Como destino final a nuestro recorrido por el Sur de España, decidimos visitar una ciudad muy muy al sur que para mí era más bien un misterio en general, creo que sólo sabía que había playa y que era bastante linda, ¡claro! motivos suficientes para mi visita.
Mis amigas y yo disponíamos ya de pocos euros por lo que decidimos recorrer a pie absolutamente todo, y economizar en comidas y estancia, la verdad no fué difícil... la ciudad es linda a ojo de buen caminante, así que los zapatos y ropa cómodas fueron esenciales.
Uno de los puntos importantes de estar en Cádiz era el disfrutar de la playa, conocerla y tocar aguas españolas, ya que era nuestra primera vez en una playa que no fuese mexicana.
Nos sorprendió lo diferente que puede ser a lo que estábamos acostumbradas a sentir cuando íbamos a las playas en México, y es que para empezar el clima era fresco, la infraestructura aledaña estaba bastante bien conservada, además de que esta playa tiene la característica de tener unas construcciones antiguas muy cerca, y las cuales se ven enmarcadas por el mar.
El paisaje que esta playa ofrece con el castillo de fondo es increíble, las muchas barcas que llegan a las costas y el ambiente creado es más que inspirador.
Una composición casi poética que se crea a partir de la mano humana y la naturaleza dan como resultado un lugar que se debe visitar en Cádiz.
Al llegar, bajamos a la playa, la arena es fina y se puede caminar agradablemente sin zapatos... el ambiente en general me resultó muy jovial y antiguo a la vez, quizás por el estilo de las construcciones que nos recuerdan lo que alguna vez se pudo haber vivido en esa playa, nos pone a imaginar historias de amor y mar
El lado jovial de la historia es que hay mucha gente tomando el sol, jugando volleybol, platicando noviando, en fin, es el escenario ideal para pasar la tarde e incluso una buena siesta, nosotras en lo particular la aprovechamos para sentarnos a comer un bocadillo y admirar el paisaje.
Al caminar por los alrededores de pueden encontrar artistas en joyería o arena, nosotras pudimos descubrir el particular acento andaluz de Cádiz, que es difícil de entender incluso para los mismos españoles, pero que en lo particular me resultó muy amigable, lindo y emblemático.