puerto gracias a una fila de rocas, pero entre todas ellas se localiza una ranura por la cual entra el agua, incluso varios peces y crustáceos. En la zona de la ranura hay otras escaleras (pero más pequeñas) que conducen al puerto, al otro lado de las rocas. Aquí, la gente suele saltar y nadar entre los barcos, mientras que otros prefieren caminar por las rocas y cazar algún cangrejo.

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También, a lo largo de este largo muelle, los jóvenes suelen unirse en cuadrillas y tomar el sol con los altavoces encendidos y con la valentía suficiente para saltar de los mismos muelles al agua. Es todo un espectáculo en verano, ya que son muchos los que se acercan hasta Elantxobe solamente para saltar del puerto.

el-encanto-elantxobe-1da2f545f43f12b0361El segundo muelle puede que pase desapercibido. Está en frente del bar Xanti (y en verano, en frente de un puesto de chuches), y si no fuera por su pequeño monumento en su punta, no os sabría decir lo que tiene de especial.

Pero el tercero sí que es especial. Está construido después del conocido bar Itxas Etxea ("Casa del Mar" en euskera), del restaurante Miren Jesús y otras tiendas, y es muy característico por tener dos plantas: la baja, en el cual consiste en un lugar cubierto con vistas al puerto (en la Marcha de Montaña de Elantxobe, un evento que se celebra todos los años, la planta se llena de barbacoas y banquetes que sirven mucha variedad de comida para los que hayan participado en la marcha), y la alta, con pequeñas plantas y algún banco.

Al final del muelle, se encuentra la "Ikurriña" (bandera autónoma del País Vasco) y un mirador (se puede ver en la foto de arriba, si os fijáis bien) justo detrás. El mirador es un punto perfecto y muy estratégico para poder tener una panorámica completa tanto del puerto como del mar.

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El cuarto muelle es probablemente mi favorito. Es el muelle más cercano a los acantilados de Ogoño. Mi madre siempre me ha contado que desde el muelle se podía ver cómo los ciervos saltaban al mar cuando, hace años, el monte se quemó. Desde el muelle se pueden tener unas vistas maravillosas, vistas como las del atardecer, las de las olas rompiendo con las grandes rocas, las de la neblina entre los bosques que cuelgan del acantilado... vistas de mil maravillas.

En este puerto, también se han podido observar delfines, ballenas e incluso orcas; es algo impresionante. Lo de los delfines me lo puedo imaginar, ya que muy cerca de Elantxobe, en la ría de Urdaibai (reserva natural cuyo artículo se puede leer aquí) existe una isla inhabitada llamada Ízaro, el cual se puede rodear en barco (las salidas son desde Bermeo) con el objetivo de, aparte de contemplar la isla desde cerca, poder navegar con los delfines.

Es una atracción turística de muchos años, aquí, en Urdaibai, así que es por eso que no me extraña. ¿Pero una orca?

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Por último, dejadme hablaros sobre las fiestas de Elantxobe, sobre el 22 de julio que se celebra en este puerto: Las Madalenas. Esta fiesta celebra ya que, hace años, los municipios de Mundaka y Bermeo tenían una rivalidad, y la razón era la posesión de Ízaro, la isla que se ubica en medio de ellos dos. Como no se decidían con el asunto, realizaron una carrera de barcos (regata), y el primero en llegar se ganaría la isla. En esta regata, Elantxobe ejerció de árbitro, por eso está involucrado en las fiestas, ya que en Bermeo también se celebran las Madalenas, el municipio vencedor.

Desde entonces, el 22 de julio existe la tradición en la que el alcalde o la alcaldesa de Bermeo tiene que navegar en barco hasta las cercanías de la isla y, junto a una romería (dentro de la misma embarcación), debe arrojar una teja al agua. Así, la isla seguirá perteneciendo a Bermeo. Otras embarcaciones también acompañan a la actual alcaldesa en la ceremonia tradicional, y todos juntos, más tarde, atracan en el puerto de Elantxobe. Y es ahí donde la romería continúa. 

Una de las características más reconocibles de las Madalenas es la vestimenta, ya que la ropa tradicional de la fiesta es cualquier prenda mahón (de color azul oscuro) y un pañuelo. Esto simboliza a los marineros y a los pescadores, y al igual que en Madalenas, también se visten en otras fiestas costeras como Zapato Azule (Ondarroa), las Fiestas del Puerto Viejo (Getxo), Arrain Azoka (Bermeo) y Antzarrak (Lekeitio).

Durante todo el día, miles de personas (niños, jóvenes, adultos y mayores) acuden al puerto de Elantxobe a disfrutar del clima veraniego y de la música que el bar Itxas Etxea y algunos otros se molestan en poner. También hay diferentes zonas de música. En el centro del muelle, las canciones pueden ser de los años ochenta, reggaetón o música vasca, y ya por el tercer muelle, la música puede ser de género techno.

El puerto se llena de gente durante todo el día. Tanta gente que muchas cuadrillas suelen alquilar autobuses enteros debido a que las líneas se abarrotan de gente y no hay espacio suficiente. Los muelles se llenan también de gente, y hay muchos que se montan su fiestecita en los barcos atracados en el puerto. Mucha gente se desnuda y salta al muelle, y otros se quedan en la piscina natural. 

Es una auténtica locura, algún día deberíais probar en venir y descubrir cómo son las fiestas aquí, en el País Vasco.

¡Y aquí termina el tour por el pueblo de mis antepasados! Espero que os haya gustado tanto como a mí. Es un sitio que es y seguirá siendo parte de mi vida, se puede decir que me he "criado" aquí, aunque nunca haya tenido el privilegio de vivir. Siempre le he tenido mucho respeto, como le tengo al mar y, cómo no, ¡A sus emblemáticas fiestas!

Gracias por leerme y nos vemos en la próxima. ¡Un beso!


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