Begijnhof de Amberes

En esta entrada voy a escribir el Beguinaje de Amberes. Pero todos vosotros os preguntaréis qué es un beguinaje y quiénes eran las beguinas, de la misma forma que lo hice yo cuando llegué a Bruselas y comenzaron a hablarme de ello.

En cada ciudad de Bélgica y Holanda existe un beguinaje, más grandes o más pequeños, situados más en el centro de las ciudades o más en las afueras, algunos se les ha dado un nuevo uso y otros están abandonados o simplemente se usan como punto turístico.

Comenzaré explicando qué es un beguinaje y quiénes eran las beguinas para después pasar a enseñaros el beguinaje de Amberes.

El movimiento de las beguinas es un movimiento místico que apareció en un momento en el que la iglesia oficial era decadente y se comenzó a derrumbar el movimiento del feudalismo.

Las beguinas eran un grupo de mujeres que vivieron entre los siglos XIII y XIV que se describían a sí mismas como "mujeres libres dentro de un mundo de hombres" alcanzando el máximo nivel de experiencia mística. Generalmente eran de clase alta o media alta y vivían en la Europa de Occidente. Están a medio camino entre religiosas y espirituales, no les gustaba considerarse monjas ni canonesas pero quisieron vivir entre mujeres gozando de una libertad de expresión y de conciencia. 

Divulgaban su ciencia en obras que se convirtieron en referente de la literatura espiritual escritas en sus lenguas vernáculas, pues eran partidarias de dejar de lado el latín.

Estas mujeres no hacían votos de castidad pero tampoco contrajeron matrimonio ya que no querían depender de los hombres. Contaban con una gran independencia a la hora de ser ellas mismas emprendedoras de su época. Se dedicaban a la industria, a la artesanía textil, la enfermería, la enseñanza de mujeres, la asistencia a personas enfermas y desfavorecidas y al copiado de manuscritos. Su estilo de vida se sitúa entre laico y religioso.

Su misión era formar, educar y cultivar. Muchas de ellas no eran beguinas para siempre, sino durante una temporada y luego volvían a la convivencia con los hombres. El movimiento se extendió desde Flandes en Bélgica, el norte de Francia y Alemania hacia el resto de Europa. En los últimos años del siglo XIII llegaron a ser más de 200.000 beguinas. Comenzaron a ser vistas con malos ojos, especialmente en el seno de la Iglesia y acabaron siendo perseguidas... muchas de ellas terminieron haciendo sus votos de castidad y otras murieron en la hoguera durante la Inquisición.

Siglos después, el movimiento siguió presente en Centroeuropa pero con mucha más prudencia y cautela. Hoy en día siguen presentes con su doctrina y sus enseñanzas y físicamente aún nos quedan lo beatarios o beguinajes.

Los más característicos son los beguinajes flamencos, que eran comunidades cerradas dentro de las ciudades con aire de pequeño pueblo creadas por estas mujeres que comprendían varias casas sencillas que solían ser construidas alrededor de una plaza, la iglesia y zonas verdes, estos edificios comprendían las viviendas de las beguinas, instalaciones de trabajo y religiosas y talleres utilizados para la enseñanza de los quehaceres. El estilo y la arquitectura se conservan intactas, por ello son como miniciudades medievales dentro de la urbe moderna. Los más conocidos son los de Amsterdam, Amberes, Bruselas, Brujas o Lovaina. Cada comunidad de beguinas se organizaba a su modo, sin una regla general.

Los beguinajes flamencos se inscribieron en la lista del patrimonio mundial de la UNESCO en 1998, estos fueron transformándose con el transcurso del tiempo en residencias de órdenes religiosas como las benedictinas o en residencias estudiantiles como la de Lovaina que forma parte de la Universidad de la ciudad. 

En concreto, el beguinaje del que voy a hablar a continuación se encuentra en el barrio universitario de Amberes, al sur de la ciudad en los extramuros, cerca de la Puerta de San Jorge. Se trata del primer beguinaje de Amberes, fundada en 1240 y cumplió sus funciones hasta 1542, su nombre en neerlandés es "Het Hof Sion" o en castellano "Monte Sion". En 1285 el beaterio obtuvo protección ducal. Fue destruido  en 1542 por orden del magistrado, cuando la ciudad se vio amenazada por las fuerzas de Gelderland Maarten van Rossem. Fue reconstruido de nuevo en 1545 en el emplazamiento actual. A pesar del difícil periodo que vivieron a finales del siglo XVIII y principios del XIX bajo las reglas de los franceses y alemanes, las beguinas vivieron aquí hasta el comienzo del siglo XX. La última beguina que vivió en él fue Virginia Laeremans, quien murió en 1986. Fue el hogar de unas 200 beguinas en total.

En la época de la Reforma, el gobierno de la ciudad de Amberes era calvinista. En 1585 los protestantes ocuparon la iglesia y la casa parroquial. En ese entonces una parte del jardín era el cementerio público.

Hoy en día el beatario tiene funciones residenciales. Inicialmente las casas fueron construidas en torno a una plaza, pero debido al aumento del número de beguinas, se construyó un callejón. Hasta la actualidad se conserva el carácter y la tranquilidad que un día invadía esta pequeña ciudad. La iglesia que alberga fue destruida en 1799 y reemplazada por la actual en 1827, llamada Iglesia de S. Catherine.

No aparece en las guías turísticas de Amberes pero sin duda es uno de los lugares más curiosos que ofrece la ciudad y que yo recomiendo visitar si nunca antes se ha visitado un beguinaje, a pesar de que esté un poco apartado del centro de la ciudad.

También animo a indagar un poco en la historia de estas mujeres tan desconocidas para la sociedad actual ya que jugaron un papel muy importante en la historia de la Edad Media, y tal vez les debamos más de lo que pensamos como mujeres libres que somos ahora.