Cinco lagos cerca de Salzburgo que debes visitar
Cinco lagos cerca de Salzburgo que debes visitar
¡Hola, hola! Hoy os traigo una entrada cargada de naturaleza, ya que quiero hablaros y enseñaros los diferentes lagos de Austria que visitamos en nuestro viaje de este abril de 2019 por la zona de Salzburgo. Junto con las montañas, los lagos austríacos son quizás uno de los puntos que más caracterizan a este país. No solo por sus aguas congeladas en muchos de ellos, sino por su gran belleza ya que están rodeados de inmensas montañas: los Alpes. Lo cierto es que si sois un poco curiosas/os y desplegáis un mapa, podréis ver que hay infinidad de ellos. Si queréis visitarlos, es cuestión de escoger uno o dos al azar, pues todos tienen su encanto. En verano de 2018 tuve la suerte de poder visitar algunos de ellos, por todo el país. Me gustaron tanto que en este nuevo viaje que hicimos en Pascua, visitar estos paisajes y darnos algún chapuzón en los lagos fue algo obligatorio. Por eso, hoy os quiero hablar de Achensee, Hallstättersee, Attersee, Mondsee y Zell am See. ¡Empezamos!
Attersee
Si os fijáis, la mayoría de los nombres de estos lagos austríacos finaliza con la palabra “See”, que significa “lago” en la lengua alemana. De esta forma, “Attersee” se puede traducir como “El lago Atter”, que está situado cerca de un pueblo que recibe este mismo nombre. Este lago fue el primero que visitamos en nuestra ruta por Austria y la verdad empezamos muy fuerte porque para mí, fue el que más me gustó. Es increíble cuando dejas atrás la autopista y de repente, aparece detrás de los árboles este lago tan ancho, azul y cristalino, rodeado de montañas nevadas. Avanzábamos con el coche a su alrededor y queríamos parar en muchísimos puntos del lago, todos parecían increíbles. Finalmente, encontramos un parking para dejar el coche, nos bajamos, cogimos nuestra toalla, bikini, crema de sol y comida y fuimos hacia una pasarela de tablitas de madera donde poder sentarse, tumbarse al sol y zambullirse al agua desde esta misma.
Lo cierto es que muchas de las zonas de los lagos en Austria son privadas. De hecho, muchas casitas pequeñas, con jardín, tienen una pasarela de madera que da al lago, rodeada por una valla, ideal para levantarte por la mañana y darte un chapuzón en el lago. Tuvimos la suerte de encontrar esta pasarela pública, que podéis ver en las fotografías, y quedarnos allí un par de horas. Estábamos maravilladas/os con el color del agua. Nos recordaba muchísimo a las playas de aguas cristalinas y azules que visitamos el año anterior en Pula, Croacia. El color del agua era exactamente el mismo. Invitaba a pasar horas nadando y buceando, si no fuera porque estaba congelada. Al final, algunas valientes se metieron durante un minuto o dos en el agua, que estaba a unos 8 grados, y salieron rápidamente por la escalera, con las piernas rojas pero sin duda, con una sensación de frescor para la próxima media hora.
Estuvimos allí un buen rato, descansando, comiendo y poniéndonos morenas, mojando nuestros pies. Pudimos sacar fotos del entorno tan bonitas como las que os dejo a lo largo del post. Justo enfrente teníamos un bar que estaba cerrado, con las mesas y las sillas amontonadas y recogidas así que intuimos que en verano este lugar estaría lleno de gente tomando algo con vistas al lago. Al ser finales de abril, Pascua, teníamos la suerte de estar completamente solas/os en este lugar.
Algo curioso de este lago, es que existe una granja de alpacas. Nosotros/as pensábamos que las alpacas se encontraban en lugares con climas más calientes, pero lo cierto es que no. En Austria hay bastantes sitios donde abundan llamas y alpacas. En esta granja se encuentran bastantes de ellas y usan su lana para confeccionar ropa. Se nota que las cuidan muy bien y que gozan de bastante libertad. Podéis visitar esta pequeña granja, aunque el horario de visitas es bastante reducido pues creo que solamente abre sábados y domingos por la mañana.
Cuando el sol ya apretaba, decidimos movernos e ir hasta el siguiente lago, Mondsee, antes de ir a nuestro destino final de ese día: Salzburgo, que podéis leer información sobre él aquí.
Mondsee
Estaba solamente a 20 minutos de donde estábamos en Attersee. Lo cierto es que queríamos ir a Schafberg, que es un pico muy famoso que está situado entre Mondsee y Attersee, pero nos dimos cuenta de que quedaba a 45 minutos y que había que subir en funicular, cuyo ticket costaba unos 27 euros, nada barato. Decidimos no visitar este pico y continuar con nuestro camino. Como teníamos tiempo, Mondsee fue una buena opción para parar y descansar durante una horita.
