¡Viaje a Brujas!
En Lila hay muchas organizaciones que hacen viajes por Europa. Uno de ellos fue un viaje a Brujas. La primera vez que oí hablar de Brujas fue por David. Me dijo que tenía que ver una película muy chula. Por desgracia, la película no me gustó demasiado, pero todo pasaba en Brujas y la ciudad era preciosa. Brujas está en Bélgica, pero desde Lila está a tan solo una hora en coche. Desde el principio del semestre sabía que quería ir, pero no planeé nada por mi cuenta. Después, mi compañera de piso Tanvi vio que había un evento en Facebook de la ESN (la organización de estudiantes), que estaba preparando un viaje a Brujas. ¡Así que fuimos!
Primero, acordamos ir con mis dos compañeras de piso (Tanvi, Alma) y mis amigas checa y eslovaca (Katarina, Lucia). Después, nos alegró saber que se nos unían más amigos: Juan, Torres y Juliette. El viaje costaba 15 euros, nada mal. Salimos en autobús por la mañana. Lo bueno era que teníamos todo el día libre y podíamos hacer lo que quisiéramos. Lo malo era que no habíamos investigado nada de antemano. Por tanto, fuimos al punto de información más cercano, cogimos un mapa y acordamos un programa común. El punto de información está en la plaza principal, en la que vimos la torre principal de la película.
Después de mirar el mapa, quisimos ver algunos museos. El que más nos llamaba la atención era The Chocolate Museum. Queríamos ir, pero cuando descubrimos que costaba 7 euros y que era todo historia y nada de probar el chocolate, no fuimos. Aunque en París y en Lila hay muchos museos gratuitos, en Brujas nada es gratis. Como es una ciudad pequeña, la gente paga porque no tiene más opción. Nosotros preferimos ir a comer. Fuimos al restaurante más cercano y comimos hamburguesas.
Era genial andar por allí. Las calles eran preciosas, como en un cuento.
El siguiente paso era un paseo en barco. Fue lo que más me gustó. Estuvimos navegando por Brujas unos 30 minutos. Fui escuchando al guía, que hablaba tanto en francés como en inglés. Era guay entender algunas palabras en francés. Ir en barco es algo diferente, que no puedes hacer en cualquier sitio. Por eso me gustó. Ese día, el tiempo no era el mejor para hacer turismo. Estuve todo el día congelada. Aunque el sol y el barco ayudaron mucho.
Después del paseo, buscamos una cafetería para comer gofres belgas. Yo lo pedí con nata y Lucia, con chocolate. Al final los compartimos y ambas contentas. Recuerdo que los chicos se pidieron una taza de chocolate muy especial: les pusieron solo leche con el trozo de chocolate al lado. Tenían que poner el pedazo de chocolate dentro de la leche caliente para que se disolviera. Con todo, os recomiendo ir a Brujas. La ciudad merece la pena y el ambiente es muy agradable. Además, como fuimos todos juntos, ¡fue un día genial!
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