Shopping Stadsfeestzaal

Todas las ciudades de Bélgica tienen 'Stadsfeestzaals¡' o traducido al castellano, salas de festividades nacionales. Sin embargo ninguno con la elegancia, el tamaño y el renombre del de Amberes, que también hace funciones de centro comercial de lujo.

El edificio estaba protegido como monumento histórico desde 1983. En 2000 fue destruido en un incendio durante la época navideña y después de muchas tareas de reconstrucción que comenzaron en 2004, siete años después fue reabierto al público en 2007, convirtiéndose en el mayor centro comercial de la capital flamenca y con la apertura de de más de 40 tiendas de moda, restaurantes y supermercados que se distribuyen en más de 20.000 metros cuadrados en dos pisos.

Fue construido a principios del siglo XX, cuando la ciudad de Amberes tenía la necesidad de un lugar de celebraciones para los numerosos días del año que se celebran festividad. Hasta entonces, estos actos se venían celebrando en otros edificios como el teatro nacional o el edificio de la bolsa. Esta gran sala se construyó entre la  calle Meir, hoy en día la principal calle comercial de Amberes e incluso del país, y la zona de Hopland, donde se ubican las tiendas de lujo de Amberes. La gran sala fue diseñado por los arquitectos holandeses Hennebique y Hargot quienes pretendieron crear una sala única y para ello pusieron especial atención en la espectacular bóveda de hierro y cristal que se alza sobre el gran hall, para subir al segundo piso diseñaron una escalera de mármol que da lugar a un gran balcón desde el cual se visualiza toda la imponente decoración dorada que embelleza paredes, barandillas, columnas, arcos, puertas y techos. En aquel entonces, la sala llegó a albergar eventos de todo tipo como actos de la Casa Real o reuniones internacional de las empresas más importantes del país, también llegó a albergar exposiciones temporales y los mercadillos tradicionales de la ciudad.

La amplitud del edificio y la exquisitez de su decoración así como su atractivo arquitécnico lo convierten en un lugar obligatorio de paso para tanto turistas como belgas que aprovechan los fines de semana para pasar una agradable tarde de descanso en la cafetería principal situada el medio del hall desde el cual se divisan los cristales colocados a modo de espejo que decoran la pared principal sobre la escalera de mármol.