Como todos los parking de los lagos, estos eran gratuitos porque abril está considerado temporada baja, así que pudimos aparcar gratuitamente. Todos los lagos siguen un mismo esquema. Rodeando al lago, se encuentran las montañas. Y alrededor del lago, se encuentran diferentes supermercados, cafeterías, hoteles, restaurantes con comida típica austríaca, aparcamiento y zonas de descanso. Nosotras/os llevábamos los tuppewares con nuestra comida así que no paramos en ninguno de ellos, aunque la comida que se veía tenía muy buena pinta. Además, todos los hoteles que se encuentran alrededor del lago tienen que tener, solo por la localización, tres estrellas. Me parece un plan genial para verano, aunque creo que prefiero quedarme en una de las áreas de camping con mi tienda de campaña y tener una estancia un poco más campestre.
Finalmente, aparcamos en un punto aleatorio del lago y fuimos otra vez a unas pasarelas de madera, desde donde podíamos ver la orilla de enfrente y un pequeño embarcadero con barcos de vela y a motor. Lo cierto es que después de ver Attersee, Mondsee nos dejó un poco decepcionadas, pero también porque no nos coincidió la mejor zona porque habíamos visto fotos de ambos y nos habían parecido increíbles los dos. Aquí os dejo las fotos para que valoréis vosotras/os por vuestra cuenta. Lo bueno de esta zona es que había árboles y si nos apetecía sombra para descansar un poco del sol, podíamos estar tranquilas/os aquí.
Cerca de Attersee y Mondsee, se encuentra Wolfgangsee, lago muy querido por los austríacos. Nosotras/os lo llamamos de broma “El Hallstatt de los pobres” porque también tiene un pueblito muy mono en una de las orillas, con una iglesia protagonista pero que obviamente, no es tan conocido ni tan turístico. Finalmente, teníamos ganas de ir ya hasta Salzburgo, así que cogimos el coche y pusimos rumbo hacia la ciudad de la música, donde pasamos la noche para descansar y continuar con nuestra ruta por la naturaleza.
Achensee
El lago Achen es el más grande del Tirol, lo que ya lo hace especial. Rodeado también por montañas y por un enorme glaciar, existen muchas rutas de senderismo. Nosotras pensamos en hacer una en concreto, que llegaba hasta un punto desde donde podías ver el lago al completo desde una gran altura. Para nuestra sorpresa, la ruta duraba unas cinco horas así que no teníamos tiempo para hacerlo. Fue una pena porque las vistas desde ese punto parecían impresionantes. Necesitábamos un plan B así que simplemente decidimos aparcar el coche y tumbarnos en la orilla para disfrutar del agua, que bajaba directamente de las montañas repletas de nieve.
Este lago, al menos la parte donde estuvimos, estaba mucho más transitado, quizás por su buena fama. Había mucha gente corriendo, haciendo ciclismo o incluso paseando. Cerca de donde nos sentamos, había un grupo de gente que había hecho una hoguera y había cocinado carne a la brasa. Olía estupendamente. Era una zona bastante equipada, incluso había unos baños cerca, en los que había que pagar si querías entrar. La parte “mala” es que donde estábamos no había ninguna pasarela de madera y el suelo estaba lleno de piedras blancas y bastante grandes, así que había que caminar con calzado cómodo porque hacerlo descalza/o era asegurarse de acabar con unas buenas heridas en los pies. Al final, no sé cómo, encontramos una parte bastante llana para poner las toallas y acostarnos. Yo incluso llegué a dormir la siesta durante un buen rato, qué gozada.
Comimos, nos bañamos en el agua congelada, paseamos, tomamos el sol y disfrutamos del paisaje. Una curiosidad es que el agua de algunos lagos austríacos está tan tan limpia que es apta para el consumo humano.
Enfrente teníamos la zona turística con todos los alojamientos posibles. Desde apartamentos hasta los hoteles más lujosos con spa incluido, con vistas a la montaña. Estos spa son muy famosos especialmente para la temporada de invierno. El jacuzzi está al aire libre así que una puede meterse en aguas calientes mientras fuera hace un frío que pela y nieva. Las vistas al lago valen la pena. Este plan es muy común para invierno, sobre todo para después de esquiar.
El parking donde dejamos el coche era de pago, pero tuvimos la suerte de que un buen samaritano nos dio su ticket de parking porque él se iba y el ticket todavía tenía unas dos o tres horas de validez. Después de estar un par de horas, partimos hacia Innsbruck, ciudad de la que os hablé en la entrada anterior que podéis leer aquí. Nos encantó este lago, la verdad. Os recomiendo ir sí o sí. ¡Pasamos al siguiente!
Zell Am See
Este lago no entraba en nuestro plan, pero nos quedaba de camino entre las cascadas Krimml y nuestro apartamento AirBnB. Tengo que mencionar que nuestro apartamento estaba en medio de la nada, al lado de una granja que producía leche así que en cuanto pasamos por aquí, vimos el lago y su correspondiente pueblito, nos pareció una buena idea parar y cenar ya que cerca de nuestro alojamiento pensamos que no habría nada para llenar el estómago.
Ya empezaba a irse el sol y desaparecía detrás de las montañas, así que las fotos no tienen demasiada luz. Por hacer algo diferente, cogimos una pedaleta (¿cómo le llamáis vosotras?) para tener una perspectiva algo distinta a la que habíamos tenido de los anteriores lagos. Fue una idea genial porque pudimos ver las montañas completamente además de poder tocar el agua, que no estaba tan fría como esperábamos. La pedaleta nos costó 16€ por media hora, que entre cinco personas salió súper barato.
