¡Hola viajeros! En esta ocasión os quiero hablar sobre un lugar muy bonito que tuve la oportunidad de visitar hace unos días y que seguro que a vosotros también os gustará conocer. Además, os servirá también como consejo para visitar esta maravillosa ciudad como es Cuenca.
Concretamente os voy a hablar sobre el Barrio del Castillo. Probablemente, si habéis escuchado este nombre es por ser un famoso mirador de la ciudad, es decir, podéis haber oído hablar del Mirador del Barrio del Castillo como un lugar para visitar. Y así es, este lugar se encuentra en un espacio tan privilegiado que atrae a muchísimos visitantes a observar la ciudad de Cuenca desde algún punto de esta zona, conocida por las ruinas del castillo de la ciudad.
Una de las cosas que os tengo que decir es cómo conocí este lugar y por qué. Pues bien, yo estaba planeando viajar a Cuenca para realizar una visita turística y me recomendaron empezar por este barrio. La razón es que es uno de los lugares donde mejor se puede aparcar en Cuenca, ya que cuenta además con aparcamiento exterior y gratuito. Por otra parte, este es el punto más alto de la ciudad, y se puede empezar la visita desde allí para después ir bajando hasta el centro histórico. Este recorrido no es muy largo, por lo que después se puede subir andando, aunque si queréis evitar esa subida después de haber caminado por toda la ciudad, siempre podéis coger un autobús que os lleve de nuevo hasta este punto elevado.
Y ahora os preguntaréis por qué es tan interesante este lugar y si merece la pena subir hasta ese punto además de para buscar un aparcamiento. La respuesta es sí, y sin lugar a duda. Por supuesto, os voy a hablar del castillo de Cuenca, como no puede ser de otra forma, pero empecemos por saber cómo son sus alrededores y cómo es esta zona.
El Barrio del Castillo es un lugar impresionante. Desde este lugar conseguimos una vista increíble de la ciudad de Cuenca, de su curiosa configuración y sobre todo del entorno natural en que se encuentra y las curiosas formas geológicas que la rodean. Desde aquí podemos observar a lo lejos las casas colgadas, el puente de San Pablo y, sobre todo, el antiguo Convento de San Pablo, un espacio increíble que os dejará con la boca abierta y que no os cansaréis de observar desde este punto. Es una oportunidad para observar bien este conjunto arquitectónico, así que aprovechad. En general, es un lugar para disfrutar de un paisaje increíble y que puede ser, como os comentaba, un buen lugar para comenzar vuestra visita a la ciudad. Aunque también diría que es un lugar perfecto para desconectar y admirar el entorno natural y el paisaje que conforma la ciudad junto a las llamativas formaciones rocosas.
Como ya sabéis, un lugar elevado como este y además en las cercanías de un río como el Júcar, puede ser el sitio perfecto para la construcción de un castillo. El castillo de Cuenca fue el lugar de residencia de Alfonso VIII.
Lamentablemente, esta fortaleza no ha llegado a conservarse hasta la actualidad y hoy en día sólo podemos visitar las ruinas del castillo, las partes que se han mantenido hasta el día de hoy. Concretamente, vemos algunos torreones y parte de la muralla.
La conquista del castillo por Alfonso VIII en el siglo XII lo configuró como una fortaleza cristiana medieval, pero este castillo había sido árabe anteriormente. Y este no fue el último cambió que experimentó esta construcción, sino que a lo largo de la historia fue sufriendo modificaciones e incluso demoliciones, que han hecho que a día de hoy no podamos ver cómo fue el castillo exactamente.
Otro de los elementos más importantes que podemos encontrar en él es la puerta de entrada conocida como Arco de Bezudo. Este nombre es el de dos hermanos presentes en los relatos históricos sobre esta fortaleza.
Hay una escalera que nos permite subir a la parte que se conserva del castillo, y esto es lo que sería actualmente uno de los miradores más famosos de la ciudad de Cuenca. Su peculiaridad reside en situarse entre las dos hoces, del río Júcar y del río Huécar, por lo que a ambos lados tendríamos unas vistas muy interesantes. No olvidéis cuando os encontréis aquí, buscar los famosos ojos pintados en la montaña.
Disfrutaréis muchísimo paseando por los alrededores de las ruinas del castillo. Uno de mis lugares favoritos es el Arco de Tabanqueta. Me parece totalmente recomendable pasar por aquí, pues, aunque no es muy conocido y no había oído hablar de él, me sorprendió muchísimo. La vista es realmente increíble, es uno de mis rincones preferidos de Cuenca por la preciosa vista que vemos desde él, y que el arco hace aún más increíble.
Después podéis seguir descendiendo hacia el centro de la ciudad. Eso sí, no os olvidéis mirar para todos lados cuando recorráis este barrio y las calles de Cuenca. Observad sus edificios y callejones para no perderos los secretos que esconde esta ciudad. Os daréis cuenta en seguida si visitáis el barrio del Castillo de que os encontráis ante una ciudad diferente y muy peculiar.