Después de atracar la pedaleta, decidimos buscar un restaurante para comer, habiendo paseado antes por el pueblo. En el pueblo había infinidad de restaurantes y hoteles, en especial este que parecía súper elegante y por lo tanto, caro.
Vimos coches de alta gama por la carretera y supimos que Zell Am See era un lugar para desconectar y poder disfrutar de unos días en la naturaleza. Las montañas que se veían al fondo estaban repletas de nieve, parecían hechas a mano por un dibujante profesional. Aparcar también nos salió gratis porque encontramos un sitio libre en una calle cualquiera. Como visita inesperada, nos gustó mucho este lago y el ambiente que había en el pueblo. Sin duda, todo un acierto pararse aquí. ¡Vamos con el último lago!
Hallstätter See
Este lago es uno de los más conocidos del país, solamente porque en él se encuentra el pueblo Hallstatt, que también visitamos, pero a este le dedicaré una entrada en solitario, la podréis leer en unos días. Visitamos el pueblo en nuestro último día de viaje, justo unas horas antes de poner rumbo a Bratislava de nuevo. Después de visitar el pueblo, repleto de gente, decidimos buscar un sitio de relax para comer, tomar el sol y bañarnos. Recorrimos el lago hasta la zona donde se encuentran unas áreas de baño, con toboganes y colchonetas típicas para el verano. Aparcamos gratis delante de un restaurante y nos adentramos un poco en la naturaleza, dejando atrás las áreas donde estaban los pequeños puertos, restaurantes y zona de alojamientos. Paralelamente a nosotras/os, se encontraban las vías del tren, cuyo sonido no se escuchaba para nada, afortunadamente. El tren es una de las vías que muchos turistas escogen para venir al lago, cuando no tienen coche. Normalmente son visitantes que vienen desde Salzburgo e invierten un día para visitar el pueblo de Hallstatt y solo algunos, los más curiosos, visitar el lago.
Estuvimos en el lago mucho tiempo, disfrutando de los últimos rayos de sol, porque sabíamos que los próximos días el tiempo empeoraría. Comimos de tupper: garbanzos, ensalada, cuscús y alubias rojas con atún. Todo muy básico pero muy bueno. Además, encontramos una mesita de madera con hierba muy mullidita a su alrededor para tumbarnos y relajarnos. Estas últimas horas fueron agridulces porque a pesar de que estábamos genial, sabíamos que pronto se acabaría al día siguiente tendríamos que volver a la rutina de madrugar, trabajar y esperar al fin de semana para tener tiempo libre.
Tengo que decir que el agua de Hallstätter See fue la más caliente, lo que no significa que estuviese buena, pues me costó unos 15 minutos meterme al completo en el agua. Aun así, las otras veces que visité este lago fue en verano y el agua estaba buena. Sorprendentemente, muchos lagos de Austria como este, Attersee o Fuschlesee alcanzan los 21 grados de temperatura en el agua, ideal para bañarse, quedarse un rato y refrescarte. Obviamente todavía era muy pronto para que el lago tuviese esa temperatura, pero eso no nos impidió darnos el último chapuzón del viaje. Finalmente, volvimos al coche, guardamos las cosas y volvimos a Bratislava.
Y esto es todo lo que quería contaros. La verdad es que después de este tour por Austria, sus lagos y montañas, me quedé todavía más enamorada de este país de lo que ya estaba. Sin duda, está en mi lista de los top 5. La gente es muy amable, su naturaleza es increíble y no es excesivamente caro, sobre todo si sabes planificarlo con tiempo y organizarte bien.
Como conclusión, decir que estoy muy contenta de poder haberlos recorrido tan bien y con tanto tiempo. A pesar de que todos los lagos pueden parecer similares y quizás algunos pensáis que pueden llegar a aburrir, no es cierto. Cada uno tiene su forma y cada uno es diferente por diferentes aspectos. De todos estos, me quedo con Attersee, sin duda, pero todos tienen su encanto. Como conclusión, si tenéis la suerte de visitar este país, hacedlo porque no os arrepentiréis. Y con esto ya termino. Espero que os hayan gustado las fotos, mis comentarios y explicaciones. Gracias por leerme y nos vemos pronto en la siguiente entrada. Saludos.
Galería de fotos
Contenido disponible en otros idiomas
¿Quieres tener tu propio blog Erasmus?
Si estás viviendo una experiencia en el extranjero, eres un viajero empedernido o quieres dar a conocer la ciudad donde vives... ¡crea tu propio blog y cuenta tus aventuras!
¡Quiero crear mi blog Erasmus! →
Comentarios (2 comentarios)
Fátima chamadoira hace 5 años
Los lagos con las montañas nevadas al fondo transmiten mucha paz y calma. Una debilidad mía: la buena pinta que tiene ese Grand Hotel...
Claudia Costas hace 5 años
Sí, puedo entenderlo... Jajaja.